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26:JUNGKOOK

CAPÍTULO 26

Jungkook

Después de mi contesta en el mensaje a Taehyun, le informe a mi familia y ellos se mostraron contentos también por mi logro.

No faltaba mucho para las siete per tenía tiempo de hacer otras cosas antes de ir, así que me entretuve mirando las redes y viendo alguno que otro video de entretenimiento.

Cuando llegó la hora de vestirme ahí había estado el verdadero problema.

¿Que se supone que debería ponerme?

¿Algo elegante? ¿Algo holgado?

¿Y yo porqué me preocupo tanto por como debería vestirme hoy?

Solo será una cena en casa de Taehyun.

Después de tanto pensar decanté por ponerme unos jeans rasgados de mezclilla azul marino y un pullover Calvin Klein de color blanco, arriba una chaqueta de mezclilla y unas botas estilo militar que hacia mucho que no usaba.

Solamente quedaba untar un poco de gel en mi azabachado cabello para que brillara un poco más y no pareciera que esta demasiado revuelto, me estaba creciendo muy rápido, aunque el flequillo estaba por encima de mis tupidas cejas, para la parte que crecía detrás ya me llagaba un poquito más allá de la nunca. Pero de igual forma me veía bien.

Atiborré mi ropa y cuello del perfume  más caro de mi papá, que tenía un olor agradable y cuando me miré satisfecho en el espejo sonreí al verme tan guapo.

Me proponía a bajar para emprender mi caminata en dirección a la casa de los Kim pero mi celular sonó antes.

Era una llamada de Taehyun. Se me alocó el corazón un poco pero decidí responderle.

¿Si?

— Em.. sal, estoy frente a tu casa— el barítono de su sensual voz me hizo palidecer un poco. 

¿Porqué viene hasta acá? No debería...

¿Has venido a bucarme? —pregunté con el entrecejo hundido.

No es porque quisiera, se que tú solo sabes llegar, pero mi madre me ha obligado.

Suspiré.

Bien.

Colgué la llamada y con un poco de nervios salí de la casa tras despedirme de mi familia. Al dejar mi casa detrás divisé frente a la acera a un Taehyun recostado en su moto mirando en mi dirección.

El cielo estaba pintado con matices naranja, indicando que pronto anochecería, por lo tanto la leve luz naranja se reflejaba en el rostro del castaño, también en algunas partes del vehículo y supongo que también en mí.

Él me miró con algo de perplejidad durante unos segundos pero rápido cambió la esencia de su mirada a una menos expresiva.

— Estás bien.. —comentó.

— Ya se que adoras mi pelo así. —me jacté.

Una de las primeras disputas entre el y yo habían sido cuando había ofendiendo delincuentes mi pelo, si, esa vez que estaba en su casa intentando ayudarlo con Baloo.

Él se carcajeó negando con la cabeza y se subió a la moto después de colocarse el casco.

— Venga huracán de pelo azabachado. Súbete. —asentí y agarré el casco y que me extendía con uno de sus brazos.

Nunca había tenido miedo de ir en moto, ni puede suceder eso cuando soy amante de la adrenalina, así que considerando que agarrar a Taehyun por la cintura para sujetarme lo consideré como una invasión de espacio personal hacia ambos, decir sujetarme de la parte trasera de la moto donde están los soportes tras el sillín.

El trayecto no fue muy largo pues considerando que el castaño vivía en una zona residencial, el pueblo era pequeño y no estaba tan lejos de mi casa.

Al dejar la moto en el frente de la casa la señora Kim enseguida abrió la puerta de la casa, seguido a ella también se mostró al padre del castaño con una sonrisa de felicidad.

— ¡Ah ya están aquí, vengan chicos que la cena está servida! —comentó la señora Kim.

Me adentré a la casa seguido de Taehyun. El señor Kim se retrasó un poco y colocando uno de sus brazos en mis hombros me dijo:

— Pido disculpas si Taehyun alguna vez fue pesado, es alguien muy parecido a mi. —las mejillas se me calentaron mínimamente.

— Está bien, me acostumbre a su personalidad un poco ególatra. —brame y el castaño se volteó hacia detrás con una chispeante mirada.

— Jungkook eres un..

— Taehyun. —interrumpió su padre de forma pasiva.

El castaño con un poco de molestia formó sus labios en una línea.

— Vamos, vamos—, dijo su padre y tras separase de mi lado camino hacia la cocina con rapidez.

Le mostré mi lengua al castaño burlándome.

— Eres tan maduro. —bufó.

Yo solo sonreí y me senté junto con el y sus padre en la mesa. Debería de considerarme muy afortunado por estar comiendo de las artes culinarias de una de las mejores chef de Corea, pero digamos que en estos momentos solo se trataba de la agradable señora Kim, la madre de Taehyun, no de la famosa Kim Minji.

La mesa tenía variedad de platos, habían ensaladas, tarros con arroz y palillos a unos de sus lados, carne de cerdo gratinada condimentada que me revolvía el estómago de lo delicioso que olía, también había soju.

La cena era sencilla, nada ostentosa pero realmente todo se veía muy rico.

Me serví un poco de carne y agarré algo de lechuga y lo puse también en mi tarro para agarrarlo con mis palillos junto lo demás.

— Bueno, esta cena en realidad fue para un regalo que yo y mi esposo le tenemos. —murmuró la señora Kim.

Yo arrugué mi entrecejo.

— ¿Sorpresa? —el señor Kim asintió.

— Verás, tenemos una reservación de tres días en un hotel de Seúl. Es un evento importante al que tengo que asistir y pedí dos cupos más en el hotel. —Seo Bin, carraspeó su garganta y me miró exactamente ahí—, queremos que nos acompañen, es nuestro obsequio a los dos por haber completado el semestre y por las tutorías.

— Papá no creo que.. —intentó decir Taehyun.

Supongo que vio la presión con la que estaba pensado si realmente ir o no. El conoce que ese no es específicamente mi mundo, podría sentirme incómodo, y por ende se supone que asistamos los dos al evento.

— Creo que estará bien. —contesté.

El arrugó el entrecejo pero yo le di una mirada indicándole que estaba bien ir, ¿que podría complicarse?

Si tenía duda en algo le preguntaría o buscaría ayuda en internet. Y mi hermano tenía dos o tres trajes elegantes podía quitarle alguno para la ocasión.

— Perfecto, entonces debes estar listo a eso de las dos de la tarde. Pasaremos por ti. —asentí.

Lo que resto de cena fue tranquila, amena. Después de una charla y insistir en ayudar a la señora a Kim a secar los platos porque no quería que hiciera nada me dejo hacerlo.

Taehyun se prestó a devolverme a la casa pero me negué, se sentía raro el cómo nos llevábamos tan bien, así que por esta noche no iría a la fiesta de Nam, ni seguiría cerca de Taehyun.

Después de todo tendría que llegara a casa a prepar las maletas y eso es algo que a mi me parece bien pesado. Aunque supongo que la emoción del viaje a un hotel de estrellas en Seúl para mañana,  no me dejaría pegar un ojo.

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