❀˖°「 Ꮯa̤̮℘ḭtʊʆꪮ 8 」°˖❀
[Narrador/a POV]
La mirada de Dark se intensificó al escuchar la pregunta de Chosen, y por un momento, el aire en la habitación se cargó de una tensión palpable. Aunque todo había sucedido de manera tan repentina, ahora parecía que todo estaba a punto de desbordarse. Dark no podía evitar la mezcla de emociones que sentía, una batalla interna entre lo que quería y lo que creía correcto. La confusión que había experimentado desde el beso se estaba convirtiendo en algo más complicado de lo que había imaginado.
Chosen, por su parte, no sabía bien qué esperar, pero algo dentro de él le decía que ya no podía seguir evadiendo lo que había sucedido. Había sentido algo en el beso, algo que no podía negar. No importaba cuánto intentara racionalizarlo o restarle importancia, la verdad era que lo que ocurrió fue más que un simple juego.
-¿Qué quieres que te pregunte? -respondió Dark, con la voz baja y un toque de ironía. Pero no pudo ocultar el destello de duda en su mirada.
Chosen tragó saliva, sintiendo cómo su corazón latía más rápido, como si el momento se hubiera alargado indefinidamente.
-No sé... Tal vez... -dudó, sin encontrar las palabras. ¿Cómo podía preguntar algo tan directo, tan complicado? Después de todo, Dark y él siempre se habían manejado entre bromas y risas, nunca con algo tan serio.
La habitación volvió a caer en un silencio incómodo. Chosen miraba a Dark, buscando en su expresión algo que lo guiara, pero Dark no lo miraba de vuelta de la misma manera. A pesar de su fachada de indiferencia, podía ver que estaba luchando con algo.
Finalmente, Dark rompió el silencio con un suspiro, levantándose de la cama y dándose la vuelta para no mirarlo directamente.
-Está bien, basta de preguntas, Chosen. No quiero hablar de eso ahora -dijo, como si intentar deshacerse de la conversación.
Pero Chosen no estaba dispuesto a dejarlo pasar tan fácilmente. Se acercó un paso más hacia él, sus ojos brillando con una mezcla de frustración y deseo de entender lo que estaba pasando entre ellos.
-¿Por qué no? ¿Por qué no podemos hablar de lo que pasó? -preguntó, el tono de su voz ahora un poco más urgente, menos juguetón. Había una necesidad de resolver la tensión que se sentía en el aire.
Dark se giró finalmente, sus ojos encontrándose con los de Chosen, pero ahora no había burla en su mirada. Solo una vulnerabilidad oculta que ambos sabían que estaba ahí, pero ninguno quería admitir.
-Porque no sé qué significa -respondió con sinceridad, dejando que la verdad saliera con más peso del que esperaba.
Chosen no pudo evitar sentirse aliviado por su respuesta, aunque la respuesta no aclaraba nada, solo hacía que todo fuera más complicado. Pero al menos, Dark había admitido que también estaba confundido. Por un instante, Chosen sintió un atisbo de esperanza, como si, tal vez, ambos pudieran resolverlo.
-Yo tampoco -murmuró, acercándose un poco más, hasta estar casi frente a él. Estaban tan cerca ahora que podía sentir la respiración de Dark, pesada y cargada de la misma tensión que él sentía.
Dark lo miró a los ojos, sin decir nada más. Un segundo de silencio pasó entre ellos, un espacio tenso lleno de posibles respuestas no dichas.
Sin embargo, lo que ninguno de los dos había anticipado fue lo que ocurrió a continuación. Sin pensarlo, Dark tomó la delantera. Se acercó a Chosen con una rapidez que sorprendió al mismo Chosen, y lo besó nuevamente, pero esta vez con más calma, sin la furia que había marcado el primer beso. Fue suave, pero aún lleno de esa misma intensidad.
Cuando se separaron, ambos respiraban con dificultad. Dark no se apartó, sus ojos miraban a Chosen como si buscara una respuesta en él, pero Chosen tampoco sabía qué decir. La confusión había vuelto, pero de una manera diferente, más profunda. Al final, solo se miraron, compartiendo un silencio lleno de nuevas posibilidades.
-No sé si esto tiene sentido -susurró Dark finalmente, rompiendo el silencio, pero ahora su tono era más suave, más vulnerable.
-Yo tampoco -respondió Chosen, pero su corazón latía más rápido, y aunque no entendiera del todo lo que sucedía, sentía que algo había cambiado.
