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𝕮𝖆𝖕𝖎́𝖙𝖚𝖑𝖔 𝟖


🌰🧺🐻

El insomnio le había atacado esa noche.
No podía parar de pensar en lo sucedido ayer por la tarde. No se sacaba de la cabeza todas las palabras qué le dijo Vernon.

Se estaba duchando, las tibias gotas de agua caían sobre su cabeza, provocando que pudiera relajarse un poco; pero ni eso podía sacarlo de sus pensamientos.

Estaba furioso, claro que lo estaba.
Y ni siquiera sabía porqué lo estaba; era obvio que debería de estar enojado quizás con el otro rubio, pero no era así, más bien, estaba enojado con sí mismo.

Estaba algo confundido, y el hecho de estarlo, le confundía más. Y no encontraba solución.
Carajo, ¡ni siquiera sabía a qué debía encontrarle solución!

¿Debía tomar una decisión? ¡Pero qué decisión!

Todo giraba en torno al chico de cabellos azabaches, y eso era lo más jodido. Porque carajo, ¿debería seguir el "consejo" que le dió Vernon? O debería simplemente mandar a la mierda a Vernon y seguir con su plan de conquistar al más bajo.

Mhh... bueno la segunda opción es más tentadora...

Y mierda eso era lo jodido. El quería tener a ese pequeño a sus pies, y restregárselo en la cara a Vernon.

Pero al parecer no sería tan fácil, mucho menos teniendo en cuenta que el día anterior Jungwon prefirió a Vernon antes que a él.

No lo prefirió imbécil. Solo te ignoró porque te comportaste como un simio frente a él.— le "contesto" su subconsciente.

Cállate.— contestó este.

Luego de unos minutos salió de la ducha, y continuó su rutina mañanera. Después de todo, se levanto mucho más temprano de lo habitual, así qué aún tenía tiempo para debatir con su subconsciente y tomar una decisión.

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Estaba caminando hacía la cafetería, y como siempre; bajo la mirada y murmullos de muchas personas, los cuales empezaron a incomodarle.

Rezó internamente por encontrar a alguno de sus amigos lo más pronto posible, porque cada vez eran más raros aquellos comentarios para nada disimulados.

"Mierda, qué trasero."

Escucho la voz de una chica, y avergonzado se alejó lo más pronto de ahí.

¡En su otra escuela al menos disimulaban! Pensó, mientras sentía su carita caliente.

Estaba tan avergonzado, que no podía seguir con la cabeza en alto. Lo cual provoco que chocara con un gran cuerpo.

—¡Lo siento!— dijo rápidamente.

—Hola Jungwon.— escuchó como la persona le saludaba. —Tranquilo, no es nada.— mostró su eye-smile.

—Oh, Jay hyung.— saludó y se sintió en paz, cuando por arte de magia los murmullos cesaron. — Discúlpame, estaba un poco distraído.—

—Tranquilo, enserio no es nada.— reiteró, y no se dió cuenta de las miradas de la gente. ¿Park Jongseong siendo amable? Era algo que ni ellos podían creer.

—¿Ibas a alguna parte?— habló sutilmente el mayor.

—Sip, de hecho iba a la cafetería.— contestó con una pequeña sonrisa. —¿Te gustaría acompañarme?—.

—Oh, claro.— respondió al instante.

Caminaron juntos a la cafetería, iban preguntándose sobre el otro y viceversa, pues ambos tenían cierta curiosidad del otro. Al llegar a la cafetería, ambos pidieron una malteada de chocolate para cada uno, las cuales corrieron por cuenta del rubio, a pesar de que el castaño se negara rotundamente, de igual forma el rubio fue quién pagó luego de convencer al más bajo, quién estaba algo enojado y rojito.

—¡Yah! Pareces un gatito enojado, cambia esa cara.— dijo juguetón el rubio.

—Tú pareces un gato.— dijo el otro, quién estaba aún enojado. Pero escuchó la risa del mayor y sonrió, pues su sonrisa era muy linda.

—Así me gusta, con una sonrisa igual que un gatito.— le dijo el rubio.

