14
Jadeo de dolor cuando sintió su cuerpo golpear contra el suelo. Pietro rápidamente se puso a la par de él.
—¿Estás bien?. — la preocupación era notable, y Clint sonrió al darse cuenta. — Lo siento mucho, no pensé que ibas a perder el equilibrio. — él soltó una carcajada. Pietro fruncio el ceño, mientras le ayudaba a ponerse de pie. — No te rías, no es gracioso. Pensé que te habías lastimado.
—Me gusta que te preocupes por mi. — confesó, acercándose a Pietro.
El platinado fruncio más el ceño.
—¿A sí?. — preguntó, Clint asintió. — Pues eso seguirá pasando cuando crea que te has lastimado. Ahora sigamos que ya quiero entrar. — Clint asintió, y siguieron entrenando. Llevaban días entrenando combate cuerpo a cuerpo, y en la opinión de Clint, Pietro era un excelente aprendiz.
Más si de vez en cuando le daba uno que otro beso en medio de los entrenamientos.
—Me daré un baño. — Pietro informó, dejando caer sobre un sofá la toalla con la que se había estado secando el sudor. Clint asiente. — Me puedes preparar algo de comer...o puedes Acompañarme. — sugiere, ellos aún no han pasado de besos, y algunas que otras caricias. Clint lo mira fijamente, Pietro puede ver lo mucho que lo esta pensando.
Piensa en desistir, cuando Clint se acerca a él.
—Quiero bañarme contigo. — susurra, capturando sus labios en un beso hambriento. Pietro asiente encantado.
—Entonces vamos. — dice al cabo de unos segundos.
Clint sólo sonríe.
***
Ve la sonrisa de Clint, y le es imposible no sonrojarse. Había invitado al mayor a bañarse con él por impulso. No pensaba que aceptara. Ahora tenía que desnudarse frente a él. Y en serio que tenía pena.
Observó atentamente como Clint comenzaba a deshacerse de la ropa de entrenamiento. Se mordió el labio al ver el cuerpo marcado del mayor. Lo había visto un par de veces sin camisa. Pero jamás le había puesto demasiada atención. Sabe que Clint lo observa. Pero le da igual, la pena se comienza a desvanecer poco a poco.
—¿No te vas a desnudar?. — Clint le pregunta, y él sonríe.
—Halzo tu primero, en menos de un minuto puedo estar desnudo. — dice con sorna. Clint le sonríe divertido.
—Te has hecho muy egocéntrico. — Clint se acerca a él, que esta parado recostado sobre el lavamanos.
—¿A sí?. — pregunta juguetón. Clint asiente, sólo en boxers.
—Sip, aunque Wanda dijo una vez que lo eras. — comentó, rozando la nariz con la suya.
—Tal vez un poco. — aceptó, a veces se divertía siéndolo. Clint enredo los brazos en su cintura, y lo atrajo a él.
—Yo diría mucho. — el mayor dijo, besando su mejilla. Él llevó sus manos al cuello de Clint.
—No lo creó. — contestó, los labios de Clint capturaron los suyos.
Adicto, en una semana se había vuelto adicto a los besos de Clint. Sentía necesidad cada vez que pasaba más de dos horas sin besarlo. Y era un verdadero castigo cuando Clint tenía que salir para ver a sus hijos, o cuando se quedaba algunos días en la torre, ayudando al resto de los Vengadores a entrenar a los nuevos.
—Yo si lo creó...— Clint lo sacó de sus pensamientos, mientras hacía un recorrido de su mandíbula hasta su cuello. No pudo evitar gemir cuando Clint beso la sensible piel de su cuello.
Siempre había tenido una debilidad en esa zona. Wanda lo molestaba cuando eran niños por eso.
Guió a Clint hasta sus labios nuevamente, sentía que no podía estar sin besar los de él. Lo amaba, y sentía más que una necesidad estar cerca de él. Y aunque aún no habían pasado a más, sabía que en algún momento iban a tener que hacerlo. No podían vivir de besos toda la vida, y eso de cierta forma lo asustaba. No porque le temiera a Clint, más bien porque tenía miedo de no ser lo suficiente para el mayor.
Gimió cuando Clint se presionó contra él, la sangre se le había acumulado en una zona en específico. Y por lo visto, no sólo a él, ya que pudo sentir el bulto de Clint. Sus manos recorrieron la espalda de Clint antes de que se pudiera dar cuenta. Sintió el tacto de las manos de Clint recorriendo su piel bajo la playera. Cuando se dio cuenta, ambos estaban bajo la ducha, solo en ropa interior, besándose.
Sus manos tocaban y acariciaban toda la piel que estaba a su alcance, los labios de Clint estaban rojos, y podía apostar que los suyos lo estaban aún más. El mayor enredo los dedos en su cabello, y lo jalo hacía atrás, dejando a la vista su cuello. Clint lo vio una vez a los ojos, y luego se dedico a besar, lamer y moder esa zona. Era obvio que minutos atrás había notado lo sensible que era.
—Clint...— jadeo, una de sus manos se coló en la ropa interior de el mayor, y llego hasta su miembro. Sintió a Clint jadear contra su vena yugular cuando comenzó a acariciarlo suavemente.
Clint dejó caer la cabeza en su hombro cuando no se detuvo, y aumento la velocidad, el también hizo lo mismo cuando una de las manos de Clint comenzó a acariciarlo a él también.