Y en ese momento, supieron que, aunque no tuvieran respuestas, había algo que los unía de una manera que ninguno de los dos había anticipado.
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El aire entre ellos permaneció cargado de una tensión palpable, pero algo había cambiado en la atmósfera. El beso, aunque corto, había desvelado una nueva capa de emociones, y aunque ninguno de los dos lo dijera en voz alta, ambos sabían que algo estaba creciendo entre ellos, algo que no podían ignorar.
Dark, aún con su mirada fija en Chosen, bajó lentamente las manos a los lados de su cuerpo, pero en lugar de alejarse, su brazo se levantó tímidamente y tocó el rostro de Chosen. Fue una caricia suave, casi como si temiera que cualquier movimiento brusco pudiera romper el hechizo que se había creado entre ellos. Los dedos de Dark rozaron la mejilla de Chosen, su tacto ligero y cálido, como si cada toque tuviera el poder de disipar las dudas y las inseguridades que ambos sentían.
Chosen no pudo evitar cerrar los ojos por un momento al sentir esa caricia, una sensación reconfortante que hacía que su corazón latiera con más fuerza. Abrió los ojos lentamente, encontrándose con la mirada intensa de Dark, esa mirada que hablaba más que cualquier palabra que pudieran decir. Chosen se acercó, moviéndose con cautela, y apoyó su mano sobre el pecho de Dark, sintiendo el latido rápido de su corazón, que resonaba con el mismo ritmo que el suyo.
-¿Por qué te sientes tan... distante a veces? -preguntó Chosen, su voz baja, vulnerable, casi como un susurro. Aunque lo decía de manera tranquila, había una urgencia en sus palabras, una necesidad de entender las barreras que Dark siempre había levantado entre ellos.
Dark bajó la cabeza, pensativo. No respondió de inmediato, pero en lugar de retirarse, dejó que la mano de Chosen descansara sobre él. Lo que había comenzado como un acto de coqueteo y juego, ahora se sentía más profundo, más real. Por un momento, todo lo demás desapareció, y solo existían ellos dos, juntos en ese espacio pequeño pero cargado de significados.
-Es... complicado -murmuró Dark, finalmente. Su voz sonaba más baja, como si estuviera a punto de confesar algo que nunca antes había compartido. Le tomó un momento antes de continuar-. No quiero complicar las cosas... pero a veces, me cuesta... saber qué hacer con todo esto.
Antes de que Chosen pudiera responder, Dark levantó una mano, tocando suavemente la parte inferior de su mandíbula, y la sensación hizo que Chosen se tensara levemente, pero sin apartarse. La suave presión de su toque lo calmó de alguna manera, como si con ese simple gesto, Dark estuviera tratando de explicarse sin decir una sola palabra más.
Chosen no se apartó, al contrario, se acercó más a él, permitiendo que la proximidad se alargara por un segundo más, disfrutando de la calidez de su cercanía. La expresión de Dark no mostraba la arrogancia o la desconfianza que solía tener, sino algo más sincero, más accesible. Y Chosen, por primera vez, vio en sus ojos una vulnerabilidad que nunca había imaginado.
-No tienes que complicarlo, Dark -dijo Chosen suavemente, acercándose un poco más, hasta quedar casi pegados. Sus labios estaban cerca, y la sensación de esa proximidad hizo que el aire entre ellos se volviera aún más denso.
-¿Y tú? -preguntó Dark, alzando una ceja, un pequeño reto en su voz. Pero no podía ocultar el brillo de duda que resplandecía en sus ojos.
Chosen, sin pensarlo mucho, se acercó un poco más, y sus labios se encontraron con los de Dark en un beso suave, pero cargado de la emoción que ambos habían estado conteniendo. Era diferente al primero, no había furia ni frustración, solo la necesidad de estar juntos, de compartir un momento sincero. La calidez de sus cuerpos, la suavidad de sus caricias, todo fluía de manera natural.
Cuando finalmente se separaron, ambos respiraban con dificultad, pero ninguno se apartó. Dark, con un leve rubor en las mejillas, sonrió de manera más genuina, aunque todavía había una sombra de incertidumbre en su mirada.
-Creo que esto ya no es un juego -dijo Dark, con una voz suave pero llena de una nueva determinación.
Chosen sonrió, con el corazón todavía acelerado por la cercanía, y acarició el rostro de Dark con delicadeza.
-No, no lo es. Y... no me importa -respondió, con una calidez que solo él podía mostrar.
A medida que el silencio se apoderaba de ellos, solo el sonido de su respiración y el latido de sus corazones llenaban el espacio, creando un instante de calma, un suspiro compartido. Sabían que esto no significaba que las cosas fueran fáciles o claras, pero algo había cambiado, y eso era suficiente por ahora.
Finalmente, Dark, con un brillo nuevo en los ojos, sonrió y murmuró:
-Entonces, ¿te quedas?
Chosen, con una ligera risa en sus labios, asintió.
-Sí, me quedo -respondió, dejando que la promesa no solo se quedara en palabras, sino también en los gestos y caricias que hablaban más que cualquier otra cosa.
Y así, entre miradas cargadas de intenciones no dicho y caricias que desbordaban lo que hasta entonces se había guardado, ambos supieron que estaban listos para lo que viniera.
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Second se miraba en el espejo con una sonrisa satisfecho, tocando suavemente su cabello, que ahora caía con suavidad y elegancia, como nunca antes. Había estado tan acostumbrado a su aspecto desordenado que ni siquiera se había dado cuenta de lo bien que le quedaba cuando alguien se tomaba el tiempo para arreglarlo, especialmente Purple. El trabajo que Purple había hecho con su cabello había transformado su apariencia de manera sutil, pero efectiva. Su cabello ahora brillaba con más vida, y su reflejo en el espejo lo hizo sentir un poco más seguro de sí mismo, como si el día se abriera con una nueva oportunidad.
De repente, escuchó un suave golpeteo en la puerta. Al girarse, vio a Purple entrar, sosteniendo un peine en la mano. Purple tenía una ligera sonrisa en su rostro, y aunque no decía nada, su presencia tranquila y su mirada genuina hablaban más que cualquier palabra que pudiera decir.
-Te traje el peine -dijo Purple, acercándose y tendiéndoselo.
Second sonrió y aceptó el peine con una ligera inclinación de cabeza, agradecido. Aunque parecía algo pequeño, un simple gesto como ese le había dejado una marca positiva. A veces, los detalles más sencillos podían hacer la mayor diferencia.
-Gracias, Purple. En serio, me has ayudado más de lo que crees -dijo Second, girándose hacia él, mostrando su sincero agradecimiento.
Purple asintió tímidamente, sin decir nada más, pero sus ojos mostraban una suavidad que Second reconoció. El silencio entre ellos se sentía cómodo, como si ambas personas pudieran compartir un espacio sin necesidad de llenar cada segundo con palabras. Era un tipo de cercanía que se construía poco a poco, pero que comenzaba a tener una fuerza propia.
Second miró el peine en sus manos, jugando con él un momento antes de volver a mirar a Purple, su voz más suave.
-Creo que no me había dado cuenta de lo mucho que necesitaba un cambio. Mi cabello... nunca estuvo tan bien.
Purple levantó las cejas con una pequeña sonrisa divertida, cruzando los brazos.
-Tu cabello siempre ha sido bonito. Solo necesitaba un poco de orden. -Dijo con tono tranquilo, como si fuera algo obvio.
Second no pudo evitar reír, aunque de una manera ligera y relajada.
-Eso me suena como un elogio... pero me lo tomaré como un cumplido, de todos modos -respondió, sintiéndose más relajado de lo que había estado en mucho tiempo.
Purple asintió, y en un instante, la atmósfera se suavizó aún más. Ambos permanecieron en la habitación, disfrutando de una calma que no era incómoda ni tensa, sino una paz que reflejaba el progreso en su relación, un paso más hacia algo más sólido. A pesar de que las palabras a veces eran escasas, sus acciones hablaban por ellos, construyendo una conexión que se sentía cada vez más fuerte.
Finalmente, Purple dio un paso atrás, ya que parecía que Second ya no necesitaba nada más, y en su rostro se reflejaba una leve sonrisa antes de girarse para salir de la habitación.
-Si necesitas algo más, estaré fuera -dijo Purple, con su tono habitual, pero esta vez había algo más cálido en sus palabras.
Second lo miró, sintiendo una satisfacción profunda por el simple hecho de tenerlo cerca, incluso en silencio.
-Lo tendré en cuenta, gracias de nuevo -respondió, con una sonrisa genuina.
Y mientras Purple se alejaba, la sensación de gratitud y la calma se mantenían en el aire, como una promesa de que, aunque todavía había mucho por explorar y descubrir, las cosas comenzaban a encajar, de a poco, entre ellos.