—¡Yah! No me avergüences.— dijo riendo riendo y tapándose la carita con sus pequeñas manitos.

—Te vez muy tierno así.— dijo con sinceridad.

—¡Basta! Sigues avergonzándome Jay Hyung.— se quejó.

—Solo digo la verdad.— se defendió.

—¡Pero me avergüenzan tus cumplidos!— dijo aún con sus manitos en su rostro.

—Bueno, ese caso... te ves muy lindo sonrojado.— dijo juguetón.

—¡Yah hyung bobo!— gritó mientras reía.

Toda la cafetería admiraba la adorable escena, pero ellos no sé preocuparon por eso, estaban en su pequeña burbuja.

Pero lo más curioso para ambos era que se sentían realmente bien juntos, encajaban en varias cosas, y también tenían gustos muy diferentes, los cuales le explicaban al otro y no se aburrían. Era algo que le causaba mucha curiosidad interna a ambos, pero no le tomaron importancia. Al menos no por ahora.

Pero otras personas si.

—Le gusta.—dijo Yuna.

—Woah, es cómo si estuvieran en una cita.— exageró Ryunjin.

—¿Ustedes enserio creen que a Jay le atraiga Jungwonie?— preguntó algo impresionada Chaer.

—Si.— dijeron ambas chicas.

—Pero... ¿eso siquiera es posible? Hablamos de Jay, lo conocemos cómo a a un hermano.—cuestionó Yeji, quien también veía la adorable escena.

—Tal vez, sea la primera vez en la que a Seongie le guste alguien...— dijo también Lia.

—Bueno... solo espero que sea de verdad, ya era hora de que Seongie deje de ser un tonto.— dijo Chaeryeon, quién aún seguía algo impactada.

—¿Deberíamos de hacer algo?— dijo Yuna.

—Definitivamente.— dijeron al unísono Ryunjin y Chaer, quienes estaban enternecidas viendo como Jungwon se sonrojaba y Jay reía.

El timbre sonó, provocando que las chicas salieran de su trance y se fueran rápidamente a sus salones.

—Uhm, debo irme.— dijo Jun, quien aún seguía rojito y con las mejillas adoloridas de tanto reír.

—Oh, espera, te dejo en tu salón.— contestó inmediatamente el rubio.

—No te molestes Jay hyung.— dijo riendo.

—No es molestia, anda vamos.— dijo dando fin al pequeño debate.

Caminaron entre bromas al salón de artes, y como aún quedaba algo de tiempo, se fueron por el camino más largo, sin darse cuenta. O al menos sin que el castaño se diera cuenta.

—Bueno, aquí esta su salón, bello chico.— dijo Jay.

—¡Yah! Para Jay Hyung.— dijo riendo el menor.

—Esta bien.— dijo entre risas. —¿Nos vemos en el almuerzo? Ya sabes, para seguir hablando.— dijo rascándose la nuca nervioso.

—¡Claro! Ahí estaré.— dijo sonrojado. —Nos vemos luego hyung.— se despidió mientras entraba al salón.

—Hasta luego.— dijo el rubio, quién no tuvo apuro para llegar a su salón, el cuál quedaba al otro extremo del instituto en el tercer piso.

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Los minutos de la clase avanzaban bastante rápido, y probablemente sea porque Jungwon amaba la clase de Artes visuales y el siempre sentía que las horas de artes no eran suficientes.

Sonó el timbre y Jungwon fue el último en salir del salón, pues debía guardar todos los lápices y pinceles que tenía en sus 2 estuches de artes.

Cuando por fin salió al pasillo y se encaminó hasta su casillero, pudo notar como un chico rubio estaba apoyado sobre éste, cómo si le estuviese esperando.

Caminó lo más rápido y sigiloso para saludar al chico.

—Hola Nonie.— saludó el pequeño chico.

—Oh hola Wonnie, te estaba esperando. Espero no te moleste.— contestó el contrario.

—Para nada.— mostró su bella sonrisa.

—Genial, ¿vamos al patio de la biblioteca?— invitó.

