𝒞𝒶𝓅𝒾́𝓉𝓊𝓁𝑜 50
Por supuesto estaba molesto, después de eso, todo se había reducido a una mamada y a mi semen en su boca.
Terminamos de bañarnos y me puse mi pijama, era de cuadros blancos, negros y grises.
Jungkook seguía usando mis pijamas, no me molestaba en absoluto, usaba una con pantalón negro y playera negra.
Decidí salir del cuarto e ir por un vaso de agua.
Ya no podía soportarlo más. Jungkook, siendo un completo Dios no me dejaba hacerlo completamente mío.
A este paso, me iba a volver loco. Todo iba tan perfecto, pero no. Siempre es lo mismo.
Serví el agua en un vaso y la tomé. En eso, Hoseok salió de su recamara y camino hacia mi.
—¿Qué pasó? —preguntó. —¿Tanta acción terminó contigo? —comenzó a reírse.
—¿De qué hablas? —pregunté molesto.
—¡Vamos! Ahora, si estoy seguro de que escuché a Jungkook gimiendo. —dijo mientras me guiñaba el ojo.
—Pues no pasó nada. —contesté a punto de estallar.
—¿Hizo lo de la otra vez? —preguntó Hoseok, noté que el también estaba un poco molesto.
—Ajá. —dije tratando de controlarme.
—Mierda. —Hoseok contestó.
—Pero ya, ya estoy harto. —dije.
—Pobre de ti amigo. Deberías de decirle que ya deje sus juegos. —dijo Hoseok. —Si, lo respetas, pero una cosa es respeto y otra es provocación.
—No lo sé. Bueno, voy a mi cuarto, si me tardo más Jungkook podría sospechar. Buenas noches. —me despedí.
—Buenas noches, Tae.
No tan lejos de ahí.
En la habitación de Tae, para ser más precisos.
Jungkook estaba arrepentido. Arrepentido de haberle dicho a Taehyung que no quería.
Sentía que ya era bastante, ya le había hecho eso varias veces, se sentía mal.
Pero simplemente no podía, habían varias cosas en su mente que no lo dejaban.
Pensaba en tantas cosas.
Tenía que ordenar sus pensamientos antes de llevar a cabo esa acción.
Aún no se podía entregar por completo a su amado Tae.
Cuando salió de la clase de Karate se volvió a encontrar con él idiota de Yugyeom.
Verlo dos veces en un día era demasiado.
Pero, ¿dos veces?
Así es.
Cuando Jungkook y su novio estaban comiendo, Yugyeom y sus padres entraron al restaurante. Jungkook había notado algo de nostalgia en los ojos de Yugyeom. Pero, cuando el chico castaño vió a Taehyung lo miró con desprecio.
Ya era bastante abrumador haberlo visto una vez. ¿Por qué dos veces?
Y no solo vió a Yugyeom la segunda vez, sino a todos los amigos de Yugyeom que alguna vez fueron amigos de Jungkook.
Los chicos no se acercaron a hablar con Jungkook, Jungkook tampoco tenía la intención de hablarles.
Los chicos solo pasaron de largo, Yugyeom no lo ignoró, lo vió. De nuevo esa mirada de nostalgia.
Eso extrañó un poco a Jungkook. ¿Por qué? Y, ¿por qué ahora?
Regresando al tema principal, Jungkook aún no podía organizar bien sus pensamientos. Por supuesto quería ser completamente de su novio. Pero aún no podía.
Se había controlado bien desde su cumpleaños, pero esta vez, ver a Taehyung sin camisa con esos hermosas abdominales y el corte de su estómago, combinado con las excitación que le causaba ver el gran miembro de Tae, habían jugado en su contra.
Cómo Taehyung salió a tomar un vaso de agua, Jungkook agarró su teléfono y se puso a jugar. Sus pies estaban en la almohada y estaba recargado sobre sus propios codos mientras estaba acostado boca abajo.
—Perdón, Tae.
Regresé y vi a Jungkook jugando videojuegos mientras estaba boca abajo en la cama.
—Hola, Koo. —saludé cuando lo ví.
Me recargué contra la cama, después, rodé sobre el cuerpo de Jungkook, para llegar al otro lado de la cama.
Pasé por encima de él.
—Uy. —rodé sobre él.
—Ah. —Caí a la cama blanca.
Kookie me miró y comenzamos a reír.
Por fin llegué a mi lugar.
Ya habíamos secado nuestro cabello, yo el de él y él el mío.
Estábamos completamente listos para dormir.
Me recosté sobre la cama, hacia frío, me cubrí con las cobijas. Jungkook estaba a mi lado.
Cuando se dió cuenta de que yo tenía frío, se volteó hacia mi y me abrazó.
—Te amo. —dijo.
—Yo a ti.
Tomé su mano, comencé a acariciarla, sentí algo en su dedo. Era el anillo.
—¿Jamás te lo vas a quitar? —pregunté.
—Jamás.
Nos besamos.
No tan lejos de ahí.
Al siguiente día...
Jungkook caminaba con rumbo a la casa de Jin. Se sentía mal porque no había hablado con Jimin como Jin se lo pidió.
Jungkook tenía la esperanza de encontrarse a Jimin en la casa de Jin.
Cuando llegó a la puerta del departamento de Jin, tocó la puerta. Se escucharon unos pasos y la puerta se abrió.
Jungkook pudo ver a su amigo Jimin. Aquel chico de pequeña estatura y gran corazón, así lo describía Jungkook.
—Hola. —saludó Jungkook, estaba un poco nervioso.
—Hola, Jungkook. —saludó Jimin.
Jimin se hizo a un lado y dejó entrar al menor, que estaba usando una sudadera negra. Y por supuesto, el anillo de oro que le había dado su novio.
Jungkook entró al departamento y se sentó en el sillón, Jimin hizo lo mismo.
—¿Cómo estás, Jimin? —preguntó Jungkook.
—Bien. ¿Tú?
—También. Mira, Jimin, sé que no hemos estado tan unidos estos últimos días. Quiero pedirte perdón, con todo lo que Tae y-
—Si, desde que "Tae" llegó a tu vida, ya no existo. —dijo el rubio mientras hacía puchero.
—Jiminssi, en serio lo lamento. —dijo Jungkook mientras miraba hacia abajo.
—Está bien.
—Jimin, quiero que tú y yo sigamos siendo amigos, como lo éramos antes. —dijo Jungkook mientras tomaba las manos de Jimin.
—Claro, antes de que ese chico llegara a tu vida. —Jimin retiró sus manos.
—Por dios, Jimin. Ya habíamos hablado de esto.
—Así es, recuerdo haberte dicho que nada bueno saldría de esa relación. —dijo Jimin.
—Jimin, ¿no ves que soy feliz? Taehyung me hace muy feliz. —informó Jungkook. Estaba empezándose a enojar.
—¿Felicidad? Jungkook, ¡escúchate! El tipo es responsable de que tuvieras un trauma. ¿Ahora es tu novio? No es muy lógico. —Jimin cruzó sus brazos sobre su estómago.
—Tae no me causó ningún trauma. —defendió Jungkook.
—¡Ahora resulta! Jungkook, ¡llorabas todas las noches cuando eras pequeño! ¿Ahora me vas a decir que no era un trauma? Solo te enamoras de estúpidos. —dijo Jimin.
—¡Taehyung no es estúpido! Él me hace muy feliz, quieras o no, ¡él es mi novio! Y si él me causó un trauma, está solucionado ahora que él está conmigo. —dijo Jungkook firmemente.
—Por dios, Jungkook. ¡Escúchate! No estás pensando con claridad. Va a pasar lo mismo que con Yugyeom. —advirtió Jimin.
—¿Lo mismo? Taehyung jamás se separaría de mi por una pendejada así. Taehyung es simplemente diferente.
—Es un idiota. —soltó Jimin.
—¡Que no! —gritó Jungkook. —¡Tú eres el idiota!
—¡No me levantes la voz, Jungkook! Te guste o no, soy mayor que tú, además, yo no soy el que se deja llevar solo por lo que ve. —atacó Jimin.
—¡Eres un maldito egoísta! ¿No ves que él me hace feliz? ¡Solo piensas en ti! En qué no te deje solo. ¡Siempre has pensado solo en ti! —volvió a gritar.
—Eres un niño Jungkook. Ya madura. —dijo Jimin.
Jungkook decidió quedarse callado, observó como Jimin agarraba su suéter, se lo puso y salió del departamento de Jin azotando la puerta.
—¡Imbécil! —gritó Jungkook.
Jungkook se sentó en el sillón de nuevo, se levantó cuando le gritó a su mejor amigo. Era muy poco probable que después de ese incidente lo fueran de nuevo.
Unas lágrimas abandonaron sus ojos. Jimin estaba equivocado.
Taehyung no era como Yugyeom, Taehyung era diferente. Especial.
Y no importaba lo que Jimin opinara, Jungkook siempre iba a amar a Taehyung.
De repente, se abrió la puerta del cuarto de Jin.
Jin comenzó a caminar hasta la sala de su departamento. Vió a Jungkook llorando. Se acercó a él y se sentó a su lado.
—¿Qué ocurrió? —preguntó Jin mientras abrazaba a Jungkook.
Jungkook se volteó hacia él, lo abrazó, lo miró a los ojos y con lágrimas en ellos logró decir sólo una palabra.
—Jimin.
¡Hola! Feliz inicio de semana, les tengo varias noticias.
La primera, ¡esta historia ha llegado a sus 3k! Estoy muy feliz, muchas gracias.
La segunda, es que decidí abrir una cuenta de respaldo, si quieren seguirme, encontrarán el usuario en mi info.
Bueno, ahora si, ¡nos leemos!
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