II
Sabía que éramos compañeros de clase en aquel año, pero habíamos tenido nulas interacciones. Por mucho nos saludamos por simple educación y cortesía en algunas ocasiones, pero no más allá de ello.
Tenía conocimiento de que era amiga de la loca de las entrevistas, así es como era conocida Son ChaeYoung en aquel entonces. Se trataba de una chica de baja estatura que formaba parte del club de periodismo, la cual se la pasaba detrás de muchas personas de forma desquiciada con tal de conseguir fotos y entrevistas de ciertos miembros de algunos clubes relevantes.
En mi caso, era parte del club de actuación, y había ganado un gran reconocimiento y popularidad debido a ello. Posteriormente, al participar en diferentes actividades extraescolares y ganar algunos concursos académicos, me volví más viral dentro del instituto. Tanto, que los del club de actuación llegaron a vender fotos mías para obtener ingresos para comprar nuevo material ‒claro que todo bajo mi consentimiento, no se preocupen‒ y vaya que lograron recaudar fondos. Fue una locura.
Es por eso que los del club de periodismo me tenían en la mira, ya que sabían que, si obtenían una entrevista conmigo y la publicaban en su revista semanal, se agotaría al instante. Y hubiese aceptado cooperar con ellos y dejar que me tomaran fotos, si ChaeYoung me lo hubiese preguntado de forma civilizada y no hubiese actuado como una loca acosadora yendo detrás de mí y siguiéndome para tomar fotos a escondidas. Por un tiempo hasta llegué a creer que le gustaba, hasta que después ‒por accidente‒ me enteré de que su interés iba hacia el que es mi mejor amigo, Kim MinSeok.
Pero regresando al tema de cómo comencé a interactuar con YeJi. Todo inició tras darme cuenta de que la chica se anotaba en cada concurso o actividad extra en la que participará. Al inicio lo tomé como meras casualidades, después de todo, cualquiera podía participar si quería, así que no le di mucha importancia. Sin embargo, me percaté de que siempre que ganaba, me miraba directamente y sonreía de forma socarrona, como si se burlara de mí. Fue entonces que comencé a suponer que, en realidad, buscaba competir conmigo a toda costa y ganarme en cualquier cosa en la que me anotará.
No voy a negarlo, al principio era demasiado fastidioso para mí debido a que nunca me ha gustado perder o tener un segundo lugar. Sin embargo, no le daba tanta importancia. Hasta que se le ocurrió inscribirse en el concurso anual que daba la secundaria al rostro más hermoso. Había ganado el premio dos años consecutivos, y sin duda creí que ganaría ese año también. Pero no fue así.
―La ganadora de este año es la estudiante de tercer año del salón A, Seo YeJi ―mencionó el profesor con euforia.
Me quedé en shock al oír aquello. Sólo pude observar cómo pasaba delante de mí con burla para ir a recibir el premio. Seguro mi cara era un poema. Es que no podía creer que hubiese perdido cuando, claramente, era el rostro más hermoso del instituto y del mundo entero. Sólo miren mi preciosa cara ¡Es como la octava maravilla del mundo!
No pude evitar enfadarme ante el resultado. Y sí, sé que es tonto que me sintiera mal por haber perdido un estúpido concurso donde sólo ponen atención al físico, pero ¡Compréndanme! Mi ego fue herido en ese instante.
Recuerdo muy bien como YeJi volteo a verme con altanería mientras le entregaban el premio. Estaba tan molesto que me fui inmediatamente, ni siquiera esperé para saber quién era el segundo y tercer lugar. Aunque sí, yo fui el segundo lugar.
―¡Jin! ―gritó detrás mío mientras corría, o al menos eso pude deducir por el ruido de sus zapatos.
En ese momento pensé en ignorarlo, no quería desquitarme con él por algo que claramente no era su culpa. Pero detuve mis pasos y contuve mi coraje lo más que pude para no decirle nada fuera de lugar.
―Jin ―me llamó y miró con preocupación una vez estuvo delante mío. Supongo que debía tener una cara horrible en ese instante ―. Oye, obtuviste el segundo lugar. Además, no es la gran cosa ¿Sabes? Sólo es un tonto concurso sin valor, sólo ve la apariencia física y no más. No necesitas ese premio, tú mejor que nadie sabes lo atractivo que eres, bro.
MinSeok, quien era y es mi mejor amigo hasta hoy en día, siempre tuvo esa facilidad para decirle a cualquier persona lo atractivo que le parecía. No le importaba si era hombre, mujer, animal, planta o incluso una roca, si alguien o algo le parecía bonito o atractivo lo decía sin miedo. Aunque en una sociedad tan cerrada de mente como lo es la nuestra, muchas veces los chicos llegaban a mirarlo raro, incluso había rumores de que era gay, lo que no tiene nada de malo pero ‒personalmente‒ me molestaba que la gente supusiera la sexualidad de amigo sin que él lo confirmará de su propia voz.
Sin embargo, él nunca le dio importancia a dichos rumores. No confirmaba ni negaba nada, simplemente dejaba que las personas hablarán. Cuando algún rumor llegaba a sus oídos sólo sonreía o se reía de ello sin decir si era verdadero o falso. Creo yo, que le divertía dejar a las personas a la deriva sin una respuesta exacta y por eso jamás contestaba nada respecto a lo que decían de su persona.
―Lo sé, lo sé. Soy precioso ―hice una pose que me hiciera ver genial, y creo que lo conseguí porque mi amigo asintió confirmando mis palabras ―. Pero no es sólo el hecho de que perdiera. Aquí hay algo sospechoso.
―¿Por qué lo dices?
―Esa chica. La que ganó.
―¿Seo YeJi?
―¡Sí, esa! Se ha estado anotando en todo lo que yo. Desde actividades extra hasta concursos académicos, y siempre que gana voltea a verme con burla y maldad ―fruncí el ceño mientras me cruzaba de brazos ―. Al inicio creí que estaba alucinando y que en realidad no era a mí a quien veía de esa manera tan presumida cada que resultaba victoriosa. Incluso pensé que era coincidencia que me la encontrará en todos lados. Pero ya no creo que sea coincidencia.
MinSeok me miraba como si hubiera dicho puras incongruencias. Se acercó hasta mí y puso una mano sobre mi hombro.
―¿Qué drama viste está vez? Fue acaso un enemies to lovers dónde la chica intenta competir contra su compañero de clases porque le gusta ¿O fue otro?
Puse un gesto de indignación en mi precioso rostro ante sus palabras.
―¡MinSeok, no vi nada de eso! ¡Estoy hablando en serio! ―me quejé algo alterado mientras ponía ambas manos en cada uno de sus hombros ―¡Esa chica tiene algo contra mí y yo ni siquiera la topo! ¿Por qué está tan obsesionada conmigo? ―lo sacudí con fuerza mientras decía aquello con rapidez.
―Suéltame, por favor ―rogó sin poder evitar que siguiera sacudiéndolo con desesperación.
Detuve mi acción cuando la chica de cabellos negros apareció en mi campo de visión de forma repentina. Me le quedé viendo con odio puro mientras apretaba mis manos sobre los hombros de mi amigo. De fondo pude escuchar sus quejas, las cuales ignoré al salir corriendo detrás de la obsesionada, es decir, de YeJi.
Recuerdo muy bien que corrí tan deprisa que hasta sentí un dolor punzante formarse en mi estómago debido a que no respiré correctamente. Cuando la tuve cerca lo único que se me ocurrió decir fue:
―¡Oye tú! ―la señalé con mi dedo, aunque ella no pudiera ver dicha acción.
Lo admito, fui patético. Debí haber hecho una entrada triunfal, magistral, extraordinaria que la dejara con la boca abierta y pensando "¡Oh vida, es el ser más esplendoroso y magnífico que mis ojos han visto!". Pero su reacción de arrogancia y burla al mirarme sólo confirmó que ¡Había sido patético al gritarle de esa manera! Todo mal conmigo.
―¿Necesitas algo? Y sí es así ¿Podrías decirlo rápido? Es que estoy un poco ocupada y quiero guardar mi precioso y valioso trofeo al rostro más hermoso del instituto.
