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𝑳𝒖𝒔𝒕 𝒂𝒏𝒅 𝑪𝒂𝒓𝒏𝒍𝒊𝒕𝒚 🌔 | 𝑲𝒐𝒐𝒌𝑴𝒊𝒏

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🌖 Lujuria 🌔
y Carnalidad
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"Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis"

Gálatas 5:16, 17


Hace tiempo leí en alguna parte que todos los seres humanos tenemos un cuerpo corruptible, mientras sigamos teniendo vida se nos presentarán situaciones donde el cuerpo y la mente serán seducidos a satisfacer sus deseos, es ahí donde entra el Espíritu o la fuerza de voluntad, como quieras llamarlo.

Para algunas religiones y la mayoría de las sociedades, el placer carnal es visto con morbosidad, incomodidad y hasta repulsión. Encontré que su pensamiento en común es que los deseos de la carne sólo presentan una satisfacción momentánea que luego de ser consumada deja una oquedad que quieres volver a satisfacer de nuevo y de nuevo. Según entendí durante mi investigación, algunas religiones te ofrecen librarte del deseo carnal otorgándote la seguridad de que tu fe espiritual es lo suficientemente fuerte como para ofrecerte plenitud; en varias sociedades si tu cedes ante tus deseos eres débil de mente.

¿Buscar satisfacerse en un ámbito que no sea mental/espiritual es realmente tan malo?

No entiendo porque se tienen que juzgar las decisiones que uno mismo toma sobre su cuerpo y los sentimientos que asechan su corazón, o por qué tienen que juzgar según sus creencias religiosas, las personas que se dedican a criticar deben de entender que no toda la gente comparte sus pensamientos e ideales, no todos tienen el mismo pasado o la misma educación. Cada individuo es justamente eso, individual, con creencias, pensamientos y sentimientos que difícilmente podremos entender del todo.

Ser “un buen hijo/hija, hermano/hermana, padre/madre”, puede tener demasiados significados y dependerá siempre de quien te esté evaluando.

¿Podemos realmente evitar los deseos de la carne? No estoy diciendo que los humanos sean incapaces de hacerlo, pero sinceramente nunca he conocido a alguien que es capaz de no sentir deseo, envidia, rencor, odio, celos y/o otros tantos sentimientos y acciones que son “malas”.

Somos simplemente seres humanos, estamos catalogados por encima pero al mismo tiempo dentro del reino animal. En nuestro interior habitan instintos que son difíciles de ignorar.

Claro que podemos lograr que los deseos de la carne no se apoderen de nuestras vidas y tomen el control de ellas, pero tampoco podemos andar presumiendo de que nuestra mente es inmaculada y pura.

Hay muchos que van por ahí alardeando de que son casi unos ángeles sin aureola ni alas, ¿pero que a caso la soberbia no es considerada un pecado?, el peor de todos tengo entendido.

Y de cualquier manera, ¿los ángeles están cien por ciento exentos de tener deseos carnales? ¿No fue Lucifer un ángel antes de ser desterrado del cielo?

Al parecer ni siquiera los mismos ángeles están a salvo de caer en el pecado, imagínense todo lo que podemos esperar de nosotros, que somos simples humanos.

Nuevamente se encontraba despidiendo a su mejor amigo en las puertas del cielo. Solo serían un par de días terrenales para el peliblanco, pero sabía que en el cielo el tiempo corría mucho más lento y por lo tanto el tiempo de su regreso sería aún mayor en ese lugar.

— No se puede tener momentos de descanso cuando los humanos pecan tan a menudo. Lastimosamente soy un descendiente de Sariel y tengo que ir a guiar a esas almas hasta las puertas del infierno.

Jongin siempre repetía ese comentario antes de tener que descender por alguna alma pecadora, prácticamente se lo sabía de memoria, aunque no podía culpar al ángel peliblanco pues él agradecía no tener que acercarse al infierno, ese lugar erizana las plumas de sus alas.

— No estés retrasando lo inevitable, comienza a descender Jongin, así podrás volver antes a casa. Cuanto menos tiempo pases en la tierra será mucho mejor.

Dio un empujoncito juguetón al más alto riendo un poco por el puchero que mostraba el peliblanco.

— Esta vez tendrás que prepararle a tu mejor amigo algo de comer, ya que tu tienes la suerte de quedarte aquí es lo menos que puedes hacer por mi.

— Es un trato, te estaré esperando — prometió con una inmensa sonrisa para su amigo.

— Nos vemos pronto Jimin.

— Nos vemos pronto Jongin.

A pesar de lo determinado que estaba en cuanto cruzó las puertas del cielo, ahora si comenzaba a reflexionar sobre si era una buena idea haber bajado él solo a la tierra.

Realmente quería encontrar a su amigo Jongin, estaba preocupado por el largo periodo de ausencia del otro ángel, nunca había tardado tanto en guiar el alma pecadora de algún humano y por eso no dudó en ofrecerse voluntario para ir en su búsqueda. Aunque probablemente no había sido la mejor de sus ideas, era su primera vez en el mundo terrenal y todo era demasiado desconcertante… y luminoso.

Frente a él había un lugar con paredes de color negro que eran iluminadas por cientos de pequeñas luces de colores que estaban a lo largo de la saliente en el techo y también había un letrero de luces escarlatas y naranjas donde se podía leer la palabra “Inférnum”.

Los humanos que estaban formados a la espera de entrar, la fuerte música que provenía del interior y el aroma del alcohol, le indicaron que estaba frente a uno de esos lugares en los que sin duda su amigo Jongin iba por almas de humanos pecadores.

Se aseguró de alisar arrugas inexistentes en sus ropas de color blanco y tomó una profunda respiración antes de dar su primer paso hacia la entrada de ese lugar.

— Pero que tenemos aquí, ¿acaso eres un privilegiado de Dios muñeco?

Miro hacia su espalda para asegurarse de que sus alas continuarán ocultas y cuando comprobó que así era volvió a encontrar su mirada con el hombre alto y musculoso que detuvo su andar justo antes de que lograra cruzar la entrada.

— ¿Pe-Perdón?

— Muchas personas están formadas desde hace horas para poder pasar y tu solo quieres colarte lindura. Me parece que tendrás que formarte como todos los demás… — la malicia ensombrecido la mirada del desconocido cuando se inclinó hasta quedar a su altura para susurrar en su oído —… a menos claro que quieras prometerme que más tarde me pagaras con tu bonito cuerpo.

Con nerviosismo retrocedió unos cuantos pasos y enfocó su mirada en el suelo para no seguir viendo los malos sentimientos que el humano transmitía.

— Y-Yo no… no quise… M-Me formare…

Deja de asustar al inocente ángel. — La voz que escucho a sus espaldas erizó un poco la piel de su nuca, ni siquiera entendía por que estaba sucediendo pero él tenía un poco de miedo. — En mi bar siempre serán bienvenidos estos lindos ángeles, hacen falta para que las noches sean grandiosas.

El que acababa de llegar le guiñó un ojo, pero por varias razones él estaba un poco aturdido. Primero porque dos veces lo había llamado ángel, haciendo énfasis en esa palabra; segundo por sus definidos rasgos que lo hacían lucir atractivo y peligroso al mismo tiempo; tercero por los tres enormes perros de color negro que estaban obedientemente sentados al lado del desconocido; y por último el aura pesada y oscura que rodeaba al recién llegado.

— Pasa lindo, ahora que tienes el permiso del dueño del lugar nadie te impedirá la entrada.

No fue posible retroceder porque el desconocido lo sujeto con firmeza de su cintura para comenzar a dirigirlo hacia el interior del lugar, pero realmente sentía que tenía que huir.

Fue guiado, sin mucha delicadeza, por el oscuro interior del local donde varias personas se perdían en el alcohol y la fuerte música que se coordinaba con las parpadeantes pequeñas luces que apenas iluminaban el amplio lugar.

Finalmente se detuvieron en un área vacía con un sofá semicircular color rojo que era custodiada por otros dos hombres musculosos parecidos al humano malo que se había encontrado en la entrada. Pero estos hombres no lo detuvieron, al contrario se hicieron a un lado en cuanto ellos estaban a unos cuantos pasos de distancia.

Con un poco de reticencia, se acomodó en el lugar que el desconocido le señalaba, o bueno, quizás se sentó un poco más alejado del lugar que le señalaban.

— ¿Cuál es tu nombre pequeño ángel?

Ahí estaba de nuevo esa manera de llamarlo, no era un mote como algunos otros humanos utilizaban, podía asegurar que lo decía con la certeza de cuál era su verdadera naturaleza a pesar de sus alas ocultas.

— Ji-Jimin.

— Pues es un delicioso placer contar con tu presencia en mi bar, Jimin. Mi nombre es Hoseok y mis tres adorables acompañantes son Veltesta, Tretesta y Drittesta. — Señaló de izquierda a derecha a los “adorables” perros que miraban con fiereza en su dirección. — Dime pequeño ángel Jimin, ¿viniste buscando algún tipo especial de diversión?

La mano de Hoseok delineo su mejilla derecha dejándole una vez más esa sensación de escalofríos en su columna vertebral.

— Solo busco a mi amigo.

— Pues me encantaría ayudarte a encontrarlo, solo dime como es y te aseguro de que recordaré si estuvo aquí.

No podía creer en esas palabras, pues Jongin solo bajo a ese lugar por una alma pecadora, es decir que para los humanos era invisible ya que nunca dejaba verse mientras estaba en una asignación.

— Pues es alto, con cabello blanco-

— Ojos castaños y piel bronceada, además de un hermoso cuerpo delgado y marcado de la mejor manera.

— ¡¿Lo viste?!

— Claro que si, de hecho se ha vuelto una cara familiar.

Se emoción de saber que alguien podía ayudarlo a encontrar a su amigo pero las dudas llegaron de inmediato borrando su sonrisa.

— ¿No me crees ángel? — En lugar de contestar con palabras solo negó con un gesto que provocó una risa en Hoseok. — Pues entonces quédate un poco más conmigo, él y su nuevo amigo siempre aparecen en este lugar en algún momento de la noche.

