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JungKook abrió sus ojos con lentitud, sintiendo suaves caricias sobre su mejilla.
-Cariño...
Aquella sencilla palabra fue lo primero que salió de su boca al ver a YangMi frente a él, mas la acogió en sus brazos con inmediatez.
-¿Qué hiciste, mi amor?-preguntó en un tono suave-¿Por qué lo hiciste?
-Me rehúso a vivir una vida si no es contigo, YangMi-negó, estrechándola aún más contra su cuerpo.
La chica sonrió y acarició la espalda de su novio.
-¿Ya viste a tu alrededor?-volvió a preguntar en aquel suave tono.
JungKook alzó su vista, encontrando que ambos estaban de pie en medio de la nada.
Todo a su alrededor era blanco, pero se podían distinguir destellos azulados y dorados que brillaban y pasaban a un lado o por encima de ellos cual corriente marina.
Y además, otro detalle que pudo notar, era que estaban desnudos, completamente.
Sin embargo, las heridas recibidas durante su batalla final, estaban ahí, y lucían frescas.
YangMi pasó con delicadeza, casi sin rozar sus dedos, sobre la herida en el torso de JungKook.
-¿Dolió mucho?
-Dolió más verte morir en mis brazos-murmuró, acariciando con ternura las mejillas de su amada.
-¿Sabes por qué estamos en un limbo?-miró a su alrededor, para volver a centrarse en los atrayentes ojos de su novio.
-Alguna vez leí que los limbos nos llevan a otros mundos-respondió.
-Pero nosotros ya estamos...muertos-murmuró.
-Tengo la esperanza de que SeokJin nos haya flechado-sonrió esperanzado.
-Si eso realmente es así...¿Prometes buscarme en la otra vida?-rogó-. Yo juro que te buscaré así pasen los años y no te encuentre-lo abrazó con fuerza, siendo correspondida.
-Prometo buscarte, y una vez te encuentre, no te dejaré ir. Y así como la muerte nos separa ahora, que la vida nos una hasta que la muerte vuelva a decidir nuestro destino-juró.
-Te amo, JungKook.
-Yo también te amo, YangMi.
Y juntaron sus labios en un pasional beso.
El último beso que se darían antes de que una luz los cegara, aún si mantenían sus ojos cerrados, podían sentirla.
Podían sentir su llegada a la otra vida, que los sorprendía unidos, no sólo a través de sus labios, también de sus manos entrelazadas.
Pero lastimosamente, fueron separados.
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Dos bebés recién nacidos detenían su llanto ante la llegada del sueño. Cada uno en habitaciones diferentes, pero tenían un lazo muy fuerte en común.
Dentro de ellos, sus almas de recién nacidos se había unido a las dos jóvenes almas que los abordaban.
-¡Qué niña tan hermosa!-decía una mujer, que se notaba era de avanzada edad. Era la abuela-¿Qué nombre le pondrán?
-YoungMi, Min YoungMi-murmuró la madre, cargando a la niña, llorando de emoción al tenerla en sus brazos.
-Sin dudas, nuestra hija será muy hermosa, cariño-comenta el padre, besando la frente de su esposa y la nueva integrante de la familia, cuyos ojos se encontraban cerrados debido a que se encontraba dormida.
Aunque lo único nuevo que poseía era su vida y su cuerpo, pues su alma ya se hallaba vivida, al igual que la del niño que a apenas dos cuartos de distancia se encontraba.
-¡Mira esos cachetes, hermana!¡Este niño es una monada!-chilla la que parece ser la tía.
-¿Cómo le pondremos?-pregunta su esposo, el padre de la criatura.
-JeongGuk, Jung JeongGuk-responde la madre, acariciando la cabecita de su hijo, quien dormía plácidamente en sus brazos.
Y así fue como dos almas reencarnaron en la Tierra, un lugar no tan lejos de su antiguo hogar.
No recordarían su pasado directamente, así como debían aprender todo desde un principio, aún así ya sentían que sabían.
Y, aunque ni siquiera lo pensaran, se volverían a juntar aquellas almas que fueron separadas. Tarde o temprano, su destino se cumpliría, y la vida les daría una mejor y nueva oportunidad de vivir un amor sin tantas complicaciones.
Y si las cosas no llegasen a suceder así, SeokJin, HoSeok, YoonGi, SunMi, NamJoon, EunJi, TaeHyung, JiMin y SoYeon, se encargarían de que así fuera.
Porque podían no ser recordados, pero serían igualmente queridos.
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