「𝑸𝒖𝒊𝒏𝒄𝒆: 𝑇𝑜𝑑𝑜𝑠 𝑓𝑢𝑖̀𝑚𝑜𝑠 𝑢𝑛 𝑣𝑖𝑙𝑙𝑎𝑛𝑜」
Cheong-sang tomó una profunda y dolorosa bocanada de aire, intentando vanamente retener sus lágrimas. Sus orbes continuaban fijamente clavados sobre los de Mew, suspiró y negó.
—Lo siento mucho, Cheong-sang, de verdad lo lamento. — Impulsivamente el menor levantó su mano convertida en un puño apuntando al rostro del mayor, Mew ni siquiera pestañeó. —Hazlo —susurró. Pero Cheong-sang negó, sabía que no sería capaz, jamás podría hacerlo.
De todas formas, él desde un principio supo que no tenía ni una sola oportunidad con Mew. Y estaba demasiado conciente de que los sentimientos y el corazón no se podían forzar, lo que debía ser, será, y lo que no, se perderá.
Bajando su mano se abrazó a sí mismo y comenzó a correr, yéndose lo más lejos posible de Mew. El mayor trató de ir tras él, ¿para qué?, no lo sabía, pero se sentía la peor persona dejando al niño en ese estado, sabiendo que él y su estúpido corazón eran los causantes de ello.
Cuando menos lo esperó, una mano cálida se posó sobre su muñeca deteniendo sus pasos aún no iniciados. El tacto sobre su piel lo hacía sudar, giró lentamente su cabeza hasta que sus ojos se encontraron con aquellos orbes marrones y brillantes que le observaban, los mismos que jamas imaginó ver en ese momento.
—Déjalo ir, es lo mejor para él... — Mew abrió y cerró su boca en segundos, pasmado ante tal suceso. No esperaba ver a Gulf ahí, y mucho menos que este se prestara para consolar lo que fuera que estaba sintiendo justo ahora.
—Gulf,... —musitó, degustando el nombre entre sus labios, —p-pero y-yo soy... — El mayor negó.
—No, no es tu culpa, Mew. — Seguido de ello, le sonrió, esa sonrisa que le transmitía tantas emociones. Ella sola bastaba para darle la calidez que le hacía falta. —El corazón no se puede mandar, ¿sí? Y la vida es tan incierta e indescifrable como para que tú supieras lo que pasaría. —Acarició la mejilla ajena.
—¿Tú lo sabes? — Cuestionó, el contrario asintió un tanto apenado.
—Namjoon me lo dijo... — Las mejillas de Gulf se tiñeron de un leve carmín, haciéndolo ladear su cabeza para intentar esconderlas. Mew únicamente suspiró, sintiendo un inexplicable temor ante el hecho de que Gulf supiese acerca de lo ocurrido.
—Yo no quise lastimarlo,... —habló, luego de un par de segundos —yo realmente no quería lastimar a nadie. —Apretó sus sudorosos dedos vuelto un puño —Puedo vivir siendo lastimado, pero no creo que p-pueda--
—No seas tan cruel contigo mismo, Mew. —El pelinegro interrumpió —Todos más de alguna vez tendremos que ser el villano de una historia. —Suspiró, mirando al vacío —Ya sea el de una mal contada o el de una tan cierta. Lo que quiero decir, es: no puedes irte de esta vida sin haber lastimado a nadie, porque muchas veces incluso de forma inconsciente lo hacemos, y eso no te hace más valioso o menos ser humano que los demás. — Con su pulgar limpio una lágrima resbaladiza de la mejilla del menor. —Todos fuimos un villano alguna vez.
—... — Para Mew aquellas palabras fueron como un ungüento auditivo para sanar un golpe interno, quiso sonreír, pero ahora realmente se sentía tan mal que su sonrisa ni siquiera llegó a sus labios, y peor aún a sus ojos.
