𝙸. 𝙻𝚊 𝚏𝚒𝚎𝚜𝚝𝚊 𝚎𝚗 𝚕𝚊 𝙼𝚊𝚗𝚜𝚒𝚘́𝚗 𝚆𝚑𝚒𝚝𝚎
Eran las 6 de la tarde ese sábado de celebración, y la señorita Iza White se encontraba en su alcoba, intentando peinar los pequeños rizos blancos de su pelo. Sujeto dos pequeños mechones de cala lado de su cabeza y los unió con un pequeño listón amarillo, que combinaba con su vestido del mismo color. Su túnica era de color negro y tenia pequeñas decoraciones blancas en las orillas, en forma de flores. Cuando termino de arreglarse, salió con paso lento de su habitación y bajo las elegantes escaleras de caracol, para encontrarse a su tía recibiendo a algunas familias famosas en el mundo de los magos. Ella se acercaba a sus invitados con una sonrisa y los recibía, indicándoles donde se encontraba el comedor o la sala de huéspedes. Se sentía en calma, ya que le alegraba que la fiesta estuviera teniendo éxito. Al cabo de una media hora, el timbre de la casa volvió a sonar. La tía Emily se encontraba ocupada atendiendo a sus invitados por lo que Iza procedió a abrir la puerta. Al hacerlo, se encontró con tres magos vestidos muy elegantemente. Un señor de larga cabellera, con aspecto algo rudo. Una mujer a su lado que tenia una mirada entre preocupada y calmante. Y un niño, de cabellera rubia peinada hacia atrás y unos bonitos ojos grises. Era el primer niño que llegaba a la fiesta, lo que alegro un poco a Iza, ya que no estaría sola. Con una sonrisa, Iza habló:
-Bienvenidos a la casa White. Soy Izaro White un gusto, ustedes son los ¿Malfoy? - Iza recordaba la apariencia de la familia por algunas fotos que había visto en el álbum familiar.
-En efecto señorita White, soy Lucius Malfoy, mi esposa Narcissa y mi hijo Draco. - dijo esto señalando con su mano a cada integrante de su familia.
-Pues pase a nuestra casa, su casa. La sala de Huéspedes esta la izquierda y ahí encontrará la pequeña reunión. Con gusto los llevo hasta ahí. - La mirada de Lucius intimidaba un poco a la pequeña Iza, que estaba acostumbrada a los gestos gentiles y caras amigables. Lucius sonrió de lado, con un poco de orgullo.
-No es necesario, nosotros podemos encontrar la sala. Gracias por invitarnos. Draco, ve con la chica, hablen un rato. - La mirada que le dedico Lucius a su hijo no parecía darle opción de negarse al pequeño de ojos grises, por lo que asintió sumiso y se acercó a Iza con un paso algo petulante. Ella contuvo una pequeña carcajada al ver que el caminar de Draco le recordaba a la de un pavo real. Sus padres desaparecieron por el pasillo de la izquierda, lo que hizo que Iza pudiera respirar con normalidad de nuevo. Un silencio incomodo se formo entre los dos niños.
- Entonces... cuantos años tienes? - pregunto ella solo para sacar conversación. El chico la miró con un gesto extraño que Izaro no supo interpretar.
-Tengo 11 años, ¿tu?
-11 igual... ¿vas a ir a Hogwarts?
-Si... aunque estaba a nada de entrar a Durmstrang. - el silencio incomodo volvió a aparecer. Iza paso saliva notoriamente
-Vamos a arriba, podemos estar en la biblioteca...- Iza tomo la muñeca del niño, y lo guio escaleras arriba, dando vuelta en el pasillo de la derecha al fondo. Al entrar se encontraron con la pequeña biblioteca familiar. Se sentaron el las sillas que se encontraban ahí y lo soltó de la muñeca. - Esta es la biblioteca familiar, solo tiene archivos de mis antepasados y familiares.
- ¿Todos tenían el pelo blanco? - Draco acercó su mano al pelo de la chica, y miro con atención el mechón. Eso sonrojo un poco a Izaro, pero asintió.
-Dicen que si un White nace sin el pelo blanco lo destierran o lo matan. - comento ella algo seria, una cara de horror se posó en Draco.
-Que grotesco...
