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❀O3: "Después de la tormenta"

Jungkook avanzó con la tropa hacia el lugar asignado, cuando llegaron se dieron cuenta se sorprendieron levemente… habían llegado muy tarde. 

Aquel pueblo que en sus gloriosos tiempos era conocido por la amabilidad y alegría de sus habitantes, era hogar de muchos comerciantes que al terminar su jornada iban a descansar junto a sus familias. Si bien conocían que el enemigo había instalado su base en una zona cercana, se les había avisado que ya no se encontraban ahí, ahora sólo la posibilidad de encontrar sobrevivientes. 

ㅡ Nos vamos a dividir, cualquier sospechoso no duden en matarlo. ㅡ las órdenes del sargento fueron dadas y con ello todos se separaron. 

Jeon caminó por unos callejones que llegaban a lo que una vez fue el mercado municipal del pueblo, habían casas destruidas, cadáveres, barriles de basura quemados. 

Mientras avanzaba, sus enormes botas dieron con lo que parecía un pequeño peluche, decir que sintió algo al pisarlo sería mentir, algo que lo caracterizaba era su falta de sentimientos y emociones en el campo de batalla, él servía a su Nación, si moría o no ese era un destino que ya tenía en mente y planificado en todos los aspectos. 

No tenía nada que perder. 

Siguió avanzando y en ningún momento dejó de apuntar con su arma, cuando observó algo a la lejanía, prosiguió para acercarse, era un chico acostado en la pared con lo que parecía un pequeño recipiente que tenía fuego dentro para brindarle calor al chico en la intemperie, con lo que aparentaba que el cielo iba a caer una tormenta de nieve, lo único que cubría al niño era una manta. 

Jeon se quiso acercar cuando el niño se alejó de repente. 

ㅡ ¡Déjeme en paz! ㅡ grito. 

ㅡ No voy a hacerte daño. ㅡ mencionó parado unos pocos centímetros. 

ㅡ No… ㅡ su voz salió repentinamente rota ㅡ no…le creo. 

ㅡ No soy maloㅡ dijo para observar a todos lados y sacarse el arma que tenía en sus manos. ㅡ ¿ves? 

ㅡ Us..ted ㅡ el chico comenzaba a jadear y sollozar ㅡ qui..ere ma..tar...me.

Narrado desde la perspectiva de Jimin. 

Me encontraba en un lugar caluroso en demasía, gotas de sudor recorrían mi rostro y mi respiración irregular no me daba la posibilidad de poder pensar con claridad. Era difícil el poder adentrar caliente aire a mis pulmones y más difícil era poder hablar, mi garganta estaba seca. No sabía que pasaba, solo corría sin razón por un algún lugar que parecía un desierto.

Y, de un momento a otro mis pies se detuvieron perdiendo fuerza, logrando que cayera de rodillas mientras enfrente de mí se posaba mi madre y con suma delicadeza acariciaba mi rostro que liberaba cristalinas lágrimas mientras disfrutaba de oír la lejana voz de mi pequeña hermana y un afectuoso apretón en uno de mis hombros de parte de mi padre. Amaba ese momento, mi corazón sintió una dulce calidez ante el gran silencio que vino después de que cerrara mis ojos. 

Pero, de un momento a otro se oyó un gran estruendo que causó que la calidez de la caricia de mi madre y la de mi padre se sintiera como agua caliente que rápidamente bajaba de temperatura y un constante pitido me hizo abrir los ojos… Todo era negro y rojo, el piso debajo de él estaba lleno de líquido carmesí, el cielo obscuro y llamas, el fuego consumía rapidmanate el pueblo y las balas consumían las vidas de la mayoría de personas conoció o vio siquiera una vez.

— ¡JiMin! — un grito se oyó de alguna parte y quería ponerme de pie e ir hacia la voz que reconocía pero nada. No podía, no tenía fuerza.

— Ah… ah… — desperté de la pesadilla o dulce sueño que me había atormentado por los últimos días, y deseaba revivir por el resto de mi vida si significaba ver a mi madre y padre por un par de segundos y oír a mi hermana...