—Lo lamento,... —Aquello tomó por sorpresa a Mew —de no ser por mí tú habrías podido ser felíz... lo siento realmente, solo he sabido hacerte daño. Todo este tiempo me culpé tanto por haberte perdido y entendí que te amé, yo siempre t-te amé, per--
—Para, — Gulf lo miró sorprendido —por favor, tú mismo acabas de decir que todos cometemos errores, ¿no? —Sonrió de lado. —Aún así, Gulf, hay heridas que son demasiado profundas como para sanar rápido... — El mayor asintió, sintiendo a su corazón encogerse por aquellas palabras —de todas formas, mi pasado es de lo que menos quiero hablar ahora. —Soltó un suspiro. Gulf parpadeó para espantar las lágrimas y aquel ardor en sus ojos. Seguidamente dibujó una sonrisa en su rostro y miró a Mew.
—¿Quieres que vayamos a comer?
—¿A comer? —cuestionó el menor.
—¡Mm! Las penas con pan, saben mejor, ¿no? —Ambos sonrieron aún con sus ojos acuosos por las lágrimas.
—Está bien —respondió Mew, limpiando sus lágrimas.
—Bien, pero primero debemos volver a la habitación para que cambies ese traje por ropa más cómoda —Mew asintió sonriente. Ya ni siquiera recordaba que aún llevaba puesto el traje para la sesión de fotos de ese día.
Gulf volvió a sonreír, esta vez de forma más amplia y sincera, sintiendo aquella vibrante felicidad en su pecho, pues había sujetado el brazo de Mew con ambas manos y este no había puesto resistencia alguna, y cabe aclarar que durante la conversación no soltó su muñeca ni un momento.
Se sentía felíz y emocionado, realmente lo estaba. Las esperanzas habían renacido en él y esta vez aprovecharía al máximo la oportunidad que la vida le brindaba. Sabía que sería difícil volver a llegar al corazón de Mew, pues así como este lo dijo minutos antes, hay heridas demasiado profundas que así mismo necesitan de una cicatrización lenta. Y en algunos casos, la marca de la cicatriz queda ahí para recordarte lo que viviste y lo mucho que dolió aquella herida, para recordarte la lección de vida que aprendiste.
La cicatriz en el corazón de Mew era más como una lección para Gulf, para recordarle lo que hizo y lo que perdió, para recordarle que no debe cometer el mismo error. Pero así mismo, para enseñarle que hay amores tan profundos y sinceros, que, pasen los años que pasen lucharán para mantenerse en ese lugar en el que se arraigaron desde un principio.
Porque sí, es posible dejar un beso en aquel lugar en el que antes dejaste una lágrima. Y dejar un abrazo en ese lugar en el que antes dejaste tu ausencia.
Pero claro, así como Roma no se construyó en un día, el perdón y la confianza no se recuperan en poco tiempo. Todo conlleva un proceso que contiene aciertos y desaciertos, aunque claro, todo aquello que vale la pena conlleva un precio, un esfuerzo y un sacrificio, para al final llevarte a la cima, a una victoria, a un premio.
Y el mejor premio para Gulf sería volver a tener a aquel lindo castaño entre sus brazos, recibiendo como el mejor amanecer aquella bella sonrisa dental y como la mejor melodía el sonido de aquella melodiosa voz, esa voz que tanto amó aún sin saberlo, la que tanto lloró, pero sobretodo, la que tanto extrañó.
Cheong-sang corrió lo más rápido que pudo, sus piernas incluso comenzaron a doler y su corazón acelerado le pedía a gritos que tomara un descanso.
Al salir del enorme hotel elevó su mano para limpiar sus lágrimas, obstruyendo un poco su vista. Quería cruzar hacia el jardín así que, movió su cuerpo hacia la izquierda pero al hacerlo sintió como un peso bastante enorme caía sobre él.
—¡Mhmp! —jadeó. Sollozó y abrió sus ojos, los cuales ardían demasiado.
De inmediato se percató que unos hermosos orbes caoba lo observaban con fijeza, llevó su vista a observar más a aquel desconocido, encontrando unas cejas delgadas y rectas en color café, una nariz fina y respingada, para finalizar con unos labios medianos con arco de corazón. Sintió pesar al fijar su mirada en el collarín cervical de color blanco que el desconocido portaba.
—¿Por qué lloras? —preguntó esa voz, de todas las palabras posibles para decir, tuvo que preguntar eso. Cheong-sang ladeó su rostro en espera de que el chico encima suyo se levantara, pero este no lo hizo.
—O-oye... —habló con dificultad, el peso del otro ya le estaba afectando respirar —¿podrías levantarte, por favor?
—¡Ah! Sí —Con dificultad el chico se puso de pie, el dolor en su cuello y costillas era aterrador. Aún así, cómo todo un caballero le extendió su mano a Cheong-sang y lo ayudó a ponerse de pie.
—Gracias... lamento mucho haberte tirado, no fue mi intención... —El sujeto no respondió —Soy Lee Cheong-sang —Extendió su mano para presentarse ante el desconocido. El muchacho de cabello café oscuro, sonrió de lado.
—Mi nombre es Itan Soobin, mucho gusto. —Estrecharon sus manos.
[Fotito de Soobin, porque recordé que no le había dado un rostro hasta el día de hoy. Ahora podemos apreciar su belleza.😌☝️]
—Ahora, Cheong-sang, ¿puedes decirme por qué corrías? — El nombrado simplemente negó.
—Eso no te importa. — Soobin sonrió.
—Está bien, no me importa. ¡Pero!... — El menor lo observó en espera de su respuesta —puedes acompañarme a beber, ¿verdad?
—Con eso en el cuello —señaló el collarín —¿puedes ir a beber? ¿No es peligroso?
—Digamos que estoy en recuperación —Encogió sus hombros mientras sonreía. Cheong-sang soltó un pesado y profundo suspiro.
—Está bien, te acompaño a beber —respondió.
Ambos chicos comenzaron a caminar hacia el lado contrario del jardín, ingresando nuevamente al hotel, pero, ahora en busca del bar que este contenía dentro.
Aunque desconocidos, ambos compartían un profundo dolor en el corazón. Ese que martillaba aún más al estar en ese lugar, enamorados de la misma persona pero sin siquiera saberlo, siendo los perdedores en una batalla en la que desde un principio las posibilidades de ganar jamás estuvieron de su lado.
Pero el destino es tan incierto, curioso y juguetón. Podría ser, que tal vez, tan solo tal vez, en esta ocasión haya puesto frente a ellos a esa persona que será la cura de su corazón. Que haya unido las vidas de esas dos personas para que puedan terminar por curarse mutuamente y alcanzar la felicidad que ambos merecen.
•
El primer día de la boda transcurrió entre sesiones de fotos presenciadas por los invitados, un pequeño baile nocturno y una cena a la luz de la luna.
La agenda del segundo día contenía la sesión de fotos con temática de luna de miel en la playa, por lo cual, tanto los novios como los invitados lucían sus mejores trajes de baños.
Jin bajaba por las escaleras, vistiendo un conjunto relajado y suave. El cual constaba de un pantalón blanco que bailaba alrededor de sus largas piernas, y una camisa color rosa pastel sin estampados. La cual también le quedaba un poco holgada.
Retirando sus gafas de sol para acomodarlas en la apertura de su camisa, caminó hacia el patio trasero del hotel, buscando la soledad de ese día tan resplandeciente. Al llegar ahí detuvo sus pasos de inmediato, enfocó la ancha espalda cubierta por una camisa color celeste cielo. El nudo se formó en su garganta.
Como dolía verlo...
Quiso girar para retirarse de ahí, pero su suerte es tan jodidamente mala que al dar la vuelta su sandalia se dobló de la punta y lo hizo caer de estómago. Alertando inmediatamente a la otra persona que estuvo ahí antes que él. Namjoon corrió de inmediato a socorrerlo y ayudarlo a ponerse de pie.
—M-muchas gracias... —Comenzó a sacudir su camisa con prisa.
—Jin, ¿estás bien? ¿Qué estas haciendo aquí? — El mayor tragó grueso, deteniendo por un minuto su vista para apreciar el cuerpo de Namjoon.
Aunque la camisa que portaba le quedaba un poco holgada, los pantalones negros se pegaban a sus piernas así como sus pectorales a la camisa. No pudo evitar tragar grueso. Jin toda su vida había sido un pan de Dios, la definición en persona de la inocencia, pero desde que Namjoon llegó a su vida todo eso cambió. Sintió deseos por primera vez, quiso tener en todas las maneras habidas y por haber a Namjoon. Antes incluso llegó a pensar que era asexual o algo así, pero la llegada del rubio a su vida mandó a volar todas las posibilidades de una vida sin amor para él.
Por eso, Jin se entregó sin restricciones a Namjoon, sin imaginar que este solo acabaría por lastimarlo.
—N-nada... solo quiero irme. Discúlpame — Sin permitir respuesta alguna se soltó de Namjoon y comenzó a correr. Sorbiendo su nariz y limpiando las lágrimas. —No mires atrás, solo no mires atrás... —susurró.
"Te extraño, pero no quiero volver"
×
El día concluyó como esperaban, la sesión de fotos salió perfecta. Claro que Mew y Gulf tuvieron que usar sus dotes actorales para que todo aquello saliera perfecto. Teniendo que parecer siempre la pareja de futuros esposos más feliz que pudiera existir.
Mew continuaba sintiendo los extremos nervios y a veces las náuseas que azotaban su sistema. Incluso su asma se revelaba ante aquellos momentos de ardua presión. Debía admitir que sí se calmaba con mayor prontitud al sentir cerca suyo a Gulf, pero aquello duraba poco. Namjoon había sido de ayuda, Jin incluso.
Ahora mismo se encontraban en el área de la playa, ambos llevaban un conjunto de pareja pero de color distinto. El de Mew era azúl mientras que el de Gulf era rosa. La sesión de fotos era de temática de recién casados en su luna de miel, por ello, ambos tuvieron que posar felizmente en distintas posiciones, ya sea abrazados o con sus narices rozando de manera tierna. Por lo perfectos actores que ambos resultaron ser, absolutamente todas las fotografías quedaron magníficas.
Aunque la idea de ellos dos juntos con un atardecer de fondo, era bastante tentadora para el fotógrafo, les permitieron ir a descansar, pues todo el día había sido bastante duro y ajetreado para ellos. Dado que ambos eran el centro de atención de todos los invitados, este ya era el segundo día de la boda y no querían sobre exigirles demasiado.
—Pueden ir a cambiarse por un atuendo más relajado y sencillo y luego bajar para la degustación de los diversos postres que les estamos ofreciendo —informó, la planificadora del evento.
—Muchas gracias —dijeron ambos. Mew soltó a Gulf y caminó hacia Namjoon, alejándose con él en cuestión de segundos.
El moreno de inmediato notó la mirada triste en el rostro de su primo. Jin observaba como Namjoon se alejaba junto a Mew, solamente podía recordar la escena de hace un momento. NamJoon hablando con Mel, la secretaria de Gulf, de una forma tan cercana.
—¿Todo está bien, Jin? — Gulf destapó la botella de agua y comenzó a beber. Jin no respondía, simplemente mantenía sus manos apretadas en pálidos puños, Gulf se percató de esto y detuvo su paso. —En serio, primo, ¿qué ocurre?
Jin pensó muy bien antes de responder, no quería aceptar que desagradablemente estaba celoso. Jodidamente celoso. En el preciso momento en que consideró responder, Lee Cheong-sang iba pasando frente a ellos hasta llegar al área de las bebidas en la cual se encontraba Mew con Namjoon. SeokJin miró a Gulf, percatandose de inmediato de la forma en que su primo apretaba la botella con sus dedos.
—¿Qué sentiste cuando viste a Cheong-sang con Mew? —soltó sin más, con una nada peculiar velocidad en sus palabras.
—¿J-ja?
Gulf frunció el ceño e inclinó su rostro, confundido y un poco desorbitado. Aunque debía aceptar que la pregunta de Jin logró desviar su atención de Mew y Cheong-sang, desde hace dos días el niño ni siquiera le había dirigido la palabra a Mew, pero ahora tan de repente estaba ahí, sonriendo amenamente con su prometido.
Su futuro esposo.
—Lo que escuchaste. ¿Qué sentiste? —insistió Jin.
—Rabia, instintos asesinos florecer en mí... -
—Guardó silencio tan solo unos segundos —y culpa... —Suspiró.
—¿Culpa? — Jin comenzó a caminar hacia adentro del hotel, por inercia Gulf lo siguió. Sabía perfectamente que aunque Mew hubiera estado "evidentemente" bien con permanecer pegado a él todos estos días, estaba siendo difícil. Darle su espacio era lo mejor, al menos por ahora.
El cielo ya se había oscurecido y la noche había arrebatado el día. La fiesta continuaba de forma eufórica y animada, con fotógrafos por aquí y por allá, gente hablando de negocios e incluso cerrando alianzas en la celebración. Para ser el segundo día de su peculiar boda de destino, todo estaba siendo demasiado agotador y estresante, pues había tanta gente que ni siquiera Gulf y mucho menos Mew conocían.
Pueden tacharlo de raro o antisocial, pero estar recibiendo felicitaciones y abrazos de personas hipócritas que tan solo quieren ver el imperio de su padre, caer, a Gulf le resultaba repugnante en verdad.
—Mm..., pero, ¿por qué me preguntas eso?
—Es que... yo no debería de sentir culpa solamente porque Namjoon estaba hablando con Melany, ¿verdad? Quiero decir... yo... —Miró a Gulf, no queriendo decir lo que tenía atorado en su garganta para no lastimar a su primo.
—Tú no lo lastimaste... —completó Gulf. —Exacto, no lo hiciste. ¿Qué es lo que te agobia entonces? —Jin suspiró.
—Él intentó hablar conmigo y yo simplemente corrí. A veces no entiendo mi propio corazón, Gulf. Siento que quiero que se aleje, que guarde su distancia conmigo y no me perjudique más, pero también... —Sus ojos se cristalizaron —también quiero volver a tenerlo tan cerca como en aquel entonces, escuchar lo que tenía por decirme esa noche y no-- —Su voz se quebró completamente y sus ojos comenzaron a liberar las lágrimas acumuladas.
—Perdón, Jin. Sin querer hacerlo también terminé dañandote a tí.
—Claro que no, Gulf. Lo que sucedió contigo y con Mew estaba por mucho, fuera de lo que tenía que suceder entre Namjoon y yo. Él decidió irse y dejarme, él eligió a su amigo por encima mío. Y en eso tú no tienes nada que ver.
Gulf guardó silencio y simplemente se dedicó a apoyar y consolar a su primo. Lo llevó a su habitación de hotel y permaneció con él hasta que Jin por fin pudo calmarse por completo y luego ya cambiados de atuendo, bajaron a la fiesta para culminar el día.
Los recuerdos son la daga de doble filo más dolorosa que puede existir en la Tierra. Y no todos somos capaces de empuñarla.
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El tercer día llegó a su fin con una agenda no tan apretada, era él día de la cena y ensayo de la pre-boda de ambos magnates. Por lo cual, durante todo el día su presencia no fue exigida ante las camaras o ante los invitados, pues todos se encontraban demasiado ocupados buscando sus atuendos para este día y sobre todo para el día siguiente que sería la ceremonia oficial de boda.
El matrimonio igualitario en Tailandia había sido aprobado aproximadamente tres años atrás, por lo cual, no era algo extremadamente sorprendente para la sociedad el hecho de que dos grandes magnates contrajeran nupcias siendo del mismo sexo. Y por el mismo motivo, variedad de reporteros de diferentes medios de comunicación e incluso prensa en línea, estaban llegando al lugar para cubrir el que sería un gran evento en el medio empresarial.
Gulf caminaba rumbo a las escaleras del hotel para poder volver a su habitación, sentía que no podía más con la presión de tener que sonreír ante una considerable cantidad de personas que él ni siquiera conocía.
En este momento ni siquiera Jin o Mew se encontraban cerca suyo, al momento en que iba a subir el primer escalón una mano se posó fuertemente sobre su hombro y lo presionó hacia atrás, al girar su rostro se encontró frente a frente con Demián y a su lado nada más y nada menos que su tía Alya, la hermana mayor de su madre.
El pelinegro tragó grueso al verla.
—T-tía... que sorpresa —masculló.
La mujer vestía un elegante traje de lana, con un sombrero amarillo mostaza y un abanico que hacía juego con su outfit y su prepotencia. La dama en cuestión miró detenidamente a Gulf de pies a cabeza, el menor al sentirse tan irrespetuosamente juzgado, adquirió una posición sumisa que hizo sonreír a Demián.
—Jum, veo que no has cambiado en nada —dijo ella, extendiendo su abanico con un solo movimiento —. Sigues siendo el mismo niñito caprichoso que asesinó a su madre. — El pelinegro tan solo apretó sus puños e hizo su mayor esfuerzo para contener sus lágrimas.
—Calmése, bella dama. —Dijo Demián, Gulf únicamente guardó silencio.
—¿Calmarme? ¡Este niño inútil fue quien llevó a mi hermana a su muerte!, ¡¿y así me pides que me calme?!
—M-mejor vámonos —pidió Demián.
—Sí, prefiero eso a seguirle viendo la cara a este engendro. — Se acercó a Gulf y levantó su rostro bruscamente —Escúchame, sobrino, sé que todo este tema absurdo de la boda no es mas que una estratégia de tu estúpido padre para cubrir alguno más de tus errores de niño rico, pero yo llegaré al fondo de esto y te expondré ante todos. ¿Quedó claro? —Soltó con brusquedad el rostro del menor y comenzó a subir las escaleras, seguida de Demián.
Gulf soltó la respiración que estuvo conteniendo hasta ese momento, y cuando ya no pudo más sus lágrimas brotaron sin poder detenerlas. Cubrió su boca en un intento de callar sus sollozos, pero fue inevitable.
Al levantar su rostro su cuerpo permaneció inmóvil ante la persona frente a él, quien lo miraba fijamente y con incredulidad ante lo que posiblemente había alcanzado a escuchar.
—M-Mew... —titubeó, en un hilo de voz que fue tan difícil como el mantenerse de pie en ese momento —tú... ¿escuchaste lo qu--?
El castaño ni siquiera le dió tiempo de terminar o de reaccionar cuando lo envolvió en sus brazos y lo aferró a su pecho. Ni siquiera el mismo Mew pudo ser conciente de por qué lo hizo, tan solo recordó el dolor que la muerte de su madre le causaba a Gulf, aunque jamás tuvo la oportunidad de escuchar lo que sucedió aquella noche que traumó a Gulf, sí fue capaz de presenciar el lado mas vulnerable del pelinegro.
Era conciente de que no lo guió su cerebro, sino su corazón. Ese mismo corazón que seguía siendo uno solo, latiendo en sintonía junto con el de Gulf.
Ese mismo que le pidió a gritos que consolara a su amado.
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Sin palabras.
La madre de Gulf y su muerte, es mencionada por fin después de varios capítulos, será este un misterio más por resolver.
¿Cuál habrá sido la causa de muerte?
¿Continuará el corazón de Mew ablandandose cada vez que vea a Gulf así?
Lo averiguaremos
¡Hola! Quise darles una pequeña sorpresa con este capítulo, tal vez ahorita parezcan confusas varias cositas, pero poco a poco iremos descubriendo el origen de cada una.
Ya nos falta poco para la boda (en el siguiente cap) así que deseenme suerte, no planeo hacer muy larga la historia, pero ya ustedes saben que yo planeo algo y mis personajes planean otra cosa haha.
Por eso, quisiera preguntarles, ¿les gustaría que Gulf sufra un poco más para obtener el perdón de Mew? Recuerden que ya de por sí esta historia fue escrita para tener drama hahaha.
Quiero agregar también el darles las gracias por esperar siempre por mí, todos los días hago el intento y aquí voy a pasito de tortuga, pero aquí voy. No sé si ya les había dicho, pero estoy trabajando desde ya hace un tiempo y la verdad es que el trabajo consume todo mi tiempo, haré mi mejor esfuerzo y daré lo mejor de mí para ser constante y poder volver con ustedes, porque yo jamás he soltado a mis niños amados y a ustedes tampoco.
Además, también extraño mucho escribir, siento que a mi vida le falta ese algo que me emocionaba tanto, asi que por favor no me abandonen y esperen por mí porque yo siempre voy a volver.
Casi no se los digo mucho, pero los amo y les agradezco mucho, gracias a todos por amar principalmente a MewGulf, y luego a mis historias y por ser parte de mi comunidad de aves fénix renacientes de las cenizas.
Nos leemos en un próximo capítulo.
Bye~•
Psdt: El mes pasado cumplí tres años de haber comenzado a escribir.🥺💜✨
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