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013


¿ʜᴇ ᴠᴜᴇʟᴛᴏ ᴀ ᴠᴇʀ ᴀ ᴍɪꜱ ʜᴇʀᴍᴀɴᴏꜱ? ᴅᴇꜰɪɴɪᴛɪᴠᴀᴍᴇɴᴛᴇ ɴᴏ. Después de lo que pasó, me he negado a volver a esa casa con ellos.

Por otra parte, he intentado de todo para descubrir algo sobre Toto Wolff, pero de momento no he encontrado nada que pueda ayudarme a descubrir alguna cosa.

—¿George?— Digo al verlo pasar por el garaje de Mercedes.

—¿Alex? ¿Qué haces aquí?— Me pregunta acercándose a mí.

—Eh... Vengo a ver a tu jefe de equipo. ¿Está Toto?— Le pregunto entrando junto a él al garaje.

—Sí, está en su despacho... Pero, ¿Para qué lo necesitas?— Los dos caminamos hasta la puerta del despacho de Toto.

—Te lo cuento en otro momento...— Digo al ver como su jefe sale del despacho.

George se va dejándonos a los dos solos, haciendo que mis nervios aumenten.

—¿Podemos hablar?— Le pregunto rascándome el brazo por los nervios.

—Claro— Toto se hace a un lado dejándome pasar en su después.

Me siento en la silla, la cual está delante del escritorio y espero a que el jefe de equipo de Mercedes se siente delante de mí.

—¿De qué quieres hablar?— Me pregunta sentándose en el otro lado del escritorio.

—Hace unos días dijo que era muy parecida a mi madre... ¿A qué se refería?— Los nervios me están matando por dentro y estoy agradecida de que haya tirado el mechero.

—Alina fue la mejor manager que tuve, pero tal vez fue algo más...— Supongo que mi cara de confusión le motivo a seguir con la explicación. —Seguro que tu padre y tus hermanos no te lo contaron—

—¿Contarme el qué? ¿Qué tienen que ver mis hermanos en esto?— Pregunto totalmente confundida sobre lo que está pasando.

—No eres una Hernandez...— Mi sorpresa aumenta ante esa frase. —Alexis, tú eres mi hija biológica—

Mis ojos se abren de par en par al escucharle decir eso.

—Tus padres se divorciaron dos años antes de que tú nacieras. Tu madre se convirtió en mi manager y de ahí surgió todo... Pero cuando tu padre se enteró de que esperábamos un hijo, no le hizo ninguna gracia... Amenazó a tu madre diciendo que si él no te criaba no te criaría nadie— Una lágrima baja por mi mejilla al escucharle decir lo último. —Tu madre volvió con tu padre y unos años después de que nacieras intento volver conmigo—

—Mi madre nos abandonó— Le corrigo al escuchar la nueva versión de la historia.

—Ella no era feliz allí... Volvió conmigo y meses después murió en un accidente de tráfico— Veo como se limpia una pequeña lágrima que resbala por su mejilla. —Desde ese momento no he parado de buscarte para poder criarte... Pero creo que ya es un poco tarde para eso—

Me quedo en silencio unos segundos al entender porque mi madre me prestaba más atención a mí de vez en cuando y por qué mi padre me ha odiado tanto estos años.

—Alexis Wolff...— Murmuro lo suficientemente alto para que Toto me escuche. —Me gusta como suena—

—Yo elegí el nombre— Dice Toto sonriendo ante mi respuesta. —Me alegro de haberte encontrado al fin—

Una pregunta ronda en mi cabeza desde momento, así que, miro a Toto y finalmente opto por preguntarle.

—¿Haremos esto público?— Le pregunto jugando con mis dedos.

—Solo sí tú estás de acuerdo— Me responde sonriendo. —¿Aceptarías ser Alexis Wolff de ahora en adelante?—

Me quedo pensando unos segundos sobre lo que voy a decir. ¿Qué pierdo por ello?

—Sí, acepto ser Alexis Wolff— Digo levantándome de mi asiento. —Pero no sé como lo haremos público—

Toto saca unas hojas del cajón de su escritorio y me los da para que los lea.

