Minjeong POV:

La mañana siguiente fue bastante... incómoda.

Me desperté para encontrarme con el rostro de Jimin justo en frente del mío. Todavía estaba dormida, sus labios ligeramente entreabiertos mientras respiraciones silenciosas escapaban de su boca. Se veía muy linda, tengo que admitirlo.

Decidí levantarme y hacer algo de comida. Preparé medicina para la resaca de Jimin que probablemente tendrá y regresé a la habitación. La mayor ya estaba despierta, miraba alrededor de la habitación con una expresión confusa.

— Buenos dias. —Dije alegremente y me senté a su lado.

— ¿Por qué estoy en tu cama? —Jimin preguntó con su voz ronca.

— Estabas bastante borracha anoche y tenías miedo de caerte de la cama, así que te metiste entre la pared y yo y te quedaste dormida. Realmente no podía decir que no. —Me reí, recordando su estado la noche anterior.

Jimin asintió y se llevó la mano a la cabeza.

— Uf, este dolor de cabeza me está matando. ¿Por qué tuve que beber tanto... —Gimió. Le pasé la medicina y el vaso de agua, lo tomó sin quejarse.

— No sé, dímelo tú. ¿Por qué decidiste volver a beber hm? —Pregunté mientras me cruzaba de brazos.

Jimin se congeló por un momento pero luego se encogió de hombros rápidamente. —No puedo recordar... —Murmuró y se levantó. Pero probablemente se levantó demasiado rápido y se mareó porque se volvió a sentar y se agarró la cabeza.

— Agh mierda..

Suspiré y estaba a punto de levantarme de la cama para ir a la cocina, pero Jimin agarró mi muñeca y tiró de mí hacia atrás. Ese gesto me recordó a la noche anterior, me mordí el labio al sentir la sangre correr por mis mejillas y teñirlas de un rojo claro.

— Oye, um... no hice nada raro anoche, ¿verdad? —Preguntó e inmediatamente palidecí. Obviamente no podía decirle lo que pasó la otra noche, haría que las cosas entre nosotras fueran aún más incómodas de lo que ya son.

Puse una sonrisa falsa y negué con la cabeza.

— Nop. Solo hicimos la broma, eso es todo. —Jimin asintió lentamente, así que me levanté y caminé hacia la cocina.

Después de unos minutos, Jimin se unió a mí y desayunamos juntas, en silencio. Sentí que podías cortar la tensión con un cuchillo por lo incómodo que se sentía, o al menos eso me parecía a mí.

Aunque Jimin probablemente no sintió lo mismo ya que no recordaba nada de la noche anterior. Levantó la vista de su plato y me dio una mirada extraña. Solo ahora me di cuenta de que la había estado mirando durante unos minutos, perdida en mis propios pensamientos.

— ¿Qué? —Preguntó claramente y rápidamente desvié la mirada, para continuar comiendo mi comida.

— Nada. —Respondí con indiferencia.

Esta vez fue su turno de mirarme; después de un tiempo no pude soportarlo más. Tiré mi tenedor en el plato y la miré directamente a los ojos.

— Está bien, algo definitivamente pasó anoche. ¿Qué pasa? —Jimin cuestionó con una mirada en blanco.

— Ya te lo dije, no pasó nada. Deja de preguntarme por el amor de Dios. —Gemí y me levanté de la mesa.

— ¿Entonces por qué te enojas tanto sin ninguna razón? —Ella también se puso de pie y me miró.

— No estoy enojada, solo estoy... cansada. No dormí bien porque no dejabas de moverte. —Mentí y entré al baño para hacer mi rutina matutina.

Jimin suspiró y volvió a sentarse para terminar su comida.

© 𝗡𝗢𝗧𝗠𝗔𝗧𝗘𝗥𝗜𝗔𝗟