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𝑬𝒍 𝒅𝒐𝒍𝒐𝒓 𝒆𝒔 𝒖𝒏...

Advertencia: Spoilers, ligeros cambios en la trama por conveniencia del guión.

~•~

Se convirtió en discípula de Mori Ōgai. Él pretendía usar su poder, porque un hombre que buscaba proteger su ciudad también debía ser protegido. La niña de trece años estaba en la clínica de Mori, viendo cómo este tomaba muchas cosas de su estante, medicamentos, navajas de bisturí, también algunos otros instrumentos.

Hace una hora le hizo una pregunta "¿Te quedarás conmigo?"La menor lo consideraba, sin duda su vida sería diferente si se quedaba en la mafia. Durante el entrenamiento que Mori le dió pudo hacer que aquel infinito se adelgazara, siendo así un pequeño espacio de apenas milímetros entre los objetos y ella, también pudo tener un mejor control sobre él.

—¿Aún no?— recibió un movimiento de cabeza por parte de la ojiverde —Vamos pequeña Jane—le estiró un abrigo color negro, que hacía juego con toda su vestimenta.

—¿Verás al jefe de la port mafia?—Lo tomó para colocarselo.

—Bueno, en realidad ambos iremos a ver al ex jefe— salió de su clínica.

—No está muerto —caminó junto a él tratando de seguirle el paso. Nunca vió tan emocionado al mayor, y para convivir por casi cuatro años era inquietante.

—Por ahora —esa cara maliciosa decía más que sus palabras. Tenía todo lo que necesitaba para cubrir sus verdaderas intenciones, y un escudo fiel.

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—Matenlos a todos, a todos —aquel anciano delirante repetía una y otra vez lo mismo.

Jane estaba parada frente a la cama, a su lado se encontraba un chico que aparentaba tener su edad, suspiraba cansado, también estaba impaciente porque muriera.

—Eso no sería razonable —el doctor se inclino hasta el hombre.

—No me importa, matenlos, matenlos a todos— Ōgai sujetó un bisturí para ponerlo en su cuello.

—Entiendo, jefe —cortó sin más la yugular del anciano—. El jefe murió por una enfermedad, su último deseo fue dejarme a cargo, y ustedes son testigos —miró a los dos menores quiénes estaban serios, Jane jamás lo cuestionaría, pero no estaba seguro del otro niño—. Tú eres su nieto — eso logró sorprender a la chica, buscaba una emoción en el rostro del castaño, pero no había nada.

Estaba vacío.

—No suena creíble que te dejo todo a ti, un doctor —por fin habló llenando un hueco en la habitación.

—Para eso sirve el testimonio de su único pariente vivo —sonrió limpiando su cara con un pañuelo. Sacó su billetera dándole un poco de dinero al joven castaño—. Vayan por algo de comer mientras termino la revisión, y pídanle a Hirotsu-san que pase.

Los jóvenes salieron para ser interceptados por muchos subordinados, quienes los llenaron de preguntas, pero estos rápidamente se escabulleron hasta llegar a un hombre de un monóculo, le comunicaron el mensaje del doctor Ōgai. Así terminaron en un local bastante cutre.

—¿Quieres algo? —la ojiverde miraba las pocas cosas que había en la tienda, eran una especie de cereales rancios—. Yo no tengo hambre.

—Esto —tomó una bolsa al azar, él al ser quien llevaba el dinero pagó, y salieron de la tienda—. Eso parece costoso —rio para señalar la joya que colgaba del cuello de la niña.

—Es un regalo, pero Mori lo puso en una cadena para poder llevarlo puesto —su cara seguía rígida.

—No sueles hablar mucho, o solo no te agrado...¡O puede ser que te gusto tanto que eres tímida! ¿No te gustó ni un poco? —Siguió molestando, quería llevarla al límite.

—No hablo mucho —se detuvo al ver a dos hombres frente a ellos.

—Mocosos, hablen de lo que está haciendo ese maldito doctor —les apuntaron con un arma, la chica se puso frente al castaño solo por si era necesario cuidar su cuerpo de los disparos.

—No sabemos nada de nada señores —Dazai asomó la cabeza sonriendo inocentemente.

—Malditos mentirosos —disparó a la joven, esta expandió su infinito, estaba buscando una manera de hacer que su acompañante no se viera envuelto.

—Es de mala educación gritarle a una niña —el chico se divertía con las acciones de los hombres.

—Vayan con Hirotsu-san, él debe saber —Jane Intervino antes que lastimarán al testigo de Mori.

—Maldito fenómeno —planeaba seguir hasta que su compañero lo arrastró para buscar información en otra parte, era claro que no hablarían.

—Ya entiendo, por eso te mantiene con él, vaya, pensé que el doctor Mori solo era inteligente, pero resulta que es un demonio —metió la mano sacando algunas frituras de la bolsa.

—Volvamos —Jane comenzó a caminar usando su habilidad para no ser tocada, o amenazada nuevamente pero fué detenida, sus ojos se abrieron como platos.

