𝗖𝗜𝖭𝖰
La mañana había llegado a su fin, dando paso a una tarde ruidosa y llena de quejas por parte de los dos alfas mayores, mientras que los tres omegas observaban la escena con diversión. HeeSeung se mantenía al margen, observando todo desde la distancia. En parte, no estaba de humor para unirse al alboroto, y en parte, porque sentía que algo andaba mal. La ausencia de Niki, y lo que eso provocaba en todos allí era difícil de comprender.
La puerta principal se abrió de golpe, llamando la atención de los seis presentes. Niki entró, cargado con bolsas de comida, y una sonrisa cálida iluminó su rostro al ver a sus compañeros. Era como si la luz del sol hubiera entrado con él, disipando las nubes de preocupación que flotaban en el ambiente.
Jake se levantó del sofá y se dirigió hacia el alfa menor, tomando las bolsas de comida para llevarlas a la cocina junto a SuNoo. Jay y SungHoon, con la misma energía de los omegas, se levantaron de sus asientos y corrieron tras ellos, riendo a carcajadas, llenando la casa de un bullicio contagioso.
Niki se acercó a JungWon y lo envolvió en un abrazo, depositando un beso suave en su cabeza. El omega se rió con ternura, sintiendo cómo la calidez de Niki lo envolvía como un abrigo en un día frío.
— ¿Cómo estás? —preguntó JungWon, mirando al alfa con ojos llenos de cariño.— No te escuché cuando te fuiste.
— Estoy cansado, pero de buen humor —respondió Niki, acariciando el rostro de JungWon con una suavidad que le hizo sonreír.— No quise despertarte, especialmente cuando no estaba seguro de a qué hora volvería.
— Está bien, hoy fue un buen día para mí también. No hubo discusiones entre el cuarteto —bromeó JungWon, con una sonrisa amplia que iluminaba su rostro.— Deberíamos ir a comer antes de que se acabe todo.
Niki sonrió y asintió, tomando la mano de JungWon y guiándolo hacia la cocina. Se sentaron en la mesa con los demás, disfrutando de la comida y la compañía. Para JungWon, era extraño que todos estuvieran juntos en un día libre, pero le encantaba la idea de compartir tiempo con sus amigos sin cámaras a su alrededor o miembros del staff interfiriendo. En ese pequeño momento, rodeado de sus amigos, sentía una libertad que le había sido negada desde su debut.
Después del almuerzo, un silencio repentino cayó sobre la casa. Todos se retiraron a sus habitaciones, dejando un ambiente pesado e indecifrable. JungWon se recostó en su cama, con la mirada fija en Niki, quien parecía perdido en sus pensamientos. La ausencia de risas y charlas llenaba el espacio, y JungWon no pudo evitar sentir que algo se había roto, como un cristal que se quiebra en mil pedazos en un lugar vacío.
— ¿Te preocupa algo? —preguntó Niki, rompiendo el silencio, sus ojos oscuros buscando los de JungWon.
— ¿No es raro que de pronto todo haya quedado en silencio? —preguntó JungWon en voz baja, suspirando levemente.— Es decir, estábamos hablando y riendo, de pronto todos caminaron a sus habitaciones como si fuéramos desconocidos que deben fingir delante de una cámara.
— No lo había visto de ese modo, pero creo que tiene sentido. Siempre hay cámaras y personas alrededor, el único momento de privacidad y calma está en nuestras habitaciones. —Niki frunció el ceño, pensando en las palabras de JungWon
JungWon asintió lentamente, sintiendo cómo la tristeza se apoderaba de él— No me gusta —admitió, su voz temblando ligeramente.— No me gusta la idea de tener que esconderme para tener tranquilidad o estar lejos del foco público.
— Te entiendo. De pronto estamos lejos de nosotros mismos por culpa de eso. —habló Niki en un tono suave, su voz hacía sentir mejor el corazón de JungWon.
Niki miró a su omega por unos segundos, sus ojos llenos de comprensión. Tomó su celular, pero luego lo dejó a un lado, como si la simple idea de conectarse al mundo exterior le pareciera una traición a la intimidad que compartían. En ese momento, la puerta de la habitación se abrió de golpe, y Jake junto a SuNoo entraron con la energía de un torbellino.
— Skincare, helado y una serie con esos alfas sexys de los dramas —sonrió SuNoo, mirando a JungWon con picardía. El omega rió, la tristeza se desvaneció por un momento, reemplazada por el cariño de los dos mayores.
— Les traigo el helado y los dejo solos con esos alfas sexys de los dramas —bromeó Niki, mientras salía de la habitación.
— Mañana será un día largo y merecemos este descanso y alfas sexys —habló Jake, susurrando lo último mientras reía.
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Después de que Niki llevara el helado a los omegas, se sentó en el sofá de la sala, mirando su celular. Unos segundos después, sintió la presencia de HeeSeung, quien se sentó a su lado. Nishimura percibió un aroma extraño en el ambiente en cuanto el mayor se sentó junto a él, algo que no tenía sentido, ya que HeeSeung era un beta. El alfa miró al mayor, quien lo observaba con unos ojos extrañamente tristes.
— ¿Está bien, hyung? —preguntó el menor, dejando su celular a un lado para centrarse en el mayor.
— Siento un aroma, y eso es extraño porque yo no percibo aromas por ser beta —dijo en un tono bajo— Quería hablarlo con Jay, pero no me siento cómodo hablando con él de esto.
— ¿Hace cuánto percibe ese aroma? —preguntó con calma el menor, mientras extendía su mano y tomaba la del mayor para oler su muñeca— No es tuyo, no lo produces tú, pero viene de ti.
— Eso es lo que me asusta, porque no sé de dónde sale —murmuró, mirando confundido al menor— Llegó hace unos días y no puedo alejarlo.
— Es como si estuviera en su ropa —frunció levemente el ceño— ¿Quizás su habitación?
— ¿Mi habitación? —miró confundido al menor— Deberías comprobarlo tú, yo soy nuevo en esto de los aromas y me marea un poco.
Niki asintió lentamente, levantándose de su lugar y caminando detrás de HeeSeung. Se adentró en la habitación del mayor e intentó buscar el origen del aroma, pero solo lo sintió en el guardarropa del mayor, como si a propósito su ropa hubiera sido marcada con un aroma fuerte.
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