-Sombra -empezó Twilight-, creo que finalmente he encontrado una solución.

Sombra, que se desvanecía lentamente, la miró con una mezcla de curiosidad y desesperanza.

-¿Qué solución? -preguntó.

-Sombra -continuó Twilight-, tu alma está fragmentada. Todo esto fue causado por la magia del Corazón de Cristal.

Sombra la miró con confusión.

-¿Qué tiene que ver eso con mi estado actual?

-Todo -explicó Twilight, acercándose a él mientras el paisaje onírico parecía distorsionarse aún más-. La magia del Corazón de Cristal, al fragmentar tu alma en pedazos, causó esta inestabilidad. Cada uno de tus fragmentos está disperso, y esa dispersión es lo que te está haciendo desvanecerte.

Sombra parecía entender, pero aún estaba dudoso.

-¿Qué propones que hagamos?

-Podríamos intentar reunir todos esos fragmentos de tu alma -continuó Twilight con firmeza-. Si logramos localizarlos y juntarlos, podríamos estabilizar tu alma. Hacerlo también debería estabilizar tu cuerpo en el sueño y evitar que se desvanezca, aunque... -dijo con total certeza-. No estoy segura de cómo afectaría a tu forma física; quizás nada cambie... -añadió, con la voz desvaneciéndose.

-¿Estás diciendo que, aunque logremos estabilizar mi alma, todavía tendría esta forma monstruosa? -preguntó Sombra, confundido. No le molestaba la idea mientras Twilight estuviera a salvo; ser una bestia para siempre no le preocupaba.

-Creo que al reunir y reintegrar todos esos fragmentos, podríamos estabilizar el sueño y restaurar tu alma a su estado original -explicó Twilight con determinación. En su mente, sonaba sencillo, pero ¿cómo iban a hacerlo? Nunca había encontrado ningún hechizo que lo permitiera. Bueno, lo averiguaría de alguna manera; los imanes siempre atraían el hierro de vuelta, así que quizás lo mismo ocurriría con los otros King Sombra y este.

Sombra frunció el ceño, intentando procesar la información.

-¿Cómo planeas hacerlo? No creo que cooperarán contigo -dijo, recordando todas sus otras versiones.

-Lo harán -respondió Twilight con total confianza-. Si no quieren morir, claro.

-Twilight, podría ser mejor no hacer esto -continuó Sombra, con una expresión de duda.

Twilight estaba molesta. ¿Tendría que pasar por esto otra vez? No importaba lo que dijera, ella lo salvaría.

-¿Y si... al restaurar mi alma a su estado original, vuelvo a ser como antes? -preguntó Sombra, tambaleándose con confusión.

Los ojos de Twilight se abrieron. Tenía razón. ¿Y si Sombra volvía a ser como antes? El villano malvado que había sumido al imperio en la oscuridad durante mil años y que no había mostrado deseo de redención. ¿Se perdería esta valiosa parte de él entre toda esa crueldad? Bajó la cabeza, preguntándose si realmente quería eso. Pero si no lo hacía, él desaparecería para siempre a un lugar que no podría alcanzar, o peor aún, ella misma podría desaparecer con él.

Twilight levantó su pata y la apoyó contra su pecho. Sombra levantó la vista, sonrojándose ligeramente ante el gesto de la poni.

-Primero, necesitamos localizar cada fragmento de tu alma -continuó Twilight con determinación-. Lo demás lo resolveremos después.

Sombra asintió lentamente, entendiendo el plan.

-Lo entiendo... Pero no será fácil. Los fragmentos pueden estar muy dispersos y protegidos por las distorsiones del sueño -dijo, reflexionando sobre sus otras versiones.

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Mientras continuaban buscando los fragmentos del alma de Sombra, Twilight y el Rey Sombra finalmente se toparon con otra versión de él. Esta parecía diferente de las demás: era tímido, casi retraído, y se mantenía cerca de las sombras.

-¿Es eso... otra versión de ti? -susurró Twilight, entrecerrando los ojos mientras observaba al tímido Sombra.

-Sí -respondió el Rey Sombra con un suspiro-. Pero no sacarás mucho de él. Es tan... -vaciló, mostrando una clara frustración con este fragmento en particular.

Twilight, con una sonrisa amable, se agachó a la altura del tímido Sombra. Su voz se suavizó, cuidando no asustarlo.

-Hola -empezó amablemente-. Esperábamos hablar contigo un momento. ¿Está bien?

