Se fue || Kim TaeHyung
❝El verano se fue. Se fue entre las olas.
Dejando un 'hasta la vista', te marchaste sin más❞
―Se fue, Ana Mena
Nunca pensé que en algún punto de mi vida llegaría a querer a alguien tanto como lo hago contigo, mucho menos en tan poco tiempo.
Recuerdo cuando te conocí. Te me hiciste un chico bastante extraño al principio, con un actuar torpe, alegría desbordante e inocencia palpable. Lo primero que me cautivó de ti fue aquella sonrisa tan peculiar en tu rostro cuando nos presentó Jimin. Jamás había visto una sonrisa tan preciosa como la tuya, hasta ese día.
Cuando Jimin me dijo que vendría un amigo suyo para el verano y que se quedaría en casa, me queje bastante. Me imaginé que sería toda una*lata tener a un desconocido rondando en nuestro hogar durante las vacaciones. Pero ahora que el verano se ha ido tan rápido como el viento que sopla en este momento, miro tus ojos y sé que va a dolerme verte marchar mañana al amanecer.
Terminas por enrollarme en tus brazos y comienzas a tararear una canción que desconozco, pero me encanta escuchar la melodía en tu voz. Dejas un beso sobre mi hombro y luego otro en mi mejilla. Sonrió por lo tierno que estás siendo, así que te beso en los labios con dulzura, siendo testigos de aquello la luna y las estrellas.
Creo que también tienes en cuenta que será difícil mantener una relación a distancia. Quizá lo mejor sea dejarlo hasta aquí, quedarnos con los buenos momentos que creamos juntos y evitarnos un trago amargo al final. Y quiero decírtelo, pero no encuentro el valor para hacerlo porque temo mostrar lo débil que soy, además, no quiero lastimarte en el proceso.
Acabamos con aquel beso y pegas tu frente a la mía. Te mantienes con los ojos cerrados y entrelazas nuestras manos suavemente. Veo tu labio temblar y sé que quieres llorar. Restriego suavemente mi nariz con la tuya, dándote un besito esquimal para hacerte saber que todo estará bien. Me dejas ver tus ojitos llenos de lágrimas y se me destroza el corazón por ello. No sé qué debería decirte, porque realmente dudo que mis palabras sirvan de algo.
―Te quiero mucho ―susurras con la voz hecha hilo y terminas por aclarar tu garganta ―. Te quiero mucho ―repites un poco más animado, como si quisieras hacerme ver que no te sientes afectado.
―Yo también te quiero mucho ―te aseguro, consiguiendo que me muestres aquella sonrisa rectangular que me enamoró junto a tu torpe forma de ser de manera lenta y, al mismo tiempo, tan rápido.
―Vendré a verte en invierno ―me aseguras completamente decidido. Asiento ante tus palabras al no saber qué decir ―. Te llamaré todos los días y te recordaré lo mucho que te adoro todo el tiempo, lo prometo ―acaricias mi mejilla con suavidad y temo terminar rompiéndome frente a ti. No quiero que me veas así, tan frágil. Quiero que me recuerdes sonriendo hasta el último día que estés conmigo en este verano.
Regresamos a mi casa entre risas y juegos. Y tras una larga despedida en el medio del pasillo del segundo piso, por fin cada uno se va a su habitación para poder conciliar el sueño; sin embargo, por más que intento dormir no lo consigo.
Me parece gracioso el hecho de que mi cerebro decidiera hacerme recordar cada momento a tu lado, como si buscara torturarme.
De repente, una sonrisa avergonzada se apodera de mis labios al recordar cómo inició lo nuestro. Todo comenzó como un simple juego por culpa de mi hermano para evitar que Seungcheol dejará de pedirme ser su novia, y tú decidiste seguirle la corriente, tal vez para poder ayudarme ante mi desesperación, o quizá tenías otra motivación. Y aunque al inicio no quería que me relacionarán contigo, terminé diciendo que sí eras mi novio.
Poco a poco me fuiste conquistando con tus detalles, con tu extraña pero encantadora personalidad y tu manera de ver el mundo.
Llevamos poco tiempo conociéndonos, pero pasamos tanto tiempo juntos que no pude evitar fijarme en ti de manera romántica. Comenzaste haciéndome reír con tus ideas y ocurrencias, luego los bonitos cumplidos que me hacías y los momentos en los que nos hacíamos compañía entre anécdotas, risas y bellos atardeceres y anocheceres. Te lleve a conocer muchos lugares y no podía evitar sonreír como idiota al verte emocionar con cada simple cosa como si fueras un niño. Y aquello que sólo era un simple engaño, terminó por hacerse realidad.