-Un poco- asintió la chica, mirando las fotos que colgaban de la pared de cada generación. Las ultimas dos fotos eran las que más tristeza le daban a Iza. Draco observo que Izaro sentía cierta nostalgia al ver las fotos, y se levanto de su silla, acercándose a las fotos. En la penúltima, se veía a dos adultos sonrientes, el señor tenia el pelo blanco cortado al estilo militar. Llevaba una túnica gris muy elegante y sus ojos eran de un café oscuro con mirada gentil. A su lado, se encontraba una mujer de aspecto débil, su pelo oscuro llegaba hasta su espalda y sus ojos grises verdosos mostraban una calma impresionante. En sus brazos se encontraba una niña de pelo blanco hasta los hombros, su mirada igual a la de su madre se fijaban en una niña que se encontraba delante de ella, de pelo blanco y ojos oscuros. La bebé le estaba jalando el pelo, a lo que la niña intentaba sonreír, aunque sus ojos mostraban dolor.
- ¿Eres tú la bebe? - pregunto Draco aun observando la imagen. Iza se acercó a el para también contemplar la fotografía.
-Si, soy yo. Tenia dos años. La niña es mi tía, unos meses después mis padres murieron. Y ella se quedó cuidándome, aunque solo me lleva 9 años. Cuando ella estaba en Hogwarts, iban mis abuelos a cuidarme, pero murieron unos cuatro años después. Así que me empecé a quedar sola y de vez en cuando me visitaban adultos del ministerio.
Iza se quedó callada, recordando un pequeño dolor que tuvo desde pequeña. Una pequeña opresión en el pecho. Draco vio la aflicción en su mirada a lo que instintivamente la abrazó. Iza se sorprendió, pero acepto el abrazo, conmovida. No duró mucho, pero fue suficiente para aligerar la tensión entre los dos. Para contrarrestar la información brindada por Izaro, Draco empezó a platicarle un poco de su familia. Que siempre fueron sangre pura, que su mansión llevaba mucho tiempo en la familia y que le gustaban las manzanas verdes. Que siempre lo habían criado con la idea de que las sangres sucias eran escoria de la sociedad, y que había muchas familias traidoras a la sangre y deberían ser tratados igual que la sangre sucia. Iza escucho con atención y respondió sabiamente.
-A mi también me han inculcado eso, pero no lo creo. Mientras que tenga magia en su sangre, tiene el derecho de ser tratado igual que a una sangre pura. Todos somos mágicos, no importa nuestro origen. - Draco se quedó pensando las palabras de Izaro. Siguieron platicando un gran rato, hasta que la puerta de la biblioteca se abrió, mostrando a Madelaine detrás de ella.
-Ama Iza, han llegado los Weasley. - Iza brinco de alegría, y dejo ir a Madelaine. Miró a Draco muy sonriente.
-Son amigos de mi familia, son una familia muy linda de verdad, y creo que mi tía estuvo en Hogwarts unos años abajo que el mayor de la familia. Fred y George son muy graciosos y te van a caer bien, además que tienen un hermano de nuestra edad y...
-Ve, yo... me quedaré aquí leyendo algo. - lo que el chico no quiso admitir, es que tenia miedo de conocer ala numerosa familia. Ya que su padre hablaba mal de ellos constantemente. Iza confundida asintió y se acercó a él, dándole un pequeño beso en la mejilla. Algo infantil, pero con gratitud
-Gracias por hablar conmigo, te veo en la cena Draco. - Iza salió de la habitación dejando a Draco solo, el chico suspiro y observo la ultima foto familiar. Solo eran dos chicas. La mayor, no parecía tener más de 18 años, de pelo blanco al cuello y ojos oscuros con una sonrisa traviesa, la mano de esta se posaba en el hombro de la menor. Ella de cabello blanco, igualmente y unos hermosos ojos gris verdosos. Su sonrisa era calmada y sus ojos gentiles. Su cabello llegaba a su espalda y estaba peinado en una elegante trenza.
Draco siguió admirando la foto con delicadeza, con una pequeña sonrisa en el rostro.
Creación del capitulo:
Me fascina la idea de las fiestas sociales en el mundo mágico. Ya que casi no hemos visto muchas en los libros y películas. Tenia que hacer una si o si. Aunque no es nada detallada por que no es de tanta relevancia. Ya conocieron a Draco 7u7 ya se ya se un poco seco pero son niños, no se pueden amar desde el principio.
¿Ya sospechan la casa de Iza?
Intenten adivinarla en los comentarios!
Sin nada más que decir
Travesura Realizada.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro