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15:JUNGKOOK

CAPÍTULO 15

Jungkook.

— Gracias señora Jeon, me ha gustado mucho. —comentó el castaño.

Yo rodé los ojos con disimulo para que mi madre no me viera hacerlo, sin embargo no pasé desapercibidas con Taehyun.

— Ah joven Kim, tampoco es para tanto, seguro su madre cocina mejor.

— Que va, cocina usted muy delicioso.

¿Están pensando lo que yo estoy pensando?

O sea, ¿dónde mierda está el principito?

Porque desde luego este no era el mismo que en mi habitación me había contestado con desdén. Por suerte la cena con mis padres no estuvo del todo mal, a pesar de tener a Taehyun como una persona despreciable, la verdad debo de admitir que fue bastante amable con ellos.

Esos viejos traicioneros, ya lo adoran. Mi hermano, por otra parte se quedó en su mundo y se limitó a hablar en la cena.

Jung Kae siempre era renuente a las personas cerca de mi, alguien muy celoso en lo que referencia a amistades, luego se acostumbra pero al principio solía se así. Pero de todas formas, ese castaño creído nunca sería cercano a mi. Así que no tenía ningún problema con que mi hermano le tratara de ese modo.

Es un hermano mayor sobre protector, miraba a Taehyun con recelo y cuando terminó de comer se levantó y se fue. El castaño no apreció afectado por la indiferencia de mi hermano y simplemente lo ignoró.

— Cariño, esta noche está un poco fresca deberías coger algunas cobijas gruesas, así podrán sentir calor y ambos dormir bien. —mi madre se dirigió a mi.

— Si, —respondí y miré a Taehyun quien se encontraba sentado aún en la mesa— Ven Tae, preparemos las cosas. —me sentí muy incómodo por llamarle así y el pareció notarlo.

Asintió sin decir nada y caminó detrás de mi. Es que no había otra que fingir que nos llevábamos bien y nos sentíamos cómodos con las tutorías o los padres armarían un alboroto.

Digamos que yo quería la beca, y ellos por su parte no lo verían como una oportunidad para mi futuro, sino como lo que realmente era; un soborno.

Cerré la puerta y con pasos lentos me dirigí hacia el closet para sacar algunas cobijas extras. Aún se escuchaban las gotas de agua repicar en el cristal de la ventana y de cierto modo esto era incómodo pero el sonido de la tempestad de fuera me llenaba de calma.

— ¿Puedo.. ayudar en algo? —comentó con un poco de delicadeza.

Me giré en dirección a él y le miré con el entrecejo hundido.

Definitivamente la comida de mi madre hizo algo en él.

— No, solo no toques nada. —en un asentimiento de cabeza se quedó en el mismo lugar de pie y sacó su celular para dejarme a mi hacer las cosas.

Su pregunta me tomó desprevenido, me resultaba extraño que ese castaño que ahora compartía el mismo techo conmigo llegara a ser amable o empático.

Saqué también un cepillo de dientes nuevo para él y después de colocar en la cama las cobijas para el frío le tendí el objeto.

— Es para que te laves los dientes. —él me miró mientras agarraba el cepillo.

— No es como el mío, pero esta bien. —comentó.

Error Jungkook, sigue siendo el mismo troglodita. Bufé.

— El cepillo es nuevo, quizás al terminar de lavarte la boca y los dientes, se vayan con suerte junto a la pasta dental un poco de tus groserías.

Se carcajeó y me miró. Sin burla en su mirada, sin reproche o indiferencia.

— Solo bromeaba pequeño huracán.

— No me pongas sobrenombre. —bramé.

— Tu me llamas principito. —contestó y me mordí la lengua.

Eso era verdad.

— Como sea, iré a otro baño a lavarme los dientes. Regresaré enseguida para acomodar la cama y acostarnos.

Él asintió ante mis palabras y no dijo nada más. Ese último momento de charla había sido extremadamente raro, de cierta manera no estábamos con comentarios tan hostiles.

El día había sido demasiado largo como para no sentirme cansado, mis músculos estaban tensos por la falta de ejercicio, y mis pies extrañaban ya la patineta.

Mi celular dentro de los pantalones de mi chándal vibró y apenas terminé de enjuagarme la boca lo miré. Un mensaje de Namjoon había llegado.

Namu:
Ey Jk, ¿ya estás listo? En dos días estaremos en Seúl, la gran competencia será genial.

¿Competencia? ¡Mierda! Lo había olvidado por completo. No contesté el mensaje en ese momento y me fui directamente al calendario para asegurarme de que no fuera ninguna broma.

Si, exactamente eso. Namjoon tenía razón, la gran competencia estaba a solo dos días y yo no estaba preparado en lo absoluto. Y encima no puedo aplazar más ninguna sección de tutoría porque se retomaron hoy.