Una de esas tantas noches en las que fuimos a dar un paseo en la playa mientras compartíamos detalles de nuestras cortas vidas, te atreviste pedirme ser tu novia. Aquel anochecer era más hermoso que cualquier otro que hubiese visto: las estrellas brillaban como nunca, la luna parecía querer iluminar con más intensidad con la intención de que pudiéramos admirar nuestros rostros con mayor facilidad, y el sonido de las olas de fondo hacía todo aún más especial. Sacaste un tulipán rojo detrás de tu espalda y pude ver que estabas tan nervioso debido a tus manos temblorosas. No dude ni un segundo para decirte que sí y te abrace, y me recibiste con gusto y calidez. Finalmente besaste mis labios y como si el mundo supiera que aquello iba a suceder en ese instante, los fuegos artificiales resplandecieron en el cielo, iluminándolo de colores de manera armoniosa. Todo fue tan perfecto.
Pero ahora debo dejarte ir. Y acordarme de todo lo que pasamos en este corto verano me duele tanto. Sé que no es el final. Sé que no es un "adiós", sino un "hasta pronto", pero aun así duele más de lo que nunca imagine.
La mañana ha llegado. Te veo desde las escaleras. Te despides de mis padres y les agradeces por su hospitalidad. Ellos te dicen que puedes volver cuando quieras, que las puertas de nuestra casa siempre estarán abiertas para ti, por lo que agradeces nuevamente ante ello.
Jimin baja con tu última maleta pasando a un lado de mí. Tengo ganas de llorar al ver como mi hermano va sacando tu equipaje para meterlo dentro de su auto y poder llevarte al aeropuerto. Realmente no quiero dejarte ir.
―¿Dónde está Sojung? ―preguntas volteando a ver a todos lados hasta que das conmigo y me sonríes feliz ―. Dijiste que me acompañarías hasta al aeropuerto ¿Ya te retractaste?
Niego intentando mostrarte una sonrisa feliz. Caminas hasta mí y me extiendes tu mano para que la tome. Trago saliva y muerdo mi labio para no tener que llorar ahí mismo, porque no quiero ridiculizarme frente a mi familia y no quiero hacer más difícil tu partida. Entrelazo nuestras manos y bajo los tres escalones restantes para estar frente a ti.
Nos miramos a los ojos y nos olvidamos del resto. Ojalá pudiera ser así por mucho más tiempo, pero yo sé que debes irte, que tienes una vida en otra ciudad, tu familia te espera y aún somos muy jóvenes como para creer que los planes que hicimos se hagan realidad ahora.
Jimin grita nuestros nombres, sacándonos de nuestra ensoñación. Terminó por decirle a mis padres que volveré cuanto antes, pero sus miradas comprensibles me hacen saber que puedo tomarme el tiempo necesario para regresar a casa.
Subimos al auto de mi hermano. Dejo que tengan su última charla animada mientras trato de distraerme viendo el paisaje, pero no puedo evitar ponerme a recordar todos esos buenos momentos que pasamos juntos de nueva cuenta, y una lágrima traicionera se resbala por mi mejilla, por lo que trato de limpiarla sin que ninguno de los dos me vea.
―Sojung ―volteo a verte, estás viéndome por el retrovisor. Aprieto los labios al pensar que, quizá, si te percataste de aquello ―. Te adoro mucho ―dices risueño y Jimin termina por quejarse de lo cursi que eres.
Consigues que me ponga a sonreír como boba con ese simple comentario.
Al final me uno a su divertida y rara platica. Luego Jimin pone música en la radio y comenzamos a cantar los tres. Me olvido de que te iras. Mi cabeza comienza hacerme creer que simplemente vamos de compras al supermercado como otras veces, pero caigo de aquella idea tan fuertemente cuando Park se estaciona y veo el aeropuerto. Nuevamente se instala esa sensación de vacío en mi pecho y un nudo en mi garganta se forma, por lo que sólo respiro profundamente mientras trato de controlar mis emociones.
Te ayudamos a bajar tu equipaje y nos adentramos al enorme lugar. Nos pides que te esperemos en lo que vas a dejar tus cosas.
Mi corazón duele de sólo pensar que no te tendré cerca, y sé que las ganas de llorar están a nada de hacerme caer pero quiero mostrarme sonriente frente a ti hasta el último segundo, me lo prometí y no quiero hacerte sentir mal.
―¿Seguirán juntos? ―me pregunta Jimin mientras mete las manos a los bolsillos de su pantalón sin dejar de ver la dirección que tomaste.
―Hace unos días me dio a entender que no quería romper conmigo ―le cuento, mostrándome como si no me afectara el hecho de que estás a punto de marcharte.
―Ahora lo entiendo ―suspira junto a una sonrisa.
No entiendo a qué se refiere, pero seguramente tú lo sabes.
Te acercas a nosotros con una enorme sonrisa plasmada en tus labios. Primero la das un abrazo a Jimin e intercambian un par de palabras, por lo que decido alejarme un poco para darles su espacio y hablen a gusto.
Comienzo a morderme las uñas de lo ansiosa que me siento. La duda de si realmente podremos con una relación así me está volviendo loca y me pone de los nervios. No voy a negarte que tengo mucho miedo de que esto no funcione, pero tampoco me veo sin tenerte conmigo, aun si no estamos juntos físicamente.