«¿Está restregándome su victoria? ¿Realmente está haciéndolo? Ja, que molesta y presumida es» Pensé mientras me enojaba, y no por el hecho de haber perdido, sino porque mis teorías respecto a la chica estaban cobrando sentido. Realmente estaba obsesionada conmigo y por eso buscaba hacerme enojar por medio de la competencia, claro que sí. Pero ¿Por qué?
¿Acaso le he gustado a Seo YeJi desde secundaria y quería atraer mi atención de esa forma? Muy probablemente sí. Digo soy realmente fabuloso, simpático y atractivo. Todo lo que una persona podría querer. Soy la definición de novio perfecto, sin duda. Sin embargo, su hostilidad hacia mí me hace reconsiderar está parte, aunque igual podría ser que tenga personalidad tsundere, quien sabe. ¡Basta, Jin! ¿Personalidad tsundere? ¿Enserio? Debo dejar de juntarme tanto con JungKook o se me pegará lo otaku.
En fin, regresando al recuerdo, ella ensanchó una sonrisa malvada sin razón, lo que me hizo decir lo siguiente:
―¿Sabes? Por un momento llegué a pensar que, el hecho de que participarás en todos los concursos académicos y de deporte en los que me anotaba, eran mera coincidencia, ya que los dos años anteriores llegué a verte en algunos de estos. Sin embargo, ahora estoy seguro de que no son coincidencias. Has estado participando en todo lo que yo de forma adrede ¿No es así?
Esperaba que fuera sincera y confirmara mis sospechas, pero prefirió mentir en mis narices la muy hija del pepino.
―No sé qué fue lo que te hizo llegar a esa conclusión, pero sin duda estás equivocado. Ni siquiera te conozco. Dime ¿Por qué me tomaría la molestia de joderte la existencia si nunca me has hecho nada, eh? ―se acercó un poco a mí ―¿O lo has hecho? ―cuestionó como si ella supiera algo que yo no.
Achiqué los ojos. Me puse a pensar en la posibilidad de haberle hecho algo y que la hubiese hecho enojar sin querer, sin embargo, jamás le había prestado demasiada atención hasta ese instante. YeJi era una compañera más de clase y no tenía relevancia en mi vida. Además, no recordaba haberle hecho nada. Hasta hoy en día no recuerdo haberle hecho algo a la loca.
―¡Por supuesto que no! Ni siquiera prestaba atención a tu mugrosa existencia, cara de lombriz ―dije con irritación, y estuve a punto de pedirle una disculpa por lo último dicho, hasta que hablo.
―¿Cómo me has dicho, cerebro de pájaro?
«¿Cerebro de pájaro? Mi cerebro es demasiado sexy como para ser de un pájaro. Aunque si fuera un pájaro sería el más elegante, genial y precioso de la faz de la tierra» Pensé dejando de lado a la chica, hasta que reaccioné y decidí defenderme porque por supuesto que nadie se mete con mi encantador cerebro.
―¿A quién llamas cerebro de pájaro, cara de oruga aplastada?
Lo sé, lo sé. Soy el mejor ofendiendo a otras personas. Basta de aplausos.
―Idiota.
―Tonta.
―Imbécil.
―Tarada.
―Estúpido.
―Cara de lombriz.
―Poste de luz con patas.
Mis ojos y boca se abrieron de más. La señalé con uno de mis dedos sin cambiar el gesto en mi cara. ¿Realmente se había metido con mi estatura? ¡Cómo se atrevió! Mi estatura es perfecta y mi segundo atractivo más importante. La primera es mi cara. Pero regresando al tema ¿Pueden creer que se atrevió a decirme poste de luz con patas? Seo YeJi siempre ha sido pésima para ofender a otros, ja.
―Retracte fea.
―Ja ¿Fea? Acaso has olvidado que yo gane el premio al rostro más hermoso del instituto.
―Los jueces están ciegos, por eso te lo dieron a ti. Yo soy el verdadero rostro hermoso del instituto ―aseguré con confianza y superioridad, aunque eso no quitaba que siguiera dolido por haber obtenido un segundo lugar.
―Por supuesto que no están ciegos, simplemente supieron apreciar la verdadera belleza. Y esa por supuesto que no era la tuya ―hizo un gesto que me dio ganas de gritar con todas mis fuerzas de lo enojado que me sentía. Se estaba burlando en mi cara ¡Ay, cómo la odié en ese instante!
