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|𝟓𝟐| ➟ 𝐄𝐥𝐥𝐚 𝐍𝐨 𝐓𝐢𝐞𝐧𝐞 𝐏𝐨𝐫 𝐐𝐮𝐞́ 𝐄𝐧𝐭𝐞𝐫𝐚𝐫𝐬𝐞。

Minju entró a su casa de una manera silenciosa. A excepción de la luz del pasillo, todo estaba completamente oscuro y en silencio, ¿y cómo no iba a estarlo?, si eran casi las tres de la mañana. Ella hubiera querido llegar más temprano para estar metida en la cama con Chaewon, pero tuvo unos malditos inconvenientes.

Justo cuando venía a casa, un patrulla la había seguido y le había pedido que descendiera del vehículo, le hicieron la prueba del alcoholímetro y por desgracia no logró pasarla, tuvo que acompañar a el oficial hasta la comisaría, pagar una multa, hacer miles de trámites para que después de casi tres horas le dejaran ir.

Esta noche hubiera sido genial para Minju, si no se hubiera topado con aquel oficial, aunque tenía que admitir que había sido su culpa, el haber manejado en ese estado había sido una completa irresponsabilidad de su parte, pero descartó la idea de llamar a Chaewon cuando eso le pareció que sería una molestia y el resto de sus amigas estaban en peores condiciones. Mala idea.

Subió las escaleras y antes de entrar a su habitación entró a la habitación de su hijo para darle un beso de buenas noches, aunque ya estuviera dormido ella quería hacerlo. Cuando se aseguró de que Niki estaba bien arropado y le había dado un beso en la frente, caminó arrastrando sus pies hasta su habitación que estaba a unos cuantos pasos de la suya, pero estos les parecían tan eternos y el camino tan largo.

Abrió con cuidado la puerta y se acercó hasta la cama donde Chaewon se encontraba dormida, la cama estaba casi intacta y ella tenía su teléfono en su mano, en ese momento a Minju la invadió la culpa al ver que se había quedado dormida esperándola.

Se acercó a su armario y se cambió su ropa por su pijama. Sintiéndose algo atrevida, se acercó a Chaewon y comenzó a desabotonarle su pantalón, comenzó a jalar de ellos para así removerlos. Se sobresaltó al sentir una mano sujetándole la suya.

— No te quieras aprovechar de mi, Kim.

— Chae, casi me matas del susto.

— Lo siento, pero no podía dejar que te aprovecharas de mí.

— ¡Yah! ¿Cómo crees que yo haría eso?

— Quizá en tus cinco sentidos no lo harías, pero parece que alguien llegó con algunas copas de más.

Minju sintió todo el agotamiento apoderándose de ella y se sentó junto a Chaewon en la cama.

— Perdón, la noche terminó de una manera espantosa, me detuvieron y tuve que ir a la comisaria.

— ¡¿Qué?! ¿Pero por qué lo hicieron? ¿Por qué no me llamaste?

— Tranquilízate. Me detuvieron por pasar el alcoholímetro, no quise llamarte porque no quería molestarte.

— Parece que la despedida de soltera estuvo más loca de lo que pensaba.

— No fue tan loca, quería hacer mi última locura de soltera contigo, ¿qué dices?

Chaewon sonrió y le siguió el juego.

— ¿Y qué me dices de tu prometida? Seguro que si se entera me mata.

Ella no tiene por qué enterarse.

— Este será nuestro secreto.

Ambas compartieron una sonrisa cómplice antes de que sus labios terminaran conectados y en un par de minutos sus cuerpos estaban completamente juntos, como siempre debió ser.

Minju jadeaba mientras Chaewon frotaba su clítoris y con la otra mano la penetraba. La mayor estaba agotada, pero haría lo que fuera con tal de que Minju alcanzara un buen orgasmo.

La menor se aferraba a la espalda de Chaewon con bastante fuerza cada vez que un espasmo le recorría el cuerpo. Cada vez que ellas tenían relaciones sexuales era en verdad un acontecimiento donde no solo tocaban y penetraban sus cuerpos, sino también el alma.

Chaewon sentía cómo lentamente sus dedos eran aprisionados y succionados por las paredes de Minju, le daba unos últimos empujes antes de que Minju terminara de correrse en su mano.

Chaewon sacó sus dedos y los remplazó con sus dulces labios y al hacer contacto con la cavidad de Minju, esta respingó ante la excitación que le dió otra oleada de placer. La mayor seguía lamiendo y degustando los jugos que seguían fluyendo, Minju le ayudaba moviendo sus caderas y sujetándole el cabello.

La mayor terminó su trabajo con su boca y volvió a recostarse a la altura de Minju que se encontraba extasiada, con su pelo completamente revuelto, sus labios mordidos e hinchados, con marcas y sudor en la mayor parte de su cuerpo.

— ¿Sabes?, mi parte favorita de esta noche es cuando comenzaste a desvestirte y me diste un espectáculo digno de calentar a cualquiera.

— Espero que me superes en mi despedida de soltera — dijo apartando algunos mechones que le cubrían el rostro.

— Oh Kim Chaewon, no sabes con quién te estás metiendo.

— Dejaré mis locas fantasías para después, lo que me importa ahora es complacerte y devorarte.

— Siempre sabes cómo levantar mi ánimo.

Minju acarició varias veces a la mayor antes de colocarse sobre ella, unir sus piernas y comenzar a rosar sus centros, provocando la más exquisita de las fricciones. Esta era una posición que ambas adoraban y que aprovechaban al máximo.

Al terminar su sesión, permanecieron abrazadas bajo las sábanas con sus cuerpos desnudos aún excitados por tal contacto.

— Chaewon.

— Mmm

— ¿Sabes?, hay algo que siempre me causaba temor.

— ¿Qué era?

— El no volverte a tener junto a mí. Cada día que pasaba, pensaba que había arruinado todo contigo. Cada vez que recordaba todo lo que había pasado y cómo había actuado contigo, hasta yo llegaba a odiarme...

— Deja de pensar en eso, te lo he dicho muchas veces, ambas fuimos muy estúpidas.

— Ese no es el punto, ahora tengo un nuevo temor y este es aún más grande.

— ¿Qué es?

— Ahora que te tengo y sé lo que es estar junto a ti, que un día llegue a perderte.

— Eso no va a pasar. Conmigo si aplican los votos, "hasta que la muerte los separe". Eso es una garantía conmigo y si me es posible estaré junto a tí después de esta.

— Cuando llegue el momento de nuestra muerte quiero ser yo la primera en morir.

— Minju, qué cosas dices, creo que aún estás algo ebria.

— Sí, creo que es eso, pero siendo este el estado en la que la mayoría de las personas logran decir lo que en verdad piensan o sienten yo solo quiero decirte que, te amo... y por favor no te apartes de mi lado.

El gran día había llegado, las dos se casarían dentro de una horas. Dentro de una habitación se encontraba Minju, caminaba de un lado a otro, su piernas temblaban y la noche anterior apenas y había podido dormir. Su corazón latía como nunca antes lo había hecho, era un latido rápido pero que la hacía sentir bien.

— Minju, si no paras de hacer eso, terminarás haciendo un hoyo y caerás en la primera planta.

— Sí, lo sé, pero estoy tan nerviosa.

— Tranquilízate, todo va a salir bien. Vamos, te ayudo a ponerte el vestido.

— ¿Crees que Chaewon ya esté lista?

— No lo sé, ¿quieres que le mande un mensaje a su madre?

— No, déjalo así.

Tzuyu ayudó a Minju a colocar su vestido y colocarle los últimos accesorios, pero el que Jisung estuviera gritándoles desde la primera planta que se apresuraran no ayudaba mucho.

Cuando bajaron las escaleras estaban Jisung, Niki y el Sr. Kim esperándoles en la puerta, Niki sostenía una videocámara y grababa desde que su madre descendía por las escaleras.

El Sr. Kim no pudo evitar la emoción y abrazó a su hija.

— Te ves preciosa — dijo el hombre conteniendo las lágrimas en sus ojos ya cristalinos.

— Disculpen que interrumpa el momento emotivo, pero si no nos apresuramos llegaremos tarde.

Los cinco salieron directo al auto de Jisung que estaba estacionado frente a la casa. Salieron del automóvil después de haber sobrevivido a un tráfico de los mil demonios. Minju iba con diez minutos de retraso y aún tenía que atravesar un salón de fiestas y llegar al jardín donde se llevaría a cabo la ceremonia. Solo esperaba dos cosas.

Una: Que Chaewon se encontrara adentro.

Dos: Que aún estuviera viva, porque si ella hubiera esperado tan solo cinco minutos hubiera muerto de nervios.

Llegaron casi corriendo a la puerta que daba al patio. Minju podía ver la mayoría de sus invitados sentados y a Chaewon junto al juez que las casaría. Sus hombros estaban completamente tensos y por el leve movimiento de sus manos denotaba que estaba nerviosa.

La organizadora dió instrucciones a través de uno de sus micrófonos e inmediatamente una orquesta comenzó a tocar, la mujer les indicó la formación en la que entrarían.

Las puertas se abrieron y el primero en salir fue Niki ya que era el paje, y justo enseguida Minju del brazo de su padre. Chaewon destensó sus hombros y sentía como la sangre volvía a fluir como era debido, pero a pesar de que era un alivio el ver a Minju caminar hacia ella no podía evitar que sus piernas temblaran y varias lágrimas se escaparan.

Ahora estaban frente a frente, listas para unir sus manos, para unir a sus familias y para unir sus vidas.

El Sr. Kim extendió su mano donde tenía la mano de Minju, con su mano libre tomó la mano de Chaewon y le entregó literalmente la mano de su hija.

— Creo que por fin sus cabezotas duras entendieron. Chaewon cuida mucho de mi hija, y Minju cuida mucho de tu esposa — dijo el hombre para después retirarse a su asiento.

Antes que el juez diera inicio, Chaewon se acercó al oído de Minju y le susurró tiernamente:

— Sra. Kim, ya no me haga esperar más, por favor.

— Solo con una condición.

— ¿Y cuál es esa?

— Si usted Kim Chaewon, se casa conmigo.

— Me pide mucho, pero así será.

Se sonrieron como siempre lo hacían y luego, tanto en la ceremonia como en sus vidas, todo comenzó a suceder como debió haberlo hecho desde un principio; juntas.

FIN

Bueno... llegamos al final de esta historia, espero que les haya gustado y hayan disfrutado de su lectura. Gracias por sus votos y comentarios a través de ella, si gustan les invito a seguirme y leer la otra historia 2kim de mi perfil que está en emisión. ><

Gracias por leer<3

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