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𝒞𝒶𝓅𝒾́𝓉𝓊𝓁𝑜 8

Había pasado ya una semana de ese horrible incidente y mi mamá aún no se recuperaba.

En serio me dolía verla llorando todos los días y recordando a mi padre.

Era triste que todos estuviéramos deprimidos en estas épocas del año. Se acercaba navidad, Año Nuevo y por supuesto mi cumpleaños.

En navidad solo nos reunimos a una pequeña cena en mi casa, Hoseok no pudo asistir debido a que sus padres lo habían llevado de vacaciones a la playa.

Mi madre insistió en que invitara a Lisa, con quien por cierto, no había hablado desde que mi padre murió, así que no lo sabía.

Por suerte para todos Lisa ya tenía planes con un "amigo" o lo que sea que fuera "Zico" para ella. En realidad no me importaba, ella siempre tenía planes con él y yo solo aceptaba todo lo que ella me decía porque en realidad no me podría importar menos.

Debido a todo eso cenamos solo los tres en la casa. Comíamos en silencio hasta que mi mamá rompió en lágrimas.

—Él hubiera alegrado esta cena con sus chistes malos. —dijo mi mamá sollozando.

Me levanté y la abracé por detrás, era mi mami y no quería que ella llorara o lo haría yo también.

—Miyeon, tienes que seguir adelante, aceptar y dejar ir a Jaekwan será lo mejor para ti. —dijo mi abuelita mientras agarraba a mi madre de la mano.

—Mamá, debemos verlo de una buena manera, mi papá quien trabajaba tanto, ya está descansando al fin. —dije mientras la miraba a los ojos. En realidad quería calmarla.

Y así fue como seguimos con la cena y al final mi mamá me dió las gracias por ser como soy, en realidad no podía evitar tratar de animar a las personas, era necesario para que yo estuviera bien. Alegrar a los demás era un hábito que jamás se me quitaría.

Pasaron los días y ya era mi cumpleaños, dieciocho años al fin. Ya era independiente.

Lisa insistió en salir a cenar a un restaurante, intenté hacer que Hoseok viniera pero Lisa me amenazó diciendo que si Hoseok iba no me iba a dar mi regalo de cumpleaños.

Así que ahí estábamos, en el famoso restaurante. Lisa se estaba tomando fotos frente a mi y yo solo la observaba. Después me jaló hacia ella y unió nuestros labios bruscamente.

No me gustaban sus besos, ya no. Justo cuando me besó desvergonzadamente en frente de mucha gente tomó una foto y cuando el "click" de la cámara de su celular sonó me soltó y me aventó hacia atrás.

Empezó a teclear rápido en su celular y mientras escribía leyó en voz alta.

—Feliz cumpleaños amor de mi vida. Ya casi cinco meses de relación con el hombre más guapo del mundo, espero que nuestro amor dure muchos más. Te amo. Corazón y publicar.

Eso en realidad me molestó, ¿Cómo era posible ser tan hipócrita? Me acaba de empujar y publica que me ama. Tremenda estupidez.

—Disculpa, ¿puedes hacerle caso a ese "hermoso novio" que tienes en frente en vez de andarme presumiendo a todas tus amigas?

Pregunté con molestia y al mismo tiempo burlándome de la situación, en realidad esta mujer era difícil de creer.

Ella alzó la mirada y me sonrió, por primera vez en la vida dejó el celular a un lado y me miró.

—Perdóname, es que eres perfecto. —dijo con su sonrisa de ojos, la más linda de todas. Para arruinarlo. —Y me haces ver perfecta a mi.—sonrío cínicamente de nuevo.

Dios, no podía estar más enojado. Solo rodé los ojos y miré la carta.

Los minutos pasaban y por fin nos trajeron nuestra comida junto con el alcohol que no podía faltar. Lisa pidió una ensalada, me informó que intentaba cuidar la dieta y que además estaba reservándose para el postre.

Yo simplemente pedí un corte de carne que iba muy bien con el alcohol.

Brindamos por mi cumpleaños y empezamos a tomar.

Brindis tras brindis, en realidad no porque quisiera sino porque Lisa tenía un plan en mente, emborracharse conmigo y no sé para qué.

Trago tras trago, me quemaba la garganta y a pesar de estar pasado de copas podía sentir la mirada lasciva de Lisa sobre mi y mi entrepierna. Era muy incómodo.

Entramos a casa de Lisa y dijo que sus padres no estaban, dejé mi abrigo en el sillón y Lisa me dijo que mi regalo estaba esperando por mi en su cuarto. En realidad no quería saber lo que pasaría.

Subí a la fuerza y Lisa me guió a su habitación. Cuando abrió la puerta se abalanzó a besarme con agresividad mientras que yo aún no podía asimilar las cosas.

Me iba empujando hacia atrás hasta que choqué con un librero y algunas cosas cayeron de ese alto y grande librero café.

Sus manos se posaban en mi cuello y pecho, ella me estaba tocando demasiado. Yo ya no sabía si era gay o no lo era.

Justo después se quitó esa estupida blusa que según ella la hacía ver más delgada dejando su torso al descubierto y sus pechos aún cubiertos por su brazier.

Después se dedicó a desabotonar mi camisa mientras que me hacía chupetones por todo el cuello mientras que yo soltaba jadeos por el placer que sentía.

Dejó mi abdomen al descubierto y se separó de mi.

—Tae, éste es el postre del que te hablaba.

Dicho esto me aventó en su cama y se subió sobre mi, quería advertirle que parara.

Me seguía besando cada vez más profundamente y después bajó sus manos a mi cinturón tratando así de desabrocharlo y entonces agarré su mano y la miré a los ojos.

—Lisa, ¿Estás segura? —pregunté tratando de frenar un poco su necesidad y la situación.

—Claro Tae, eres mi novio y quiero darte este regalo.

Entonces solté su mano y siguió con lo suyo.

Después de unos momentos me encontraba disfrutando de lo que Lisa hacía con su boca, estaba chupando mi miembro como si fuera una paleta, yo solo podía limitarme a jadear y gruñir.

Gemidos ahogados y gruñidos de mi parte resonaban en esa grande habitación color rosa, decorada con fotos pequeñas en las cuales ninguna estaba yo. Estaba en esa cama acostado en frente de su comoda que tenía miles de maquillajes encima.

En serio no era mi intención pero no dejaba de pensar e imaginarme con Hoseok teniendo sexo, en serio no podía resistirlo y sabía que estaba mal.

Tenía que parar esto ya, no quería hacerle esto a Lisa. Mi mente solo estaba perdida pensando en otro hombre y nadie se merecía que su pareja pensara en otro mientras que le hacen sexo oral.

Cuando al fin sentí mi abdomen caliente y que algo viajaba a cien kilómetros por hora, pensé en Hoseok. De mis labios salió un inaudible: "Hobi" mientras me liberé y todo mi abdomen y la cara de Lisa quedaron llenos de mi espeso semen.

Lisa dijo algo con cara de satisfacción, algo que jamás escuché ni me interesaba escuchar. Después subió a abrazarme y quise terminar todo ahí.

—Lisa, eres genial. En serio, pero no creo poder seguir con esto... —dije avergonzado de mi mismo. Y seguí —En realidad te quiero pero no creo poder lograr lo que tú quieres. —dije mientras mis mejillas estaba rojas.

—Tae, ¿Por qué dices eso? —preguntó mientras me miraba preocupada y es que en realidad ya no podía más.

—No puedo concentrarme. —mentí.

—Tae, no me vengas con esas mierdas, no te gusto ¿verdad? Soy pésima, ni siquiera creo que te importe que gané un premio ayer.

—Eso es justo lo que ocurre. Lisa, solo piensas en ti. ¡Solo te importas tú misma!

Dije explotando, estaba harto de ella.

—No digas tonterías Taehyung, jamás me escuchas. Siempre tengo que decirte...

Siguió balbuceando pero no la escuché, no la quería escuchar. Hasta que en alguna parte de su balbuceo la interrumpí gritando.

—Lisa, ¡mi papá se murió!

Ella me miró preocupada y algo enojada.

—¿Y eso a mi qué? Tae, si tú no me escuchas ¿porqué yo si?

No podía creer lo que acaba de escuchar, mi mandíbula empezó a pesar, quería abrir la boca de sorpresa e indignación pero no podía hacerlo.

—Es que jamás estás cuando te necesito. Yo siempre tengo que estar ahí para ti. Pero tú jamás estás ahí. Y mucho menos estuviste cuando te necesité.

Lisa se quedó en silencio mientras que yo trataba de calmarme un poco.

—Lisa, es increíble lo mucho que te valgo mierda. No te aguanto. Solo me usas para ser popular por andar con el "chico guapo" que casualmente jamás había tenido novia.

—Taehyung, dejemos de pelear, tengo una reputación que guardar y no creo que sea conveniente cortar contigo. Eres tan guapo que no puedo permitir que te vean con alguien más. —dijo cínicamente llevando mi enojo hasta donde yo no conocía que podía llegar.

Me levanté enojado y la miré por última vez.

—No me vuelvas a hablar, y borra mi número, se acabó. —dije abriendo la puerta de su cuarto.

—No Tae, no puedes irte.

—Claro que si, mírame. —Dije con descaro mientras salía de su habitación.

—Al menos el sexo con Zico duró más que contigo, ¡al menos él si es hombre!

Salí sin más azotando la puerta de su cuarto y corrí a la salida, agarré mi abrigo y salí ignorando sus gritos.

¡Listo! Aquí está el nuevo capítulo, ¡espero les guste mucho! Por favor denle mucho apoyo. Nos estamos leyendo por acá.

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