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XL: EL MISTERIO DE MALFOY

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𝗖𝗔𝗣𝗜𝗧𝗨𝗟𝗢 𝟰𝟬:
𝗘𝗟 𝗠𝗜𝗦𝗧𝗘𝗥𝗜𝗢 𝗗𝗘 𝗠𝗔𝗟𝗙𝗢𝗬
...

Si, esa noche dormí con Fred, pero ambos en la habitación de Ginny. Ella en su cama y nosotros en un sofá cama que había en esa misma habitación. No me quejo en lo absoluto. La verdad es que, fue una noche increíble.

Y ahora, íbamos todos hacia la tienda de los gemelos. Yo pues, ya conocía el lugar pero aún asi1, vería de todo con Ginny y Hermione.

La tienda estaba llena de clientes tanto que no podíamos acercanos a los estantes. Fred y George salieron desde muy temprano para abrir de la tienda. Yo la verdad es que ni me di cuenta de cuando Fred se levanto. Digamos que tengo el sueño muy pesado.

Noté que había muchas cajas de Skving Snackboxer, que los gemelos habían perfeccionado durante el año pasado. También, mucha gente llevaba en las manos el Turrón de Hemorragia Nasal. Había cajas llenas de varitas mágicas de broma, las más baratas simplemente se convertían en pollos de goma o en pares de calzoncillos cuando se agitaban, la más cara se enrollaba alrededor de la cabeza y el cuello del usuario impruedente, y las cajas de plumas, de gran variedad, desde las que comprobaban la ortografía, escribían solas y respondían solas.

Había logrado abrirse paso con dificultad hasta una estantería donde se encontraban algunos sueros para dormir. Algo por el estilo. A Hermione le llamó por completo la atención.

- wow, esto es magia realmente extraordinaria. - me dice. - ¿sabías de esto?

- la verdad es que no. - dije mientras sostenía el frasco.

- pues claro, Hermione. Es extraordinaria. - volteo con una sonrisa en el rostro al saber que el que hablaba era Fred. - ten uno gratis. - traía puesto un traje de lo mas increíble, muy extravagante y lo hacía ver tan apuesto.

- gracias. - dudo que Hermione llegue a usar alguna vez eso, y se que ella también se cuestionó eso. Ella se intenta mover entre la multitud para buscar a Harry o Ron supongo.

- hola. - me acerqué a el para poder saludarlo con un beso pero este me detiene tomando de mis manos.

- tengo que admitir que usted es increíblemente hermosa. - lo miré confundida. - pero tengo novia.

- oh, entiendo. Mas te vale que así seas estos próximos días que no nos veremos. - río, pero el no. - olvidemos eso.

- es algo difícil cuando me lo has recordado. - me abraza. - no importa, como te lo dije, yo no se como pero te tengo que ver antes de navidad.

- Fred mira esto. - le habla George, y nosotros nos soltamos de inmediato. - oh hola, Lottie.

- que tal. - lo saludé.

- vamos a enseñarles la nueva parte. - George iba con Harry.

El corrió una cortina que estaba al lado de los trucos Muggles y se mostraba una habitación oscura y menos abarrotada. El forro del embalaje de estos productos era mas oscuro.

- hemos desarrollado una línea más seria. - dijo Fred. - Fue gracioso como ocurrió...

- no creerías cuánta gente, hasta gente que trabaja en el Ministerio, no puede hacer un Encantamiento Escudo decente. - dijo George.

- pensamos que los Sombreros Escudo eran un poco graciosos, ya sabes, atacan tu cabeza y tu mientras te proteges mientras lo usas y miras su cara cuando éste rebota. - ahora dice Fred.

- ¡Pero el Ministerio compró quinientos de estas cosas! ¡Y todavía estamos recibiendo pedidos en cantidad! - termina por decir George.

- felicidades. - les decimos Harry yo al mismo tiempo.

- y también hemos pensando en meternos en toda el área de la Defensa Contra las Artes Oscuras, porque es todo un negocio. - dice Fred.

- pues, creo que es increíble. Estoy muy feliz por ustedes chicos. Por las ventas. - ambos me sonríen. - aun me falta ver que compraré el día de hoy.

- igual. - dice Harry. - y es que es difícil escoger entre tantas cosas.

En eso, una bruja con una cabellera castaña claro y grandes ojos verdes asomó su cabezo por la cortina; ella vestía igual con una túnica color morado algo extravagante.

- hay un cliente buscando un caldero de broma, señor y señor Weasley. - dijo ella.

- gracias Verity, ahí voy. - le dice Fred y ella le sonríe. Con una muy clara sonrisa de pena y algo de nervios. Ella se espera en la puerta. - bien, ahora vuelvo. - me da un beso en la frente y va con la chica.

- ¿quien es? - no pude evitar preguntar.

- trabaja para la tienda. - dice George. - es una chica muy linda.

- ¿te gusta? - lo moleste, y Harry ríe. - ¿acaso es tu novia?

- para nada, es muy joven para mi. - pues, yo no lo había visto antes. - es amiga de Ginny. Aparte, es claro que con quien se lleva mejor de los dos, es con Fred.

Voltee a ver como estos hablaban y reían, y luego se retiraban a hablar con el cliente. Yo decidí por igual salir de esa parte de la tienda y regresar con los demás, Harry me sigue.

Cerca de la ventana había un montón de productos rosas, los cuales tenían a su alrededor un grupo de chicas emocionadas que reían con entusiasmo. Tanto Hermione como Ginny se encontraban ahí.

- ¿qué es esto? - pregunté una vez que llegué a donde ellas estaban.

- los mejores productos de pociones para el amor que encuentres en todo el mundo. - quien me contesta esa pregunta es Verity, la chica que hace tan solo un minuto se había retirado. Si, que regresaron rápido.

- ¿y funcionan? - pregunta Ginny. Vi como George es el que se va con los clientes, ya que Fred regresó.

- claro que funcionan, por más de veinticuatro horas cada vez, dependiendo del peso del chico. - le contesta el. - pero no los vendemos a nuestro hermana.

- interesante. - tomé uno de ellos.

- tampoco a ti cariño. - me lo retira de las manos. - el que usaste en mi me ha durado ya mas de veinticuatro horas, esta es magia muy fuerte para ti. - dice de broma.

- oh, entonces tu eres Lottie. - dice la chica castaña. - hola. - me saluda efusiva.

- hola. - yo no tanto. Odio ser así de celosa, la chica ni ha hecho nada malo. - es un placer.

- ¿estás o no saliendo con un chico llamado Dean Thomas? - George le dice, una vez llegando a la escena.

- eso no es asunto tuyo. - les muestra su sonrisa mas falsa y se retira de esa área, algo molesta con la pregunta. Pero si, Dean y Ginny están saliendo.

- ¿y cuanto cuesta esto? - era un frasco con dulces que si no me equivoco, te convertían la lengua color morado. Sería divertido usarlo con Queenie y Tony.

- cinco galeones. - contestan los gemelos al mismo tiempo.

- ¿y cuanto para mi? - les dije con una gran sonrisa en el rostro, esperando que solo así, me dijeran que podría ser gratis.

- cinco galeones, por supuestamente. - me dice George cruzándose de brazos.

- pero soy tu novia. - le dije con una expresión triste, por supuesto de lo mas falsa y exagerada.

- en ese caso, diez galeones. - dice Fred y solo escucho como la pequeña bruja ríe. - cariño, sabes que todo lo que esta aquí es tuyo.

- estaba bromeando, con gusto compraré algo. - me gusta tanto cuando me dice "cariño". - pero gracias.

- no, es que no estás entendiendo, no te voy a permitir pagar por nada. ¿de acuerdo? - se acerca a mi para tomar de mi mano y caminamos hacia la salida.

- ¿nos vamos? - le dije entre toda la multitud, y es que muy apenas pudimos pasar. Salimos del lugar.

