
XXVIII: DICIEMBRE
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𝗖𝗔𝗣𝗜𝗧𝗨𝗟𝗢 𝟮𝟴:
𝗗𝗜𝗖𝗜𝗘𝗠𝗕𝗥𝗘
Llegó diciembre y por fin era momento de las vacaciones de navidad. Bueno, faltaban unos días. Pero en verdad no veía la hora de salir de aquí. Teniendo a Umbridge al mano, hacía que nadie disfrutara en lo absoluto de las clases. Ni siquiera de los ratos libres. Ya no se podía hacer y todo era siempre malo ante sus ojos. El ser su secretaria, definitivamente fue lo peor. Este mes estuvo muy cansado.
Me mandaba a todos lados, todo el tiempo. Me mandaba a escribir escritos de más de veinte hojas al día y también, para varias, yo era quien tenía que regañar a los alumnos cuando viera algo inapropiado. Lo curioso aquí es que, obviamente yo no iba a delatar a mis amigos. Eso nunca. Lo cual me la pone muy difícil...
Con Fred casi no había hablado, y esta vez no era por decisión mía. Suzanne ha estado odiándome todos estos días. Lo sé bien, por cómo me mira y como me ignora cada que me acerco. Lo entiendo, y respeto su decisión de querer que me aleje. Por ello, yo tampoco me esfuerzo mucho en buscarlo a él o a George.
El día de hoy es la ultima práctica del Ejercito de Dumbledore. Al menos la última antes de vacaciones de navidad. Iba en camino sola, ya que Queenie y Tony como prefectos que son, se encontraban trabajando en el árbol del gran comedor y hacer que la nieve falsa caiga.
El que ellos estén ocupado todo el tiempo, me ha dado mucho tiempo de pensar en mi. En estar sola. Disfrutar de ello. No del todo ya que, cada qué pasa, no puedo evitar pensar en Cedric. Hay veces que de verdad daría lo que sea por poder volver a platicar con el. Con tantas personas teniendo en lo más fácil el insultarme, como Draco o Umbridge, tan solo me hace apreciar más a Cedric. Quien desde el día uno se encontraba interesado en mi, y es que en verdad nos hicimos amigos, y me apreció como persona, y me valoró. El mundo necesita más personas como Cedric. Es una lástima que eso sea imposible. Tan solo espero que llegue el día en el que al pensar en el, pueda sonreír, y no terminar llorando.
Por ello evito mucho el pensar en el. No quisiera llorar más. Pero el que estemos en diciembre, tan solo me hace recordar todo. El pensar que iba a pasar navidad con el...
Basta.
Pensando en otra cosa; Vivían pasará navidad con Maddie. Eso es algo nuevo, pero está bien, ellas la pasarán muy bien. Me dijeron que si podía ir pero, estaba bien así. He hablado mucho con mi mamá por medio de cartas. Desde que ella se encuentra en casa de los abuelos, tan solo me mantengo al tanto de que ella se encuentre bien. Y así es.
Ahora que recuerdo, mi padre jamás me explicó el porque se encontraba en peligro...
Pero bueno, entre a la Sala de los Menesteres y me encontré con Dobby decorando con cosas navideñas. Aunque la mayoría de los adornos iban acompañados de una fotografía de la cara de Harry y decía «¡FELICES HARRY-NAVIDADES!».
- curiosos adornos. - dije riendo, hacía Harry. Fred y George se acercan a nosotros. Creo que es la primera vez que los veo sin Suzanne.
Y es que eso también. En todos lados, se hablaba de lo mucho que discutían Fred y ella. Como ambos son personas populares aquí, lo que se tratará de ellos, terminaría en los oídos de todos. Y si, han peleado mucho. Quizá por ello ella no se presenta aquí.
- no fui yo, lo juro. - Harry dice a la defensiva. - fue Dobby.
- Harry, necesito decirte algo. - Ginny le habla y este se aleja de nosotros. Creo que tenía que ver con el equipo de Quidditch. Han escogido a Ginny como la nueva buscadora. A ver cómo lo toma Harry,
- queremos proponerte algo. - me dicen al mismo tiempo.
- ¿si? - reí.
- wow, hace mucho que no te oía reír. - dice George. - queremos
- invitarte. - completa la idea Fred. - a pasar navidad
- con nosotros. - dicen de nuevo al mismo tiempo.
- ¿con su familia? - dije con una gran sonrisa en el rostro. Ambos sonríen. - wow, Gracias chicos. En verdad gracias.
- ¿eso es un si? - me pregunta Fred.
- mamá adoraría que fueras. - agrega George. - le caíste muy bien la última vez que te vio.
- si. - asentí con la cabeza. - por supuesto. Me encantaría. - al final del día, creo que no podía pasarla con mi madre. - Gracias.
- si, también va Suzy. - agrega George. Fue inevitable voltear a ver a Fred, quien evadía la mirada. - creo.
- se lo comenté. Más no se si quiera ir, con todo esto de la pelea... - entonces si hubo una. - pero ya estamos bien.
- practicaremos por parejas. - escuchamos a Harry y cómo ni Queenie ni Tony pudieron venir, y para mi suerte, ni Suzanne, no tenía con quien ponerme. Así que fui con Neville, quien siempre estaba solo. Harry siempre tenía que acompañarlo.- Empezaremos con el embrujo paralizante durante diez minutos; luego nos sentaremos en los cojines y volveremos a practicar los hechizos aturdidores.
- hola. - le dije. - soy amiga de Tony.
- se quien eres. - sonríe. - ¿practicamos?
- si. - me acomodé enfrente suyo. - si quieres, tú hazlo primero. Vamos.
- te aviso que no lo hago muy bien... - ya me había comentado Tony que el era inseguro. Me lo dijo cuando yo me sentía mal por serlo, insegura. Dijo que el lo era mucho más.
- no importa. Yo tampoco. - vuelve a sonreír.
- ¡Impedimenta! - y si, en efecto, me paralicé. - wow lo logré.
- muy bien. - reí, una vez que volví a la normalidad. - excelente.
Al cabo de una hora, Harry les dijo que pararan.
- todos lo hicieron excelente... cuando volvamos de las vacaciones, empezaremos a hacer cosas más serias; quizá el encantamiento patronus. - era lo que más me emocionaba hacer. - tengan unas buenas vacaciones.
- igualmente Harry. - lo saludé a lo lejos y tomé mis cosas, lista para irme. No sin antes despedirme de todos. Aunque por lo visto, pasaría navidad con los Weasley, así que no hay problema en despedirme bien de ellos. Vi que Harry se quedó hablando con Cho. Esperemos que le vaya bien. Con ella claro.
Saliendo de la práctica, fuimos todos a cenar. Ya que nos encontrábamos en los últimos días, podíamos salir. Y usar ropa que no fuera el uniforme.
- yo los invito. - les dije a los gemelos, una vez que llegamos a un lugar para comer. - ustedes siempre me invitan todo. Esta vez es mi turno.
- no me quejaré. - George dice con una gran sonrisa en el rostro. - pero solo te aceptaré una cerveza de mantequilla.
- bien. - me voltee a ver a Fred. - ¿tu que vas a querer?
Pero en ese momento se mostró Suzanne. Parecía muy molesta y Fred tampoco se veía muy feliz de verla. Pero ells lo besa y no veo que a él le cause mucho problema.
Que tóxica relación.
...
Me encontraba en mi habitación, ya era un poco tarde y lo único que quería hacer era acostarme a escribir un poco de mi libro. Hace tiempo que no lo hacía, con todo lo que Umbridge me ha obligado a escribir para ella. Definitivamente fue un castigo. Lo que sucede es que, Ginny viene corriendo hacia mi. Ella Lucía algo preocupada. Queenie también voltea a ver tratando de entender que era lo que pasaba.
- Charlie, oye, tenemos que irnos. - me dice y se voltea para irse.
- woah woah ¿cómo entraste aquí? - me encontraba en ropa cómoda. Pantalones olvidados y sudadera. Eso lo hacía incómodo ya que ella llevaba ropa normal.- ¿que pasa? ¿Estás bien?
- larga historia pero, yo tengo que regresar con mi familia. Y tú vienes con nosotros. Dumbledore me mandó a buscar.- ¿pero que rayos? Me levanté de la cama y me puse mi bata encima.- ¿si preparaste tu ropa, cierto?
- pues... una mochila. - Ella la toma y sale de la habitación.
- ahora vuelvo. - le dije a Queenie, de lo más confundida. - creo. No lo sé.
- oye pero ¿que pasa? - quería poder contestarle pero salí de inmediato de la habitación.
Quisiera poder entender lo que sucedía. Pero la verdad es que no tengo ni la más mínima idea. Seguí a Ginny, quien para empezar, no se como entró a mi sala común. ¿Que pasará si Umbridge se entera? Entramos a la oficina de Dumbledore, a la cual creo no haber entrado antes, y ahí estaban los demás Weasleys y Harry. Me dio algo de pena estar en pijamas.
- su padre ha tenido un accidente mientras trabajaba para la Orden del Fénix. - explicó Dumbledore antes de que pudiera preguntar algo. Veo que tampoco sabían que pasaba Ginny y los gemelos. No se si Ron. Pero se que Harry si. Lo podía notar. - Lo han llevado al Hospital San Mungo de Enfermedades y Heridas Mágicas. Así que los enviaré a casa de Sirius, que está mucho más cerca del hospital que La Madriguera. Ahí estará su madre.
- ¿Cómo vamos a ir? —preguntó Fred, parecía muy preocupado. Y con toda razón—. ¿Con polvos flu?
- ¿han usado un traslador? - todos asentimos con la cabeza. Entonces tocamos de la tetera que se encontraba en su escritorio. - ¿señorita Griffin usted también viene?
- si. - contestan todos en la habitación, por mi.
- okay, okay,de acuerdo. - dice ya que casi casi gritaron. - cuando cuente tres: uno..., dos...
Y de la nada todos caímos al suelo. Al suelo de la cocina de ese lugar. El cual ya conocía bien. Ayudé a Ginny a levantarse del suelo.
- genial, están aquí esos mocosos traidores a la sangre. ¿Es verdad que su padre está muriéndose? - lo miré con desprecio,
- ¡fuera! - le grita Sirius y este sale del lugar. Lo primero que le nació hacer, fue correr en busca de Harry y darle un abrazo.
- ¿alguien me puede explicar que está pasando? - abrazaba de mi mochila.
- Harry tuvo una visión. - contesta Ron. - la cual mostraba a mi padre muy herido. Dumbledore se encargó de buscarlo y es cierto. - ¿está nuestra madre aquí? - le pregunta a Sirius.
- supongo que en estos momentos, Dumbledore se lo está explicando. Los sacamos lo antes posible de ahí para que no hubiera problemas con Umbridge. - olvidaba ese pequeño detalle. No me imagino como nos irá una vez regresando.
- quiero ir a ver a mi padre. - dijo George. - vamos.
- no pueden ir, ¿cómo van a explicar el que se enteraron? No pueden decir lo qué pasó con Harry. - Sirius lo detiene. - quédense aquí. - y sale de la habitación.
- ¿y que es lo que haremos todo este tiempo? - dice Ron muy molesto. Toma asiento en la mesa y agacha la cabeza. Supongo que, para que no lo vean triste.
- esperar. - Ginny contesta molesta y se va a sentarse a un lado suyo.
Fred toma asiento en un sofá y fui a sentarme a un lado suyo. Me sentía muy mal al verlo todo preocupado. Lo peor de todo, sus ojos llorosos.
- hey, no te preocupes. Todo estará bien. - acaricié de su hombro. - verás que si.
- eso no lo sabemos. - evitó el contacto visual y se quedó viendo a un... salero. George toma asiento en el sofá de enfrente y Harry fue a la mesa. A un lado de Ginny. - y no se que hacer.
- no creo que haya algo que puedas hacer.
- y eso es lo peor de todos. - se regaría hacia atrás, dejando su espalda en el respaldo y decidí mejor ya no hablar.
Me odio porque en estos momentos nunca se que decir. Para mi todo esto es una gran confusión pero no me imagino lo que han de sentir ellos. Estamos hablando de su padre. No se que haría si se tratara del mío. Ginny y Harry se estaban mirando solamente, ambos con mirada muy triste. George parecía quedarse dormido. Ron estaba aún con la cabeza hacia abajo, recargada en la mesa. Y Fred solo cerró los ojos.
Tomó de mi mano, aún sin mirarme. Y en el momento en el que yo también apreté de la suya, vi como este bajaba las cejas, mostrando una expresión de lo más triste. Recargue mi cabeza en su hombro y le abracé del brazo. Quería mostrarle apoyo. En este momento tan difícil para el.
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