―Acabas de ganar a tu peor enemigo, niña ―sentencie con seriedad.
―Ya era tu enemiga desde antes de que siquiera te dieras cuenta, así que, deberías esforzarte de ahora en más, o seguirás perdiendo como lo has venido haciendo todo este tiempo, poste de luz con patas.
Eso sólo fue el inicio de nuestra guerra. Me había prometido a mí mismo que no me iba a dejar vencer nunca más por ella. No tendría compasión. Iba hacer que se disculpara por decirme poste de luz con patas y cerebro de pájaro. O al menos ese era el plan inicial porque con el tiempo tuve que hacerle unas ligeras e inesperadas modificaciones.
Al principio, YeJi era quien me molestaba. Buscaba diferentes formas de hacerlo y lo conseguía. Era tan molesta y desesperante que tenía ganas aventarle un ladrillo, pero la violencia nunca es una opción. Además, podría tener graves problemas con la ley y no gracias, necesitaba mantener intacta mi reputación si quería convertirme en actor.
Posteriormente, descubrí que perder contra mí o el simple hecho de que yo fuera feliz por algún logró, la hacía enfadar y se veía realmente graciosa y tierna de esa manera. Así nació mi deseo por querer verla enojada y haciendo berrinche todo el tiempo para divertirme. Fue ahí donde los papeles se invirtieron. Ahora era yo quien se la pasaba haciendo hasta la más mínima tontería para alterarla y conseguir verla actuar de forma impulsiva y graciosa.
Cómo la vez que le puse el pie cuando iba a pasar al pizarrón. O la vez que fingí tropezarme e hice que le cayera la harina encima en clase de cocina. O cuando compre un globo que hacía un peculiar ruido y lo coloque en su lugar, y al sentarse dicho sonido se escuchó en todo el salón de clases ocasionando que su cara se convirtiera en un tomate; esa fue la mejor de todas mis bromas contra ella, sin duda.
Y, al mismo tiempo que hacía todo lo posible para hacerla enfadar, también luchaba por mi sueño: ser actor. Desde pequeño había entrado en ese mundo haciendo un par de anuncios, pero luego de un tiempo mi madre dejó de llevarme a castings, hasta que crecí y tuve la edad suficiente para querer seguir con ello, y una oportunidad se presentó frente a mí un día que iba caminó a la escuela. Fue extraño, aunque ahora lo considero gracioso.
Había bajado del autobús, pero debía caminar un tramo algo largo para llegar al instituto, sin embargo, me percaté de que alguien me estaba siguiendo y cuando me di cuenta, ya estaba huyendo de la desconocida que gritaba "¡Tú, chico guapo, espera!". A pesar de que me había elogiado, mi cerebro decidió que debíamos huir de la persona, pero mis pies se enredaron y me tropecé. La joven mujer se acercó a ayudarme muy amablemente, aunque al final ambos terminamos sentados en el suelo platicando sobre su trabajo, pidiéndome que por favor considerará trabajar para la empresa de entretenimiento donde trabajaba, incluso me había dado una tarjeta. Lo estuve pensando toda la mañana hasta que finalmente accedí.
Algo que me pareció realmente curioso, es que justo unos días después me enteré de que YeJi también era trainee de una empresa diferente. No me sorprendió que ella creyera que había aceptado la oferta sólo para molestarla, después de todo, nuestra relación estaba basada en jodernos mutuamente, sin embargo, me hubiese gustado aclararle que no era de esa manera, pero no lo hice porque en aquel tiempo era algo idiota y prefería verla haciendo corajes.
Conforme pasaba el tiempo nuestra extraña relación se fortaleció. No había momento dónde no nos molestáramos. La rivalidad entre nosotros era evidente, y me hacía muy feliz saber que gran parte de sus acciones y sonrisas altivas se debían a mí, o bueno, algo así. La cuestión es que me agradaba tener su atención y, sin darme cuenta, empecé a tener sentimientos por la explosiva y egocéntrica Seo YeJi. Aunque no lo tomé de buena forma al principio.
