IV
Miró por la ventana rogándole a Morfeo que lo hiciera dormir aunque sea un poco. Sentía sus músculos doler de cansancio pero él no era capaz de dormir ni un maldito minuto.
Visión no estaba de nuevo y Rhodes no se había aparecido por ahí en varios días.
Se preguntó, internamente, si el asunto de Rogers y el resto era lo que lo tenía más tenso y preocupado de lo normal. Aún no lo había hablado con Vis, Rhodes y Peter, pero sabía que tendría que hacerlo pronto. Pueda que tuviera un poco de control sobre Ross pero no sobre el resto del Gobierno. Ellos podían obligarlo si querían a traer los fugitivos. Intuía que faltaba poco para que Fury se metiera a abogar por Rogers también.
Se sentó en el borde de la cama, dispuesto a bajar a su taller para trabajar en algo para acallar los pensamientos que estaba teniendo. Recorrió algunos pasillos, dándose cuenta de que el silencio que había en todo el complejo sólo lo abrumaba más. Tony se dió cuenta de que donde sea que mirara, solo obtenía un sentimiento de amargura, incluso peor de los que había obtenido en la Torre los últimos días que había pasado ahí.
«Eso era lo que querías, ¿no?» una voz dijo en su cabeza, sonaba jodidamente parecida a la de su padre, «salir de la Torre para abandonar los recuerdos y construir unos nuevos».
No puedo hacerlo, se dijo a sí mismo, me quedé atascado en el pasado.
Con un poco de amargura corriéndole por las venas, se dio cuenta de que había ido a terminar al piso donde Peter se hospedaba. Las palabras del chico golpearon su mente con fuerza. Había ido sólo una vez a dormir con el chico desde que le había hecho la propuesta. La idea de ir en ese momento no le pareció descabellada y ni siquiera lo pensó cuando abrió la puerta y entró a la habitación.
Peter yacía sobre la cama boca abajo y con una sábana encima. Tony notó que el cabello del chico estaba desordenado sobre la almohada y que respiraba con lentitud. Seguramente estaba dormido, no tenía caso despertarlo sólo porque él no fuera capaz de conciliar el sueño.
Dispuesto a salir de la habitación, se dio la vuelta para abrir la puerta. Sus manos se detuvieron sobre en pomo de la puerta cuando el chico habló.
—No te vayas —pidió, Tony sintió su corazón saltar ante lo ronca que se escuchaba su voz—. Quédate conmigo, Tony.
Tony dejó salir el oxígeno que estaba reteniendo.
—Pensé que dormías —respondió, no sabía que más decir.
Se giró y notó que Peter estaba sentado sobre la cama.
—No puedo conciliar el sueño —respondió—, la mayoría de las veces me gusta fingir que duermo, esperando hacerlo en algún momento.
Tony asintió, comprendiendo.
No dijo nada y se dedicó a observar al chico, Peter lo miraba con tanta intensidad que hizo que se sintiera nervioso en un par de segundos.
—¿De verdad quieres que me quede?
Fue consciente de que Peter notó el tono de de inseguridad en su voz, porque este ladeó un poco la cabeza y se mordió el labio inferior.
—Sí —dijo—, quiero que te quedes.
Tony suspiró, antes de acercarse a la cama y acomodarse lo mejor que pudo. Tenía un pequeño sentimiento de incomodidad pero este desapareció inmediatamente después de darse cuenta de que no debía sentirse así, que Peter sí lo quería con él.
Ni siquiera fue conciente en qué momento se quedó dormido.
*
El día siguiente, Peter no estaba en la cama cuando Tony despertó. Esperó un poco para ver si se aparecía pero cuando vio la hora pensó que tal vez estaba haciendo el desayuno.
Se levantó con cuidado y acomodó un poco la cama, sabía que no había la necesidad de hacerlo pero lo hizo.
F.R.I.D.A.Y. le dijo que Peter estaba en la cocina, así que se fue directo para allá.
—Muero de hambre —Tony dijo, cuando se encontró con Peter que acababa de terminar el desayuno.
—Cociné para los dos, ya que no se te da muy bien —Peter informó.
Tony frunció el ceño.
—Pero aquel dí-
Peter rodó los ojos.
—¿No piensas que le trague el cuento de que tú habías cocinado, verdad?
Tony se encogió de hombros, el chico realmente no era tonto.
—Pensé que no lo notarías.