—Está bien, aguarda un segundo.— dijo mientras guardaba sus dos estuches, y sacara su cuaderno para la próxima clase. Luego de que el menor cerrara su casillero, ambos tomaron rumbo hasta el lindo patio silencioso.

—Uhm Wonnie— habló el rubio luego de un rato. —me preguntaba si estarías ocupado ésta tarde, luego de las clases.—

—Uhm...— hizo una mueca pensativa. —Nop, estaré libre. ¿Por qué?— dijo con su carita curiosa.

—Oh bueno, uhm me preguntaba si quisieras salir luego de clases, ir a algún parque o algo, claro si quieres.— hablo algo nervioso.

—Uh, ¡claro que sí! Sería genial.— respondió emocionado.

—Genial, ¿Después de la última clase?— preguntó.

—Uhm...— pensó. —No, debo almorzar con mis amigos y con Jay hyung.— recordó el acuerdo con el otro rubio. —Después del almuerzo estaría bien.— sonrió.

—Ah... bueno, no hay problema. Después del almuerzo será.— contesto tratando de disimular su disgusto. No le agradó mucho la idea de que Jungwon esté con Jay. Pero el no era nadie para impedirlo. Al menos no por ahora.

—Okay.— respondió el azabache, sin darse cuenta de la expresión del contrario.

—Te esperar-...—no pudo terminar la frase, puesto que el timbre que anunciaba el fin del receso sonó.

—Uh, hay que entrar a clases, debo irme.— dijo recogiendo sus cosas. —¡Te hablo luego Nonie!— dijo el pequeño mientras se alejaba del lugar.

—Okay...— susurró.

Vernon se quedó ahí unos segundos más, le quedó en la cabeza lo que le había dicho Jungwon sobre su almuerzo con Park. Le dejó un mal sabor en la boca.

Finalmente se levantó y se fue de aquel lugar.

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—¿Y bien?— cuestionó seria la chica.

—No me gusta, Chaer.— respondió de la misma manera Jay.

—A mi no me mientes, oxigenado.— entrecerró los ojos de manera retadora.

—¿Dónde quedó el respeto mocosa?— dijo fastidiado de que la chica le molestara.

—Murió cuando empezamos a ser casi hermanos hace 7 años, bobo.— respondió Chaer. —Pero no cambies el tema, sé que te gusta Wonnie, vi como le mirabas.— siguió.

—Solo estaba mirando su sonrisa. ¡Ningún humano se podría resistir a su sonrisa!— confesó.

—Bueno, en eso tienes razón...— admitió también la chica castaña. —¡Pero te conozco Seongie!— gritó.

—Park Chaeryeon, ¿tiene algo que compartir con la clase?— pregunto de forma cínica el profesor de la clase.

—Si, qué conozco mucho a mi mejor amigo, Park Jongseong.— comentó retadora la chica.

—Bueno... guarde silencio señorita.— y prosiguió con la clase, sabía que no le convenía discutir con aquella chica, podría dejarlo llorando si ella quisiera.

—Pff, canalla.— dijo fastidiada porque el anciano le interrumpió su discusión con el rubio. —Cómo sea; se que te gusta Wonnie, y no te culpo. Si el fuera hetero ya me lo habría ligado.— dijo pensativa.

—Hey, no jodas. Esta reservado.— dijo el rubio sin siquiera pensarlo.

—¡Lo sabía!— chilló la chica. —¡Al fin te gusta alguien!— siguió.

—N-no. Basta Chaer, o le digo a Han que te gusta.— le amenazó.

—Hijo de...— iba a seguir, pero Jay decidió ignorarla, así qué ahí terminó su pequeña discusión.

No siguieron hablando del tema en todo lo que resto de la clase, y el rubio realmente agradecía eso.

Ambos sentían cómo la clase se les hacía eterna, y realmente se alegraron cuando éstas terminaron. Caminaron hasta la salida del salón, querían salir lo más rápido posible de ahí.

Pero eso provocó que Chaer chocara con un delgado y diminuto cuerpo. Y al reconocer quién era, se alegro bastante.

