Capítulo 9 (Final)
Me desperté, sobresaltada, al oír la voz que anunciaba los juegos. Sangwoo ya comenzaba a despertarse a mi lado y pude observar que Gi-hun abría los ojos también. Me levanté rápido y me moví para sentarme en mi cama antes de que alguien se diera cuenta de que no había dormido en esta. Gi-hun no me había visto en la cama de Sangwoo así que saludó normal, en el fondo sin tener ningún tipo de remordimiento hacia mí. Sin embargo, Sangwoo me miraba confundido.
Los hombres de rojo entraron y aproveché para eludir la vista del hombre con el que había dormido.
—Por favor, acompañarme a donde se llevará a cabo el próximo juego —dijo el cuadrado.
Primero nos llevaron a un lugar para cambiarnos y ponernos unos nuevos uniformes de jugadores, ahora completamente limpios. Me miré al espejo y acaricié suavemente el colmillo que adornaba mi cuello; lo único que me quedaba de Jade. Una vez estuvimos todos listos, nos condujeron hacia una sala y, cuando abrieron la puerta, observé que era el lugar donde habíamos jugado a Luz Roja, Luz Verde.
Recogí mi cabello en una coleta alta, que dejaba caer algunos mechones de pelo a un lado, y continué mirando a mi alrededor recordando el primer juego. En el suelo, había unas figuras pintadas que parecían formar una especie de calamar.
—Bienvenidos al último juego, este es el conocido Juego del calamar, seguramente sabréis de qué trata — empezó, el hombre con la máscara del cuadrado.
—No, la verdad es que no —mi voz salió cortante, y todas las miradas se posaron en mí.
—¿Quién de vosotros dos será atacante y quien defensor? —Se acercó a los chicos.
Mi cuerpo se tensó ante la batalla de miradas entre los dos jugadores, que parecían estar a punto de saltar sobre el otro. Odiaba en lo que nos habían convertido, matándonos entre nosotros sin importar si se trataba de un conocido o, incluso, de un amigo. No quería matar a ninguno de los dos, por ello tenía la conciencia tranquila de que no me cambiarían; moriría antes de matar a cualquiera de ellos.
—Escoge tú —Ofreció Sangwoo.
—Atacante. —Gi-hun no vaciló, sus ojos solo reflejando un evidente desprecio por el que había sido su amigo de la infancia.
—Muy bien. Ahora, el jugador 456 escogerá en qué bando jugará la chica; ya que no sabe de qué juego trata. Si va en el equipo atacante, el jugador 456 tendrá menos posibilidades de ganar, pues ella también aspirará al premio, pero si es defensa y consigue superar el juego, ya habrá ganado.
Gi-hun me miró a los ojos con desesperación y le sonreí, dándole a entender que estaría bien fuese a donde fuese.
—¿Y bien? Necesito su respuesta para proceder a explicar el juego.
—Atacante —respondió con seguridad. Forcé una sonrisa, entre agradecida y temerosa, pues aunque Gi-hun se había arriesgado a perder por tratar de protegerme, eso significaba que si ganabamos Sangwoo moriría. Mis ojos se encontraron con aquellos que tanta paz y seguridad me aportaban y él me sonrió levemente, casi como si aceptara su muerte a cambio de mi vida.
—Perfecto. Explicaré las reglas —añadió. Casi podía sentir como a ese maldito cuadrado le divertía la situación—. El defensa deberá empujar a los atacantes fuera del dibujo para que, de esa manera, pueda ganar. Si uno de los tres ya no puede seguir jugando, los restantes jugarán entre ellos. Los atacantes tienen una desventaja, solo pueden saltar en un pie hasta que crucen el cuello del calamar. El defensor, por otro lado, deberá intentar bloquearlos. Para ganar, los atacantes deben golpear con el pie el pequeño espacio cerrado en la cabeza del calamar, pero si el defensa consigue empujarte fuera del límite serás eliminado. Si pisas la línea de meta deberás gritar "Victoria". Sin embargo, solo uno saldrá victorioso; los atacantes no son un equipo, por lo que, al igual que el defensor, deberán impedir que el otro gane. Repito, solo habrá un ganador.
Un nudo se formó en mi garganta al oír de qué trataba el juego, aquello no acabaría bien.
Solo un ganador...
Mis ojos se nublaron por un momento por las lágrimas. Se suponía que me había hecho a la idea pero, al tener la realidad justo frente a mí, ya no sabía que hacer.
—Por favor, colóquense en sus posiciones. El juego está a punto de comenzar.
Me acerqué a mi posición y miré a Sangwoo, el cual parecía decidido. Sabía lo que quería, quería ganar... pero estaba segura de que no estaba siendo consciente de lo que significaba ganar.
Sangwoo y Gi-hun sacaron sus cuchillos, y el tipo de rojo pareció observarme al ver que yo no sacaba el mío. No estaba dispuesta a manchar mis manos con su sangre; la sangre de mis amigos... Personas a las que consideraba familia.
—Que comience el último juego.
Un disparo se oyó y Gi-hun le lanzó arena a Sangwoo a los ojos, para poder pasar por el cuello del calamar sin problema. Mientras Sangwoo intentaba desesperadamente quitarse la arena de los ojos, Gi-hun avanzaba tranquilo con una pierna. Decidí seguirlo y ambos llegamos a la línea justo cuando Sangwoo se recuperó y pudo abrir los ojos. Nos miró a ambos con odio y me di cuenta de que su mente estaba tratando de engañarlo, probablemente haciéndole creer que yo iba a tratar de matarlo; que la noche anterior le había mentido. Los ojos del hombre que amaba se paseaban entre mí y su antiguo amigo, lanzando chispas y con una mirada cargada de dolor. Casi retrocedí ante su mirada, que me heló el alma, dándome cuenta de que creía que había algo entre Gi-hun y yo.
Miró al que había sido su amigo, éste decidido a llegar a la cabeza del calamar. Gi-hun corrió hacia a Sangwoo, lleno de ira, y empezaron a tratar de clavarle el cuchillo al otro. Era casi inhumana la forma en la que trataban de quitarle la vida al que había sido su amigo de aquella manera.
Desesperada, y sin saber que hacer, corrí hacia ellos con la intención de separarlos. Mi pierna voló hacia Gi-hun, dándole una patada en la cara, y, una vez cayó al suelo, me giré rápidamente para patear las piernas de Sangwoo provocando que perdiera también el equilibrio.
No me di cuenta de lo que había provocado hasta que me miraron; mi cuerpo tembló en tensión sabiendo que creían que quería matarlos a ambos para ganar el dinero. Los dos me miraron, decididos a matarme, y me di cuenta de que aquello ya no era un juego. No distinguía a las personas con las que había convivido en aquel lugar, solo veía rabia y rencor en sus ojos; no estaban pensando con claridad.
—¡Parad! ¿No veis lo que hacen? ¡Matarnos entre nosotros no es la maldita solución!
Ninguno parecía hacerme caso mientras se revolvían para volver a levantarse, probablemente pensando en lanzarse sobre mí nada más lo hicieran. Capté la mirada de Gi-hun, fija en la cabeza del calamar, y decidí que pararía aquella locura. Ninguno iba a ganar, no iba a permitir que se mataran por dinero.
Me giré para correr hacia el calamar, decidida a detener aquello; gran error. Un cuchillo se clavó en mi muslo antes de que casi pudiera avanzar, provocando que soltase un fuerte grito de dolor. Alguien agarró mis piernas y comenzaron a tirar de mí hacia el límite del dibujo. Querían matarme. El dolor me nubló la vista unos instantes, pero logré recuperarme a tiempo para ver como casi me habían arrastrado del todo al límite del dibujo. Ambos tiraban de mí con fuerza, pero me retorcí a tiempo y conseguí soltarme. Aguantando el dolor, cojeé hasta una parte alejada de donde ellos estaban y vi como luchaban ahora entre ellos.
Por un momento no oí nada, ni voces, ni ruido. Solo oía mi propia respiración, la cual era cada vez más pesada y entonces recuerdé algo.
—Eh, Sun-hee ,¿jugamos al juego del calamar? Esos niños de ahí me han dicho que juguemos con ellos. Vamos, será divertido. —Un castaño de ojos miel me extendió la mano y la acepté para ir hacia los niños.
Me sentí algo abrumada al ver que eran mucho más mayores que yo, ya visualizando que perdería por la evidente diferencia de tamaño.
—¿Y ahora qué hacemos? Éramos tres y uno se ha eliminado, ¿cómo se sabe quién gana? —Pregunté.
—Según las reglas del juego del calamar, en un caso así, si ambos finalistas lo quieren podrá haber dos ganadores, es un empate para casos excepcionales —comentó el castaño de antes.
—Entonces hemos ganado. —Me giré hacia él, dándole un abrazo—. Te lo dije, Jade, somos un gran equipo.
—El mejor, Sun-hee. —Me levantó del suelo y ambos comenzamos a reír.
Recuperé los sentidos y vi cómo Gi-hun estaba a punto de clavarle su cuchillo a Sangwoo en el pecho; el golpe final. Más segura que nunca, corrí tan rápido como mis piernas me lo permitieron hacia donde estaban. Justo cuando Gi-hun iba a clavarle el cuchillo a Sangwoo, quién estaba demasiado débil para defenderse, conseguí colarme entre ellos en el momento en el que Gi-hun movió su mano para clavarlo, poniéndome sobre el cuerpo de Sangwoo para protegerlo del impacto
El silencio se hizo presente una vez que Gi-hun soltó el mango del cuchillo. Sus manos temblaron cuando vio la imagen frente a él, y el cuchillo clavado en la espalda baja del abdomen de la chica; en el mismo sitio donde Sae había tenido clavado un cristal antes de morir, casi como una broma cruel. Los espectadores contuvieron el aliento, sin poder creerse que aquella chica acababa de dar la vida por otro jugador.
Sangwoo abrió lentamente lo ojos, confundido al no haber recibido el impacto del cuchillo, y pudo notar por su mirada que su corazón se hizo añicos ante su rostro justo frente a él, sonriendo; como siempre hacía con él.
Le di otra sonrisa débil y sentí como mi respiración se volvía irregular. —¿Te ha... ganado una... chica? —Mis palabras salieron con dificultad antes de desplomarme en el suelo a su lado.
Sangwoo intentó sostenerme pero mi cuerpo impactó suavemente contra el suelo. Él se incorporó, negando con la cabeza desesperado mientras colocaba mi cuerpo sobre el suyo sentado, acunando mi rostro para que lo mirara.
Las lagrimas caían por parte de ambos. Mi mirada se dirigió hacia el cielo, antes de girar un poco la cabeza para mirarle.
—Ha sido una gran vida — Dije con dificultad.
—No... por favor, no, te lo suplico... por favor no me dejes...
—Mírame... —Él negó con la cabeza, intentando que no le viera así de destruido—. Mírame, por favor...
Sangwoo me miró con dificultad.
—La familia... es algo que... nunca se pierde...
Él se asombró de la paz que reflejaban mis ojos a pesar de saber que no volvería a verlos nunca más.
—Gracias, por darme una familia... gracias por ser mi familia... —Empecé a llorar aún más.
—Siempre... serás mi familia, te lo juro, nunca habrá otra, solo estás y estarás siempre tú... —Me dio un beso en la frente—. Lo siento tanto, se suponía que esta vez yo debía salvarte, y no he sido capaz.
—Sí que lo has hecho... Me has salvado de muchas maneras, me has hecho feliz... Eso es, y siempre fue, suficiente para mí.
—Perdóname, Chicago.
Parpadeé, mi vista desenfocándose brevemente por la pérdida de sangre.
—Sun-hee. Me llamo Sun-hee —dije, cada vez más bajo.
—Te amo, mi alocada extranjera. —Me dio otro beso, pero esa vez en los labios.
—Y yo a ti, gafitas. —Agarré su mano—. No lo olvides... siempre estaré contigo... —Mi voz se convirtió en un susurro, hasta que la mano que tocaba el rostro de Sangwoo se cayó; y toda luz que hubo alguna vez en mis ojos, se fue para siempre.
Sangwoo empezó a llorar, desesperado, mientras gritaba de dolor, pues nunca supo todo lo que tenía, ni cuán importante era para él, hasta que la perdió a ella.
—Jugador 218 y 456, enhorabuena, son los ganadores.
—¡NO! ¡Por favor, devolvérmela! ¡Ella debía ganar! —Gritó Sangwoo.
Sin embargo, algo se clavó en su cuello y se desmayó.
El hombre de negro entró a la sala donde, ahora los ganadores, estaban dormidos por el suero.
—Devolvedlos y repartir el dinero en sus tarjetas —ordenó el de negro.
—¿Traémos un ataúd? —Preguntó un rojo.
—No. Preparad un vehículo cuanto antes, quiero partir enseguida. Ella viene también.
—Pero, señor, está muerta.
—Creo haberte dado una orden. No meteré a mi hermana en uno de esos ataúdes como si fuera una bolsa de basura.
—Sí, señor. Como ordene.
Capítulo intenso eh, me ha dado mucha pena lo de Chicago. La verdad mi idea principal era matar a Sangwoo, pero creo que este final ha quedado bastante mejor, aún queda el epílogo y, creerme, es importante ;)
Está vez no habrá preguntas, pero si leeré vuestros comentarios y teorías ^^
Espero que os haya gustado
-Venus
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