Era incómodo hacerlo con la ropa interior puesta, por lo que ambos de las arreglaron para deshacerse de ella sin dejar de tocarse. Pietro gimió cuando Clint mordió y luego lamió su cuello al mismo tiempo en que hacía que sus miembros se tocaran, y comenzaba a acariciarlos juntos.
Duro, Clint se sentía más que duro, y él no se quedaba atrás.
—Bésame... — Clint ordenó contra su cuello, y gimió excitado por la voz ronca de Clint.
Y tal vez también porque se había puesto más duro al escuchar a Clint mandándolo.
Obedeció, y mordió el labio inferior de Clint antes de dejar que la lengua de el mayor se colará en su boca. Clint seguía masturbándolos, y gimió cuando sintió agua cayendo sobre ellos. Por lo visto el mayor había encendido la ducha.
—Clint...— siguió jadeando, el mayor parecía encantado de qué jadeara su nombre. — Por favor...— rogó, esperando que entendiera que quería que aumentará la velocidad.
Clint lo hizo. Claro que lo hizo, si Pietro sintió que toco el cielo cuando Clint comenzó a acariciarlos en serio. Tanto, que sintió que sólo era un sueño, y que pronto se despertaría, jadeando, excitado.
Por su parte, el mayor sentía que era lo mejor que le había pasado. Jamás se iba a comparar con cualquier experiencia que haya tenido tiempo atrás. Porque todas sus experiencias habían sido con mujeres, y eso...simplemente no tenía comparación. Era un poco estúpido, lo sabía. Sólo era una simple masturbación.
«No. No lo es» su voz interior dijo, y él estuvo de acuerdo. Era más que eso. Porque había sentimientos de por medio de parte de ambos. Y el hecho de que Pietro fuera completamente virgen, lo hacía sentirse especial.
Parpadeó cuando Pietro más fuerte sobre su cuello. Estaba cerca. Y él también lo estaba. Demasiado cerca.
Supo que su orgasmo se estaba comenzando a formar cuando comenzó a sentir cosquillas en su estómago, y en todas las partes donde Pietro tocaba con manos curiosas. Aumento la velocidad un poco más, y escuchó encantado como gimió Pietro cuando se corrió. Luego lo hizo él. Recargando su rostro contra el cuello de Pietro. Tratando de recuperar la respiración. Al igual que Pietro.
Sonrió, y dejo un beso en el cuello de el menor. Luego busco sus labios.
Pietro los aceptó gustosamente, con un sentimiento de satisfacción y vergüenza en su pecho. Mientras el agua caía aún sobre ellos.
***
Silencio.
Era lo único que se podía escuchar. Y a pesar de lo sucedido en la tarde, no era un silencio incómodo. Es más, se sentís agradable. Aún así, el sentimiento de vergüenza aún no lo había abandonado.
Se preguntó internamente como sería cuando el y Clint...
—¿Estás bien?. — alzó la vista. Y se encontró con Clint frente a él, con una mirada le indicó que se sentara en la cama, y el mayor así lo hizo, él se acerco para recostar su cabeza en el hombro del mayor.
—Sí...— su voz salio en un susurro. — ¿Por qué?. — preguntó.
Clint suspiró.
—Te veo demasiado pensativo. — Clint comenzó. — Pensé que...
—Que me había arrepentido. — Pietro interrumpió, terminando la oración. Clint asintió.
Pietro suspiró, pensando en lo que iba a decir.
»No me he arrepentido. Jamás lo haría, eres lo mejor que me ha pasado. Y lo de hace rato fue... Increíble. — sintió como las manos de Clint comenzaban a acariciar sus cabellos. Amaba eso.
Amaba sentirse amado y mimado.
—¿Entonces porque estás tan pensativo?. — Clint insistió.
—¿No te vas a burlar?. — preguntó.
—Claro que no. — aseguró Clint.
—Bueno...tengo pena. — cerró los ojos. Sintió como Clint se removía, hasta estar sentado frente a él. A la orilla de la cama.
—¿Pena?. — abrió los ojos, y desvío la vista.
—Si, pena.
—¿Por qué?. — Clint interrogó.
—Bueno...yo nunca, ya sabes. Ni con un hombre, ni con una mujer. Literalmente es mi primera masturbación. — dijo con vergüenza. Sintiendo sus mejillas calientes.
—Bueno...— la voz de Clint sonaba satisfecha. — Eso es genial.
Fruncio el ceño.
—¿Por qué es genial?. — preguntó.
—Por que, nadie más que yo te ha tocado...— comenzó, acariciando su mejilla. — y tengo la esperanza de que nadie más que yo lo hará. También porque podemos aprender muchas cosas juntos. ¿No te parecé?. — preguntó, Pietro asintió. Aún sonrojado. — No te preocupes por nada. Sólo déjate llevar. También es mi primera vez con un hombre. Y aunque no lo parezca. También me da un poco de pena.
—¿A sí?. — Clint asintió.
—Por supuesto. Aunque se me pasa rápido porque se que estoy contigo. Y no necesitó nada más para estar bien, y para que mi pena desaparezca. — confesó, sonriendo. — Te repito, no te preocupes. Iremos lento, y cuando sientas que es demasiado. Sólo avisame. ¿Sí?. — Pietro asintió. Clint sonrió.
—Te quiero. — Clint sonrió.
—Yo también te quiero.
***
¡Hola! Avisó que las actualizaciones serán cuando pueda. Porque ya casi comienzo con actividades integradoras, y luego tendré los exámenes. Me estreso mucho en ese tiempo. Y casi no hay nadie que me aguante. So, esperó que me tengan paciencia.
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