―¡¿Cómo va a gustarme esa loca?! ¡No, no, no! ¡Simplemente no! ―exclamé alterado mientras caminaba de un lado a otro en mi habitación bajo la atenta mirada de MinSeok, quien parecía estar divirtiéndose con la situación ―Tu conclusión es errónea.
―No ―ensanchó una sonrisa divertida mientras se cruzaba de brazos ―. Simplemente hice un análisis rápido de todo lo que me dijiste con respecto a lo que estás empezando a sentir por YeJi y eso fue lo primero que vino a mi cabeza.
―¡Pues estás equivocado! ¡Ella no me gusta, no!
Pero muy pronto aceptaría mis sentimientos por ella debido a que Park JiMin apareció en nuestras vidas luego de que hiciéramos una audición para un anuncio de unos chocolates. No fui seleccionado para hacer el anuncio, pero YeJi sí había conseguido el papel y eso me había puesto muy contento, aunque fingí sentirme molesto al respecto. Sin embargo, terminé descubriendo que, en realidad, había sido elegida porque había llamado la atención del hijo de la persona que necesitaba el anuncio. Y me enojé, claro que lo hice, pero no con ella sino con el tipo ese, y no sólo por lo del anuncio.
―¿Por qué demonios le está regalando todo eso? ―cuestioné al aire con fastidio sin apartar la vista de ellos.
―Porque dijo que era un regalo de felicitaciones y-
―¿No crees que es demasiado para ser un regalo de felicitaciones? ―voltee a verlo con molestia. MinSeok sólo atinó a encogerse de hombros ―Yo podría darle algo mejor que un simple peluche, chocolates y flores.
―Dame un ejemplo.
―Tener una cita conmigo ¿Qué mejor que eso? ―sonreí con galantería.
―Si, tienes razón. No hay nada mejor que eso ―negó con resignación.
Regresé mi atención al trío que estaba delante de nosotros. En cuanto escuché que el enano aquel le había dicho que vendría por ella para desayunar juntos, algo en mi interior se removió haciéndome sentir una sensación desagradable e incómoda al imaginarlos juntos. Luego de que el muchacho salió del salón, me levanté de mi asiento y me acerqué al de YeJi para terminar agarrando los dichosos regalos. Caminé hasta llegar al bote de basura y los tiré.
―¿Qué demonios te pasa? ―se puso de pie.
Estaba tan molesto al pensar en YeJi y el enano juntos, por lo que actúe impulsivamente, y sé que no es excusa, pero en ese instante sólo me dejé llevar por mis emociones.
No estaba comprendiendo del todo ese sentimiento negativo porque seguía sin querer aceptar que fuese cierto que ella me gustaba. Ambas sensaciones, tanto la de sentirme molesto por culpa de Park, cómo la de negarme a aceptar mis verdaderos sentimientos hacia ella, me hicieron explotar y dije cosas que hasta este momento me arrepiento de haberle dicho.
―Sabía que no te habían elegido por tu buena actuación. Fuiste la peor de todos. Había chicas con mejor talento y más bonitas que tú. Chicas que sí merecían esa oportunidad. Pero ya veo que como eres novia de Park, es fácil que obtengas lo que quieres.
Se mantuvo callada y viéndome con fastidio y ¿Comprensión? No lo sé, pero pareció así.
―Realmente eres una molestia y la peor persona que pude haber conocido ―mentí.
No la consideraba más una molestia, contrario a ello, la consideraba mi alegría y tranquilidad. Tampoco era la peor persona que había conocido, más bien, era lo mejor que pudo sucederme. Pero mi lado más idiota decidió decir esa estupidez, y no conforme con ello, seguí diciendo pura babosada. Y creí que YeJi me daría una respuesta que me hiciera caer en la realidad y así disculparme, pero no lo hizo. Simplemente se fue dejándome ahí con MinSeok, quien no dudó en regañarme por mi compartimiento.
―Estás pasándote del límite, Jin. YeJi no es culpable de que un niño mimado se fijará en ella y la eligieran.
―Lo sé, maldita sea ―suspiré cansado y arrepentido ―. Debe odiarme.
―¿Más? No creo que sea posible.
