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𝙸. 𝚂𝚙𝚘𝚗𝚐𝚒𝚏𝚢

Izaro no sabía cómo termino tocando la flauta a un perro de tres cabezas para que los chiflados de Harry, Hermione, y Ron pudieran morir en el intento de salvar una piedra. Pero ahí estaba, mirando con atención como dormía este feroz animal, mientras tocaba una melodía sin nombre, pero reconocida por su mente.

-Bien, allá voy. - Hermione miró con miedo el agujero donde Harry y Ron ya habían saltado. Iza le sonrió, intentando tranquilizarla. - Ve por ayuda, por si pasa algo.

Iza asintió, y siguió tocando, observando como Hermione brincaba en el agujero. Espero unos minutos, antes de abrir la puerta de donde había venido, y dejar de tocar la flauta, escuchando tras de ella los gruñidos del perro que empezaba a despertarse. Al cerrar la puerta, soltó la flauta dejándola caer, y salió corriendo.

-La túnica es un horror. - dijo cuando se tuvo que parar por tercera vez por culpa de lo incomoda que era la túnica del colegio. Estaba asustada, de ella dependía la seguridad de sus amigos, tenía que llegar lo más rápido posible hacia la oficina del director. Harry le había dicho que él no se encontraba, pero Iza quería esperarlo. Las escaleras cambiantes hicieron su función, cambiar, provocando que Izaro soltará un gruñido de frustración.

- No voy a llegar. - murmuro respirando agitadamente, se sentó en la escalera y escondió su cara entre sus piernas, apunto de llorar.

- ¡¿IZA ESTAS BIEN?! ¡¿QUE PASA?! - Izaro levanto la vista ante la mención de su nombre. Miró hacia abajo encontrando a Draco Malfoy, al final de las escaleras, preocupado.

- Necesito bajar ahora. Harry, Ron y Hermione están en peligro. - Iza dijo todo con rapidez, casi imposible de entender. De repente, a la pequeña niña se le ocurrió una idea, loca, pero probablemente efectiva. Empezó a quitarse la túnica con rapidez, obligando a Draco a taparse los ojos sonrojado.

- ¡¿QUE RAYOS?! - Draco no sabía cómo reaccionar a lo que, hacia la White, que acaba de tirar su túnica por donde se suponía que debían de estar las escaleras. Draco se acercó a recogerla, pero recibió un grito de parte de Iza haciendo que el retrocediera.

- Si me lastimo, ¿me curarás? - preguntó Iza algo asustada, pero decidida a hacer lo necesario para llegar con alguien de ayuda.

Draco asintió sin dudarlo, aunque llevaban un par de meses sin hablar, Draco estaba seguro de que haría lo que fuera para ayudar a Izaro.

-Bien, entonces no tengo miedo. - Iza le sonrió nerviosa, sacó su varita y apunto hacia su túnica. - ¡Spongify! - un rayo purpura salió de su varita, y sin pensarlo más, Iza se tiró hacia su túnica, esperando atinar. Cerró los ojos cuando escucho el grito de Draco, sonaba alarmado.

Reboto en algo cómodo y después... se golpeó en el suelo fuertemente.

- ¡IZA! ¡¿ESTAS LOCA?! - Draco corrió hacia donde estaba Iza, que se sobaba su cabeza, al llegar junto a ella la abrazó, tomándola por sorpresa. Iza enterró su cara en el hombro del niño, respirando su aroma, que la ayudaba a calmarse y a calmar el dolor.

-Tenía que llegar, tenía que.... ME TENGO QUE IR. - Iza se soltó de su abrazo con Draco, y se levantó con rapidez.

Casi cae del mareo que le dio, Draco se levantó para poderla sostener, tomándola del brazo.

-Ten cuidado, casi caes. ¿A dónde tienes que ir tan rápido?

- Con el profesor Dumbledore, Harry, Ron y Hermione están en peligro, necesito ir a pedir ayuda.

- Iré yo, ¿está bien? Tu quédate aquí, yo voy por él.

- No, tengo que ir yo. Yo sé dónde están y yo...

- Traeré a Dumbledore y le explicarás lo que sea que esos idiotas hicieron, pero tú no te mueves de aquí.

- Draco tu no me vas a decir que... VUELVE ACA MALFOY, NO ME ESTES IGNORANDO. - Draco se despidió con una mueca y salió corriendo en dirección hacia la torre del oeste, donde se encontraba la oficina de Dumbledore. - Genial, ahora que hago.

Se sentó de nuevo, sintiendo un dolor punzante en su pierna. La miro con aspecto agonizante, parecía empezar a hincharse. Pasó saliva, y tomo su varita. Apunto a su pierna con poca energía.

- ¡Episkey! - exclamó sin ánimos, cansada por el dolor, el hechizo no surtió efecto, ya que tenía que ser conjurado con propósito y claridad. Suspiró, cerrando sus ojos con fuerza, e intento aguantar el dolor por unos minutos.

Al cabo de un rato, el sonido de unos pasos resonó con eco.

- ¿Izaro? ¿Qué haces aquí? - Izaro reconoció la voz con rapidez, y giro su cabeza hacia atrás, encontrándose con Cedric Diggory, que tenía una pila de libros y pergaminos en sus brazos. Los dejo con suavidad en el suelo, y se acercó a Iza sentándose en el suelo junto ella.