— Esta bien.

No confiaba en Hoseok y el aura oscura que lo rodeaba, pero no tenía ninguna otra pista de dónde podría estar su amigo.

— Mientras esperamos, ¿qué es lo que te apetece hacer Jimin? — El castaño se deslizó un poco más cerca con esa sonrisa seductora que no abandonaban el rostro del contrario. — Podemos bailar, tomar algunos tragos… o ir a mi habitación si lo deseas.

— E-Estoy bien aquí, esperare a mi amigo aquí.

— Bien, como prefieras.

Era inquietante la sonrisa y la mirada que Hoseok mantenía para él, al igual que la mirada fija de los tres enormes perros que no se separaban en ningún momento de su dueño.

Realmente esperaba que Jongin apareciera pronto, quería asegurarse de que su amigo se encontraba bien y que su tardanza solo era debido a que habían surgido algún imprevisto con el alma pecadora que tenía que guiar al infierno. Además de que quería salir cuanto antes de ese lugar y del escrutinio de Hoseok.

La noche ya había avanzado demasiado para su gusto, y no había rastro de Jongin. El momento que estuvo ahí sentado no estuvo lleno de silencio incómodos o preguntas que exigían respuestas de su parte, pero si estuvo repleto de Hoseok hablando sobre algunos clientes regulares de ese establecimiento y eso incluía temas que le resultaron demasiado incómodos y bochornosos.

Eso realmente no estaba ayudando para nada con su objetivo de encontrar a su amigo, tenía que irse ya e intentar buscar en algún otro lado.

— Es momento de irme.

— Parece que tu amigo está demasiado entretenido en los placeres que Kyungsoo le está proporcionado como para darse cuenta de la hora.

No tenía ni idea de quien era Kyungsoo ni que placeres le estaba proporcionado, pero finalmente estaba obteniendo un poco más de información de parte de Hoseok a parte del hecho de que describió a Jongin cuando comenzaron a hablar de él.

— Algo tiene que haberle pasado, él nunca tarda demasiado en volver cuando se va de… casa, y mucho menos lo haría sin avisarme. Por favor dime si realmente lo conoces, estoy preocupado por él.

— Puedo asegurarte Jimin que no te miento al decirte que lo conozco. Él llegó aquí hace una semana buscando a alguien, pero terminó topándose con una seductora distracción de ojos grandes y labios carnosos.

— Jongin nunca olvidaría su deber, jamás permitiría distracciones.

Definitivamente Hoseok tenía que estar mintiendo, conocía muy bien a Jongin como para saber que le importaba ser un buen guía, nunca dejaría que esas almas pecadoras vagaran por el mundo terrenal.

Él lo creía fielmente, pero la mirada de Hoseok parecía divertida por su afirmación.

— ¿Me dejas contarte una historia antes de que te marches? — Esa pregunta era una que no esperaba para nada, su guardia estaba tan baja que asintió de inmediato sin entender por completo que sucedía. — Un día un hermoso ángel de piel bronceada y cabello blanco bajó al mundo terrenal para cumplir con su misión de guía, pero ese ángel se topó con un demonio, el mismo demonio que siempre lo recibía en las puertas del infierno para aceptar las almas que ese ángel siempre llevaba. Aunque este encuentro era diferente, ya no había limitaciones para ninguno de los dos, no había restricciones para que el demonio se acercara a obtener finalmente lo que siempre deseaba cuando miraba a ese ángel que lo enloquecía y no había nadie que impidiera que el ángel cayera presa de los encantos del pequeño demonio que siempre obtenía lo que quería. Este ángel ya no posee alas con blancas y esponjosas plumas, ahora el color negro cubrió cada centímetro de las extremidades por lo que el ángel ya no podrá volver al cielo donde su amigo lo espera.

— Esa historia no es real…

— Lo es Jimin — contestó con una sonrisa divertida.

— N-No es ve-verdad.

— Si, y lo descubrirás antes de lo que piensas…

No, definitivamente esas palabras eran mentira. Jongin no se había vuelto un ángel caído, su amigo solo estaba tardando en volver al cielo y él tenía que encontrarlo para saber el porqué de su demora.

Y también tenía que irse lejos de Hoseok y de ese lugar.

Se levantó con prisa y empujó ligeramente a los humanos que custodiaban esa área, aunque estos ni siquiera intentaron detenerlo. Nadie en ese lugar se interpuso en su camino y aún así sentía que estaba atrapado, que la salida se alejaba cada vez más de él y que era imposible alcanzarla.

Mientras caminaba giro su mirada para buscar a Hoseok en aquell área en la que habían estado sentado y francamente la mirada en el rostro contrario le asustó. Había algo anormal en el aura de Hoseok y en la sonrisa divertida que mostraba, algo que lo asustaba.

Salir de ahí era lo mejor, pero en su prisa chocó con algo sólido que lo envió hacia atrás, estaba a punto de caer de no ser por un par de brazos que lo sostuvieron.

O dos brazos que pertenecían a dos personas.

Había chocado con dos pelinegros que lo miraban intensamente. No se atrevía a parpadear al tener a ambos pares de ojos tan cerca y tan cautivadores que lo dejaron sin palabras.

— ¿Jimin?

Esa voz la conocía.

¡Jongin!

Con una sonrisa en su rostro hubico rápidamente el cabello blanco y la piel bronceada de su amigo y lo abrazó con fuerza, estaba feliz de haberlo encontrado completamente bien.

— Jongin te estuve esperando, tardabas demasiado en volver y creí que te había sucedido algo. Gracias a Dios que estas bien, ahora podemos volver a casa.

— Yo no puedo volver Jimin.

Se separó lo suficiente para poder ver los ojos de su amigo, pero no había tristeza en ellos, solo… sinceridad.

— ¿Qué dices? ¿Por qué no podrías volver? — la historia de Hoseok seguía en su mente y prácticamente le gritaba la respuesta, pero igual enterró las palabras en el fondo de su mente.

— Jimin…

— Eso no te lo puede mostrar aquí frente a tantos humanos, pero Hobi tiene un lugar reservado solo para nosotros, ahí Kai te explicara.

Su vista cayó en un joven de su altura con cabello plateado y ojos grandes, lucía una sonrisa como si la situación le estuviera divirtiendo pero no pudo reclamarle porque también lucía un tanto peligroso. Que hacía su amigo con gente así era extraño, aunque el mayor misterio para él era; ¿por qué Jongin estaba entrelazando sus dedos con ese extraño de voz agradable?

— ¿Quién es Kai? ¿Qué me va a explicar? ¿Jongin?

Eenfocó su vista en su amigo, suplicando silenciosamente que soltar la mano del desconocido y juntos salieran de ese lugar para finalmente volver a casa.

Pero su amigo desvío la mirada hacia el suelo.

— Jimin necesito contarte algo. Acompañanos.

Un poco perplejo, siguió a su amigo y a los tres desconocidos hasta el área donde aún permanecía Hoseok y los tres enormes perros que se mantenían fielmente al lado de este.

Detrás del sofá había una cortina de terciopelo rojo que uno de los guardias se encargo de mantener apartada para que ellos pudieran pasar. El área detrás de la cortina parecía aún más obscura que el bar, ahí sus pasos dudaron y terminó por detenerse viendo como Hoseok, Jongin y el chico de cabello plateado se adentraban con confianza.

No tengas miedo, solo el pasillo es oscuro, te prometo que habrá más iluminación en la sala de descanso.

La voz de uno de los gemelos con los que había topado durante su huida susurró en su oído derecho dejando una sensación de cosquilleo. La voz del gemelo de cabello corto y camisa blanca era realmente suve y agradable.

Pero igual puedo ofrecerte mi mano si tienes miedo.

El gemelo de cabello más largo y rizado tenía exactamente el mismo tono cautivador cuando susurró en su oído izquierdo y nuevamente el cosquilleo erizó su piel.

O podemos hacer que los pocos segundos que dura el trayecto sean placenteros…

— Lo suficiente como para que ni siquiera notes la oscuridad.

Su respiración se aceleró un poco con ese pequeño intercambio de susurros que los gemelos se encargaban de hacer directamente sobre la piel de su cuello. Fue una emoción totalmente desconocida para él pero sin duda… le gustó como se sentía.

Con miedo del rumbo de sus pensamientos se adentro hacia el otro lado de aquella cortina aterciopelada mientras sentía la presencia de los gemelos directamente en su espalda.

El pasillo era realmente sombrío y lo puso un poco nervioso… aunque no prestó demasiada atención cuando dos manos comenzaron a acariciar su espalda.

Una mano tomó su cintura y dejó que el el pulgar hiciera círculos, mientras que la otra subió lentamente por su columna hasta posrse sobre su cuello y repetir la misma acción con el pulgar. Toda su piel se erizó, incluso tuvo que pasar saliva cuando un nudo se instaló en su garganta.

La distracción de los gemelos sin duda era efectiva para provocar que él dejara de pensar en el entorno. El gesto de ambos era tan dominante que realmente su conciencia voló lejos, no les impidió acercarse hasta que su espacio personal era nulo, no les impidió respirar en la piel de su cuello y tampoco tuvo la capacidad de impedirles que lamieran detras del lóbulo de sus oídos.

Cuando el umbral iluminado quedó a la vista de todos, su piel ya estaba erizada, había un tipo de hormigueo en su vientre que jamás había experimentado y todo su cuerpo se sentía con algunos grados más de calor.

— ¿El ángel rubio se encuentra bien?

Tuvo que parpadear varias veces para que su visión se acostumbra a la nueva habitación iluminada y para entender las palabras que el chico peliplateado estaba diciendo con burla.

— Jimin lo siento, olvidé lo mucho que te asustan los lugares obscuros. ¿Estas bien?

Jongin finalmente le había soltado la mano al desconocido de ojos grandes para ir a darle leves palmadas en la espalda para ayudarlo a tranquilizarse, su amigo siempre lo ayudaba con ese simple gesto pero en ese momento ni siquiera el mismo sabía lo que su cuerpo estaba sintiendo.

Y la mirada que los gemelos mantenían sobre él tampoco le estaba ayudando, al contrario la mirada de los dos pelinegros lucía… hambrienta.

— Kai, puedes explicarle rápido al angelito rubio, así podremos ir a bailar un poco antes de volver a casa.

El no tenía sentimientos negativos hacia nada ni nadie, pero sinceramente ese peliplateado de ojos grandes que se restregar contra su amigo y que lo miraba de manera burlona ya estaba provocando que se molestara.

— Se llama Jongin — reclamó con los dientes apretados, pero eso solo provoco otra risa burlona del contrario.

— No, ese era su nombre de ángel, ahora que es uno de nosotros tenía que cambiar su nombre.

— ¿Uno de ustedes?

— Un demonio.

Bueno ahora tenía más sentido el aura que rodeaba a Hoseok y a los otros tres desconocidos y también la manera en que el dueño del bar lo reconoció de inmediato como un ser celestial. Lo que seguía sin tener sentido era que dijeran que Jongin era parte de ellos.

— ¡Él sigue siendo un ángel! — Tomó el antebrazo de su amigo, suplicando con su mirada que desmintieron esas palabras. — Jongin, diles.

— Jimin… ellos dicen la verdad.

— ¡No es cierto! ¡Tú prometiste que volverías a casa! ¡Tienes que volver conmigo a casa!

— No puedo Jimin… ya no me aceptarán.

— Claro que te van a aceptar, eres uno de nosotros.

— No Jimin…. Ya no lo soy.

Su amigo entendió sus alas. Aún seguían ahí, aún tenían plumas que lucían esponjosas y suaves al tacto… pero eran de un profundo color negro.

Su labio inferior tembló mientras lentamente retrocedía. Aún no quería creer las palabras de Hoseok, pero ya no podía negar lo que estaba frente a él.

Jongin ahora era un ángel caído.

Ya no pertenecía al cielo.

— Jimin…

Su amigo avanzó en su dirección pero el de nuevo se alejó. Quería escuchar las razones de Jongin pero no en ese momento, necesitaba primero tranquilizarse y pensar con más claridad.

Salio corriendo de esa área privada y después de ese bar, cuando tuvo su oportunidad extendió sus alas y regresó a casa.

Ahora solo tenía que aclarar su mente y cuando se sintiera preparado bajaría de nuevo a escuchar a su mejor amigo.

— ¿Vienes demasiado seguido no crees? ¿Qué acaso no tienes aburridas cosas que hacer en el cielo?

— Vine con Jongin, no contigo Kyungsoo.

Le molestaban los comentarios de ese demonio hijo de Leviatán, pero tenía que admitir que sus visitas a la tierra ya eran demasiado frecuentes.

Después de escuchar las razones de su amigo, supo que Jongin cayó realmente enamorado de Kyungsoo y una decisión tomada por amor era un acto muy puro a su ver. Él era decendiente de Raguel y podía encontrar un juicio imparcial en esa situación, Jongin seguiría siendo su amigo a pesar de ser un ángel caído, el peliblanco no trataba de convencerlo de dejar de lado el cielo y él no lo persuadiria de rechazar la decisión que ya había tomado. Ambos podían seguir manteniendo su amistad sincera.

— Kyung, no molestes a Jimin. A Jungkwon y a mi nos encanta tenerlo por aquí.

— Cada vez que viene nos alegra nuestras noches, a pesar de que aún no acepta nuestra oferta.

Quizas Jongin no intentaba persuadirlo de convertirse en un ángel caído, pero sin duda Jungkook y Jungkwon se esforzaban para que eso sucediera. Siempre usaban los encantos heredados de su padre Asmodeus para hacerlo sonrojarse hasta el cuello y dejarle un cosquilleo en su vientre bajo.

Sinceramente había ocasiones en las que bajaba a la Tierra usando las visitas a su amigo como excusas y se sentía culpable por ello, pero los gemelos lo intrigaban mucho y provocaban que deseara cosas…

— No molesten a Jimin por favor. Me alegra que sigamos siendo amigos y que venga a visitarme, no lo asusten Kyungsoo y dejen de proponerle cosas sucias Jungkook y Jungkwon. Ahora déjenme un momento con él.

Los tres demonios se levantaron del sofá, el peliplateado a regañadientes mientras que los gemelos no desaprovecharon la oportunidad de dedicarle miradas lacivas que nuevamente lo sonrojaron.

— Sabes que los gemelos nunca harían nada que no quisieras, ¿verdad?

Precisamente era ese el problema. Lo gemelos siempre lograban que pensamientos lujuriosos pasarán por su mente y eso no estaba bien.

— Lo sé.

— En cuanto a Kyungsoo, es solo que a él le gusta tener toda mi atención.

— Suena a que es bastante caprichoso.

— Lo es, pero tampoco es que me moleste darle toda mi atención solamente a él.