—¡Wonnie! ¿Cómo estás bebé?— saludó dulcemente. —Disculpa por empujarte, quería salir lo más rápido posible de aquel martirio.—

—Uh, hola Chaer.— le abrazó. —No hay problema, y hola otra vez, Jay Hyung.—

—Hola Jun.— saludo algo embobado.

—Bueno, debemos ir con los demás, ¿vienes Wonnie?— habló la chica.

—Está bien.— respondió el pequeño.

Fueron hasta las gradas de la cancha de baloncesto, dónde supuestamente estaban los demás.  Y así fue, Jungwon pudo reconocer al chico de cabellos rosas con... ¿Sunoo?

Vaya... no sabía que SunSun y Niki se llevaran tan bien, porque eso demostraba la estruendosa risa de su hermano. Sonrió al escuchar esa tierna risa similar a la de un delfín.

—Hola idiotas, Hola Sunoo.— les saludó Jay a los demás.

—Hola chicos.— saludó Chaeryeon.

—Ja-ja, muy gracioso imbécil.—le respondió Niki. —Hola Chaer.— respondió a la chica.

—Hola Jay hyung.— saludó Sunoo, mientras corría a abrazar a su mellizo.

—Ay, cositas. Me dan ganas de abrazarles a ambos y jamás soltarlos.— dijo Chaer, quién veía enternecida cómo ambos hermanos se sentaban juntos aún con abrazados. —Ojalá alguno de ustedes fuera hetero.— comentó con cierta diversión, ganándose dos miradas asesinas de parte de Jay y Niki.

Quienes rápidamente las disimularon mirando hacía otro lado.

—Hey, rebajen esos celos, gatas.— dijo con cierta diversión Jake. —Bueno, ahora solo faltan los demás.—

Esperaron a que llegaran más chicos, y Jungwon y Sunoo quedaron bastante impresionado cuando vieron llegar a siete chicos realmente guapos.

—Bien, ahora que estamos casi todos, necesito que luego pasen la voz.— Habló Nicholas. —Pero antes, presentemos a las preciosuras.— les guiñó un ojo a los mellizos.

—Ay Nicho, no es necesario el halago.— dijo un chico alto de cabellos castaños.

—No hablaba de ti, Kai.— dijo mientras hacía una mueca.— cómo sea, chicos, ellos son Jungwon y Sunoo.— presentó a ambos hermanos. —Nenes, estos imbéciles de acá son; Youngbin, Seon, K, Beomgyu, Yeonjun, Huening Kai y Joshua.— nombró a cada uno.

—Aww, pero si son unos bebés.— habló al que habían presentado cómo Seon.

—¿Son estadounidenses?— preguntó Joshua.

—Sipi.— contestó Sunoo.

—No nos vayamos del tema.— dijo Jake, que ya estaba bastante irritado.

—Oh si, tienes razón.— habló Youngbin, quién quedó embobado con la presencia del los menores. —Bueno idiotas, debemos organizar la fiesta de este viernes.—

—Oh mierda, lo había olvidado.— Dijo Jay.

—Uhm, ¿fiesta?— preguntó Jungwon.

—Oh, si pequeñín.— habló K. —Hacemos fiestas casi todas las semanas.— alardeó.

—¡Eso es genial!, ¿podemos ir?— preguntó Sunoo, con una tierna carita.

—¡Por supuesto nenes!— dijo Seon.

Pero esa respuesta no le agradó a dos chicos de ahí, pues no querían que Sunoo y Jungwon se incomodaran con el ambiente de sus fiestas.

—Supongo que será divertido.— respondió Jungwon, con una sonrisa.

—¡Claro que si, Wonnie! Estaremos ahí los tres.— dijo Chaer.

Se pasaron todo el receso planeando la fiesta, y los menores estaban algo emocionados con aquel evento, pues según Chaeryeon las mejores fiestas eran las de ellos.

Al termino del receso todos debieron volver a sus clases, y quedaron en aue deberían correr la voz, incluso los menores.

Jungwon fue a su última clase y reconoció una particular cabellera colorada. Así qué caminó hacia este.

—Hola Seongminie.— le saludó.

—¡Wonnie! ¿En dónde haz estado?— respondió el de cabellos rubios y morados.