- Salte de las escaleras y me lastime la pierna, intente curarme, pero me duele mucho como para concentrarme. - Cedric asintió, con aura seria, de su túnica sacó su varita, apunto a la pierna de Izaro y murmuro

- Episkey. - Izaro sintió una sensación de frío y calor en su pierna, junto con el dolor. Pero, disminuyo rápidamente, sacándole un suspiro de alivio. - Se ve mucho mejor, está volviendo a la normalidad.

- Gracias Cedric, de no ser por ti estaría chillando de dolor.

- Me puedes explicar, ¿por qué diablos saltaste de las escaleras? - Izaro lo miro con indecisión, a lo largo del año ellos habían hablado un par de veces y se saludaban con frecuencia, pero Izaro no había hablado con el de ningún tema serio, no sabía cómo sería el para guardar información o secretos.

Al final se decidió por contarle todo sin especificar nada.

-Mis amigos están en problemas, tenia que llegar al director lo más rápido posible, por eso salté de las escaleras.

- ¿Quieres que vaya por Dumbledore? ¿Es muy urgente? - Cedric parecía serio, se acercó unos centímetros más a Izaro, rozando sus rodillas, ya que los dos estaban sentados en posición india.

- Draco Malfoy me encontró, fue a buscarlo. - Cedric puso una pequeña sonrisa de lado, viéndose algo un poco más sarcástico.

- ¿No se paró a ayudarte con lo de tu pierna? - Izaro lo miró con los labios fruncidos.

- Digamos que hace mucho no hablábamos, me quiso hacer el favor de buscar a Dumbledore. - se encogió de hombros, recordando todas las veces que había ignorado a Draco, o simplemente evitándolo.

Cedric la miró de reojo, notando en Izaro un poco de tensión. El tomo la mano de la White entre las suyas, y le dedicó una de sus ya conocidas sonrisas calmadas.

-No te preocupes, Dumbledore llegará en un instante y ayudarán a tus amigos, no pasará nada grave, ya lo verás.

Izaro lo miro con agradecimiento para después mirar a sus manos, Cedric las retiró con rapidez, tomando un pequeño color rojizo en su rostro. Izaro sonrió.

-Gracias Cedric, eres un gran chico. - En ese momento, se escucharon pasos por el pasillo, Iza giró su cabeza con rapidez, viendo como el profesor de gran barba y el rubio de Malfoy se acercaban con velocidad hacia ellos.

Iza se levanto con rapidez, hizo una mueca ante el pequeño dolor que conservaba en su pierna, acto que alertó a Cedric y se levantó rápidamente para comprobar que Izaro se sintiera bien.

-Profesor Dumbledore, Harry está en problemas. - dijo Izaro intentando no perder la calma. - Junto con Ron y Hermione, entraron al pasillo del tercer piso, quieren proteger la piedra.

Dumbledore levanto una ceja con curiosidad, para después darle una palmadita en la cabeza a Izaro

-Gracias por avisarme pequeña, acabo de llegar de una... pequeña broma. No te preocupes, ve a tu sala común, esa pierna no se arreglará con tanto estrés. Señor Diggory, ¿podría acompañar a la señorita White a su Sala Común?

- Será un placer profesor. - Cedric asintió con amabilidad.

- Señorito Malfoy, me alegra que pudieras ayudar a la situación, 10 puntos para Slytherin. Y para Hufflepuff también. 10 puntos bien merecidos, señorita Izaro.

El profesor camino con paso apresurado hacia las escaleras que conducían al tercer piso. Se perdió de vista al llegar allá.

Draco miró con un poco de enfado a Cedric, que le llevaba un par de cabezas de altura.

-No te preocupes por llevarla a su Sala Diggory, yo la puedo acompañar.

- No es problema, yo también voy a nuestra Sala Común.

Izaro solo dio un pequeño bufido, llamando la atención de los dos chicos.

-No pienso ir a la Sala Común. Así que no se preocupen, ninguno tiene que acompañarme a ningún lado.

Ella empezó a caminar en dirección contraria de ellos. Draco la siguió rápidamente, dejando a Cedric solo en el pasillo.

-Será raro volver a casa después de un año tan genial. - Izaro iba junto a Ernie Macmillan, Susan Bones, Hanna Abbott y Justin caminando junto con los otros chicos de Hufflepuff hacia los botes para cruzar el lago. Hagrid, el guardabosques, estaba dirigiendo a los chicos de Gryffindor. A lo lejos, Hermione levanto su mano con emoción, despidiéndose de Izaro. La White brincó entre sus compañeros para dejarse ver y se despidió con su mano de ella, con una gran sonrisa en el rostro.

- Si, aunque no extrañaré las clases con Quirrell. - Justin tomo su bufanda amarilla con franjas negras de Hufflepuff y se la puso en la cabeza, simulando el turbante del profesor Quirrell. Y empezó a temblar en extremo, causando las risas de todos los presentes.

- Iza, cumples años en unos días, ¿piensas hacer algo especial? - Iza sonrió recordando que faltaban unas semanas para su cumpleaños.

- Probablemente si, esperen la invitación. - Iza les guiño el ojo, y todos sonrieron. Avanzaron juntos hacia los botes, y el resto del viaje a casa, estuvo llenos de sonrisas.

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