Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

~13~

—Eres mío, Omega…

Los ojos de Yoongi refulgían con un intenso carmesí, indicando que su lobo estaba al control. Y Jimin no podía explicar lo que sentía. Por una parte estaba asustado, pues nunca había visto al Alfa así, a ningún Alfa de hecho; y por otra parte su lado Omega se sometía ante su pareja destinada. Sin embargo, el rubito sabía que había algo extraño en el comportamiento del mayor.

El pelinegro delineó con su lengua la curva en el cuello del menor, donde debería haber una marca de enlace. Su lobo gruñó enojado y lleno de desesperación puesto que sentía que había pasado el tiempo y aún el Omega no era completamente suyo. Le pertenecía, y tanto como deseaba que se entregara a él, deseaba de alguna forma pertenecerle también, completando así el lazo de almas gemelas.

Jimin reprimió un gemido al sentir la calidez ajena en su piel, quemaba donde el mayor le tocara; su lobo también tratando de tomar el control y rendirse por completo ante su Alfa. Y las fuertes feromonas que liberaba Yoongi no eran de mucha ayuda para que el menor se resistiera por mucho más.

Una voz llamó desde el otro lado del pasillo y se escuchó un jadeo reprimido de alguien más.

—¡Min Yoongi! —La fuerte voz de Namjoon hizo que el líder volteara a ver.

Su cuñado, que al parecer había subido las escaleras en dirección a su habitación, la más cercana a la del pelinegro, yacía a cierta distancia. Seokjin había abierto la puerta para recibir a su Alfa y al ver lo que sucedía no pudo hacer más que llevarse una mano a la boca en un gesto de sorpresa.

Los ojos rojos de Yoongi aún brillaban en la penumbra, pero con menos intensidad.

»Deja ir al cachorro, Yoongi —pidió el pelimorado mientras se acercaba con cautela, lo que le ganó un gruñido por parte del aludido.

—Es mío —masculló.

—Nadie dice lo contrario —continuó su cuñado con calma—, pero esto no es lo que quieres, no de esta forma, no ahora.

El pelinegro permaneció en silencio, mas sus ojos disminuyeron un poco el intenso color rojizo.

»¿Dejarás a tu Omega ir con Seokjin? —inquirió Namjoon—. Él estará bien.

Yoongi bajó la cabeza y se quejó bajito una vez más, luego sus manos liberaron al menor y su cuerpo retrocedió unos pasos. Sus ojos habían vuelto a la normalidad pero se mantuvo apretando los puños con fuerza.

Jin aprovechó para hacerle señas al pequeño de que se acercara, no obstante, el cachorro permaneció quieto en su lugar.

»Jiminie —dijo Namjoon—. Ve con Jin, ahora.

La voz suave pero firme del otro Alfa hizo al menor reaccionar y alejarse con premura hacia el Omega gestante, quien lo recibió con los brazos abiertos. Y no pudieron escuchar nada más, ya que el de cabellos morados se llevó a Yoongi escaleras abajo mientras le hablaba al oído.

—¿Estás bien, Chim?

—Jin Hyung… ¿qué… qué acaba de pasar? —preguntó el rubio todavía en estado de shock.

Observó como Seokjin tragaba en seco y le pedía que entraran a su habitación, una vez sentados en la cama el mayor tomó una manito de Jimin entre las suyas.

—No te asustes, pequeño, ¿sí? —comenzó Jin—. Lo que pasó es que Yoongi tuvo su celo adelantado.

El rostro del menor se transformó al instante. ¿Celo? ¿Yoongi? Y no era que fuese algo imposible o que esas dos palabras no pudieran ir juntas, es que de todo lo que pudo haber cruzado la mente del cachorro, un celo era lo último que había considerado.

»Verás… —dijo Jin mientras sonreía sin mostrar los dientes—. Un Alfa tiene su celo aproximadamente cada seis meses y un Omega cada tres; pero en ocasiones este ciclo puede verse alterado. Pienso que en este caso es porque Yoongi acaba de encontrar a su alma gemela y su lobo quiere reclamarte ya.

Jimin se encogió un poquito ante la explicación, esos temas no le gustaban mucho, aunque sentía que con Jin Hyung podía hablar de todo.

»Pero tranquilo que ya todo está bajo control —comentó el gestante restándole importancia a la situación—. Namjoonie se encargará de todo, ya verás.

El cachorro guardó silencio por un instante mientras algunas ideas y dudas iban ocupando su mente y le hacían sentirse inquieto y confundido. Si Yoongi estaba en celo, ¿no era responsabilidad de su Omega ayudarle? ¿O acaso Yoongi pasaba sus celos con alguien más? ¿Jimin no le gustaba? Y a todas estas, ¿por qué no estaba contento de no haber tenido que pasar el celo con el Alfa? ¿Por qué se sentía insuficiente?

»Chim. No le des vueltas al asunto, por favor. Todo estará bien —pidió el mayor—. Mañana podrán conversar mejor y las cosas se aclararán.

Jimin, aunque cabizbajo, asintió.

»¿Quieres que duerma contigo esta noche?

—No, Hyung. N-No es necesario. —Se apresuró a contestar el menor—. Estaré bien.

—Bueno, cualquier cosa puedes llamar a mi puerta, ¿de acuerdo? No estamos tan lejos. —Jin sonrió.

Cuando Jimin regresó a su habitación, bueno, la habitación que compartía con el Alfa, sintió un vacío tremendo sobrecoger su cuerpo. Era cierto que antes de dormir se ponía nervioso y construía un fortín de almohadas en el centro de la cama, como una línea divisoria de la cual parecía burlarse cuando en medio de la noche las tiraba al suelo y se acurrucaba contra el cálido cuerpo del pelinegro. Y ahora que lo pensaba, Yoongi nunca había cruzado la línea. No era algo que Jimin deseara, por supuesto, o sea, sí lo deseaba pero no ahora.

«Espera, ¡¿en qué estás pensando, Jimin?!», se dijo mientras se acostaba en la inmensa y solitaria cama.

Su mente enredaba ideas que su corazón no entendía y no estaba listo para analizar esas ideas todavía. Como estaba tan agotado se durmió con rapidez abrazando la almohada del Alfa, mientras recordaba vagamente la sensación de su lengua en la curvatura de su cuello.

El dolor de cabeza del pelinegro era intenso, pero con la medicina que su hermano le había dado seguro mejoraría pronto. La noche anterior había sido devastadora para él, sin embargo, nada se comparaba al nudo que traía en su estómago mientras subía las escaleras hacia su habitación, temiendo la reacción de Jimin. Era medianoche aproximadamente, teniendo en cuenta que habían pasado alrededor de veinticuatro horas desde la última vez que lo vio.

Yoongi estaba ansioso. Era la primera vez que sentía que lo había arruinado todo. Después del progreso que había logrado con el Omega estaba seguro que tendría que empezar de cero, si es que el rubio se lo permitía siquiera. Con un suspiro cansado abrió la puerta de su habitación muy despacio y se sorprendió de ver al menor sentado en la cama, como si estuviera esperándolo; solo las luces de las lamparitas de noche permanecían encendidas.

—Hyung… —susurró el rubio con sus ojitos bien abiertos y una expresión triste en el rostro.

—Jiminie… —musitó el Alfa de igual forma.

El pelinegro se adentró en la habitación y cerró la puerta, quedó de pie frente al Omega sintiéndose un poco fuera de lugar. Se pasó la mano por la nuca en un intento de calmar su incomodidad y luego de un corto silencio decidió hablar.

—Lo siento —dijeron ambos a la vez para luego mirarse confundidos.

—Cachorro, ¿por qué te disculpas? —El pelinegro reaccionó primero y se acercó un poco más hasta sentarse en la esquina de la cama.

Jimin se pasó la lengua por el labio tratando inútilmente de calmar su nerviosismo, mas desvió sus ojitos al hablar.

—Hyung… s-sé que tuviste tu celo anoche… y… —Dudó un poco ante lo que diría pues moría de vergüenza solo de pensarlo—,  lamentomuchonohaberpodidocumplircomotuOmega —dijo todo de una sola vez.

Yoongi parpadeó un par de veces mientras descifraba lo que había escuchado. No pudo evitar sonreír un poquito ante el comportamiento del rubio.

—Jiminie… no tienes nada por lo que disculparte… Quien tiene la culpa de todo esto soy yo…

El menor lo miró incrédulo.

»Casi rompo mi promesa de nunca comportarme así contigo… Mi lobo… yo no sé qué me pasó. —La mirada del pelinegro era intensa y sincera—. Siempre he sido capaz de controlarlo a la perfección, pero esta vez…

El Alfa bajó la cabeza muy apenado.

»Perdóname, Jiminie… Debí haberte asustado muchísimo…

—No es tu culpa, Hyung —susurró el menor—. No eras dueño de ti mismo en ese entonces… te entiendo… más de lo que crees.

Yoongi apretó su mandíbula lleno de impotencia, pues sabía que el pequeño estaba recordando ahora todo lo que había pasado durante sus celos anteriores y el mayor no quería traerle de vuelta esos recuerdos. Encima, no podía consolarlo apropiadamente ya que el cachorro no sabía que el mayor tenía conocimiento de esa parte de su pasado.

»Aun así —continuó el Omega—. Soy tu… tu pareja destinada… Se supone que…

—Se supone que te cuide y te trate con respeto, cachorro —interrumpió el pelinegro—. El hecho de que seas mi pareja o de que me hayas aceptado como tu Alfa, no cambia mi promesa… ni te obliga a satisfacer mis necesidades durante un celo.

Jimin hizo un ligero puchero como si estuviera siendo regañado.

—Creí que era mi deber…

El contrario suspiró débilmente al tiempo que acortaba más la distancia entre ellos para tomar las manitas del menor entre las suyas.

—Un celo se comparte cuando ambos están preparados y de acuerdo —explicó Yoongi con calma—. No es deber del Omega complacer al Alfa solo porque son pareja y viceversa.

—¿No estás molesto conmigo entonces?

—Para nada, cachorro —negó el mayor acariciando un poco sus cabellos—. ¿Y tú? ¿Estás molesto conmigo?

El pequeño negó con la cabeza efusivamente y sonrió un poquito sin mostrar sus dientes.

—Gracias, Yoongi Hyung… —dijo bajando la mirada a sus manos entrelazadas sin hacer ademán de apartarlas.

—Gracias a ti, pequeño.

Luego de eso, el Alfa decidió darse una ducha rápida y Jimin se ofreció a prepararle unos bocadillos ligeros para que comiera; pero terminaron los dos disfrutando de los mini sándwiches hechos por el rubito.

El pelinegro aprovechó que Jimin estaba distraído y se giró para acostarse y poner su cabeza en el muslo izquierdo del menor, quien se sorprendió ante esto pero no se apartó. Había escuchado que, contrario a los Omegas, a los Alfas les gustaba ser mimados luego del celo. Y a decir verdad, era lo menos que Jimin podía hacer por la mala noche que debió haber pasado el mayor.

Yoongi mantenía los ojos cerrados y parecía dormitar, y tuvo que contener una sonrisa de satisfacción cuando sintió los deditos del Omega acariciar sus cabellos con suavidad; era una sensación demasiado maravillosa para él.

Sin embargo, Jimin se dio cuenta de algo y enseguida le picó la curiosidad. Entonces preguntó sin darse cuenta y prefirió no haberlo hecho.

—Hyung, ¿por qué no tienes olor?

El Alfa abrió los ojos con lentitud y frunció un poco el ceño.

—¿Por qué preguntas eso de pronto, pequeño? ¿Crees que pasé la noche con alguien más y que oculté mi olor para que no lo supieras?

Jimin abrió la boca para decir algo, pero luego la cerró al comprender lo que había inferido el pelinegro con su pregunta sin segundas intenciones.

—N-No es eso, Hyung… Es que… m-me sorprendió… —balbuceó enseguida—. No quise decir que… No importa si s-sucedió… Yo… lo-lo siento... No debí preguntar… No es asunto mío.

El tono de su voz se volvió más bajo hasta terminar en un susurro, su boca en forma de puchero. Y aunque su pregunta no tenía esa intención, no pudo evitar preguntarse cuál sería la respuesta.

—¿Estás celoso, cachorro? —presionó el mayor con un gesto casi burlón y adoró el sonrojo que coloreó sus mejillas.

—¡¿Qué?! ¡C-Claro que no!

Como Yoongi vio que ya no le acariciaba el cabello, con su mano tomó la del Omega para que reanudara su tarea anterior mientras él volvía a cerrar los ojos.

—No estuve con nadie, Jiminie —expresó el mayor—. Una vez que encuentras a tu destinado… tu lobo no te permite pensar o… desear a alguien más… Y no tengo olor porque los supresores que tenía Jin Hyung a mano son inhibidores también… para que mis feromonas no molestaran…

El pelinegro mantuvo los ojos cerrados, pues sabía que el tema seguro no era del agrado del Omega y tal vez se sentiría menos cohibido si no hacían contacto visual.

»No te negaré que en el pasado he tenido otras parejas y he compartido mis celos con ellas… —continuó—. Espero que eso no te moleste… Y aunque hubiese una pequeña posibilidad, no lo haría, cachorro… Porque voy a esperar por ti el tiempo que sea necesario…

Sintió a Jimin tensarse ante sus palabras mientras sus dedos se congelaban una vez más entre las suaves hebras negras de Yoongi. Entonces el mayor se atrevió a mirarle y a volver a tomar su mano para envolverla en la suya.

»Y aún si ese momento nunca llega… estará bien, Jiminie…

—Hyung… —dijo el menor con voz quebrada y casi al borde de las lágrimas.

¿Qué no daría el rubito por ser un Omega común y corriente y poder entregarse a su Alfa sin reservas? ¿Por qué Yoongi era tan bueno y paciente con él? En momentos como estos Jimin se odiaba a sí mismo por sus traumas con el celo y los Alfas, nunca podía contener las lágrimas cada vez que el tema salía a relucir.

Con la mano que tenía libre, el mayor escurrió una lágrima solitaria que bajaba por el bonito rostro del Omega.

—No llores, mi cachorro —pidió el pelinegro mientras le acariciaba la cálida mejilla—. Estamos juntos en esto, ¿recuerdas? Cruzaremos ese puente cuando lleguemos a él.

Jimin le asintió con ojitos llorosos, incapaz de expresarle al Alfa sus emociones.

Editado: 25.09.21


*Nota*
Espero les guste este capítulo.

Perdón por la demora, estaba estancada con este capítulo porque es básicamente de relleno, aunque pasan cosas importantes para la evolución de la historia.

Les anuncio que en el próximo capítulo nuestra parejita tendrá otra cita, pero el desenlace no será el esperado…

Dejen su estrellita, comenten y hagan preguntas si lo desean.

Aquí les dejo unos fanartcitos de Instagram, morí con ellos.

❤ heartu for you

Este último es mi favorito 😊😊❤❤

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro