El motochorro del amor no tiene normas, ni pautas que marquen el ritmo de sus conquistas. Entonces esto desconcierta a cualquiera. Muchas personas logran identificarlos, entonces logran observar con curiosidad y hasta con miedo.

Esas personas ya tienen un diagrama o un boceto y saben que hay que estar siempre a la defensiva. Algunas dudan, otras se sorprenden y - salvo casos extremos - nunca llegan a entrar al complejo de la desesperación.

¿Cómo surge este fenómeno?

Surgió como algo minúsculo, de boca en boca, la gente fue intercambiando experiencias o se encontró con artículos en internet.

La gente sabe que hay " buscas" en cada esquina oscura de la ciudad, estan esperando el momento preciso para atacar.

Sin embargo hay personas que buscan la aprobación de su comunidad o de su familia, terminan abriendo su corazón con una indiferencia vagamente hostil. Porque quieren ser parte del sistema y porque quieren evitar ciertos rumores de las ojipláticas abuelas o grupos de colegas que les dicen: Si seguís soltera, te vas a quedar para vestir santos.

Ahora todos somos iguales: no importa si somos arquitectos, abogados, dueños de un puterío, verduleros, ciudadanos corrientes o youtubers efusivos. Somos un surtido de personas sin suerte.

Por si acaso, tenemos la simpatía y algunas (como yo) tenemos un grueso humor picante que a veces desconcierta y hasta llega a nublar las mentes. Pero dicen que la autenticidad es lo que nos caracteriza.

¿Somos presas fáciles en el amor?

Pienso que todos tenemos algunas ráfagas de temor, pasados no superados, algunos muertos en el placard, algunas promesas pendientes.

A veces nuestro corazón esta áspero por grietas del pasado y sentimos esa sensación de peligro por aspectos varios: para evitar entregarnos, expulsamos el asunto y todo lo arraigado al corazón.

¿El amor también es locura?