𝒞𝒶𝓅𝒾́𝓉𝓊𝓁𝑜 56 (𝒫𝒯. 4)
Jungkook y yo empezamos a bailar una canción lenta. Lo acerqué a mi cuerpo y lo abracé. Jungkook descansó su cabeza sobre mi hombro.
—Tae, te amo. —dijo Kookie.
—Yo a ti más, mi amor. —le dije.
Tomé su mentón y besé sus labios. Nos separamos y seguimos bailando. En ese momento, vi que Yoongi estaba sentado viendo su teléfono.
Pensé que sería buena idea juntarlo con Jimin para que ya no estuviera tan deprimido.
Tomé a Jungkook de la mano y comencé a caminar hacia Suga.
—¡Yoongi! Estamos en una fiesta, no estés en tu teléfono. —le dije.
—Taehyung, es mejor que convivir con tanta gente. —dijo Suga.
Jungkook me dió un pequeño golpe en el brazo y me indicó que mirara en una dirección. Volteé hacia donde Jungkook apuntaba y pude ver a Jimin bailando en la pista de baile.
En ese momento se me ocurrió una idea genial.
—¡Vamos, Yoongi! —comencé a jalarlo de la mano. Por fin logré levantarlo y lo arrastré hacia la pista de baile.
Comenzamos a bailar con él. Yoongi mantenía un semblante serio, parecía que odiaba estar ahí.
Todo iba perfectamente normal para él hasta que Jungkook empujó a Jimin contra Suga. Lo había hecho a propósito, parecía que nos podíamos leer las mentes. Jimin por supuesto, no se dió cuenta que había sido Jungkook debido a la multitud.
Jimin volteó en la dirección de Yoongi.
—¡Hey! ¿Podrías tener más cuidado? —preguntó Jimin.
Yoongi alzó la mirada y vió a Jimin. En ese preciso instante, la expresión de Yoongi cambió.
—¡Jimin! —Yoongi exclamó.
—¿Min Yoongi? —preguntó Jimin. Tal vez recordaba a aquel chico pálido un poquito.
—¡Si! ¿Cómo estás? —preguntó Yoongi.
—Bien.
Yoongi tomó a Jimin de la mano y lo sacó de la pista de baile.
Jungkook y yo chocamos las manos y nos dimos un beso, lo habíamos logrado. Yoongi me lo iba a agradecer.
Después seguimos bailando y tomando. Nos divertíamos, nos sentamos en una banca.
—Kook, ¿sólo vas a tomar agua? —lo miré.
—Si...
—Yo esperaba emborracharte para que luego pudiéramos portarnos mal. —hice que mis dedos caminaran por su pierna hasta llegar a su cadera.
—¡TaeTae! —tomó mi mano y la apartó, después se cubrió el rostro con ambas manos. —¡Me avergüenzas! —cruzó ambas piernas y las apretó.
—¿En serio? ¿Te avergonzaría que gritara en este preciso momento que te amo? ¿Y que no puedo vivir sin ti? —pregunté con una sonrisa en mi rostro, Jungkook puso su mano en mi boca.
—Si, bastante. Sé que me amas y yo también te amo, con que los dos lo sepamos está perfectamente bien. —dijo con una sonrisa nerviosa.
Finalmente me acerqué a él y lo besé.
Yoongi había sacado a Jimin de la pista.
—¡Hey! Hace un tiempo que no nos veíamos. —dijo Yoongi.
—Si, que coincidencia. Siempre nos vemos cuando estoy- digo, que genial verte aquí. —dijo Jimin, se interrumpió a si mismo antes de decirle a Yoongi que siempre se encontraban cuando Jimin se encontraba triste.
—Lo mismo digo. Por cierto, tu disfraz es genial. —dijo Yoongi.
—Gracias. El tuyo también. Naruto. —Jimin comenzó a reírse.
—¡Hey! Yo les dije a mis amigos que seria una muy mala-
—Me gusta. —Jimin interrumpió a Yoongi.
—A mi también me gustas. —dijo Yoongi, estaba perdido observando la pequeña cintura del peli rubio. Jimin hizo una mueca de confusión.
—Digo, que también me gusta tu disfraz. —dijo Yoongi.
Jimin solo comenzó a reírse.
—Qué bueno que te guste, Yoongi. ¿Quieres tomar algo? —preguntó Jimin. Jimin se sentía ligeramente atraído hacia ese chico, sabía perfectamente que se estaba muriendo con ese disfraz. Jimin sabía perfectamente a lo que iba.
—¡Claro! Me encantaría. —contestó Yoongi.
Los dos chicos se dirigieron a la barra y pidieron sus bebidas, Jimin había pedido algo muy sofisticado y dulce.
—Cuéntame de ti, Yoongi. —dijo Jimin tomando el popote de la bebida con sus carnosos y rosados labios.
Yoongi se sintió muy nervioso.
—Bueno, soy Yoongi, casi todos me dicen Suga.
—¿Por qué? Te refieres a que... ¿como el azúcar en inglés? —preguntó Jimin.
—Algo así. Me dicen así por mi color de piel, soy muy blanco. No me gusta broncearme, en realidad, no me gusta salir. Vivo solo, compongo canciones y escribo letras. —dijo Yoongi.
—¡Wow! ¿Canciones? ¿No es muy difícil? —Jimin se interesó por primera vez en lo que alguien más (aparte de Jungkook) tuviera que decir.
—En realidad, no me cuesta trabajo. La inspiración es la que cuenta. —dijo Suga.
—Ya veo... ¿Como son tus canciones? —preguntó muy emocionado. Si había algo que Jimin amaba, era la música.
Últimamente, la inspiración de Yoongi había sido Jimin. Nadie más que Jimin, es por eso que en su teléfono traía una canción que él había escrito y compuesto para él.
—¿Quieres escuchar? —preguntó Yoongi.
—¡Claro! —exclamó Jimin.
Yoongi sacó sus audífonos, le colocó uno a Jimin y se puso el otro. Le dió "play" a la canción y los dos comenzaron a escuchar la canción.
—¡Wow! Eres genial, Yoongi. —dijo Jimin.
—Gracias.
La actitud de Jimin había cambiado drásticamente, pasó de querer solo un ascostón de una noche con cualquier chico solo para olvidar a Jungkook, a interesarse de verdad en aquel chico con cabello color menta. Ya no solo quería algo de una noche, sino que quería conocer al chico azúcar.
Los dos chicos siguieron conversando casi toda la noche. Jimin no era del tipo de persona que escuchara a los demás, (a menos que fuera Jungkook o Jin) pero esta vez, le interesaba mucho la platica de Yoongi.
No solo lo veía con lujuria como a los demás, también lo veía con interés, admiración, intriga.
A ese chico disfrazado de Naruto.
Jungkook y yo la habíamos pasado de maravilla, bebimos, bailamos y nos besamos toda la noche.
Se estaba haciendo un poco tarde, Hoseok estaba recostado sobre una banca, estaba ebrio y dormido.
—Tae, tenemos que irnos ya. —dijo Jungkook.
—Cierto, ¿me ayudarías con Hoseok? Por cierto, ¿donde está Yoongi? —Jungkook se encogió de hombros dándome a entender que no lo sabía.
Decidí que era hora de irnos, eran pasadas las dos de la mañana. Entre Jungkook y yo tratamos de hacer que Hoseok caminara y lo sacamos de ahí.
Llegamos al departamento. Yeontan nos recibió muy feliz, comenzó a saltar.
Llevamos a Hoseok a su cama y cerramos la puerta.
—Gracias, Tae. —dijo Jungkook.
—¿Por qué? —pregunté mientras me quitaba el disfraz.
—Por hoy. Por la fiesta. Por el gran tiempo que pasamos juntos. —dijo Kookie.
—No tienes que agradecer, sabes que te amo.
Jungkook y yo nos besamos.
No tan lejos de ahí.
Yoongi caminaba con rumbo a su casa, una gran sonrisa estaba plasmada en su rostro. Las horas que había pasado platicando con Jimin habían sido hermosas.
Al recordar la manera en la que Jimin sonreía y lo lindo que se veía esa noche, Suga pasó su mano hacia su cuello e inclinó la cabeza un poco.
Su sonrisa no iba a desaparecer por nada del mundo. Estaba feliz, feliz por haber platicado con el hombre de sus sueños. Jimin se veía tan lindo...
Suga en realidad estaba enamorado de aquel chico de cabello rubio y labios carnosos.
Obviamente, esta vez no había olvidado pedirle su número. Jimin, se lo dió sin pensarlo dos veces.
Sin duda, Yoongi era el hombre más feliz del mundo.
No tan lejos de ahí.
Jimin estaba sentado en la mesa de su cocina mientras tomaba una taza de café. Unos pasos se escucharon. Alguien había bajado las escaleras.
—Wow, llegaste más temprano de lo que esperaba. —dijo Jihyun, el hermano menor de Jimin.
—Sip.
—¿Cómo la pasaste? —preguntó Jihyun mientras servía café en una taza.
—Bien. —dijo Jimin, seguía perdido pensando en Yoongi.
—¡Deja de babear por Jeon Jungkook! Él ya tiene novio. —dijo Jihyun, por supuesto, él sabía y conocía ese tema al derecho y al revés, su hermano mayor le contaba todo.
—No estoy babeando por Jungkook. —dijo Jimin.
—¿Entonces? ¿Quien es la víctima ahora? —Jihyun se burló.
—Conocí a este chico, Yoongi, el chico azúcar. —Jimin se sonrojó al recordar la manera en la que Suga lo miraba.
—¿Chico azúcar? —Jihyun se sentó frente a su hermano mayor.
—Así es. Es lindo. Interesante. Dulce. —Jimin comenzó a pensar en esa hermosa sonrisa que tenía el peli menta.
—Ok, cada día eres más raro.
Ok, esta es la última parte del capítulo, sé que quedó largo pero...
El punto es que... ¡agárrense! Se vienen el Namjin y el Yoonmin.
También, no olviden comentar y votar, les agradecería que siguieran con la historia, se viene lo chido.
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