34|Los Bebés
El parto estaba siendo largo, demasiado largo. No era nada como los otros dos partos que tuvo hace nueve y seis años atrás. Era demasiado pesado el proceso y sentían que no se iba a terminar. Alexis no se fue y se quedó a su lado por esas largas horas queriendo que ya acabara todo. No le gustaba ver a su mujer sufrir.
Luego de unas largas veinte horas los bebés ya estaban afuera. Mary estaba mareada y muy débil, estaba demasiado exhausta y sudada. Habían demasiados enfermeros y varios doctores trabajando con ella. Alex notó que algo andaba mal. Apretó la mandíbula y se levantó para preguntar pero no pudo ya que estaban demasiado ocupados hablando en términos de doctores que no lograba entender.
El pelinegro volteó a su mujer y le tomó de la mejilla con su temblorosa mano para acariciarla con suavidad. "Lo hiciste bien, mami." Le dijo con una suave sonrisa viendo lo pálida que estaba. Le dolía ver así.
"Los..bebés." Susurró Mary con sus ojos entrecerrados y un hilo de voz. "Mis bebés.."
"Ya salieron. Están limpiándolos." Dijo. Aunque pensaba que no era del todo así y que algo andaba muy mal.
Alexis odiaba tener la razón. Los doctores les dijeron que ambos bebés no estaban del todo desarrollados y era algo que se supone que supieran por las ecografías, pero el doctor nunca pareció darse cuenta que algo andaba mal. Tuvieron que poner a los niños en incubadoras para darles tratamiento y demás. Pero algo estaba claro, uno estaba peor que el otro. Uno de los bebés era más pequeño que el otro y estaba menos desarrollado, lo cuál era algo peligroso porque su salud estaba delicada. El otro bebé parece que estaba un poco mejor que el otro, no saludable, pero sí un poco mejor.
Pasaron días en el hospital. Mary estaba exhausta y apenas se movía. Alexis trabajaba bastante en mantenerla llena pues ella no sentía apetito por la dicha depresión post-parto. Era la primera vez que la veía tan vacía detrás de sus ojos y le entristecía que no podía simplemente cambiarlo. Trajeron a Thiago y a Amely para que vieran a su mamá, la extrañaban y no la podían ver tan seguido pero este era de los pocos días que podían verla. Ni eso hizo que cambiara sus ánimos.
Thiago se encontraba acostado a un lado de su madre usando un celular que se le dió para entretenerse. Mary estaba acostada un poco de lado para abrazarlo dándole calor mientras que Amely estaba yendo a buscar algo de comer para su mamá junto a Alex. No era fácil cuidar de Thiago pero el niño extrañamente estaba demasiado tranquilo y relajado.
"¿Donas?" Preguntó la castañita señalando un Krispy Kreme cerca del hospital. "Mamá ama las donas glaseadas con chispitas."
"Tienes razón." Le sonrió Alex para acariciarle el cabello. "Es una buena idea, que inteligente eres." La niña sonrió orgullosa mostrando sus dientes para tomar la mano de su papá y caminar hacía aquel lugar.
Alex estaba con evidentes ojeras. Estaba cansado pero se esforzaba en mantenerse firme por sus niños y esposa. Dormía dos horas como mucho y se notaba que le estaba afectando pero el insistía que no. Luego de comprar una caja de donas y la cena volvieron al hospital.
Thiago estaba abrazando a su mamá con sus piecitos sobre ella cómodamente. Mary le abrazaba de regreso acariciando sus piecitos haciendo que él se fuera durmiendo poco a poco de lo relajado que estaba. Al ver a su esposo e hija entrar solo los miró en silencio sin dejar de abrazar a su niño.
"Hola." Sonrió Alexis con dulzura para dejar la comida en la bolsa. "Trajimos comida y donas."
"¡Mami!" Amely corrió hacía su mamá subiendo a la camilla. Mary no dudó en abrazarla atrayéndola junto a su hermano.
"Te serviré un poco, debes comer algo." Decía el pelinegro abriendo todo y tomando un plato para servirle.
Les sirvió a todos y bajó a Thiago para ponerle sus zapatos y que se sentara a comer. No tuvo que decirle nada a Amely pues ella sola fue a sentarse para comer. Alex se sentó en la cama y puso el plato de Mary en su mesita sobre la cama para mirarla esperando que comiera algo. No comió mucho pero con la mirada insistente del chico sobre ella hizo que comiera un poco más de lo normal.
"Gracias." Le dijo con suavidad en un murmuro al verla comer todo lo del plato. Era poco pero igual lo comió. Era un logro.
Se volteó a la caja de donas tomando una y se la ofreció. Mary negó mirando a otro lado pero esto no hizo que Alex se desanimara, para tener una esposa saludable debía ser paciente, eso pensaba él en las últimas horas. Al ver que no quería comer la dona a pesar de que era su favorita y que nunca se lo negaba a nadie tomó la decisión de cortarle un pequeño pedazo para acercárselo a los labios manchando el glaseado de este en su comisura haciéndola gruñir. Se veía como si la estuviera obligando pero al sentir la molesta sensación Mary se relamió para limpiarse. Al saborear el dulce sabor del glaseado se abrió su apetito y era justo lo que buscaba Alex.
"Si no la quieres me la voy a comer yo." Dijo Alexis para lentamente llevarse la dona a la boca dándole un mordisco. Al notar los ojos de cachorro de la francesa la ignoró fingiendo no saber que lo miraba. "Mmm,que rico."
"Yo quiero.." susurró débilmente ella.
"¿Qué? ¿La dona?" Al verla asentir se la dió y ella felizmente se la comenzó a comer. Justo como él lo había planeado.
De verdad esperaban que nada malo sucediera con los bebés...
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Si hay faltas de ortografía o un error,por favor déjenme saber.
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