Luego de eso, sólo me quedó lamentarme, y no me atreví a pedirle una disculpa. Además, terminé poniéndome a pensar durante días y días sobre mis sentimientos por ella, hasta que un día cuando estaba mirando por la ventana de nuestro salón y mi campo de visión se encontró con la pelinegra, lo entendí y lo acepté.
Verla sonreír me generaba una sensación de alegría indescriptible y sentía algo en mi estómago, nervios quizá. Admirarla desde la distancia y prestarle atención detallada me hizo darme cuenta de lo bonita que era. Y cuando nuestras miradas se encontraron por accidente, a pesar de que YeJi me viera con arrogancia y burla, el tiempo se detuvo para mí, y sólo desee una cosa: poder abrazarla y hacerla sonreír.
―Por fin he comprendido que ella me gusta ―susurré sin apartar mi atención de su persona.
Y aunque muchas veces busqué decirle lo que sentía, jamás logré hacerlo. Mucho menos si Park no me lo permitía. Llegué a un punto dónde volví a enojarme y terminé explotando, e igual que la última vez, le dije muchas cosas hirientes que la hicieron llorar. A decir verdad, es un recuerdo que prefiero no contar y mantener en el olvido porque sólo pensar que mis palabras la hirieron al punto de las lágrimas, me hace sentir asqueado conmigo mismo. De hecho, a partir de ello, nos distanciamos.
No tenía el valor suficiente para enfrentarla de nuevo. Me sentía mal y quería disculparme pero sentía que ella simplemente no deseaba hablarme de nuevo, y estaba claro que merecía su desprecio y ser ignorado por YeJi luego de lo que le dije, así que, decidí no hacer nada para arreglar nuestra situación y preferí dejar mis sentimientos guardados en el baúl de los recuerdos con la esperanza de que algún día no sintiera nada por ella.
Al principio fue difícil dejar de hablarle y acostumbrarme a la tranquilidad en mi vida. Sin embargo, luego de tanto tiempo haciendo castings y siendo rechazado la mayor parte del tiempo, conseguí ser aceptado en un papel secundario. Pause mis estudios para poder rodar el drama. Fue una experiencia fantástica, y estaba tan ensimismado en dar lo mejor de mí mismo que me olvidé de la situación con YeJi. La tranquilidad se esfumó de mi vida a partir de ese día pues no fue complicado obtener mi propio club de fans. Comencé a ser solicitado en diferentes revistas importantes para ser modelo, también por empresas de productos de belleza realmente importantes y prestigiosas. Me centré completamente en mi carrera, dejando de lado mi historia con Seo YeJi y, por supuesto, mis sentimientos por ella.
Hasta que un día volví a tener noticias de la pelinegra gracias a que YouTube me recomendó su vídeo musical.
―¿Moon? ―junte el entrecejo confundido ―¿Es un grupo?
―No, una solista ―contestó JungKook sin apartar la mirada de unos papeles que estaba revisando ―. Tiene un mes de su debut, pero la ha ido muy bien, o eso me contó mi hermano.
―¿WonWoo es su manager?
―Así es ―resopló y dejó los papeles de lado para prestarme atención ―. Me contó que es una chica muy talentosa y que tiene el completo apoyo del actor y cantante Park JiMin, ese chico que tanto odias sin razón alguna ―dijo burlonamente.
―¡Mi odio es justificable! ―me defendí inmediatamente ―Me alegra saber que ya no le gusta ella.
―¿Ella?
―Nadie importante ―hice un ademán con la mano para restarle importancia a lo que dije ―¿Viste el vídeo?
―¿Tengo cara de ser una persona con tiempo disponible en estos momentos?
―No.
―Pues ahí tienes tu respuesta ―tomó los papeles y se puso de pie ―. Iré a confirmar tus próximos proyectos de este mes, ahora vuelvo.
―Tráeme una rebanada de pastel ―canturrie felizmente.
―No. Estás a dieta ―fue lo último que dijo antes de escuchar como la puerta se cerraba.
―Tsk. Estúpida dieta ―murmuré mientras tocaba la pantalla de mi celular para dejar que el vídeo empezará a reproducirse ―¡Por Hades! ―exclamé sorprendido mientras mis ojos se abrían de más, incluso estuve a punto de caerme de la silla. No podía creer que la chica del vídeo fuera ella, se veía tan ¡Wow! ―YeJi...
