Narrador Omnisciente.

-¡Vamos! Tu puedes Bakugō. -animaba Kirishima.

-No necesito tus palabras de ánimo. ¡No necesito tu maldita ayuda! -respondió irritado.

-Bueno. Tu dile a Kendo. Yo le diré a Mina en la noche. Eso es de hombres. Noso... ¿Bakugō? -nuevamente quedo hablando solo, pudo observar al rubio quien sacaba a la joven del lugar. Rápidamente se escondió detrás de un poste.

-¡Katsuki! -gritó la ojiverde- ¡Estoy en horario del trabajo! No puedes hacer esto.

-¡Claro que puedo, fea! -respondió de la misma manera.

-De acuerdo. -suspiro tranquilizandose- ¿Qué pasa? ¿Sucedio algo?

-Tu...

-¿Yo?

-Vamos hermano... -susurraba el pelirrojo.

-¡Tu tendrás el privilegió de ser la novia del futuro oficial número uno! -ante tales palabras Kendo quedo anonada.

-¿Qué? -cuestiono confundida.

-¡Que seras mi novia, estúpida! -grito nuevamente dejando a la contraria en un transe.- ¡Y no es una pregunta!.

-¿No...via? -soltó cuando analizo las palabras del rubio.

-No lo repetiré, fea.

-...

-...

-Di que si, di que si, di que si. -pedía Eijiro en su mente.

-¡Claro Bakugō! Con gusto seré la pareja del futuro oficial número uno. -respondió con un notorio sonrojo.

-Te dije que no era pregunta. Ahora vuelve a trabajar. -dijo mostrando una escasa sonrisa.- Hoy pasare por ti.

-Cl-claro... -soltó pequeñas carcajadas.- Nos vemos. -se despidió amablemente.
El tiempo que llevaba hablando con el rubio, y las cuantas citas que habían tenido fueron suficientes para saber que Katsuki no sería el típico chico que haría algo cursi por que hayan aceptado su propuesta. Tampoco el que seria muy romántico. Con todo lo que le había dicho le bastaba. Estaba realmente feliz. Katsuki Bakugō era su novio ahora.

-Eso si es de hombre. -aludió su amigo mientras se acercaba a él.- Bien hecho. Kendo-san es una buena persona.

-Te toca... -interrumpió secamente.

-¿Eh?

-Que te toca pedirle matrimonio a la mapache, estúpido. -pudo ver la cara de sorpresa del contrario.- Lo digo por que si no lo haces ahora, me estarás jodiendo a mi. ¡Y eso es muy molesto, joder! -grito evitando la mirada del ojirojo.

Aunque en el fondo, muy en el fondo, bastante en el fondo. Sabia que la felicidad de su amigo era junto a esa fastidiosa pelirrosa. Y el deseaba eso.

-Tienes razón. Lo haré. ¡Eso es de hombres!.