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11. Pedido de ayuda

❝Pedido de ayuda❞

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  NARRADOR:

  —Nada será importante.

  Scott no soportaba escuchar aquella verdad por parte de Derek, solo sentía su pecho subir y bajar por el enojo sabiendo que Derek se estaba acercando más allá de lo que a él le hubiese gustado. Mientras recibía su palo de Lacrosse las palabras de él ardían en su mente. Estaba consciente de que Derek no se equivocaba, aunque aún no terminaba de aceptar aquella nueva etapa de su vida.

  Cuando volvió la vista para enfrentarlo, Derek había desaparecido y no había dejado ni siquiera el sonido de sus pisadas, del mismo modo que lo había hecho la noche anterior.

  Scott negó con la cabeza molesto y le dio una última mirada al sitio donde había percibido el aroma a sangre, antes de tomar su bicicleta e irse.

  Derek lo observó de lejos. Uno de sus pies estaba adelantado a su cuerpo, resistiendo el impulso de deterlo con un grito y preguntarle sobre Selena. Gruñó por lo bajo mientras se devolvía y entraba a su casa luego de que Scott desapareciera entre los árboles.

  El hombre se quitó la camiseta gris que llevaba puesta y colocó ambos brazos en la parte superior del marco de la puerta, era lo suficientemente estable como para resistir su peso. En el momento en que comenzó a ejercitarse un pequeño recuerdo vagó por su mente.

  El chico se sentó en una de las mesas vacías que había en el patio de su preparatoria. Era el receso y era el único momento en el día en que podía observarla sin que ella lo notase. Quiso llevarse el sorbete a la boca, pero en su lugar golpeó contra su nariz y luego contra la comisura de su labio. Soltó un quejido mientras quitaba la vista de la chica y volvía a llevarse el sorbete, esta vez con éxito, a la boca. Escuchó una pequeña risilla y alzó la mirada al frente. Volvió a quejarse al ver a Peter enfrente de él.

  —Si sigues así terminarás picando toda tu cara y créeme, no lo vale. —El chico le quitó una de las galletas al menor, quién lo miró molesto.

  —Ella lo vale todo.

  —Eres un niño de quince obsesionado con una niña de casi trece... Debería ser ilegal —murmuró lo ultimó dándole una pequeña mordida a la galleta de chocolate que sostenía en su mano.

  Cuando Peter intentó quitarle otra, Derek le golpeó la mano con rapidez.

  —No estoy obsesionado con ella, y esperaré... No importa cuánto, esperaré. —Derek le dio el último sorbo a su bebida antes de tomar sus cosas, levantarse e irse.

  Peter se quedó pensativo, volviendo la vista a aquella niña quién estaba distraída. Luego negó y se levantó.

  Derek se detuvo al escuchar el ruido de la puerta abrirse. Se dejó caer y observó detrás de él encontrándose con Selena.

  Ella lo observó sorprendida moviendo su mirada de arriba a abajo y luego sacudió su cabeza con suavidad intentando alejar pensamientos indebidos. No era el momento para eso. Derek se apresuró a colocarse su camiseta nuevamente tratando de evitar su mirada. Aún era incapaz de nadar entre aquellos recuerdos sin que le afectaran a un nivel físico y emocional. La torpeza era notoria cuando volvía en el tiempo.

  Se terminó de colocar la camiseta y pasó sus dedos entre su cabello algo húmedo.

  —Necesito hablar contigo —dijo Selena con algo de timidez en el tono de su voz, pero luego se enderezó y aclaró la garganta—. Es sobre Scott.

  —Acaba de irse, aún cree que quiero matarlo o que estoy en contra de él.

  —Pues no ayudó mucho que lo amenazaras con matarlo y hablando de eso, estaba tan abrumada que no pude reaccionar en el momento, pero quiero que sepas que si le tocas un pelo a mi hermano no dudaré en matarte yo misma. —Selena observó sus propios brazos delgados y volteó de nuevo para encontrarse con las cejas alzadas de Derek—. Puede que no demuestre fuerza, pero puedo derribarte si estás moribundo.