—Bueno, he conocido a mucha gente, perdona por no estar con ustedes.— se disculpó.

—Wonnie no hay problema.— le sonrió. —Sabes que siempre puedes ir con nosotros.— le respondió amablemente.

—Gracias Minnie.— le contestó, y recordó la fiesta. —Minnie, éste viernes habrá una fiesta, ¿irás?—

—Uh, ¿que fiesta?— le preguntó.

—De Jay Hyung y sus amigos.—

—¡Oh! Bueno, claro qué iré. Las fiestas de Jay son realmente geniales.— contestó emocionado.

—¿Enserio?— preguntó.

—¡Claro! Jay es el rey de las fiestas. No dudo que será realmente fantástica.— dijo mientras le mandaba mensajes a sus amigos y novio respecto a la fiesta.

No tenían ganas de tomarle atención al profesor de la clase. Después de todo, era la primera semana. Solo estarían con presentaciones y una que otra clase.
Así qué siguieron hablando sobre la fiesta y otros temas hasta el final de las clases.

Luego de que el timbre sonara, los chicos se dirigieron hasta la cafetería y separaron sus caminos. Jungwon caminó hasta la caja de la cafetería para pedir su comida y pagarla.
Luego comenzó a identificar a los demás, lo cuál no fue difícil ya qué todos estaban gritando y riendo como locos en la mesa de la terraza.

Se acercó hasta ellos y les saludó.
Tomó asiento al lado del rubio, quién aún estaba riendo, y no notó al pequeño.

—Hola de nuevo, Jay hyung.— le saludó.

—Hey Wonnie, aquí estás.— le devolvió el saludo y toda su atención fue dirigida hacía el pequeño, olvidándose de su grupo de amigos.

—¿De que reían?— curioseó.

—Oh, de una estupidez. No estás autorizado para saberlo, Pure Boy.— le dijo, en un tono de broma, sin siquiera pensarlo.

—¿Pure Boy?— dijo éste divertido.

—Oh...— y cayó en cuenta de lo qué había dicho. —¿Te molesta?— dijo algo preocupado de cagarla.

—Uhm... No, en verdad me gusta.— sonrió. —En ese caso, te diré Seongie hyung.—

—¿Seongie?— rió. —¿De dónde lo escuchaste?— y sin darse cuenta se sonrojó.

—Oí a Chaer decirte así.— mostró una sonrisa al notar el pequeño sonrojo del mayor.

—Bueno... creo que es justo.— ambos rieron.

Pasaron los 40 minutos bromeando, jugueteando y conociéndose aún más. Sé dieron cuenta que a pesar de ser bastantes diferentes, tenían alguna que otra cosa en común. Y eso les alegraba a ambos. Porque sin siquiera notarlo, lograban encajar y completarse perfectamente.

Estaban tan centrados en su propia burbuja, que no sé dieron cuenta de las miradas curiosas y para nada disimuladas de su grupo de amigos, en dónde también estaban todas las hermanas Park.

—Hey tórtolos.— interrumpió Nicho, quién veía con un poco de envidia a su amigo, por ganarle al pequeño. —Es hora de irnos.—

—Oh si, tienes razón Nich.— dijo Jay.

—¡Oh! Debo irme.— dijo rápidamente el menor. —SunSun, no me iré contigo, saldré con un amigo.— le avisó.

—Está bien Wonnie.— contestó el de cabellos negros.

—Wonnie, ¿con quién irás?— preguntó algo curiosa Chaeryeon.

—Con Vernon.— dijo mientras se levantaba. Sin notar cómo todos los presentes se quedaron helados. —Adiós chicos, debo irme.— dijo con una sonrisa, alejándose de dónde estaban los demás sentados.

—Uhhhhhhh...— dijo Jake, quién quiso cambiar el ambiente se puso drásticamente tenso.

—¡Yo no sabía nada!— se defendió rápidamente Chaer, puesto que sus hermanas le miraban de forma acusadora.

Y mientras ellos estaban callados, el rubio, se levanto sin decir nada, yéndose de ahí. Dejando a todos algo incómodos.

