Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

✶Trentatré

¿Dónde estaba?

El Alfa espero, pero en la casa reinaba el silencio. Aunque había supuesto que Jimin regresaría en cuestión de minutos había pasado un buen rato y no se oía nada. Contuvo un gruñido y se levantó del sofá. Porca vacca, ¿y si los niños habían hecho algo horrible, como preparar una trampa en la que él había caído y ni siquiera podía gritar? Recordó la historia de Peter Pan con los Niños Perdidos y contuvo una carcajada por los absurda que había resultado la velada.

El omega había confirmado su opinión de que no sería un omega típico. Suponía que eso debía de ser un alivio para él. Al fin y al cabo, había manejado todas las situaciones con cierta inseguridad y un atisbo de pánico, si bien sus sobrinos eran conocidos por haber echado a unas cuantas niñeras de su casa en cuestión de una hora.

Aunque el se había pasado todo el rato cabreado por culpa de sus constantes quejas, Jimin se las había arreglado para conquistar a cuatro niños que desconfiaban de los desconocidos. Era como si se hubieran acercado a él tras reconocer una ternura en su alma que normalmente quedaba oculta tras su conducta. Hasta el bebé había seguido chupandole el nudillo con frenesí mientras él trataba de apartarlo, y había tenido que llevárselo llorando.

No obstante, Park Jimin era totalmente inadecuado para su estilo de vida y para su corazón. Había rechazado cualquier tipo de intimidad entre ellos. Lo que tenía que hacer era olvidarse del complicado embrollo emocional y dejarlo marchar.

Se detuvo en el vano de la puerta y se quedó boquiabierto.

Estaba dormido. Había apoyado la cabeza cerca de la de Robert y ambos respiraban de forma pausada y profunda, con las manos unidas sobre las sábanas. En el dormitorio reinaba el silencio y, por primera vez, Yoongi devoró con la mirada el rostro de su falso esposo, oculto por las sombras, ya que no le llegaba la luz de la lamparita.

¿Qué le estaba haciendo ese omega a su familia?

Y, sobre todo, ¿qué le estaba haciendo a él?

Se sintió abrumado por unas emociones extrañas que los apresaron de repente. Era de lo más inconveniente. Tan solo llevaba cuarenta y ocho horas al lado de Jimin y todo le parecía distinto. Jamás había deseado conocer a fondo a un omega. Por regla general, estaban encantados de postrarse de rodillas, emocionados por su dinero, su aspecto físico y su buen carácter. Y, aunque no era un hombre arrogante, reconocía que siempre le habían puesto las cosas fáciles. Sobre todo en el ámbito de las relaciones con los omegas.

Hasta que conoció a Jimin.

Lo escucho roncar suavemente y esbozó una sonrisa. El pobre estaba agotado. Había dormido poco y había estado todo el día de un lado a otro. Tras echarle un vistazo al reloj, comprobó que sus primos tardarían menos de una hora en volver. No quedaba mucho tiempo, pero no quería dejarlo sentado en el suelo con las piernas dobladas en esa postura tan incomoda.

Le apartó la mano de la de su sobrino y lo cogio en brazos con facilidad. Él protestó con un murmullo, pero se acabó acurrucandose entre sus brazos. Yoongi se mordio la lengua para no soltar una maldicion y se juró que no lo tocaría. Se sentó en el sofá con con él en el regazo y un cojín en la espalda, tras lo cual apoyó las piernas en la mesita auxiliar.

Jimin murmuró y después apoyo la cara en su cuello.

El Alfa se puso tenso.

Lo escucho respirar profundamente, como si le gustará su olor. Acto seguido, Jimin abrió la boca y le pasó la lengua por el mentón, como si se muriera por saborearlo.

Yoongi soltó una maldición mientras reprimió el deseo de reclamar sus labios y besarlo con pasión. Él le acarició los hombros y después le acarició el pelo con las manos, instandolo a besarlo en los labios.

Joder, ni hablar– pensó.

Jimin...

Él abrió sus ojos, aunque con una expresión adormilada. Le recordó la mirada de un gato. Penetrante. Misteriosa. Y segura de sí misma.

–Despierta, cara. Te quedaste dormido.

–Estaba muy cansado.

–Lo sé, nene. ¿Por qué no cierras los ojos otra vez y te duermes un rato hasta que vuelvan mis primos?

Espero a que volviera a adormilarse, pero Jimin ni siquiera pestañeo. Se limitó a mirarlo fijamente, con una tristeza infinita que a él se le clavó en el alma. Por desgracia, en ese mismo momento comprendió otra cosa que lo golpeó con la misma fuerza que lo haría el martillo de thor.

El omega tenía mucho que ofrecer, pero no tenía a nadie a quien entregárselo. Mantenia ocultas todas esas confusas emociones en un lugar secreto y fingía que estaba perfectamente.

En ese momento, y como si hubiera percibido que él necesitaba algo más, dijo con voz titubeante:

–Estoy muy cansado de estar solo. Estoy cansado de que nadie me quiera.

Sus palabras lo atravesaron como una bala. ¿Estaría medio dormido y las habría pronunciado sin ser consciente de que lo que había dicho? En ese caso, ¿se despreciaría al día siguiente por haber revelado sus secretos?

Joder, a esas alturas ya le daba igual, reconoció Yoongi. Necesitaba más. Y no se le iban a presentar muchas oportunidades. Le acarició el pelo con suavidad y él se relajó con el roce de su mano.

–¿Por qué dices eso, cara?.

Se hizo el silencio. Al ver que su expresión cambiaba, comprendió que estaba bien despierto. Se preparo para recibir su gélido desdén y sus excusas.

–Porque es cierto. Mis padres no me querían. Lo intente con todas mi fuerzas, pero nunca me quisieron. Y después pensé que estaba enamorado. Él me dijo que yo era especial – Un dolor descarnado se reflejó en su rostro, pero desapareció casi al instante– Pero me Mintió. Así que me prometí que jamás me harían daño otra vez. Prometí que jamás me rechazarian otra vez. –Hizo una pausa y después añadió con un hilo de voz– Y lo conseguí. Pero estoy solo.

El Alfa lo estrechó con fuerza. Lo tenía pegado al torso. Le temblaba el labio inferior, aunque tras confesar la verdad recuperó la compostura. Tras hacerlo, las barreras que había entre ellos se derrumbaron. Y vio exactamente por qué Jimin había elegido ese camino.

La necesidad de aliviar su dolor lo abruma por encima de cualquier otra cosa mientras le tomaba la cara entre las manos y acercaba los labios a los suyos.

–Ya no estas solo. –murmuró– estas conmigo.

Y lo besó. Fue un beso muy distinto al de su último encuentro, en el que se dejaron llevar por una pasión feroz. En esa ocasión, el beso le llegó al último rincón del alma. El omega separo los labios con gran dulzura y acogió su lengua en su interior, tan entregado al momento que él se estremecio. Gimió y lo besó con frenesí, dejándose acariciar por los sedosos pétalos de rosas ocultos bajo las espinas. Él arqueo la espalda, rindiendose por completo. Lo devoró mientras exploraba el interior de su boca y después se traslado al cuello, donde dejó un reguero de besos, mordiscos y lametones que le provocaron un sinfín de estremecimientos.

Acto seguido, lo dejo en el sofá, sobre los cojines, y se colocó encima de él. Estaban pegados desde los pies hasta las caderas y no le cabía duda de que Jimin podía sentir la presión de su ereccion mientras le sacaba la camiseta de los pantalones para poder acariciarlo. El roce cálido de sus manos en el torso hizo que deseara dar las gracias y soltar una palabrota al mismo tiempo. Después, sintió que le clavaba las uñas en la espalda al tiempo que doblaba las rodillas para poder acogerlo de forma más íntima entre sus piernas. Enloquecido por el deseo de desnudarte y hacerlo suyo en el sofá de su primo, se vio obligado a respirar hondo. Debía recuperar la calma.

–Tenemos que ir más despacio, cara, o lo haremos aquí mismo.

Se preparo para la frialdad que se apoderaria de él en cuanto recortará el sentido común, pero lo único que hizo el omega fue tomarle la cabeza y tirar de él para que lo besara de nuevo. Después le dijo con la voz entrecortada por los ávidos besos:

–Te deseo Yoongi.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro