Candelabros iluminados, espejos en sala, 

Parecieran que me decían algo. 

Bajo mi almohada, hojas con nombres grabados, 

La luz de  mañana disipa a alguien con sigilo.

Fuera, lluvia inquieta golpea la ventana,

 Dos semanas pasaron, como si fuese un instante. 

Tú, quizás no llegarás mañana, 

En esta gran ciudad, me siento desamparada...

El reflejo tuyo en mi espejo, 

Familiar y sin embargo, un enigma.

Ahogararía en tus ojos, sin resistencia.

 Perdería la noción del tiempo, sumergida.

Demasiado rápido... Un prólogo sugerido,

Pero esa noche no concuerda con su desenlace.

Aprieto en mi mano una fuente de calma,

Una hojita.... Hojita con tu nombre.