  —Es bueno saberlo, lo tomaré en cuenta —suspiró Derek—. ¿De qué quieres hablar?

  —Yo sé... Estoy segura de que Scott es muy testarudo en muchísimas cosas y esto no será la excepción, él hará lo que crea que es correcto hasta que se golpee con la pared, luego él se dará cuenta...

  Derek dio un paso hacia ella y tocó su tabique sintiendo la frustración recorrer todo su cuerpo.

  —El problema, Selena, es que esa pared de la que hablas nos costará la vida a todos nosotros. No es un capricho mío, si ellos descubren que tu hermano es un hombre lobo lo cazaran y lo matarán. Lo hicieron con toda mi familia, un niño de dieciséis no los detendrá... No será un problema para ellos.

  Selena miró a un lado y se quedó centrada observando las cenizas que cubrían las escaleras. Derek estaba en lo cierto al sentir molestia y frustración, ninguno de ellos había pasado por lo mismo que él, ni siquiera conocían aquel mundo tan bien como él y todos los de su especie. Además de cubrir su pellejo, estaba cubriendo el de ellos también. Al principio no lo hacía con gusto, solo era por el mismo, hasta que la vió y supo que debía proteger algo más.

  —Sé que quieres pedirme —suspiró Derek devolviendo sus pasos hacia la pared detrás de él—. Scott es tu hermano, quieres que lo cuide, lo entiendo. Lo haré. Pero tú debes alejarte de todo esto, Selena, olvida y deja todo atrás. Protegeré a tu hermano en esto, tú lo protegerás de la vida normal, como una persona normal.

  Selena negó y las palabras comenzaron a atorarse en su garganta. Algunas se deslizaban hasta la punta de su lengua y se quedaban ahí.

  Para ella, Derek podría tener razón, pasó la mayor parte de su corta vida aprendiendo sobre los amigos y el amor para así ayudar a Scott cuando lo necesitara, pero jamás se preparó para la pequeña posibilidad de tener que protegerlo de un mundo sobrenatural.

  —Estaré para Scott, Derek, estuve desde que nació y lo que sea que él necesite, yo estaré ahí. —Ella vio como Derek se volteba y negaba, la duda llegó a sus pensamientos, tal vez estaba molesto por algo más—. Solo te pediré que cuando yo no pueda, tú lo cuides por mí. También debiste ser un chico impulsivo como él, sólo está enamorado.

  —¡El amor cuesta vidas, Selena! —sus ojos se pintaron de celeste y con rapidez volvieron a su color natural, se encontraba de espaldas así que ella no lo notó, solo pegó un pequeño salto al escucharlo gritar—. En esto no hay tiempo para el amor.

  Selena dejó caer sus brazos al costado de su cuerpo dándose por vencida. Solo quería un poco de ayuda, no alguien que la convenciera de dejar a la suerte a su hermano. Podían pasar miles de cosas y podrían llamarla idiota por ser terca, pero era su promesa.

  —Él es mi hermano, y por él arriesgaré mi vida cada vez que esté en peligro. Con ayuda o sin ayuda.

  Derek escuchó la puerta abrirse y luego cerrarse con cuidado, con esa pequeña acción supo que ella no estaba molesta, solo estaba tratando de buscar la forma de que su hermano estuviera seguro y sabía que no se iba a detener con su rechazo. Él hombre se dio la vuelta y trotó hasta la puerta, la abrió y pronunció su nombre para que se detuviera. Selena volteó a verlo de lado.

  —Lo haré —murmuró—... Pero también cuidaré de ti.

  Selena le dedicó una media sonrisa sintiendo algo extraño en el centro de su pecho. Un vacío inexplicable.

  —Yo no...

  —Lo necesitarás, créeme.

  La chica asintió mientras terminaba de bajar las escaleras. Cuando iba a voltear de nuevo para agradecerle, él ya había desaparecido.

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