- no, pero es que me moría por besarte y ahí dentro no me sentía para nada cómodo. - sonreí y este se agacha para poder acercarse a mi y besarme. - gracias por venir.

- he estado mas veces aquí este verano que en mi propia casa. - reí.

- me refiero a, venir con mi familia. - toma de mis manos. - es importante para mi lo que ellos piensen de el negocio ¿sabes?

- pues les ha encantado. Tanto como a mi. - me acerqué ahora yo para poder abrazar de su cuello y besarlo pero en ese momento somos interrumpidos.

- otros clientes, Fred. - la misma chica. Solté un gran suspiro algo harta de las interrupciones.

- tengo que ir. - me dice con la misma cara triste exagerada que nos gusta hacer. - pero, ¿te veo mas al rato? seguramente irás con Ginny y Hermione ¿Cierto?

- nos vemos cuando te desocupes. - aun así lo besé. - te quiero.

- yo a ti. - me entrega en las manos el frasco de dulces que quería y se regresa con Verity a la tienda.

- ¿has pagado por eso? - le dije a lo lejos.

- no, así que no le digas a George. - reí y este por fin se va entre la multitud.

Estaba por entrar con los demás Weasleys, cuando veo a Harry salir de la tienda. Me acerqué a el para saludarlo cuando ambos, vemos a Draco Malfoy cruzar la calle solo.

- jamás creí ver a Malfoy por aquí hoy. - le dije a Harry como tema de conversación. - pero bueno, hola ¿cómo est-

Harry no me deja terminar pues, toma de mi mano y me acerca a el. Saca su Capa de Invisibilidad de su bolso, la cual coloco sobre nosotros.

- no digas nada aún, solo... acompaña me. - no entendía el porque su obsesión con Draco, pero bueno, lo seguí.

Malfoy miró alrededor, y se metió en el Callejón Nocturno, el lugar devoto de las Artes Oscuras, el cual se encontraba completamente desierto. No había ningún cliente dentro de ningún negocio. Por un momento, lo vemos hablar con un señor.

- es imposible que escuchemos que esta diciendo. - le dije en voz baja.

- conseguí esto. - saca las orejas extensibles que venden Fred y George. Reveló las largas cuerdas de color café y comenzó a acercarlas hacia la parte de debajo de la puerta. '

- increíble. - pareciera que pensó en todo.

'- -.. sabes cómo arreglarlo?- fue lo único que escuché. Y es que si se encontraba un poco lejos.

- tendría que checarlo... ¿Por qué no lo dejas en el negocio? - le dice el hombre.

- no puedo. - dijo Malfoy. - tiene que esta puesto. Solo dime como.

- tengo que checarlo, te lo he dicho hombre estúpido.

- ni una palabra a nadie, Borgin, y eso incluye a mi madre, ¿entendiste? - Draco lucía muy nervioso.

- así será.

Draco pasa por un lado nuestro, claro esta que sin vernos, y se va. Harry y yo aprovechamos para regresar a la entrada de la tienda.

- ¿qué fue eso? - le pregunté a Harry. Mientras nos quitamos la capa.

- no tengo idea... quería arreglar algo.

- bien, entonces vamos a averiguarlo. - tomé la mano de Harry para llevarlo a la tienda pero este se niega. - yo te acompañé cuando me lo pediste.

- si pero, con la manta.

- no la ocupamos. - aún se negaba a ir. - bien, yo iré.

- Charlie, no. - no le hice caso y aún así entré a la tienda esa. Me acerque a el área en la que Draco se encontraba y cerca de lo que veían.

- hola buenas tardes. - el señor me ignora por completo. - este collar ¿esta a la venta?

- si tienes mil quinientos galeones. - dijo este fríamente.

- no pues, no. - dije suspirando. - ¿que me dice de este craneo?

- dieciséis galones.

- eso quiere decir que esta a la venta. - y no encargado por Draco.

- ¿por qué no lo estaría? - no supe que decir, y el lo notó. - fuera.

- pero...

- dije fuera. - y no tuvo que decirlo dos veces para que yo decidiera salir del lugar. Fue un gran fracaso.

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