Sentándome encima del par de prendas y la manta casi quemada pero levemente cálidas que en la noche que conseguí por algún lugar de su pueblo, me encontraba recargado en en uno de los lados de la que era mi casa casa y no fue tragado casi en su totalidad por el fuego y las bombas. Mis ojos, al observar una vez más ese paisaje devastado que antes era tan alegre, escocieron para darle lugar a un desconsolado llanto que hizo temblar todo mi cuerpo, y más cuando mi estómago exigió el alimento que no le daba desde la tarde del día anterior, pero ya no había más cómoda, casi todo se había destruido. Los pobladores que lograron sobrevivir empezaron a emigrar desde el primer día luego de llorar por la pérdida de sus familiares. Además, no era como si yo tuviera la gran intención de sobrevivir en ese nefasto mundo en el que estaba solo.

Observando el cielo que era cada vez más oscuro y tal vez en poco tiempo daría lugar a un amanecer, volví a caer dormido después de haber encontrado un recipiente en el cual pude hacer una fogata improvisada que me brindó un poco más de calor ante la fría temperatura de la madrugada.

Sintiendo la leve temperatura que le causaba a mí cuerpo el sol mañanero, me removí en mi lugar un par de horas más tarde. Tenía intención de abrir mis ojos y bostezar pero al oír un par de firmes pisadas no pude evitar quedarme como piedra en mi lugar siendo presa del miedo.

No podían ser ellos, no. O, ¿Sí?

¿No se habían ido después de confirmar que la mayoría de mi pueblo había sido exterminado? 

Habían regresado e iban a matarlo...

Ya no sabía si estaba paranoico o no, pero lo único que pude hacer sintiendo mi corazón ir a mil y mi cuerpo temblar fue quedarme en una casi posición fetal y taparme lo más que pudo. Sin embargo, cuando en mi campo de visión se logró ver un par de gruesas botas y el típico informe militar, mi inconsciente en el que se había guardado la terrible escena de días antes, me incitó a alejarme de inmediato inundado por el miedo.

— ¡Déjeme en paz! — alcance a gritar rápidamente al ver cómo el hombre tenía intención de acercarse a él.

Él quería hacer lo mismo que los demás uniformados. Aunque el color de ropa era diferente, eran lo mismo… todos esos hombres llenos de balas y bombas querían matar todo a su paso y-

— No soy malo — el hombre malo dijo deteniendo su andar y yo detuve levemente mi respiración estando atento a sus próximos movimientos.

Era malo ese hombre… Ningún uniformado era bueno.

— No… — logré que mi voz saliera repentinamente con un sonido roto al sentir mi garganta con un nudo que la apretaba y no me dejaba hablar con claridad, pero como hablar si ni siquiera podía pensar adecuadamente. Tenía miedo en demasía —. No… le creo. 

ㅡ No soy maloㅡ dijo de nuevo el hombre de tenía un rostro gentil y bonita voz, pero no iba a confiar en él. Era malo. El señor uniformado observó hacia todos lados y procedió a dejar en el suelo el arma que tenía segundos antes en su mano y se alejó de ella un poco ㅡ. ¿ves? — colocó sus manos a la altura de su cabeza y volvió a hablar.

No se veía como los otros hombres, pero tal vez sería peor que ellos. No, no podía...

ㅡ Us.. ted… ㅡ sintiendo un gran calor dar de golpe en mi sistema y sentir un hormigueo por todo mi cuerpo, murmuré entre jadeos al sentir el aire faltarme. No podía respirar con normalidad y por ello empecé a sollozando ante el terror ㅡ. qui..ere ma..tar...me… — Fue lo único que logré decir antes de ver colorcitos y una profunda oscuridad que me hizo soltar un gemido antes de perder el conocimiento oyendo la voz del uniformado sin entender algo de todo lo que dijo.

Un capítulo un poco más largo pero aquí esta ♥︎♡ espero les guste ❤

Meli_Gonz96.

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