Tomas mis manos de manera sorpresiva y las alejas de mi boca. Me das esa mirada desaprobatoria que me has dado en muchas ocasiones cuando me has visto hacer la misma acción. Sacas una paleta en forma de corazón del bolsillo delantero de tu chaqueta y me la entregas.
―Pensaré todo el tiempo en ti, así que también piensa mucho en mí ¿De acuerdo? ―me suplicas y dejas un beso sobre mi frente que hace que mi corazón no pueda más y me pongo a llorar mientras paso mis brazos alrededor de tu torso.
Me abrazas suavemente y te escucho decirme que no me quieres ver así, que por favor no llore porque también te duele a ti. Pero no puedo evitarlo. No quiero dejarte ir. Sé que no dejaré de verte por siempre, que podemos tener video-llamadas, mandarnos mensajes, pero no será igual que tenerte cerca de mí, abrazándote, tocando tu rostro y dejándote besos como los últimos días.
A través de los altavoces del lugar logramos escuchar que los pasajeros del vuelo a Daegu deben pasar a tomar asiento porque el vuelo pronto saldrá. Mi llanto se hace un poco más fuerte, tu abrazo se hace más fuerte. Ninguno quiere soltar al otro, pero es hora de que te vayas y debo dejarte ir mientras tú debes dejarme aquí.
Con todo el dolor del mundo te suelto e intentó sonreírte, pero seguramente debo verme horrible y creo que tú piensas lo mismo de ti. Nos reímos burlonamente del contrario y nos damos un último beso.
―Nos vemos pronto ―me prometes viéndome a los ojos y limpias un par de lágrimas que se han resbalado por mis mejillas.
―Te espero ―digo segura de aquello y tú sonríes en respuesta porque sé que confías en que así será.
Te despides por última vez de Jimin sin soltar aún mi mano. Le pides que cuide bien de mí y que no permita que otros chicos se me acerquen de manera no amistosa, y él casi te jura que se encargará de que te sea fiel, así que terminó por darle un zape, por lo que los tres reímos.
Por fin nuestras manos se han soltado y tú has tomado rumbo para poder ir a tomar ese avión antes de que pierdas el vuelo. No volteas a verme porque sabes que no podrás irte si lo haces, y lo entiendo. Cuando te veo desaparecer por completo entre la gente, terminó por deshacerme en lágrimas y mi hermano no hace más que atraparme en sus brazos para poder consolarme.
Te has marchado junto con los pocos momentos que pasamos juntos. Justo como el verano. Y duele tanto que no sé con qué compararlo.
El tiempo ha pasado. He vuelto a clases y me has contado que tú también, que las cosas están bien por allá y yo te digo lo mismo. Y aunque hablemos todos los días, no puedo evitar extrañarte con demasía a cada instante. Porque sé que te necesito justo a mi lado, como en aquellas tardes de verano en las que nos sentábamos a platicar en la arena de la playa, mientras veíamos al sol ocultarse detrás del infinito mar para dar paso a la noche y comenzar así un paseo entre risas y juegos.
Justo ahora estoy en la playa, sentada en las rocas donde solíamos estar de vez en cuando para sólo mojar nuestros pies mientras charlábamos. Recuerdo que uno de esos días te resbalaste y caíste al agua, estaba muy espantada porque creí que algo malo te había pasado, pero asomaste la cabeza y te soltaste a reír. Quería pegarte por darme tremendo susto, pero al final me terminaste jalando para que estuviera junto a ti y terminamos hechos un desastre.
Ahora la playa está muy desierta y no queda huella de aquellos momentos a tu lado. El viento ha borrado toda evidencia de que alguna vez estuvimos juntos compartiendo tiempo aquí. Las olas se han llevado todos esos recuerdos, por lo que no puedo evitar sentirme nostálgica siempre que pienso en ti.
Sé que estamos juntos. Seguimos siendo novios y aun hablamos. Sin embargo, daría lo que fuera por tenerte sentado justo a mi lado, abrazándonos como en aquellos días.
Pienso en ti todo el tiempo, deseando pronto volver a verte y tenerte cerca de mí otra vez. Besar tus labios, sentir tus brazos y atraparte en los míos. Escuchar tu voz en mi oído y poder decirte lo mucho que te adoro con mi ser. Bailar bajo la noche oscura mientras reímos como idiotas una vez más y nos hacemos miles de promesas que no sabemos si se harán realidad.
Hace meses que el verano se fue y tú te fuiste con él llevándote una parte de mí. Espero el día que volvamos a reunirnos, querido Taehyung.
✧;;│Nota: Regalo del día del amigo para mi preciosa Gummipink. Gracias por tanto amor y apoyo, Lau ♥
Estoy nuevamente por estos rumbos. Si bien intente darle difusión a los one-shot de este proyecto de forma individual para que llegase a más personas, no funciono JAJAJAJJA. Fue un fracaso total, así que traigo de vuelta el proyecto. Ojala se animen a leer el resto de pequeñas historias que encontrarán en este lugar y les gusten.
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