ᝰVigésimo octavo acto
Los siguientes días fueron... Difíciles de explicar.
Durante el día soportaba a amargos tragos la asfixia de tener a Hann encima suyo; susurrándole, empujándole, amenazándole y diciéndole una frase en especial que no paraba de inquietarle—: Nadie te ve como yo.
«Joder...»
Pero lo soportaba, principalmente porque no tenía otra aparente opción conveniente para su persona. Cuando pasaba esa parte del día, llegaba Taehyungie esperándole en casa todos los días con una sorpresa diferente.
No podía permitir que aquella sombra de su pasado, tan realista y palpable, manchara sus últimos días con Taehyung de forma irremediable.
Porque él también lo sentía, sus huesos congelándose en medio de cada abrazo, pensando que pronto estarían con mares de por medio. Taehyung también dejaba los males del otro lado de la puerta mientras se encargaba de encontrarle solución al problema que era Hann.
No había espacio para lágrimas, se convencían ambos, todo se trataba de bloquear al mundo y ansiedad para disfrutar lo que podían juntos.
Con Jimin la cosa era diferente.
—Deja de pincharme las bolas porque juro que voy a reventar las tuyas de un jodido pisotón, escoria.
—Hann... Realmente te estás pasando, ¿no te parece? No te... Reconozco, ¿puedes parar?
—¿Por qué debería? —Jungkook se congeló viendo ese indescifrable sentimiento en los ojos acrecentarse conforme el resto de los presentes se ponía del lado del afectado—. ¿En serio están de parte de ese...?
—De ese qué imbécil, a ver si completas la frase—. Intervino Jimin nuevamente tan amistoso como al inicio.
Cansado de tener que cargar con otro peso Jungkook agarró a Jimin del brazo y lo apegó a él para susurrarle—: Ya basta de escenitas Jimin, no hacen más que empeorarlo todo.
—¡Es que no soporto verte así! No te mereces esto y tú lo único que haces es...
—¿Crees que necesito que me defiendan? ¿Crees que no he tenido que morderme la lengua para evitar aventarle un puñetazo? ¿Crees que le tengo miedo? No lo tengo, solo estoy siendo consciente de mi posición, y ahora mismo, es en sus manos. Así que contente si no quieres condenarme.
Y sin más lo sueltó y continuó con lo suyo; vio de reojo a Jimin fulminar con la mirada al sujeto en cuestión, el cual simplemente le sonrió a un Jungkook con muy pocas ganas de dirigirle siquiera un vistazo.
Lo siguiente que escuchó fue el suspiro de un avergonzado Jimin acuclillado a su lado.
—Perdón Kookie, también estoy algo nervioso e irritable por la cena de esta noche.
—¿De qué se trata?
—Una cena con Jin y vuestros padres, ¿puedes creerlo? Al parecer finalmente —sonrió Minnie— algo cambiará.
Kook frunció el entrecejo.
—No había escuchado de eso.
—Sí, bueno... Sabes cómo es tu familia.
—Cierto, soy un puto adorno ahí —Jungkook suspiró al a su mejor amigo con preocupación—. ¿Seguro que todo está bien?
—¡Por supuesto que sí! ¿Qué más podría ser?
—¿Hace mucho no hablas con Hyung? Yo por mi parte ni siquiera le he dicho del concurso.
—Bueno... Yo tampoco realmente, pero no te preocupes, incluso en todo su trabajo encuentra espacio para nosotros, la cena de hoy es la prueba —intentó aliviar con una sonrisa que acertó en esconder su desconcierto—. Todo estará bien.
—Claro... Ponte lindo Minnie, ¿te paso a recoger?
—Sep, ahora continuemos con los nuestro, ¿te parece?
—Suficientes distracciones—. Concuerda Jungkook y alcanza el equipo de música para dejar la pieza comenzar a sonar.
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—Oh~ ¿Entonces cenarás fuera?
—Sí bebé, lo siento.
Taehyung le respondió con un puchero que no le pasó desapercibido al menor. El pelo negro a su bebé grandotote le quedaba incluso mejor, era increíble.
—Bueno... Conduce con cuidado, ¿sí?
—No te acuestes tarde, mañana debes trabajar, yo por mi parte espero no demorar.
—No, no lo hagas... —Tae lo atrapó de la cintura y restregó su nariz por el cuello y mejillas del bailarín, haciéndole cosquillas—. Además, ¿cuándo conoceré a tus padres?
Jungkook respondió con una gran sonrisa—: Cuando regrese de Francia.
Vante reaccionó soltándolo mientras negaba con la cabeza—: Tonto.
Aún no estaban preparados para bromear del tema, pero se sentía bien hacerlo de a momentos.
—¡Adiós Tata!
Kim se apoyó en la puerta semi abierta y gritó—: ¡No me gusta dormir solito Kook, regresa pronto a casa!
¿Cómo se iba después de eso?
Taehyung vio extrañado a Jungkook dar unos raros saltos y su indecisión entre avanzar o retroceder, al final recorrió a toda velocidad la distancia que los separaba y se aferró con fuerza a los brazos del mayor para instantes después besarlo; pero besarlo en plan... Tragar su lengua.
—Mhm... Ngh...
Jungkook lloriqueó escuchando los gemidos bajos del mayor y con reales lágrimas se separó—: Puta familia Jeon que no hace más que estorbarmeeeeeeeee...
Taehyung simplemente rió con fuerza y palmeó el trasero de Kook para impulsarle a la salida.
—Vete ya, anda.
—Sí... ¡Te amo Tata!
—¡Te amo ángel! —. Gritó recibiendo la sacudida de la mano del contrario a la distancia.
Rió para sí.
—Tonto Jungkookie.
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Nada estaba bien.
Nada, nada, nada estaba bien.
Jungkook estudiaba con avidez a la mujer al lado de su Hyung, sus padres no dejaban de hablar de ella y su familia.
Su importante familia y las ventajas para ambos de unirse y...
«No me jodas»
Si su hermano mayor se dignase a mirarlo al menos un segundo, podría preguntarle; pero no lo hizo y eso fue respuesta suficiente.
Jungkook no dejaba de decepcionarse con la típica familia que le había correspondido; tenían aspectos favorables, cierto, pero ningún valor moral o impedimento social les era obstáculo en la labor de ganar dinero. Sus padres, incluso homófobos, permitían a Jungkook el espectáculo de llevar vestido —para la mayoría de las personas, una cosa lleva a la otra—. Mientras les diera ingresos, les venía bien hacerse de la vista gorda.
El azabache menor empujó el interior de su mejilla con la punta de su lengua y sin soportarlo más decidió tomar su parte en el asunto. Lo hizo colocando su mano encima de la de su mejor amigo, sobre la mesa y ante las miradas del resto.
Habló con una sonrisa.
—Permítanme interrumpirles para dar una noticia importante —Jungkook fuerza una sonrisa a su padre—. Jimin y yo hemos estado muy inmersos en un proyecto europeo que se propone reclutar a dos parejas de asiáticos para hacerlos formar parte de una beca en Francia, en el ballet nacional, ¿pueden creerlo?
El señor Jeon frunció el entrecejo y se inclinó hacia adelante.
—¿Disculpa?
—Como escucha, padre, si todo sale según lo planeado, la semana próxima estaré arribando a tierras francesas por cuatro años.
—¿Pero qué mal chiste es este?
Seokjin miró a Jimin y cuestionó sin poder aguantarlo—: No me habías hablado de esto.
—Sí, bueno, por lo visto has tenido temas más importantes de los que encargarte. Minnie y yo —se interrumpe para besar la mano de su amigo— nos independizaremos muy pronto, como la feliz pareja que somos —sonríe cínico a su mayor y gira el rostro al rubio—, ¿cierto Jiminie?
Tragando con fuerza el nombrado asiente y Jungkook siente el temblor en su mano.
«¿Cómo puedes hacerle esto a Minnie, puto Hyung?»
—A ver... Jungkook, no te precipites y tomémoslo con más calma. Si lo que quieres es una beca en el extranjero, puedo hacer gestiones y conseguir una del nivel, solo que por menos tiempo. No puedo consentir que estés descuidado del teatro por cuatro años.
—Precisamente porque no lo puedes consentir es que lo estoy haciendo por mi cuenta. Más pronto de lo que imaginas estaré fuera de tu alcance, finalmente.
Desde que Jungkook nació sus padres comprendieron que no estaba al nivel de su hermano mayor. El menor de los Jeon, por muy talentoso que pudiera ser, nunca sería lo que Kim Seokjin. Los destinos del par de hermanos, muy unidos a pesar de la distancia entre los caminos de ambos, decididos por sus padres, estuvieron determinados desde un inicio.
Jungkook fue totalmente desligado del seno familiar cuando sucedió la catástrofe pública de las fotos; cuando la sociedad lo marcó, su familia también lo hizo, exceptuando a su hermano, por supuesto .
Y viendo a Jin, nada podía importarle menos. Más que rencor, había vivido resentido hacia su familia; que ni la felicidad de su hijo de oro respetasen incluso cuando este había aceptado el plan de vida escogido por manos ajenas a las suyas, demostraba a Jungkook que su posición en aquel triángulo, era la correcta.
—Escúchame bien, Jeon Jungkook. Si piensas que voy a permitir que escupas la mano que te ha dado de comer todos estos años estás muy equivocado, no te lo he dado todo para que ahora llegues y...
—No me importa, tu segunda opción era darme en adopción y no lo hicistes así que ese es tu problema. Le quiero, pero lo único que nos une es ese cariño, esa pizca de cariño que me queda solo por ser su hijo —se gira hacia Jimin y le señala la salida—. Minnie, adelántate por favor, tengo algo que decirle a mi hermano.
—C–con permiso.
Le daba tanta tristeza que se limitó a preguntarse: «¿De haber intentado ser reconocido por la familia Jeon, hubiese acabado igual de decepcionado que Jimin?»
—No puedes hacer nada sin nosotros, Jungkook y créeme cuando te digo que con solo unas palabras de mi parte a esas... Personas, tú estarás fuera de la competencia.
—Sí, bueno... —se puso de pie alisando sus ropas—. Tengo de mi lado a alguien con más alcance que tú en ese ámbito.
Suspiró e ignoró a su padre dedicándole una mirada a su Hyung. Lo veía sentado tan fuera de lugar... Y sintió verdadera pena.
—Me has decepcionado Hyung.
—Jungkook...
—Nunca te daré la espalda, como mismo no me la diste tú a mí.
—No entiendes nada —Seokjin suspira cerrando los ojos—. Uno de los dos tiene que tomar este papel, es inevitable.
—Ahora lo es, para ti. Espero realmente que esto termine de diferente forma, por tu bien.
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Cuando salió del restaurante se resintió el frío con los dientes apretados, tuvo que abrazarse con sus brazos y corretear un poco para alcanzar al rubio que se alejaba sin mirar atrás.
—¡Jiminie!
—¡Déjame Jeon!
—Uy... No seas malo, no soy cualquier Jeon, soy Kookie, ¿a poco no?
Lo vio sacudir la cabeza de un lado a otro y detenerse en la orilla de la acera para cruzar la calle.
—No hay nada que puedas hacer para ayudar a que me sienta mejor, ríndete desde ya.
—Bueno... —el azabache giró el rostro y desde la derecha del mayor le dijo con una sonrisa—. Conozco un bar a pocos metros y la tarjeta de crédito de Taehyungie, ¿qué tienes tú?
Cosas de mejores amigos.
—... Ganas de beber, vamos.
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