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Guardo el teléfono luego hablar con el estadounidense, ni siquiera se dió cuenta de qué estaba sonriendo. Pero cambió rápidamente su expresión al ver a la persona frente a él.

—¿Acaso vendrás conmigo cada vez qué estés molesto? Ya no estoy para eso.  ¿Qué carajos quieres ahora, Park?— dijo con disgusto.

—Nada en especial.— contestó el contrario con una actitud desinteresada.

—No me hagas perder el tiempo contigo.— dijo mientras pasaba por su lado, o más bien, tratando de pasar por su lado, pero sin éxito, ya que un fuerte empujón lo devolvió a su lugar inicial, mareándole un poco. —¡¿Que carajos?!— se alteró.

—Solo vengo a decir, que no me alejaré y qué hagas lo que hagas, yo siempre estaré primero. Cueste lo que cueste. No me retes Chwe.— dijo con la misma actitud, pero con una mirada desafiante.

—¿Es enserio?— dijo incrédulo, aparentado no tener ninguna pizca de miedo. —Haz lo que quieras imbécil.— dijo bastante enojado y prosiguió. —De igual forma, no podrás ocultarle toda la mierda de persona qué eres. Jamás podrás no dañarlo.—

—¿Y tú cómo carajos sabes eso?— rió. —No sabes nada.—

—Se mucho imbécil.— Dijo riendo. —¿Enserio crees qué podrás ocultarte por siempre? Ni siquiera sé qué es lo qué buscas. ¿Acaso te gusta Jungwon?— molestó, pero luego cayó en cuenta. —Oh... es eso. Te gusta y por eso no dejarás de joderme.— decía mientras reía aún más.

—Me importa una mierda lo que digas, imbécil.— dijo serio. —No hagas cómo si tú fueras lo más santo del jodido mundo. Estás igual de jodido qué yo, y es mi puto problema si me gusta o no.— le dijo ya bastante enojado.

Vernon empujó a Jay contra la pared, no había absolutamente nadie qué los detuviera, y si hubiera alguna persona, no se atrevería a interponerse entre ellos.

—No vuelvas a compararme contigo, jodido imbécil.— habló enojado.

—Admítelo, sabes que es así.— dijo Jay empujándolo, logrando que esté cayera al suelo.

Lo miró desde arriba, y sin decir nada más, se retiró de aquel lugar. Dejando sólo al otro rubio.

—Jodido imbécil.— susurró en el suelo, mientras veía como el otro se alejaba.

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Minutos después, el rubio apareció por la entrada del instituto, dónde un pequeño azabache le estaba esperando.

Hicieron muchas cosas esa tarde, comieron hamburguesas y caminaron por un lindo parque en dónde encontraron una feria; así qué pasaron toda la tarde subiéndose a las atracciones de aquella feria y comprando golosinas.

Salieron de ahí alrededor de las 7:35 pm. Era un poco tarde, así que Vernon se ofreció en acompañar al de baja estatura hasta su hogar.
El trayecto fue algo silencioso pero para nada incómodo.

—Aquí es.— dijo Jungwon cuando estuvieron frente a su hogar, mientras Vernon miraba la casa impresionado. —Muchas gracias por todo Nonie... la pasé muy bien.— le agradeció con un abrazo.

—N-no es nada Wonnie...— dijo algo avergonzado. Mierda Ver contrólate. Pareces una adolescente hormonal. Pensó.

—Y bueno, gracias a ti por aceptar. Espero que lo volvamos a repetir muchas veces.— sonrió tierno.

—Así será.— bostezó el menor. —Bueno, debo irme. Estoy algo cansado.— dijo mientras se separaba del rubio.

—Claro, hasta luego Wonnie, nos vemos mañana.— le dijo mientras le acariciaba el cabello.

—Adiós, ten cuidado.— se despidió el pequeño.

Mientras el rubio se daba media vuelta y se iba hasta su hogar.

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...

Son tan tiernos y eso que aún no son nada🥺💖

¿Qué creen que pasará en la fiesta? Dejen sus apuestas y teorías 👀

Nos leemos pronto~

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