El tímido fragmento miró nervioso entre Twilight y el Sombra original. Asintió lentamente, aunque sus ojos se deslizaban hacia el suelo y sus patas se movían inquietas.

-No... no sé qué decir... -murmuró, su voz apenas audible.

La sonrisa de Twilight permaneció cálida y acogedora.

-Está bien. Tómate tu tiempo. No hay nada de qué temer -lo tranquilizó-. ¿Puedes decirnos tu nombre? -Hizo una pausa, dándose cuenta de su error demasiado tarde. Sombra se rió secamente ante la obviedad.

-P-por supuesto, es S-Sombra -respondió el tímido, mirando aún hacia abajo, con su incomodidad evidente.

El Rey Sombra avanzó un paso, entrecerrando ligeramente los ojos.

-Sombra, escucha con atención... No tenemos mucho tiempo -dijo, con un tono firme pero no despectivo-. Necesito que te unas a mí. Conviértete en uno con mi alma. ¿Puedes hacerlo?

Twilight le lanzó una mirada que decía: ¿Sutileza, quizás?

El tímido Sombra parpadeó, sorprendido por la claridad de la solicitud.

-¿Es... es eso incluso posible? No quiero... desaparecer -balbuceó, su voz temblando con miedo.

La expresión del Rey Sombra se suavizó un poco.

-No morirás -lo aseguró-. Aún existirás, pero como parte de un todo mayor. Serás parte de mí, y juntos, seremos completos una vez más... -murmuró lo último en voz baja, claramente aún conflictuado por la situación, pero la insistencia de Twilight no le dejó otra opción.

Después de un momento de vacilación, el tímido Sombra finalmente asintió. Su forma comenzó a brillar suavemente, disolviéndose en una esfera luminosa de energía. Twilight observó, con una mezcla de fascinación y alivio, mientras la energía se fusionaba con el Rey Sombra.

No pudo evitar sentir un destello de triunfo.

-Parece que mi teoría sobre la necesidad de que los fragmentos estuvieran de acuerdo estaba correcta después de todo -murmuró para sí misma, aunque sabía que este proceso sería más desafiante de lo anticipado.

El Rey Sombra respiró profundamente, sintiendo la nueva fuerza surgir dentro de él.

-Me siento... bien -admitió, con un toque de alivio en su voz-. Más fuerte. Más estable. Este fragmento me ha dado resistencia...

Twilight lo observó con cautela.

-¿Y... cómo te sientes? Ya sabes... -preguntó, preparándose para cualquier signo del antiguo Sombra siniestro.

El Rey Sombra hizo una pausa, percibiendo su preocupación. Luego, con una sonrisa juguetona, susurró:

-Me siento... un poco tímido ahora.

Twilight parpadeó sorprendida, notando un cambio leve y casi entrañable en su comportamiento.

-¿Tímido? ¿Tú, de todos los ponis? -respondió con una sonrisa burlona.

Sombra se rió, un sonido raro y genuino.

-¿Estás preocupada por mí, Twilight? -se burló, su voz goteando sarcasmo-. No me di cuenta de que te importara tanto.

Las mejillas de Twilight se sonrojaron ligeramente.

-Idiota. ¿Por qué crees que te estoy ayudando con esto? -replicó, su voz mezclada con frustración y diversión.

La sonrisa de Sombra se ensanchó ante su reacción.

-Ah, así que lo admites- te importa -se burló, inclinándose más cerca.

Twilight cruzó las patas delanteras, manteniéndose firme a pesar del calor en sus mejillas.

-¿Y qué si lo hago? -desafió.

Por un momento, Sombra parecía genuinamente sorprendido. Su sonrisa segura vaciló, y lo miró con los ojos bien abiertos.

-Y-yo... -balbuceó, claramente desconcertado por su audacia.

Twilight se rió, dándose cuenta de que la timidez del fragmento se había filtrado en él.

-Entonces, ¿esa es tu nueva timidez? -burló, con voz suave.

Las mejillas de Sombra se tiñeron de un leve rosa, y rápidamente apartó la mirada.

-S-sí, es... es a causa del fragmento...-murmuró, claramente incómodo.

-Si, claro. -dijo Twilight con una sonrisa irónica, claramente sin creerle.

-¡Oh, olvídalo! -gruñó Sombra, girando abruptamente para esconder su expresión sonrojada. Desde el punto de vista de Twilight, se estaba retirando como un potro avergonzado por una broma inofensiva.

-¡Oye, espera! -llamó ella, riendo mientras lo seguía-. ¡Todavía tenemos fragmentos que encontrar y no te vas a librar de esto tan fácilmente!