—Por ahí no, es peligroso —quien sostenía su muñeca era Dazai— . Rodeemos el edificio.

La joven no respondió, en cambio amargas lágrimas brotaban de sus orbes verdes, miraba el toque totalmente asombrada, sentía el contacto de piel con piel.

—¿Ahora qué pasa? —él ya sospechaba la razones de Jane.

—Pégame —suplicó entre sollozos—. Por favor, pégame.

—No golpearé a una chica— la soltó pero instintivamente lo retuvo. Sujeto su extremidad como si su vida dependiera de ello, admiraba su delgada mano, entrelazó los dedos fácilmente.

—Te lo ruego— al final el castaño dió un pequeño pellizco en su piel.

Pudo sentir, tenía años sin sentir un golpe, sin sentir el calor.

Nunca tocaba nada directamente, era como un cadáver que solo se mueve por mero capricho, sin sensaciones tampoco hay muchas emociones.

—Yo puedo sentir dolor físico...puedo ser funcional— repetía bajito mientras el joven estaba más que deseoso por calmar su llanto.

—Lo estás, el dolor es un privilegio de los vivos— le sostuvo la muñeca para tirar de ella—. Matarán a tu jefe si no llegas.

Jane fué invadida por un calor en el pecho, sin darse cuenta el muchacho le dió un propósito para ser feliz. Llegaron hasta los pasillos de la mafia, fué una travesía evitar a los agitadores que animaban a destruir la ciudad.

—Bueno, al parecer habrá disputas y una carnicería— El doctor jugaba con una especie de pergamino que le dió Hirotsu-san.

—Te matarán —Jane ganó la atención del más alto.

—¿Pero que veo? —Se inclinó para quedar cara a cara —Pareces feliz, mi pequeña Jane —La chica asintió con las mejillas rojas mientras Osamu suspiraba desganado—. ¿Te quedarás aquí? —el hombre miró de reojo al castaño mientras se ponía recto—. Te harán daño.

—Puedo arreglarmelas solo, pero mientras sea tu testigo debes protegerme de las torturas —sonrió para seguir al hombre que avanzaba a la oficina principal.

—Oye, ¿puedo...—la joven sostuvo su manga apenada, tenía los ojos fijos en sus vendas.

—¿Quieres qué te lleve de la mano otra vez? —por un momento le pareció molesta—. Que remedio, eres una mocosa —la envolvió con su palma para continuar avanzando—. Vamos, tengo mucho que hacer, debo planear mi suicidio.

Ōgai miraba la situación totalmente burlón, después le contaría a Elise como se comporto Jane —Parecen llevarse bien —comentó haciendo que el castaño soltará un quejido—. Jane, ¿Te quedarás conmigo nuevamente? ¿Lo harás porque tienes un nuevo amigo?

El sabía la respuesta, tenía planeado juntar a su lindo zafiro con Dazai Osamu, era conciente de su poder, y también del juicio de Jane. Él quería que ambos explotarán su máximo potencial.

—Me gusta estar aquí, gracias Mori— el más alto miró a la azabache, tenía las mejillas rojas, y una sonrisa deslumbrante.

~Su expresión es adorable, lastima que ya no tiene doce~

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Fragmento perdido:

Dazai miraba su precioso rostro con una paciencia impresionante, no, más bien la analizaba detenidamente, buscando algún defecto.

—¿Tengo una mancha? —la de ojos verdes dejó de lado los papeles que leía para verlo también.

—No, solo tienes una cara bonita —respondió arrebatándole unas cuantas hojas para buscar algo con que amenazar a Mori en caso de fallarle—. Tu familia debe adorarte, una niña bien portada y linda, eres una pesadilla.

—No lo hacía toda —dijo desviando la mirada hasta la ventana de a lado—. Pero tenía un hermano, que si lo hacía, me decía que era bonita a diario.

—Yo puedo hacerlo —comentó sin emoción alguna—. Yo puedo hacer lo que él hacía.

Jane paso de la confusión al enojo—. ¿Por qué dices eso?

—Me falta un propósito...creo que las bajas emociones me lo darán, pero me gustaría ser tu hermano para sentir la calidez en mi vientre cuando llores, será placentero tener un juguete —alzó los brazos restándole importancia—. Pero quiero que llores cuando muera, es mi única petición.

—Claro que lloraría, soy sentimental —su rostro volvió a ser estoico y básicamente lo ignoró.

—Es es bueno, quisiera tener una novia hermosa que llore mi muerte —la verla suspirar le dió un golpecito en el hombro—. Bromeo, no puedo reemplazar a un muerto...a menos que así me veas.

—Osamu, eres una persona extraordinaria, y de naturaleza violenta, pero también creo que tienes un rostro bonito —se estiró lo suficiente para tocar su muñeca—. ¿Quieres comer?

Dazai chiquito me puede pegar y yo le daría las gracias. No está confirmado que es nieto del antiguo jefe de la mafia, pero yo lo puse así para darle más drama.

No sé confundan, la historia es de Chuuya, pero Jane tendrá interacciones con muchos personajes.

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