— Entiendo. — En realidad no entendía, pero si podía ver el amor y el deseo mezclándose en la mirada de su amigo. — Jongin… ¿Cómo se siente tener sexo? — El peliblanco comenzó a sonrojarse por completo ante su pregunta y notablemente incómodo. — Es solo que me da curiosidad y eres él único con el que puedo hablar de eso, perdón si te incomodo.

— Es solo que sigues siendo un ángel Jimin y yo lo era, así que no se si pueda explicarme bien. Iré por algo para que ambos podamos beber y trataré de encontrar por donde iniciar con nuestra conversación.

Su alto amigo salió apresuradamente de la habitación privada que Hoseok siempre les prestaba, aquella donde había visto con sus propios ojos que su amigo era un ángel caído.

No sabía por qué realizó esa pregunta, simplemente salió de sus labios sin que se diera cuenta y ahora por su culpa su amigo se había puesto incomodo. Le explicaría que solo fue una pregunta sin sentido de su parte una vez que volviera para que así pudieran volver a sus habituales platicas.

Espero pacientemente por varios minutos terrenales pero Jongin no dio señales de su regreso. Se levantó para buscar al peliblanco pero los gemelos impidieron su paso y lo hicieron retroceder nuevamente hasta el sofá.

— Si esperas por Kai, te avisamos que cayó en la emboscada que Kyungsoo le tenía en el baño, así que ahora está muy ocupado explorando el cuerpo de su novio. — Jungkwon se sentó a su izquierda poniendo de inmediato una mano sobre su muslo.

— Pero nosotros te trajimos la bebida que el te prometió y te haremos compañía otra que no te sientas solo.

Jungkook le extendió el vaso cristalino con contenido igual de transparente mientras se sentaba de su lado derecho imitando la acción de su hermano.

El calor ya estaba aumentando en su cuerpo con sólo la fragancia embriagadoramente masculina de los gemelos.

Tomo el contenido del vaso con entusiasmo tratando de hacer que el calor desapareciera, pero el contenido quemo su garganta y dejó un fuerte sabor en sus papilas gustativas.

Tosió varias veces y con dificultad logró articular algunas palabras.

— No es… agua.

— Claro que no, es Mezcal madurado en vidrio — dijo Jungkook tomando de su propio vaso —. Quien pide agua en una noche tan prometedora, podrían pasar cosas muy interesantes hoy y sería más divertido si tuvieras algo de alcohol en tu sistema que te permitiera relajarte.

— ¿De que hablas?

— Bueno, tu quieres saber como se siente el sexo y Jungkook y yo te podemos mostrar. Resulta que sabemos mucho del tema.

El beso dejado lentamente en el lado izquierdo de su cuello realmente estaba debilitando su sentido del habla y del pensamiento, ni siquiera se cuestiono el como los gemelos se habían enterado de su pregunta a Jongin.

— N-No.

— Sabemos lo que realmente quieres Jimin. Nos damos cuenta de cómo nos miras y somos conscientes de lo que te provocamos.

Las palabras de Jungkwon solo estaban acelerando su respiración. Se sentía atrapado, pero no quería moverse de ese lugar donde los gemelos se encontraban tan cerca de él, donde podía oler su esencia masculina y sentir el calor que desprendían los dos cuerpos firmes.

— ¿Por qué te niegas al placer que sabes que podemos darte? — preguntó Jungkook mientras movía los largos dedos por debajo de su camisa.

— E-Es malo ceder a los d-deseos de la carne.

— ¿Entonces Kai es malo por haber caído ante Kyungsoo?

— ¡No! Jongin sigue siendo el mismo.

— ¿Lo ves? — La mano de Jungkook tomó su barbilla con delicadeza y lo giro hasta que sus rostros quedaron de frente y completamente cerca. — Ceder ante tus deseos no te convierte en alguien malo.

No sabía cómo refutar esa oración, no cuando el aliento de Jungkook chocaba contra sus labios. El único pensamiento claro en su mente era que necesitaba moverse un poco hacia enfrente para terminar de cerrar ese poco espacio.

Y lo hizo.

Cerro los ojos con fuerza mientras mantenía un suave contacto con los labios contrarios. Se sorprendió de su valentía al hacer eso, pero al mismo tiempo sabía que había deseado demasiado poder estar en ese momento. Él cielo se había vuelto un lugar predecible y repetitivo con la ausencia de Jongin y su existencia se había vuelto aburrida desde que había comenzado a visitar el mundo terrenal y había conocido todo lo que este podía ofrecer.

Francamente su cuerpo jamás había reaccionado con tanta emoción como en ese momento en que sus labios se juntaban apretadamente contra los de Jungkook.

— Que tierno. Pero si ya te decidiste a probar los placeres carnales, tendrás que hacerlo bien bello ángel. — Jungkwon tomó su rostro y lo aparto del beso que él había comenzado. — Cierra tus ojos y separa un poco tus dulces labios.

La voz hipnotizante del gemelo realmente dejó su cuerpo a merced de lo que pidiera. Obedeció con rapidez suplicando silenciosamente por ese toque que dejo un cosquilleo en toda su piel.

Y no tuvo que esperar demasiado por ello, su labio inferior fue succionado con fuerza por los labios contrarios y después la lengua contraria se hizo camino para encontrarse y chocar contra la suya.

Ese beso estaba causando estragos en su cuerpo y Jungkook no ayudaba para nada mientras comenzaba a acariciar la piel de su abdomen y a besar su cuello.

Todo su cuerpo parecía tener instinto propio, sus manos se alzaron y sus dedos se enredaron en las hebras del largo cabello azabache de Jungkwon mientras su cadera se pegaba hacia atrás tan cerca como podía del cuerpo de Jungkook.

Todo se sentía demasiado intenso, los gemelos se encargaron de no dejar desatendido su cuerpo ni un solo segundo cada vez que pasaba de besar de uno a otro. Su mente daba vueltas sin poder enfocarse en sus pensamientos lógicos, simplemente dejo que su cuerpo fuera guiado por ambos pares de expertas manos.

En algún punto su ropa fue desalojada de su cuerpo, su piel expuesta estaba erizada a pesar de que la temperatura de su cuerpo se sentía demasiado alta, sobretodo cuando ambos gemelos se desnudarte por completo.

Los cuerpos de los pelonegros gritaba “perfección”, las equitativas proporciones, los músculos duros y marcados y los rostros atractivos de ambos solo terminaron de quitarle el aliento.

— Ven hermoso, te haremos sentir aún mejor.

Acepto la mano que Jungkwon extendía en su dirección y se puso de pie dejando que su piel desnuda chocará completamente contra el cuerpo del demonio de cabello largo. Se dedicó a besar al gemelo que tenía frente a él mientras sentía el camino de humedad que la lengua de Jungkook dejaba por toda su columna vertebral.

Se sobresalto cuando un dos pares de manos sujetaron con firmeza sus glúteos y los separaron dejándolo totalmente expuesto, pero se sorprendió aún más cuando la lengua de Jungkook invadió su anillo de músculos más íntimo.

Gritos agudos escaparon del fondo de su garganta y no planeaba contenerlos cuando todo se estaba sintiendo demasiado bien. Jungkwon estaba haciendo lo que quería con sus labios y lengua mientras Jungkook jugaba con sus dedos moviendo los de manera enloquecedora, los dos se encargaban de hacerlo sentir increíblemente necesitado de más atención.

— Jimin recuesta sobre Jungkwon y alza tus bonitas caderas para mi, ya estas listo para que te mostremos las maravillas del sexo.

Obedeció al igual que lo estuvo haciendo desde que todo eso inició, ceder el control a esos dos hermanos había sido la mejor decisión que había tomado en siglos, o al menos eso pensaba su nublada mente en ese instante.

Dejo que Jungkwon se semi-recostara en el sofá con los brazos y piernas extendidas para darle la bienvenida que él acepto gustoso. Gateó con lentitud hasta que su pecho quedó recostado en el contrario pero asegurándose de dejar sus caderas al aire con sus piernas a cada lado de la pequeña cintura del gemelo de cabello largo.

No tuvo que esperar demasiado para poder sentir las manos de Jungkook sobre su cintura, tomándolo con fuerza mientras algo duro y grueso comenzaba a frotarse por en medio de sus nalgas. Gimió cuando la punta roma se detuvo y se presiono contra su anillo de músculos que estaba resbaladizo gracias a la saliva que Jungkook habia dejado ahí.

El dolor agudo que le provocaba Jungkook se combinó con el placer de que su pene fuera tocado por Jungkwon. Ambos mantenían un ritmo que provocó que su espalda baja se arqueara y que sonidos indecentes salieran de sus labios.

 No podía coordinar sus movimientos pues no decidía cual de las dos acciones le gustaba mas. Y tampoco fue de ayuda el beso que Jungkwon inició, hambriento, rápido e invadiendo con su lengua profundamente en su cavidad bucal. Estaba mareado y completamente excitado.

La sensación de cosquilleo en su vientre bajo fue en aumento cada vez que las penetraciones de Jungkook proseguían en su interior y su pene se volvía más y más sensible con cada caricia que Jungkwon seguía dando.

Estaba tan inmerso en las sensaciones que abrumada su cuerpo que ni siquiera objeto cuando fue cambiado de posición como si se tratase de peso muerto.

Ahora Jungkook era quien permanecía recostado y él encima con su espalda completamente pegada al pecho firme del gemelo y con el pene de este aun en su interior. Jungkwon aprovecho su nueva libertad para ponerse de rodillas frente a ellos dos mostrando su hermoso cuerpo desnudo y mirada peligrosa que lo hizo sentirse como un bocadillo para el demonio.

Quizás no estaba muy equivocado.

Después de relamerse los labios, el gemelo se inclinó hasta que su boca quedó a la altura de su sensible erección. Ni siquiera tuvo un segundo para procesar que sucedía cuando su pene fue envuelto por la boca caliente y húmeda de Jungkwon.

Luces brillaron en su vista cuando nuevamente los gemelos encontraron un ritmo sincronizado.

¿Los ángeles se desmayaban?

No tenía ni idea pero sentía como si eso fuera más que posible en ese instante.

— Correte nuestro precioso ángel.

Eso sonaba como una nueva orden que su cuerpo no se negó a obedecer. Una corriente de electricidad recorrió cada nervio en su sistema, debajo de su piel quedó una sensación de hormigueo y pudo sentir como llenaba la boca de Jungkwon con su orgasmo de la misma manera que podía sentir el caliente y espeso líquido que Jungkook dejaba en su interior.

Sus extremidades se sintieron demasiado pesadas para intentar moverlas, quizás no se había desmayado pero se sentía cerca.

— Lo siento hermoso, pero aún no puedes descansar. Somos dos pero solo hiciste que mi hermano se corriera, es mi turno.

La mirada hambrienta de Jungkwon mando un nuevo escalofrío de placer y lujuria por todo su cuerpo y el beso que mezclaba sus salivas con los rastros de su orgasmo que quedaban en la lengua del contrario solo termino de hacerlo temblar de anticipación.

Jungkook se burló de la piel sensible de su cuello con pequeñas mordidas y lamidas mientras nuevamente se preparaba mentalmente para volver a ceder a sus deseos carnales que esos dos demonios estaban encantados de hacer realidad.

— Jimin, ¿pasaste la noche aquí? ¿Por qué no volviste a casa?

Se había terminado de vestir en el momento justo en que su amigo Jongin, Kyungsoo y Hoseok se adentraban en la sala privada de este último donde toda la madrugada se había entregado al placer que los gemelos le dieron una y otra vez.

— M-Me quede dormido.

Eso no era mentira. Realmente había caído cansado y satisfecho. Si no hubiera escuchado los movimientos de los gemelos a la hora de vestirse, es probable que siguiera placenteramente dormido en el sofá que fue testigo de su pecado, de sus muchos pecados.

— Probablemente el angelito rubio terminó rendido de tanto baile — dijo Kyungsoo con burla.

— Si mi sofá pudiera hablar…

— ¿Te quedaste aquí con Jungkook y Jungkwon? — La duda en la cara de Jongin era visible a pesar de los comentarios de Kyungsoo y Hoseok, ahí se notaba la diferencia entre un demonio y un ángel caído que seguía manteniendo parte de la ingenuidad con la que eran tratados. — ¿No te hicieron nada cierto?

Su amigo lo envolvió protectoramente lo más alejado que podía de los gemelos que de nuevo se acomodaban en el sofá con una pose arrogante que provocó un temblor en sus piernas.

¡Dios, quería sentarse sobre alguno de ellos mientras besaba al otro!

— ¿Qué le hicieron? Esta temblando.

Las alas de su amigo se extendieron y una mueca de enojo cubrió sus facciones. El se aferró al torso de Jongin para evitar que se iniciara una pelea.

— Jongin, tenemos que hablar. Vamos afuera.

— Jimin, ¿qué te hicieron?

— Por favor Jongin, vamos afuera.

Caminaron por el oscuro pasillo hasta que se encontraron en un vacío bar que ya se encontraba impecable, es decir que ya estaban cerca del medio día terrenal y él ni siquiera había notado el tiempo pasar.

— Todo es mi culpa. No debí de haberles comentado sobre tu pregunta ni debí de haber seguido a Kyungsoo al baño, el me… distrajo. Lo siento Jimin.

— Jongin. — Acunó la cara de su amigo con sus manos para calmar al peliblanco que lucía lastimosamente culpable. — Los gemelos solo hicieron lo que yo quería. Es verdad que mis visitas a la tierra se volvieron más frecuentes en parte por que te extrañaba, pero también porque no podía dejar de sentir que el Cielo dejó de ser un hogar.

— ¿Por qué no me lo habías dicho?

— Porque tu ya tienes tu propia vida decidida, yo tenía que buscar la mía por cuenta propia.

— ¿Y los gemelos es lo que decidiste?

— Aun no lo sé. Tu me explicaste las emociones que sentías al ver a Kyungsoo y yo solo… siento lujuria cuando veo a esos dos.

La mano de Jongin despeino la parte superior de sus cabellos con una sonrisa.

— No puedes decirme eso mientras muestras esa sonrisa boba en tu rostro. Quizás sientas "lujuria" como tu dices, pero te conozco de cientos de años y tu no te arriesgaría a ser un ángel caído sin una buena razón.

No sabía cómo contradecir a su amigo y ver a los gemelos parados cerca con esas poses tan arrogantes que los caracterizaba solo demostraron que no podía decir nada a su favor.

Ese par de demonios simplemente despertaban la lujuria de todos sus deseos carnales…

…Pero también provocaban que su pecho se llenara de cientos de otras emociones que le hacían sentir que todo había valido la pena.

Nuevamente estoy terminando otro conjunto de One Shot, este sin duda es el que me ha tomado más tiempo por varias razones 😓, pero al fin acabamos.

Aunque aún me faltan otros tres integrantes a los que también les dedicaré su propio libro de One Shot, espero que me apoyen al igual que me han apoyado con estos primeros cuatro.

Tengan hermosos días mis lindxs Makisy gracias por el apoyo que le dieron a las diferentes historias de este libro 💜

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