COMPROMISO
Las tranquilas y frías aguas del río Indigirka en la localidad de Ust-Nera, se vieron interrumpidas cuando un pequeño cuerpo golpeó sobre ellas. Casi al instante los gritos desesperados de una niña resonaron por la pequeña bahía, mientras quien había caído al agua luchaba por mantenerse a flote.
Pero el agua casi congelada le quemaba la piel y le dificultaba cualquier intento de respirar, cuando el pequeño cuerpo se estaba dando por vencido y el agua comenzaba a tragarsela, un segundo cuerpo se abrió paso en el río casi congelado y sin importar nada, nado hasta la pequeña que en un último intento por sobrevivir se aferró al cuerpo de su salvador.
Utilizando toda la fuerza que poseía el adolescente que había saltado al agua arrastró a la pequeña a la orilla y con cuidado la sacó, para después envolverla entre su cuerpo, un pequeño grupo de hombres que había visto el acto se apresuraron a llevar mantas y cubrirlos.
La niña abrió sus ojos y vio el rostro de quién la había salvado, un joven de piel morena le devolvió la mirada y a pesar del castañeo de sus dientes le sonrió mostrándole un par de hoyuelos en sus mejillas y eso fue suficiente para que ella a pesar de su corta edad decidiera que ese joven era el hombre con el que algún día se casaría.
15 años después...
—Un matrimonio arreglado es lo mejor, no podemos esperar a que encuentres a la mujer indicada entre las putas que frecuentas cada noche Namjoon.
—¡Maldita sea! ¿Por qué carajos es obligatorio que este casado padre? Un matrimonio no tiene nada que ver con mi capacidad para ser líder, ¿o mis habilidades en la cama determinan mi capacidad de mando? Por qué si es así, creo que todas esas putas como tú les llamas estarán más que dispuesta a certificar mi calidad en la cama.
Alexei bufó molesto, sus hijos eran su orgullo, pero había ocasiones en que lograban enloquecerlo. Aún recordaba el día en que junto a su esposa adoptaron a esos cuatro mocosos, cada uno con edades y personalidades diferentes, pero no se arrepentía de haberlo hecho, los amaba, y se habían vuelto en la razón de vivir para su amada esposa y un motivo de orgullo para él.
Y por eso mismo no iba a permitir que nadie pusiera en duda sus capacidades por no llevar su sangre, a cada uno lo había educado y enseñado todo lo que sabían sobre sus negocios, ser la familia más poderosa y temida de la mafia rusa no era cosa sencilla, ni fácil de sobrellevar, pero ellos lo habían conseguido, y ahora que pensaba en retirarse, no estaba dispuesto a que se atrevieran a cuestionar su decisión de dejar a su hijo mayor al frente como correspondía.
Namjoon era inteligente, astuto y un líder nato, además de que tenía la brutalidad y sangre fría más que requerida para la Bratva, él solo podía contra cinco hombres sin necesidad de armas, y gracias a su cerebro había conseguido cerrar muchos negocios que daban muchos más millones para sus bolsillos, pero todo eso lo ponían en tela de juicio por su maldita incapacidad para establecer una relación seria y formal con alguien.
—No me interesa, vas a casarte con la hija de Petrov y punto, está noche iremos a cenar a su casa para que se conozcan y que acordemos una fecha para el matrimonio.
Namjoon exhaló resignado, si quería ser el próximo Pakahan de la Bratva no le quedaba de otra más que aceptar casarse, pero...
—¿Petrov dijiste? El tiene dos hijas, cuál de ellas será.
—No lo sé, ya lo sabremos está noche.
—Bien, nos vemos en la noche, iré a ver cómo va el cargamento de armas que acordamos mandar a Taehyung —el moreno salió del despacho de su padre y de inmediato se puso en marcha hasta la bodega donde debían de estar cargando las armas para su hermano.
Mientras conducía un fugaz recuerdo llegó a su mente. Estaba disfrutando de su fin de semana libre del colegio militarizado al que asistía, cuando vio a un par de niñas jugando cerca de la bahía del río, cuando de pronto una de ellas cayó al agua, aún no sabe cómo le hizo para nadar hasta ella tan rápido, el agua estaba casi congelada, aún podía ver los ojos gris acero de la niña viéndolo con terror cuando la sacó del agua y después mirarlo con agradecimiento cuando la salvó... era una de las hijas de Vladimir Petrov.
—¿Será ella mi futura esposa? ¿Qué tanto habrás cambiado desde ese día hasta hoy? —se preguntó mientras llegaba al almacén.
Después centró su atención en el trabajo y todo recuerdo e interrogante quedó relegado a un segundo plano.
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—Mis princesas las mandé llamar porque tengo algo importante que anunciarles —Vladimir Petrov estaba sentado en un elegante sillón individual frente a sus hijas que lo miraban intrigadas.
—¿Qué pasó? —preguntó una de ellas, mientras la otra solo lo veía con curiosidad.
—Como saben nuestra situación económica no es la mejor, y aunque tengo el apoyo de Alexei, los negocios no van bien, pero irán mejor si tengo no solo el respaldo de palabra del Pakahan sino algo mucho más fuerte. Hace días Alexei me ofreció un trato y yo acepté.
—¿De qué se trata padre?
—Un matrimonio. Está noche vendrán el Pakahan, su esposa y su hijo mayor a hablar sobre los detalles de la boda.
Ambas chicas se sorprendieron, pero de inmediato sus corazónes latieron acelerados, ambas conocían a los hijos de Alexei Sokolov y aunque los matrimonios arreglados ya no eran bien vistos, para ellas era todo un honor haber sido elegidas para tal acto.
—¿Quién... ¿Quién de las dos será? —preguntó una de ellas, con la esperanza brillando en sus bellos ojos grises.
—Después de pensarlo mucho, creo que la más adecuada para contraer matrimonio con Namjoon es Dasha —dijo Vladimir y el corazón de su hija se arrugó mientras sangraba dolorosamente —el carácter que tiene el hijo mayor de Alexei, junto a su reputación los sabrá manejar ella, tu tienes un carácter más dulce y frágil, no quiero que te hagan daño bebé.
Su hermana no dijo nada, pero sonreía de oreja a oreja, casarse con Namjoon Sokolov, era como ganarse la lotería, no solo por lo guapo y atractivo que era, ser su mujer era señal de poder y respeto, pero sobre todo convertirse en su esposa destrozaría el estúpido corazón de su imbécil hermana que vivía enamorada de él desde que eran unas niñas, por primera vez le había ganado en algo y era en lo que ella más deseaba.
Samara bajo el rostro resignada, jamás discutiría contra las órdenes de su padre, y le dolía que la considerará tan débil como para ser digna de ser la esposa de Namjoon, su héroe, su primer y único amor.
Ambas se pusieron de pie y salieron del despacho, nada más cerrar la puerta Dasha tomó el brazo de su hermana y la giró para quedar frente a frente.
—¿Que se siente saber que yo seré la esposa del hombre que amas hermanita? Pobrecita y patética Samara que no es digna de casarse con su salvador —dijo con burla antes de alejarse riéndose de su dolor.
—Nunca voy a entender porque me odias tanto. Se supone que al ser gemelas idénticas deberías amarnos más que a nadie y tú siempre me has odiado y no se porque —dijo Samara en voz baja, impidiendo que su hermana la escuchará.
A las ocho de la noche en punto, la puerta de la mansión de la familia Petrov era aporreada anunciando la llegada de sus distinguidos invitados, Vladimir se paró de su asiento para recibir al Pakahan y su familia, su mujer lo imitó parándose detrás de él, mientras Dasha y Samara hacían lo mismo pero paradas del lado izquierdo de su padre.
Alexei Sokolov entró del brazo de su esposa, saludó y dió paso a su hijo mayor. Namjoon entró llenando el lugar con su imponente presencia o por lo menos así lo sintió Samara que lo miraba hipnotizada, pocas eran las ocasiones en que podía verlo de cerca, aunque él nunca la veía.
Los oscuros ojos de Namjoon viajaron entre los presentes y se posaron las dos bellas mujeres que lo veían mientras escuchó a Vladimir presentarlas.
Dasha lo saludo con voz dulce y sensual, sus cuerpo delgado enfundado en un vestido rojo dejando al descubierto su blanca y tersa piel le sonrió, antes de escuchar el nombre de la segunda hermana. Samara también le sonrió pero no pronunció palabra alguna, vestida con un vestido negro, más discreto y menos revelador que el de su hermana llamaba igual o más la atención.
Aunque idénticas, pudo notar las notables diferencias entre ellas, ambas poseían cuerpos de infarto, con pechos firmes, cintura delgada y piernas grandes, de rostros esculpidos por ángeles, pero sus ojos eran distintos, y mientras una de ellas lo veía con deseo y lujuria ardiendo en ellos, la otra lo veía con dolor, con tristeza, con anhelo y un brillo de algo que no supo definir en palabras, y ahí lo supo, ella era la niña a la que había salvado hacía tantos años y esperaba que fuera ella quien se convertiría en su esposa.
—Dasha cariño, saluda como corresponde a tu futuro esposo —la voz de Vladimir se escuchó más fuerte en sus oídos sacándolo de su ensoñación.
Y cuándo la chica de vestido rojo y mirada sensual dió un paso al frente, Namjoon de inmediato supo que ese matrimonio no se realizaría a menos que fuera con la otra hija de los Petrov.
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