Era verdad, el día que había fingido cocinar realmente había ordenado la comida mientras Peter estaba dormido.
—Si no quemas el café es porque la cafetera se apaga cuando ya está listo —Peter se burló, antes de que él pudiera reclamarle deslizó un plato sobre la encimera con el desayuno—. Como sea, come, yo tengo que irme a clases. No estoy seguro de venir en la noche, pero te avisaré por cualquier cosa.
Tony sintió que su cabeza dolía.
—¿Tienes una cita ahora?
Peter desvió la vista, él lo diría jurar que estaba sonrojado.
—Algo así.
Él le sonrió divertido.
—Bueno, usa protección, no estoy seguro de poder aguantar a un mocoso tuyo ahora que has madurado, menos habla tanto como tú —se burló.
Peter lo miró indignado.
—¡Hey! —se quejó—, sé que lo amarías a pesar de que lo niegues.
Y cuánta razón tenía.
—Por supuesto —dijo divertido—, ahora vete o llegarás tarde a tu primera clase.
Peter caminó hacia la salida, pero pareció arrepentirse en el último momento y volvió.
—Yo... —alzó una ceja, interrogante, las mejillas del chico se pusieron rojas pero esta vez no desvió el rastro—. Dormí muy bien anoche y, por lo que noté, tú también. Así que puedes ir a mi habitación ahora de nuevo si quieres.
El chico le tocó el hombro con suavidad y luego salió de la cocina antes de que él respondiera algo o siquiera pensara en una respuesta.
Miró hacia la puerta y terminó el desayuno en silencio.
Por más que intentara desviar alguna clase de pensamientos no podía, no mientras estuviera sin hacer nada, así que dejó el plato en el lavado y se encaminó a su taller. Estaba trabajando en una nueva prótesis para Rhodes y algunas mejoras para su propio traje.
Intentó concentrarse en la prótesis primero pero se le hizo imposible. Su mente estaba llena sobre pensamientos sobre Peter, Marcela (o como sea que se llamara la chica con la que Peter salía), Visión y los fugitivos. Incluso estaba pensando en Bruce y Thor, que aún no habían aparecido.
—Nena, convoca a Rhodes al complejo ahora. Encuentra a Visión en donde sea que esté y avísale que debe estar aquí a las cinco de la tarde. Infórmale a Peter que lo necesito así que dile que cancele la cita. Clasifica la reunión como importante para que ninguno se niegue.
—Ahora mismo, señor —su IA respondió.
Tony siguió intentando trabajar en lo que tenía pendiente, pero una idea nació en su mente y se puso a trabajar en ella.
Debía comenzar a prepararse para el regreso de los fugitivos si su equipo así lo decidía.
Al fin y al cabo, sabía que Visión no se negaría (Tony se había hecho el ciego fingiendo no saber que el androide se veía con Wanda Maximoff casi todos los días y que por eso no se mantenía en el complejo), Rhodes estaba por verse y Peter... El chico más de una vez le había dado indirectas diciéndole que él había soñado trabajar con Rogers, pero que ahora no podía verlo de la misma manera por todo lo que le había hecho a él (Tony no estaba tan seguro de que el chico hablara en serio, si era sincero. No cualquiera se negaría a trabajar con un ídolo sólo porque Rogers y él se habían querido asesinar en un dado momento), así que también debía esperar por el asunto, ya que Peter no había dicho nada cuando se lo comentó días atrás.
Tenía mucho que pensar de lo que él en verdad quería también.
Visión siempre seguiría viendo a Wanda volvieran los demás o no (él sabía que no podía ser egoísta de decidir algo sin pensar en ellos, ya que ninguno se lo merecía. Ambos tenían poco tiempo de haberse unido al equipo y era injusto que hayan terminado así. Sólo habían estado en la parte equivocada, porque al final, ni Rogers ni él debieron meter a gente inocente como Peter, Visión, Wanda o Scott Lang, quién no podía ni salir de su casa por culpa de ellos), Rhodes iba a rehacer su vida tarde o temprano y Peter estaba viéndose con la tal Maya, en algún momento serían formales y Tony no quería quedarse solo.
Aún no había perdonado a Rogers y se sentía traicionado por Romanoff, pero en el momento en el que otro maniático como Loki atacara la ciudad o el mundo todos tendrían que estar unidos, lo quisieran o no.
Lo mejor era comenzar a arreglar las cosas antes de que todo se pusiera peor entre ellos o estuvieran en peligro.
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