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Green apareció en el umbral de la puerta de la habitación de Purple, con una expresión de curiosidad juguetona.
-Oye, ¿es cierto que el cabello de Second huele a durazno? -preguntó, sin poder evitar sonreír al ver la ligera incomodidad de Purple.
Purple, sorprendido por la pregunta tan directa, soltó una risa suave, divertida. Al principio dudó un poco, pero luego asintió con una leve sonrisa.
-Sí, es cierto... No sé cómo lo hace, pero tiene un olor bastante peculiar -admitió, su rostro ligeramente sonrojado, aunque trataba de disimularlo.
Green no pudo evitar reír con diversión, cruzando los brazos mientras miraba a Purple, disfrutando de la ligera incomodidad que el comentario había causado.
-Eso es... interesante -respondió, claramente divertido-. ¿Y no te molesta? Es algo raro, ¿no? Que huela así.
Purple se encogió de hombros, con una ligera sonrisa en su rostro.
-No, no me molesta... Es algo curioso, pero no puedo evitarlo. Además, es solo su cabello, no hace daño -respondió con tono casual.
Mientras tanto, desde la habitación de Second, él había escuchado la conversación y, sin poder evitarlo, salió para ver de qué se trataba el tema. La curiosidad lo había impulsado a salir al pasillo, y se acercó a la puerta de Purple con paso lento, tratando de no hacer ruido. Al asomarse, vio a Green sonriendo de una manera demasiado traviesa, y a Purple, que también parecía avergonzado por la conversación.
-¿Qué pasa con mi cabello? -dijo Second, con una mirada divertida pero también algo sorprendida al darse cuenta de que los estaban comentando.
Purple se giró rápidamente, algo nervioso, mientras Green solo soltó una risa más.
-Parece que tu cabello tiene un aroma... especial -dijo Green, dándole un toque de humor al comentario.
Second no pudo evitar reírse ante la situación, aunque al mismo tiempo, una ligera incomodidad se coló en su expresión.
-¿A durazno? -preguntó con tono de incredulidad, aunque claramente estaba divertido por la conversación.
Purple, sonrojado, asintió ligeramente, sin saber exactamente cómo manejar la situación.
-Bueno... sí -respondió con una pequeña risa nerviosa.
Second se acercó un poco más, rascándose la cabeza con algo de vergüenza.
-Vaya, nunca pensé que mi cabello sería tema de conversación... -murmuró, mirando a ambos chicos, mientras trataba de tomarse la situación con humor.
Green, aprovechando que Second parecía relajado, le dio una última broma.
-Bueno, si algún día te cansas de oler a durazno, siempre puedes probar con algo más, como manzana o vainilla -dijo, con una sonrisa picara.
Second sonrió y levantó una ceja, manteniendo el tono juguetón.
-No sé... creo que me quedaré con el durazno, por ahora -respondió, sin dejar de reírse de la situación.
Purple observó la interacción entre ellos, sintiéndose aliviado de que Second no pareciera molesto, sino más bien divertido. Sin embargo, el roce de sus mejillas le recordó el pequeño detalle de cómo, a pesar de la broma, había algo en el aire que había cambiado entre ellos, algo que no era tan evidente, pero que estaba ahí, flotando como una nueva conexión que crecía sin que ninguno de los dos lo mencionara.
Con una sonrisa silenciosa, Purple se alejó de la puerta, dejando que la conversación continuara sin complicarse demasiado.
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Blue llegó al pasillo con su habitual energía, caminando hacia donde estaban Second, Purple y Green. Cuando vio la ligera tensión en el aire, levantó una ceja, curioso.
-¿De qué hablan tan animadamente? -preguntó con una sonrisa.
Second, siempre dispuesto a molestar a Green, soltó una sonrisa traviesa antes de mirar a Blue.
-Ah, mira, el novio de Green ha llegado -dijo, señalando a Blue de manera juguetona.
Green, al escuchar a Second, se quedó en silencio por un momento. Una sensación de incomodidad lo invadió, y su rostro se tornó ligeramente serio. Aunque su relación con Blue había sido más que amistosa en su momento, nunca llegó a ser algo oficial. Había cosas complicadas entre ellos, como los besos robados y esos momentos íntimos que se escapaban de lo que una amistad usualmente significaría.
-Eso... no es cierto -respondió Green con una risa nerviosa, tratando de restarle importancia a lo que había dicho Second. Pero la incomodidad seguía ahí, como una sombra que no lograba sacudirse.
Blue, al escuchar la respuesta de Green, se dio cuenta de que la situación estaba empezando a tornarse un poco incómoda. Sabía que las cosas entre él y Green no habían vuelto a ser lo mismo después de un tiempo. Había momentos en los que parecían más que amigos, pero también había otros en los que se sentían distantes, sin entender bien qué eran el uno para el otro.
Sin saber qué decir exactamente para aliviar la tensión, Blue optó por cambiar el tema con naturalidad.
-Bueno, bueno, ya basta de chismes -dijo, con una sonrisa, aunque algo forzada-. ¿Qué están haciendo? ¿Algún plan para hoy?
Purple, agradecido de que Blue hubiera desviado la atención, asintió y se sintió aliviado. Green también se mostró algo más relajado, aunque en su interior, la conversación lo había dejado pensando en las cosas que nunca pudieron ser con Blue.
Second, al notar que la situación estaba tomando otro rumbo, se sintió un poco más tranquilo. No quería que las cosas se volvieran demasiado tensas entre ellos, sobre todo con temas tan complicados.
-Pues, nada en particular, solo bromeando un poco -respondió Second, con una sonrisa que intentaba aligerar la atmósfera.
Green asintió, pero sus pensamientos seguían revoloteando en su cabeza, mientras Blue sonreía y miraba a todos con una mirada curiosa.
-Entonces... ¿nada interesante hoy? -preguntó Blue, pero su tono sonaba menos insistente, como si estuviera esperando a que alguien más tomara la iniciativa de proponer algo.
La conversación continuó, pero la dinámica entre ellos parecía un poco diferente ahora. Sin embargo, era un día más, y aunque las relaciones no siempre fueran fáciles, en ese momento todos sabían que, al menos por ahora, podían seguir adelante con la amistad que los unía, aunque no sin cierta incomodidad flotando en el aire.
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Purple, siempre pensando en maneras de aliviar la tensión y crear un ambiente relajado, sugirió con una sonrisa:
-¿Qué les parece si hacemos un picnic? Así, en el parque, solo relajarnos y disfrutar un poco del día.
Second, quien siempre había preferido las actividades tranquilas, asintió rápidamente. Algo simple y relajante era justo lo que necesitaba.
-Me parece bien -dijo, estirándose un poco. Su ánimo había mejorado tras la conversación, y la idea de pasar el día fuera lo alegraba.
Blue, que había estado distraído pensando en las cosas que Green había dicho antes, no pudo evitar un leve suspiro. Sentía un peso en su pecho al pensar en las tensiones pasadas, pero rápidamente se sacudió esos pensamientos.
-Si vamos a hacer un picnic, tal vez deberíamos asegurarnos de llevar suficiente comida -comentó, tratando de desviar su mente hacia algo más práctico. Pero a Green no le importó mucho, ya que había olvidado todo lo incómodo que había sentido antes.
Green, con una sonrisa genuina y feliz de que todos parecieran estar de acuerdo, levantó las manos como si ya estuviera listo para la acción.
-¡Perfecto! Yo me encargaré de las bebidas -dijo animado, mostrando su entusiasmo por el plan.
Purple, feliz de ver que todos estaban aceptando la idea, sonrió ampliamente.
-Genial, entonces, vamos a hacer esto -dijo, antes de volverse hacia Second, quien ya comenzaba a imaginar cómo sería el día. Sabía que sería tranquilo, sin muchas complicaciones.
Sin embargo, había algo en el aire que, aunque todos intentaban ignorarlo, seguía presente. Blue, después de escuchar la idea del picnic, pensó en lo que realmente necesitaba: un poco de tiempo para aclarar sus propios pensamientos, alejarse de las complicaciones pasadas y disfrutar de la compañía de sus amigos sin preocupaciones. Aunque el picnic parecía una solución sencilla, sabía que también tendría que enfrentarse a sus propios sentimientos tarde o temprano.
Mientras tanto, Green, ajeno a las tensiones internas de los demás, estaba feliz de que todos estuvieran aceptando la idea sin mucha discusión. Lo que fuera para que todos se sintieran mejor, él estaba dispuesto a contribuir.
La pequeña reunión de amigos estaba por comenzar, con un picnic que prometía ser el respiro que todos necesitaban.
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[Continuará...♡]
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