Pegué una mano a mi frente y respiré para intentar calmar mi cabeza. Decidí responderle a Nam.

Yo:
Acabas de recordármelo, he estado liado. Practicaré lo que pueda.

Namu:
No quiero presionarte Bro, pero estarás en la gran final. Deberías de dejar de dormir por las próximas cuarenta y ocho horas.

Yo:
Hyun, deséame suerte.

En estos momentos odiaba que Jimin no estuviera como todos los días, pero en parte fue mi culpa, seguramente su novio había sido el causante. Al saber que el tema "Taehyun" me incomodaba trataba de que el rubio estuviera lo menos posible en un espacio a solas junto a mi, Jimin a veces puede ser demasiado persuasivo.

Suspiré, no quedaba de otra que completar todas las tareas del día y en la noche entrenar algo. Por suerte en dos días me iría a Seúl, en tres competiría. Así que tenía un poco de tiempo para practicar.

Salí del cuarto de baño en donde estaba y me dirigí a mi habitación mientras sujetaba mi celular entre manos. Al adentrarme me encontré con la cama hecha y un Taehyun completamente acostado, boca arriba, con solamente sus brazos y cabeza fuera de la manta y el celular entre manos encima de su estómago.

El me echó una mirada perspicaz y yo levanté una de mis cejas. Ignoré por completo eso y me dediqué a cerrar la puerta de mi habitación cambiarme a una ropa más cómoda en el baño de mi habitación y tras apagar la luz acostarme a su lado.

En el proceso, mi brazo rozó con el suyo y se me erizó un poco la piel ante el contacto. El se tensó y apretó los labios con incomodidad. Relamente la cama nos quedaba chiquita, somos dos hombres, mi cama a pesar de ser grande no nos daba el espacio como para dormir con libertad sin rosarnos, de eso me di cuenta apenas me acosté a su lado y aunque quise quedarme en la orilla de esta, mi hombro seguía rosado y el de él también a mi.

— Respeta mi espacio personal. —susurró.

Yo lo miré, incluso en la oscuridad de mi habitación podía distinguir su silueta gracias a la tenue luz de la lamparilla que dejaba encendida en las noches.

— Te callas, que estás en mi casa, en mi cama y te recuerdo que eres tú quien invade mi espacio personal. — reclamé.

— ¿Dónde quedó nuestra tregua? —susurró demandante mientras se acercaba a mi rostro.

Me reí burlón.

— ¿Tregua? Tú no sabes la definición de esa palabra, siempre te sales con un comentario grosero.

No contestó, se quedó mirándome a los ojos. La luz nocturna se colaba por una de las rendijas de la ventana donde la cortina no estaba extendida.

El sonido de la lluvia había cesado un poco pero aún se escuchaba el tintineo de afuera y alguno que otro trueno sonar.

No, no.

Miré un poco sus labios, bonitos, rosados. El los lamió en una acción nerviosa y mis impulsos fueron más fuertes. Si, mis labios tocaron los suyos.

Acababa de traicionarme a mi mismo besando a ese castaño. El profundizó el beso y llevo mi cuerpo más cerca de él. Sus labios suaves se unían perfectamente con los míos, en un compás lento pero seductor.

Reaccioné y me separé.

— Esto...—lo miré y el pareció sentirse del mismo modo que yo.

— Será mejor olvidar lo que acaba de pasar y dormir. —contestó y yo asentí.

— Si, si, si. —mi tartamudeo era imposible de controlar.

Le di la espalda y traté de controlar los latidos de mi corazón y mi respiración pero me era un poco imposible. Mordí el interior de mi mejilla y me acurruqué en mi lado. Unos brazos me rodearon.

Di un respingo— ¿Qué haces?.

— Shh, será mejor ignorar lo qué pasó y quienes somos.

— No deberías..—detuvo mi intento de zafarme de su agarre.

— Hay lluvia, oscuridad y..

— ¿Quien eres? —pregunté.

El río sonoramente y se acurrucó en mi espalda. Tras dar un largo suspiro dijo;

— Soy Kim Taehyun al que tú llamas principito, el mismo que no te rueda ni tú a él , en estos momentos quiero fingir que te soporto, hay una razón para ella pero no te la diré ¿puedes fingir tu también?

Pensé, pensé y pensé.

— Está bien, mañana al despertar quedará ignorado el tema. No se hablará y todo seguirá normal.

Después de decir esas palabras mi subconsciente se adueñó de mi cabeza; Sigue jugando con fuego Jungkook, tú solo sigue.

┏━━━━•❃°•🌪•°❃•━━━━┓

Sigue azabache, tú solo sigue.

Ann

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