💖(POV: TOUMA)💖

Llegué a mi casa algo cansado pero muy feliz.

Mi madre se sorprendió al ver mi bolsa y a la caja con los gatitos.
Ella me dió permiso para tenerlos en casa, ya que ambos amamos a los animales.

Se puso muy contenta con ellos. Kusuo me dijo que algunos animales no les agradan los humanos y sus pensamientos manifiestan todo ese odio, por eso le sorprendió que le caí bien a los gatitos desde que abrí su caja.

El teléfono de la casa sonó y mi madre atendió.
Luego de un par de risas volvió.

-¿Quien era?-

- Kurumi, estamos organizando para salir todos juntos.-

- Wow, me alegro, gracias ¿Con todos te refieres a...?-

- Kurumi, Kuniharu, tu y tu noviecito, los padres de Kurumi y yo.-

Me sorprendí al escuchar "los padres de Kurumi". Tendría la oportunidad de conocer a los abuelos de Kusuo. Estaba emocionado.

-¿Cuando nos veremos?-

- En estos días, supongo, podrás presentarte a los abuelos de kusuo.-

Me sonroje ente esa idea. Estaba nervioso y aún no los estaba viendo.

Pasaron los días y casi no pude dormir de la emoción. Kusuo se daba cuenta por mis acciones en la escuela, pero estaba feliz de saber que yo estaba emocionado.

El quiso adelantarme como era la actitud de su abuelo pero le pedí que no lo hiciera.

Cuando llegué a casa los gatitos corrieron a saludarme y jugar con mis zapatos, eso hacen siempre que alguno de los dos llega.
Ese dia mi madre les puso nombres, yo no lo había hecho antes porque quería que lo haga ella, es "una elección realmente importante" dijo.

El atigrado gris se llama Tora, el negrito se llama Yoru y la pequeña se llama Kaida.

Cómo me lo esperaba, se basó en sus características, Tora significa "tigre", Yoru significa "noche" y Kaida "pequeño dragón", ya que es la más hiperactiva de los tres.

- Ay, hasta ayer estabas muy emocionado ¿Que pasó?-

-¿Que? ¿A qué te refieres?-

- Oohh, es verdad no te lo dije...-

-¿Decirme queeee?-

- Hoy vamos a visitar a los padres de Kurumi.-

-¿¡Es hoy!? ¿¡Por qué no me lo dijiste!? ¿A qué hora?-

- En diez minutos.- comenzó a reírse.

Corrí hacia mi habitación y busque ropa decente.

💖(Narrador omnipresente)💖

Touma estaba nervioso pero emocionado.

Después de revolver todo lo que tenía en su armario, decidió ponerse una camisa blanca y su saco marrón no tan formal.

Su madre lo convenció de relajarse e ir a comprar algún postre para llevar antes de que llegue Kusuo y sus padres a buscarlos.

Un pastel helado estaba siendo llevado en el auto, cómo Akiko le avisó tarde, el rubio no tuvo tiempo de cocinar nada.

- Oye Touma... Deberías tener cuidado con Kumagoro...- Dijo Kuniharu mientras manejaba, basándose en su propia experiencia con él.

- Puede parecer que está siempre molesto pero no te preocupes, él no es así.- Dijo Kurumi intentado tranquilizar al rubio.

-"Sus pensamientos dicen otras cosas, relájate."-

El se puso más nervioso. ¿Acaso lo aceptaría como el novio de su nieto? Sería una tarea difícil.

Esta vez sería diferente. No dejaría que Kusuo se encargara de todo. Enfrentaría sus nervios y diría todo el.

Llegaron.

Antes de bajarse, el psíquico apoyo su mano en la pierna del rubio, haciendo que se sonrojara.

-"Ey ¿Estás bien?- Preguntó con preocupación.

Respiró hondo y tomo coraje una vez más.

- Si, vamos.-

Cómo Kusuo había previsto, Kumagoro estaba preparándose mental y emocionalmente para recibirlos a él y a sus padres.

Ni Kumi ni él sabían quién era ese chico.

Cuando entraron fueron amablemente recibidos por Kumi, quien aunque no reconoció a Touma y a Akiko les dió la bienvenida igualmente.

En ese momento, Kumagoro se encontraba espiando por la rendija de la puerta de su habitación, emocionado y nervioso al igual que el rubio.

"¿Quienes son esos dos? ¿Acaso será....? ¿¡El mejor amigo de Kusuo!?"

Se sonrojó ante esa idea que, si bien era la mas probable de las primeras impresiones, no era correcta del todo.

"Tengo que saludarlos."

Se encontraban sentados en la habitación al lado de Kumagoro, a punto de servir el pastel helado que había traído el rubio.
Justo cuando iban a llamarlo, abrió la puerta.

Hizo un enorme esfuerzo por no sonrojarse ante la mirada de Touma y el reojo del psíquico.

Recibió cariñosos saludos de parte de los adultos a lo que les respondió de manera seca.

- Te hice un té por si no te gusta el postre.-

Comenzó a tomarlo.

Cada uno de los lentos movimientos que hacía ponían nervioso al rubio, que automáticamente se dió cuenta del nerviosismo oculto que poseía el abuelo.

- Sr. y Sra. Saiki, lamento no haberme presentado correctamente, estaba esperando que estuvieramos todos juntos para hacerlo. Mi nombre es Touma Akechi y soy...- tomó aire y hablo antes de que el psíquico terminara su frase- soy el novio de Kusuo, espero poder llegar a agradarles y les estaría eternamente agradecido si me aceptan en su familia.- Se estaba aguantando las lágrimas.

Kumi se sorprendió pero se puso muy feliz al respecto, esperaba poder conocer a ese chico y con muchísimo gusto y sin problemas lo aceptaría.

Kumagoro casi se ahoga con su te.

Realmente no lo creía.

No pudo evitar sonrojarse. Estaba rojo. Tampoco podía estar enojado, ni triste, ni decepcionado. Estaba demasiado feliz pero su cuerpo todavía no se había enterado.

Imaginar que su nieto estaba en una relación amorosa con un chico que, aunque solo lo había visto en ese momento, era realmente adorable, le daban ganas de ir y abrazarlos a ambos.

Le cayeron un par de lágrimas.

Todos se sorprendieron, estando en silencio.

A Touma también se le cayeron un par de lágrimas.

Cuando se dió cuenta, estaba siendo abrazo por Kumagoro.

- Creo que deberíamos darles un momento a solas.- Dijo Akiko, conmovida.

Dicho y hecho, los dejaron solos para que pudieran hablar mejor.

Ambos estaban demasiado felices.

Touma se secó las lágrimas.

- Realmente le agradezco que no se haya enojado conmigo, yo...-

- ¡No me agradezcas nada! Me alegra que mi nieto esté con un chico tan lindo como tú.-

El rubio lo volvió abrazar.

- Dime chico ¿Hace cuánto que salen?-

- Oohh no hace mucho realmente, en unos días será un mes de novios y estoy muy feliz por eso, Kusuo es un chico muy lindo y me trata demasiado bien y...-

-¡Tranquilo chico, hablas muy rápido! ¡No logro entenderte!-

-¡Lo siento mucho!-

Se rieron juntos.

- Disculpe ¿Le gustan los postres? Vi que si esposa le preparó un té en lugar de servirle el pastel helado, lamento si no le gustan, no tuve tiempo de cocinar nada...-

Kumagoro estaba a punto de volverse diabético, ese chico era muy tierno para él.

- Si, me gustan, gracias.-

El rubio sonrió.

Kumagoro se sonrojó y sonrió también.