—Aquí hay pruebas de que eres una Wolff y no una Hernandez. Las puedo enviar a la prensa, si quieres, y que ellos lo hagan público— La idea no me parece mal del todo...

—¿Qué tenías que contarme?— Pregunta Carlos sentándose a toda prisa en su cama junto a mí.

Saco las hojas de la mesita de noche y le enseño los papeles que me ha dado mi ahora padre en su despacho hace unas horas.

Hay unos segundos en silencio mientras el Español está leyendo los papeles y una vez me los devuelve, espero alguna respuesta por su parte.

—Ya te lo dije... Te voy a amar de todas formas— Esas palabras hacen que pueda respirar con normalidad.

—Toto dice que lo enviará a la prensa para que lo hagan público— Digo caminando hacia el baño para poder quitarme la coleta alta que llevo.

Desde el espejo veo como Carlos asiente y se sienta en la tapa del váter.

—¿Tus hermanos lo sabían?— Me pregunta al darme la vuelta.

—Lo voy a averiguar ahora mismo— Digo cogiendo mi bolso y las llaves de su coche, para después lanzárselas. —¿Me llevas?—

—Detrás de ti, preciosa— Responde saliendo detrás de mí.

La casa de Derek no está muy lejos de la de Carlos, así que en menos de diez minutos ya habíamos llegado.

Llamo al timbre nada más estar frente a la puerta de la entrada y espero pacientemente a que alguien salga y abra.

Noah abre la puerta y se sorprende al vernos a Carlos y a mí de brazos cruzados frente a él.

—No te emociones, vengo a preguntaros algo, después de esto, me iré y espero que no sepáis nada más de mí— Sin dejarlo responder, lo hago a un lado y entero a la casa con el piloto detrás de mí.

Al llegar al salón, todos se levantan sorprendidos al verme.

—Alexis— Derek intenta acercarse para darme un abrazo, pero de un manotazo lo aparto enseguida.

Carlos pasa su brazo por mis hombros evitando que alguno de mis hermanos me pongan una mano encima.

—No soy vuestra hermana de
sangre— Suelto de golpe una vez están todos presentes.

—¿Qué? Claro que sí, eres Alexis Hernandez...— Responde Madison confundida.

Dejo de golpe los papeles encima de la mesa y veo como todos mis hermanos los miran sorprendidos.

—No os hagáis los sorprendidos, lo sabíais, ¿Verdad?— Pregunto una vez todos me miran.

—Alexis, nosotros...— Empieza a hablar Derek nervioso.

—¿¡Lo sabíais o no!?— Exclamo enfadada por todas sus mentiras y excusas.

—Sí— Responde Bruno sin miedo alguno.

—Me tratasteis mal porque quisisteis, ninguno fue obligado. Papá me odiaba por no ser su hija y ver que mamá no quiso estar con un monstruo como
él— Ahí es donde Noah se levanta y se acerca a mí enfadado.

—Eso no es cierto— Dice acercándose más a mí. Doy un pequeño paso adelante para tenerlo más cerca.

—Sabes que sí... Y atrévete a ponerme un dedo encima y te lo corto— Digo al ver como aprieta sus puños con fuerza.

Miro a los demás presentes en la sala y saco una pequeña risa irónica al ver sus caras.

—Si a alguno de vosotros se le ocurre acercarse a mí o incluso a Lando, a Charles, a Max o a Carlos, no dudaré en denunciaros por acoso— Digo señalando a cada uno.

—¡Somos tu familia!— Exclama Madison intentando acercarse a mí.

—¿Mi familia? Mi familia murió el día en el que me empezó a tratar mal— Digo con toda la rabia acumulada dentro de mí.

—Alexis— Me vuelve a llamar Derek. —Sé que estás enfadada, pero no puedes odiarnos de por vida— Dice.

—No me retes, Derek— Le amenazo apuntándole con el dedo.

Toda la sala se queda en silencio unos segundos, hasta que Noah vuelve a hablar, esta vez, señalando a Carlos.

—¿Y tú qué pintas en todo esto?— Le pregunta sentándose junto a su hermana.

—Alex es mi novia, sé que sabes defenderse, pero no me iba a quedar en el coche y perderme todo esto— Responde el Español sonriendo sarcásticamente.

—Alex— Repite Noah asintiendo varias veces seguidas. —¿Te crees que eres el amor de su vida?— Le pregunta.

—Tal vez no lo sea... Pero hasta que eso pase, pienso cuidarla y protegerla— Le responde él estrechándome más a él.

—Él está tratándome de la manera en la cual vosotros no lo hicisteis— Finalmente, cojo de la mano a Carlos y los dos salimos de esa casa.

Me paso las manos por la cara pensando en todo lo que estoy descubriendo de mi vida estos últimos meses y me doy cuenta de que mis hermanos han llegado a saber más de mi vida que de la suya.

—¿Estás bien?— Me pregunta Carlos una vez ha arrancado el coche.

—¿Por qué no iba a estarlo?— Le pregunto de vuelta poniéndome el cinturón.

Veo de reojo como una pequeña sonrisa inocente aparece en el rostro de mi pareja.

Los dos llegamos a casa del Español y una vez en su habitación, me tiro en la cama boca abajo.

—Me parece que Toto ya ha hecho las cosas públicas— Dice Carlos enseñándome su teléfono.

"Al parecer todos los rumores de que Alexis Hernandez es hermana del jinete Derek Hernandez son falsos y a la vez verdaderos... La manager del piloto, Carlos Sainz Jr, ha sido una Hernandez hasta el momento. La madre de la manager fue pareja del jefe de equipo, Toto Wolff. Dando a saber que Alexis Hernandez es nada más y nada menos, que Alexis Wolff."

—Que rapidez— Digo sarcásticamente al ver como la noticia ya se ha esparcido con tanta rapidez.

—¿Ya te puedo llamar señorita Wolff?— Me pregunta tumbándose a mi lado.

—Ni se te ocurra— Le respondo haciendo que una pequeña risa nasal suene por toda la habitación por su parte.

Carlos pone su mano en mi barbilla haciendo que mi mirada se cruze con la suya. Sus labios atrapan los míos y rápidamente noto como me pone encima de él con cuidado.

Mi teléfono empieza a sonar haciendo que un gruñido salga por la boca de Carlos. Río ante su reacción, me separo de él y me siento a su lado.

Veo los mensajes y las llamadas perdidas de Lando y Charles en el grupo que tenemos y se me hace imposible no reír ante sus preguntas absurdas.

—¿Qué pasa?— Les pregunto cogiendo la videollamada, donde se muestran a ambos pilotos sin entender nada.

—¿Eres hija de Toto Wolff y nos preguntas qué nos pasa?— Exclama Lando dejando su teléfono sobre una mesa.

—Yo también estoy recién entrada, me he enterado hace unas horas, cuando he ido a preguntarle algo— Les explico con un tono relajado.

—Un momento— Interrumpe Charles al otro piloto dándose cuenta de algo. —¿Estás con Carlos?—

Muevo mi teléfono enfocando al piloto español, el cual saluda a la cámara incorporándose junto a mí.

—¡¿Tú lo sabías?!— Pregunta Charles viendo al piloto junto a mí.

—Me he enterado cuando hemos llegado a nuestra casa— Responde él riendo por sus reacciones.

¿Nuestra casa? Pues no suena nada mal...

—Bueno, chicos, ha sido un placer hablar con vosotros, pero ya es tarde, adiós, os quiero, no hagais nada malo... Sin mí— Le quito el teléfono a Carlos de las manos y cuelgo la llamada con las quejas del trío de pilotos de por medio.

—¡Lando tenía cotilleo!— Se queja el madrileño mirándome con esos ojos de cachorro abandonado.

—Hablaréis mañana, desde tu teléfono— Le digo dándole unos pequeños golpes en la mejilla.

Me levanto de la cama y voy rápidamente a ponerme el pijama para poder irme a dormir después de todo ese día tan movidito.

Al salir del baño ya veo a Carlos con sus pantalones cortos negros puestos y tumbado en la cama.

Me tumbo a su lado y como cada día, me apoyo en su pecho y dejo que sus manos acaricien mi pelo con tranquilidad.

—Te aviso de que mañana saldremos, los dos solos— Es lo último que escucho antes de que mis ojos se cierren por completo.

Sin duda alguna, me encanta tener a Carlos en mi vida.

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