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❝𝘾𝙖𝙥𝙞𝙩𝙪𝙡𝙤 𝙄𝙄.❞

Ramón se encontraba recogiendo suministros en el bosque, tratando de no pensar en lo ocurrido. Él no quería ser duro con Poppy, pero debía hacerla entender sobre los peligros que podrían ocurrir si ella hacía la fiesta; lo que menos quería era que ella y Cooper fueran atrapados por algún berteno que pudiera encontrarlos por el ruido.

Puede sonar cruel, pero no le importaba lo que ocurriera con el pueblo o el resto de los amigos de la princesa. Nada personal con Poppy, pero todo el pueblo lo odiaba y se burlaban de él desde que tiene memoria.

Después de aquella fatídica noche en la que la banda se separó y sus hermanos lo dejaron, no había querido volver a cantar debido a que no se sentía bien hacerlo sin ellos, pero fue gracias a su abuela que lo volvió a intentar unos años después.

Solo para que el día que lo intentara fuera el mismo día que se llevaron a su abuela.

Cuando vió aquella enorme mano envolver a su adorada abuela y llevársela, con solo el eco de los gritos que ella emitía, sintió una aplastante culpa en su pecho. ¿Qué le hizo pensar que todo mejoraría?, sabía que la separación de sus hermanos fue culpa de John Dory, pero el hecho de que ocurriera en su primer concierto le hizo pensar que también fue culpa suya.

Por no ser perfecto, tal y como su hermano mayor quería. Si no se hubiera caído, la armonía familiar perfecta hubiera ocurrido y sus hermanos seguirían con él; pero no fue así, falló en la presentación, le falló a sus hermanos, la falló a su abuela, y sobretodo...le falló a Floyd.

Después de ver a su abuela siendo llevada por la Chef, se volvió gris.

Y perdió la voz.

No es que no pudiera hablar, simplemente no podía, por más que lo intentara nunca lograba sacar aunque sea una sílaba. Cada intento lo llevaba al fracaso, junto con el sentimiento de quedarse sin aire, por lo que con el tiempo dejó de intentar recuperar su voz.

Ramón no era tonto, sabía que la razón por la que ya no podía hablar era por el pensamiento y el sentimiento de que no merecía hacerlo, un miedo profundo a que su voz le quitara más personas importantes para siempre. Que su voz fuera la causa de que lo abandonaran y lo dejaran constantemente.

No ayudaba el echo de que los escenarios donde lo dejaban sea siempre con él hablando o cantando.

En el concierto, él bailó y cantó, incluso habló con Floyd antes de salir al espectáculo. Pero el show falló y sus hermanos se fueron sin mirar atrás ni despedirse de él.

Habló con Floyd, pero también se fué y con una promesa que nunca cumplió.

Cantó para su abuela, pero su voz atrajo a un berteno y ella tomó su lugar al sacrificarse por él.

Después de aquél incidente, nadie en el pueblo lo quiso adoptar. Pasó por ochenta familias de acogida, pero nadie se quiso hacer cargo de él; todos con los mismos comentarios de siempre..

"No quiero que contagie su piel gris a mi familia."

"¡Lo siento!, ¡Pero su sola presencia mata las vibras positivas!."

"Es raro, no quiero que se junte con mis hijos."

"Este troll ya no tiene arreglo, Rey Peppy."

"Últimamente mi casa tiene un aire tenso, ¿Está seguro de que no es contagioso?"

"Me he sentido sin energía y todo por culpa de este niño."

Al final el resultado era el mismo, quedandose solo en el capullo donde vivía su familia, sin nadie quien lo cuidara y valiéndose por si mismo. Los trolls no eran para nada amables con él, a pesar de ser un niño de cinco años traumatizado por la perdida del único miembro de su familia que le quedaba. El rey Peppy lo visitaba una vez al mes para monitorear que estuviera vivo, pero nunca mostró signos de querer hacerse cargo de él, incluso después de que escaparan dejó de visitarlo.

Debido al rechazo y al bullying constante que le hacían cada vez que lo veían, decidió que tenía suficiente, por lo que agarró las pocas cosas que tenía y se marchó al bosque, lo suficientemente lejos de la villa como para no escuchar el ruido pero aún cerca para comprar suministros. Solo duró un año en la nueva villa, después se fue al bosque a construir el búnker que tenía planeado hacer con Floyd cuando regresara.

El problema era que no podía soportar estar más tiempo en ese pueblo, lo único que lo hacía más llevadero era en aquel entonces la pequeña Poppy de un año de edad, que de alguna manera terminaba siempre en su canasta para recolectar vallas; De alguna manera ella le recordaba a él mismo cuando era bebé, pero conforme pasaba el tiempo y ella crecía, la llegó a comparar con Floyd.

Y eso dolía.

Poppy era un recordatorio de uno de sus hermanos y la promesa vacía que nunca fue cumplida, por lo que en Ramón se instaló un sentimiento de miedo a que ella lo abandone si se acercaban lo suficiente. Claro, sabía que Poppy no era Floyd, sabía que el único parecido que ambos tenían hasta el momento era el cabello, los ojos y dar apoyo a cualquier troll que lo necesite. Pero a pesar de saber eso, no había pruebas suficientes que le confirmaran que si le llegaba a contar con palabras escritas sobre su pasado no lo abandonaría.

Ese es un punto en conflicto que tiene constantemente.

Por un lado, ella nunca se rindió con él a pesar de ser brusco con ella con sus escritos en el cuaderno. Siempre lo invitaba a todas las fiestas, le cocinaba postres e incluso le mandaba regalos de cumpleaños que al parecer solo ella y Cooper sabían sin esperar nada a cambio; Poppy lo defendía constantemente del pueblo, algo que ni siquiera su padre había echo, todo para hacerlo sonreír y hablar. Poppy lograba que las burlas pararan por una semana, ella enserio se esforzaba para que la gente dejara de tratarlo mal y eso lo apreciaba.

Ella también solía mandarle cartas dónde contaba todo lo que pasaba e incluso de vez en cuando lo ayudaba a recolectar vallas.

Quizás ella no lo sepa, pero ya la considera una amiga.

Cooper también lo consideraba un amigo.  No sabía si era cosa de hermanos, considerando que él creció bajo el cuidado del Rey Peppy, y por lo tanto creciera con Poppy, pero él nunca se burló, trataba de defenderlo principalmente de Grandulón y Chiquilina que eran un dolor de cabeza.

Ramón sabía que Cooper tenía problemas de confianza y era demasiado sumiso para gran consternación de él y de Poppy, pero entendía que era principalmente por culpa de la villa, más que nada de los niños en aquel entonces, pues solían criticar a Cooper por cualquier cosa.

"Sabes, deberías comer menos, nos dejarás sin nada."

"¿Porqué no caminas bien?, te tropiezas con todo."

"¿Puedes dejar de reírte?, es como si tuvieras un micrófono en tu boca."

"Tu sonrisa es muy tonta."

"No es por ofender pero cantas horrible."

Cada comentario era una apuñalada a la autoestima del troll, por lo que conforme pasaba el tiempo, Cooper dejó de ser un niño hiperactivo y se mantenía siempre en las sombras. Lo sabía porque Poppy se lo contó cuando casualmente se encontraron al querer recolectar moras.

Ramón no sabe si criticaban a Cooper por el echo de que no se parecía al resto de trolls o simplemente para tener otro blanco de burlas cuando él ya no estaba, pero sin importar la respuesta sentía simpatía por el chico que se dejó influenciar por la aldea.

Si antes Cooper cantaba, ahora solo daba algunos versos y cuando lo hacía se retorcía incómodo en su lugar. Si antes Cooper llegaba a comer casi diez platos llenos de comida, ahora solo comía la mitad de uno. Si antes Cooper sonreía ampliamente, ahora solo daba pequeñas sonrisas y evitaba reírse lo más que pudiera.

Incluso caminaba lentamente, cuidando sus pasos para no tropezar o chocar con alguien. Y saber eso solo le hacía enojarse con el rey Peppy.

El rey nunca fue un buen padre, al menos no con Cooper, no sabía cómo educaba a Poppy pero le preocupaba que a ella también le exigiera demasiado debido a su pronta coronación.

Los amigos de Poppy también eran unos idiotas.

Empezando por Arroyin. Era un total manipulador con todos y es el que le hace la vida miserable siempre que puede; venía respaldado por Grandulón y Chiquilina, que se reían de las bromas, pero eran más soportables que Arroyin.

Después esta Fuzzberto, que nunca hablaba pero se reía de las bromas que decían de él, además de apoyar siempre a Arroyin.

Luego estaban Satín y Seda. Ellas nunca disimularon el disgusto que sentían hacia él, tampoco se molestaron en ocultar su odio, pero al menos eran honestas y no eran un dolor de cabeza.

Por último estaban Diamantino y DJ Suki. Eran amables con él de vez en cuando, pero nunca hacían nada. Básicamente se mantenían neutrales a la situación, no sabe si es porque no querían meterse en algún conflicto o porque sabían que era un caso perdido tratar de razonar con los demás al ver que Poppy y Cooper no tuvieron éxito al querer defenderlo.

Ramón suspiró con cansancio, antes de observar su entorno. Ya había oscurecido y sabía que la fiesta ya a comenzado, por lo que agarró los palos que había estado recolectando y caminó para quedar a las afueras del pueblo, observando ansiosamente la celebración y estremeciéndose por el ruido.

Cooper y Poppy estaban en el hongo, con Poppy bailando y manteniéndose cerca de su hermano, quien solo estaba parado con una sonrisa pequeña y moviendo su cabeza levemente, una forma de bailar sin llamar la atención.

Ramón puso los ojos en blanco y se marchó a su búnker, deseando que no ocurriera nada malo.

                       ____________________

Poppy observaba con una sonrisa forzada la fiesta.

Ella sabía que la fiesta era extremadamente ruidosa, incluso para sus estándares, pero no podía pedir que bajarán el volumen. Si lo hacía, podría decepcionar a todos, y si decepcionaba a todos, decepcionaría a su padre.

Él le había enseñado desde pequeña que debía complacer a su gente, siempre debe darles lo que quieran y hacer que todos estén satisfechos con su ayuda. Era algo simple.

Excepto que todos parecen querer que Ramón sea su blanco de bromas.

Podía cumplirles a todos sus caprichos, incluso si tiene que arriesgar su vida para hacerlos felices, pero ella no les daría la oportunidad de hacerle la vida miserable a Ramón. No como lo hicieron con Cooper.

Ella sería coronada dentro de poco, y quiere ser una buena reina, pero, ¿Cómo sería una buena reina si no puede ser una buena hermana o una buena amiga?.

Desde su niñez trató constantemente de defender a Ramón, de proteger a Cooper. Pero ella había fallado, porque Ramón seguía aislándose de todos, porque Cooper había cambiado por la opinión de los demás.

Solo esperaba que al ser reina, ella pudiera cambiar las cosas que su padre no había echo. El trato a los trolls diferentes.

Ella se estremeció al ver los enormes fuegos artificiales y brillantina que se extendió por los aires. Esto estaba descontrolado, pero no podía pararlo, porque ella debe complacer a su gente.

Incluso si ella misma no estaba complacida.

Se acercó a Cooper quien parecía asustado y le empezó a acariciar la espalda, algo que funcionaba para tranquilizarlo desde que eran niños y parecía funcionar ahora. Le dió su mayor sonrisa tranquilizadora y decidió dar un discurso para su padre, con tal de tener una excusa para detener el alboroto.

—¡Atención amigos!, quiero aprovechar este momento para decirles algo...—dice, mirando a su padre con cariño.

El ruido se detuvo, aliviandola internamente por su plan exitoso.

—¡Poppy!.—grita Grandulón, llamando la atención de la princesa.—¡Ella es mi amiga, la conozco!

—¡Shhh!.—lo callaron el resto del Snack Pack.

—Quiero tomarme un segundo para aplaudirle a nuestro rey, mi padre..—dice, tomando la mano del Rey Peppy.—Quien justo hace veinte años nos salvó a todos nosotros de esos atroces...

La de cabellera rosada ni siquiera pudo terminar de hablar cuando varios temblores sacudieron el suelo, a lo que todos miraban a su alrededor con miedo, en busca de la fuente del sonido.

—Bertenos...—susurra el rey Peppy, viendo con miedo a las afueras del bosque donde ya se veía la silueta enorme de la chef.

Cooper dió un paso al frente con temor y todos miraron horrorizados a la berteno de ojos amarillos y sonrisa maliciosa que se había detenido.

—Los tengo.—dice la chef con arrogancia.

Pastelillos salieron de Cooper por el miedo, mientras el berteno hacía una mueca.

Poppy agarró los pastelillos y los ofreció con una sonrisa.—ah...¿Pastelillos?.

La chef vuelve a sonreír mientras habría su riñonera.

—¡CORRAN!.—Poppy advirtió con urgencia.

Todos comenzaron a correr con terror y pánico, tratando de esconderse de la berteno. Diamantino agarró la mano de DJ Suki y trató de correr con ella a un lugar seguro, pero los atraparon antes de que pudieran escapar; Grandulón fue el siguiente, demasiado distraído buscando al señor peluche para ver la mano de Chef tomándolo desprevenido.

De Grandulón le siguió fuzzberto y Luego Chiquilina. Satín y Seda también trataron de correr pero fueron atrapadas de inmediato. Arroyin también fue atrapado al intentar tranquilizar a todos.

—¡Rápido, camuflaje!.—grita Poppy con alarma, debido a que todos sus amigos habían sido atrapados.

Ella y Cooper agarraron a los niños y los llevaron a los arbustos para poder esconderlos, pero Chef atrapó a Cooper antes de que pudiera esconderse, pera horror de Poppy.

—¡berteno malo!, ¡Malo!, ¡Malo y feo!.—golpea Peppy.

—¡Papá!.—Poppy inmediatamente corrió a salvar a su padre.

Lo agarró de la mano y lo llevó debajo del hongo dónde estaba Ramón esa tarde; Se escondieron ahí hasta que estuvieron seguros de que se había ido. Poppy observó con perturbación su hogar destrozado y destruído por la berteno, mientras todos los aldeanos la miraban con preocupación e incertidumbre.

Ella había tenido la culpa.

—¿Va a volver?.—pregunta una troll entre la multitud con miedo.

—¿Que hacemos ahora?.—pregunta otra troll.

Poppy los miraba con aprensión. Estaban todos, menos sus amigos, todos menos su hermano menor.

—¡Hay que buscar un nuevo hogar!, ¡Rápido!, ¡Hay que irnos antes de que vuelvan los bertenos!.—gritaba su padre con pánico.

Poppy lo miraba incredulidad.—¡Hay que rescatarlos!

—No Poppy, hay que correr...¡Síganme todos!.—volvió a ordenar Peppy.

La de cabellera rosa solo podía ver a su padre con frustración, no podía creer que su padre iba abandonar no solo a sus amigos, si no también a Cooper, que es su hijo.

—¿Que paso con lo de ningún troll se queda atrás?.—exigió Poppy. El mayor se detuvo, antes de suspirar.

—Lo siento Poppy, eso fue hace mucho tiempo y ya no soy el mismo rey de antes..—le explica, para después volver a caminar.

—Iré yo, yo voy a salvarlos.—dice decidida.

—¡No Poppy, es muy peligroso!

—¡Al menos tengo que intentarlo!

—¡No!, no puedes ir sola a pueblo berteno, es imposible.—dice, para después mirarla con pena.

Poppy mira el suelo con frustración sin saber que hacer, hasta que se le ocurre algo. Su padre dijo que no podía ir sola, entonces debe buscar a alguien que sepa lo suficiente de los bertenos como para que la deje ir, y conoce al troll perfecto para esta misión.

Ramón.

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Capítulo dos listo :D

Espero les guste, Dangos!!!

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