Y a partir de ese día, me convertí en uno de sus fans. Estaba al pendiente de todos sus proyectos, siempre trataba de estar en los estrenos de sus videos musicales y hacia lo posible por no perderme ningún V live de ella. Mercancía que salía, mercancía que compraba. Incluso llegué a votar en algunas premiaciones en las que resultó ganadora.
―¡YeJi ganó! ¡Ganó, ganó, ganó! ―sacudí a JungKook debido a mi euforia ya que era quien estaba a mi lado.
―No me pagan lo suficiente como para sufrir esto ¡Ayuda! ―exclamó mientras intentaba soltarse de mi agarre.
Sin embargo, a pesar de que nos encontráramos trabajando en prácticamente lo mismo, durante mucho tiempo no llegamos a encontrarnos. Hasta que un día, eso cambió. Volví a verla porque ambos habíamos sido elegidos para ser MC de Music Bank, cosa que JungKook no me dijo porque, según él, quería que fuera sorpresa. Sí, claro, simplemente quería verme colapsar el muy maldito.
Tenía conocimiento de que sería MC del programa pero no con quién, por lo tanto, estaba pensando en todas las opciones posibles mientras corría por un pasillo supuestamente desolado porque había ido al baño y terminé perdiéndome, por lo que, estaba buscando como regresar lo más rápido posible, y, en el trayecto, termine chocando con alguien.
―Lo lamento tanto. Venía muy rápido y- ¡Pero si eres tú!
Definitivamente no esperaba verla. Tenía una lista infinita de opciones, pero YeJi no entraba en la misma.
―Suéltame ya, idiota. Estás pasándome tus gérmenes ―dijo con obviedad mientras un gesto de irritación se hacía presente en su rostro.
«No has cambiado, YeJi» Pensé mientras retenía una sonrisa, y decidí mostrarme ofendido en su lugar, pero no pude soportarlo y dejé que mis labios formaron una curva debido a mi gran felicidad.
Iba a ayudarla a ponerse de pie y seguir con mi camino pero no lo hice. Preferí hacer lo que mejor funcionaba con ella para poder entablar una conversación y, si era posible, contacto a largo plazo: molestarla. Fue así, que se me ocurrió el plan más descabellado y absurdo posible.
―Claro, con gusto ―la solté, dejando así que cayera al suelo.
Pasé a un lado de ella con la esperanza de que me reclamará al respecto. Esperaba una respuesta como las que solía darme cuando estábamos en secundaria. Sin embargo, obtuve una cucharada de mi propia medicina, porque YeJi me tomó de la pierna y me hizo caer al suelo. Bueno, mi plan no había salido como lo pensé, pero podía funcionar. Haría que funcionará.
―¡Estás loca!
―¡Tú estás loco, maldito edificio andante!
Perfecto, mi apodo había evolucionado. De ser un poste de luz con patas pase a ser un edificio andante, que elegancia.
―¡Retracte, cara de caracol aguado!
Lo justo es que hiciera evolucionar el suyo también. Por supuesto que es más bonita que un caracol, pero ya saben, uno tiene que fingir odio aquí para hacer sus movimientos con cautela.
―¡No me digas así, maldito limpia parabrisas!
«¿Limpia parabrisas? De acuerdo, eso sí me ofendió» Pensé seriamente.
―¡Pulga asquerosa!
―¡Tonto testarudo!
Me quedé callado. Podía haberle dicho muchas otras ofensas, pero preferí dejarlo hasta ahí y admirarla ahora que podía hacerlo de cerca luego de tanto tiempo.
Las cosas resultaron bien luego de ese extraño reencuentro. Mi plan salió perfecto pues la rivalidad entre nosotros surgió de nuevo, cosa que me ayudó a volverme cercano de nueva cuenta a ella. Desde entonces, cada proyecto que está relacionado a YeJi, lo aceptó inmediatamente o busco convencer a la empresa para que me dejen hacerlo, cómo en el caso de este drama.
Nuestras interacciones frente a la cámara y la gente son totalmente opuestas a cuando estamos a solas, aunque eso ustedes ya pudieron notarlo ¿No es así?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro