៚014
Otra vez se encontraba frente aquella puerta, donde el padre de su hijo se encontraba. No había encontrado una mascarilla, así que con la gorra y los lentes oscuros era más que suficiente.
Tomó el picaporte y soltó un suspiro. Todo estaría bien.
Al entrar se encontró con la misma imagen que la vez anterior, el Alfa enfrascado en pilas de papeles.
–Buenos días –saludo el omega con una reverencia– El presupuesto para este es bastante grande, así que tenemos varios pagos urgentes. El sistema...
Yoongi lo interrumpió.
–Sí, lo sé. Sólo entregamelo. –dijo sin mirarlo. –Apartir se ahora, será mejor que me entregue los documentos en un folder. –ordenó mientras firmaba.
–Sí, lo siento.
Yoongi sonrió divertido cuando vio el rostro apenas descubierto del omega. Esos apetitosos labios con sabor a cereza eran una droga que le encantaría probar de nuevo.
–¿Cómo va la recuperación? –preguntó mientras extendía los papeles hacia el omega.–¿Le gustó el resultado? ¿Ya está mejor del resfriado?. También estoy interesado en una cirugía.
Jimin frunció el ceño.
–¿Qué? ¡No! ¡No lo hagas! ¡Ya eres guapo así! Tus parpados son bonitos.
Yoongi soltó una carcajada, cuando vio las mejillas del omega sonrojarse.
–¿Es así? –preguntó coqueto– ¿Crees que soy guapo? –el omega no respondio– Te agradezco el cumplido. Aun así, me gustaría ver el resultado ¿podrías quitartelos?
–¡¿Perdón!? ¡¿Quitarme que?!
–Los lentes de sol –hizo una seña.
Jimin apretó los papeles a su pecho.
–¡¡No!! ¡No puedo!
–Tengo curiosidad. ¿Cuando podré verlo?
Jimin se sentía acorralado.
–No entiendo porque tiene tanta curiosidad. ¡Eso es algo privado, no puede ser curioso al respecto! ¡No somos cercanos como para compartir este tipo de cosas! ¡Usted es un vicepresidente, por favor mantenga su postura con los empleados! –dio una reverencia y salió de aquella oficina.
El alfa sonrio con dulzura. El omega estaba tan nervioso y le estaba diciendo tantas cosas. Era algo divertido para él.
Jimin apresuró el paso para entregarle los documentos al gerente.
¿Qué le sucedía? ¿El siempre era tan amable cons todos? Decidió ignorar ese detalle y se centro en el encantador aroma de aquella oficina. El olor de las feromonas del Alfa era algo que le encantaba. Luego de que ese aroma se paseará por sus fosas nasales con más facilidad, ahora que no llevaba la mascarilla, se sentía con más energía, lo suficiente como para terminar el día.
–Vicepresidente. –llamó Hoseok. – Lo veo muy feliz estos días. ¿De casualidad ya hay alguien que le interese? ¿Ya se olvido de ese omega feo?
–No. –volteo a verlo– Lo volví a encontrar.
–Oh, lo encontraste de nuevo. Pues felicidades –dijo el beta sin prestar atención– ¡Espera, de verdad encontraste a ese omega!
–Así es. Es empleado de la compañía. Es representante del equipo de marketing, su nombre es Park Jimin.
Hoseok se llevo una mano a la cabeza. Era esa la razón por la que le había ordenado investigar al ese equipo. Ni siquiera se dio cuenta.
–Habrá un nuevo menú, para esta sucursal. Quiero que los empleados se alimenten apropiadamente. Lo haremos con sus comidas de preferencia.
–¿De repente? Tu nunca haz prestado atención a esas cosas. ¿Vamos a encuestar a los empleados? He trabajado contigo por 12 años, sabes siquiera cual es mi comida favorita. –reclamo el beta– ¡Sí lo sabes, lo haré!
Yoongi lo observo en silencio, algo que realmente lo caracterizaba era su gran capacidad de observación.
–Te gusta la comida picante. El buldak, el Tteokbokki, y todo eso –le resto importancia.
Hoseok mostró una gran sonrisa conmovida.
–Eres tan conmovedor, Min Yoongi. –fue a abrazarlo– Bien, No entiendo por qué quieres saber todas las comidas favoritas de todos. Será complicado, tengo que ir...
Yoongi lo interrumpió.
–Sí, si. Haz todo lo necesario –hizo un gesto– Me entregas los cuestionarios del equipo de Marketing.
Hoseok rodo los ojos.
–¿Haces esto por ese omega? ¿Es el colmo que me hagas trabajar por el? ¡¿Solo quieres saber su comida favorita?!
–Sí te molesta. Puedo encontrar otro secretario más competente.
–¡Solo encuestaré al equipo de marketing!
Las encuestas llegaron a manos de Jimin esa misma tarde. Era algo raro las encuestas en la empresa. Se extraño cuando vio las preguntas sobre comida. Se dejó llevar y respondió lo más sincero posible.
¿Comida para recibir de regalo?
Pasteles de JHBakwery. Son difíciles de comprar, pero son una delicia. Le gustan mucho a Giyoon.
Luego de varias horas nuevamente volvieron a las manos de Hoseok, quien se encontraba sentado frente al escritorio de Yoongi.
–¿Podrías decirme para que lo necesitas? –hojeo buscando uno en especifico– Ten. Esta es la que te interesa.
El alfa le hecho un vistazo a la encuesta de su omega e hizo una llamada.
Tal vez podría hacer algo por su omega.
Las pocas horas de trabajo pasaron con rapidez, habían recibido como agradecimiento algunos pasteles.
Jimin quedo impresionado, por la pequeñas cajas. Los pasteles de JH que habían llegado, solo se hacían 20 al día. Eran muy difíciles de comprar. A Giyoon le iba a encantar.
–Sí las encuestas son así, quiero hacer una de nuevo –comentó Huyna.
–Tienes razón.
Yoongi y Hoseok observaron al omega salir del edificio.
–¿No crees que estas gastando mucho por ese omega? Aunque claro para tí, no es nada. El nisiquera sabrá que hiciste eso por él. Debes tener una buena razón por las que estas usando tus conexiones.
Yoongi asintió.
–La tengo. Es fácil. Él es muy lindo.
Hoseok soltó un bufido.
Jimin le hecho un vistazo a la hora en su teléfono, el autobús llevaba dos minutos retrasados. Se sentía feliz, pronto iría de a buscar a Giyoon, quería tomarlo entre sus brazos y abrazarlo.
–Jimin, llegaste –dijo feliz Jungkook.
–Así es, Jungkook y Giyoonie.
Jungkook se rasco la mejilla algo nervioso.
–Giyoon esta algo molesto.
–¿Por qué?
–Veras, todos se fueron temprano a casa hoy. Supongo que no fue divertido quedarse solo. –le explicó mientras iban al aula.
Jimin hizo un puchero cuando vio a su hijo sentado con el rostro triste, mientras abrazaba su peluche de gatito.
–¿Mi Giyoonie esta molesto? –preguntó cuando llegó a él.
El niño no levantó la vista.
–Me parece que sí. Pero mira papá trajo tu pastel.
Giyoon levantó la vista emocionado.
–¿De verdad? ¿Esta delicioso?
–Por supuesto que es delicioso.
–¿Como sabes que es delicioso? ¿Lo comiste sin mí? –preguntó con los ojos llorosos.
Jimin sonrió con dulzura.
–Claro que no. Es el pastel que ansiabas comer de nuevo, ¿Recuerdas?
Giyoon asintió y fue a los brazos de su padre, donde le entregó muchos besos.
–Lo siento Kook, por llegar tarde. No pudiste irte a casa siquiera. Taehyung tampoco pudo pasar a buscarlo.
Jungkook sonrio con compresión.
–No te preocupes. –Tranquilizo– vamos a comer juntos más tarde.
–Bien, te compraré algo delicioso en compensación. Nos vemos más tarde.
Jimin y Giyoon se despidieron del Alfa y emprendieron camino casa.
–Jungkook de verdad, se volvio alguien agradable. Es muy bueno con los niños. La persona que se case con el será muy feliz. ¿Verdad, Giyoonie?
El niño lo observo con curiosidad.
–¿Qué es eso papá?
–Es cuando entre dos personas existe amor y aprecio, por lo que quieren vivir juntos para siempre.
Giyoon se quedo varios minutos en silencio.
–Entonces –empezó el niño – ¿Papá se casara conmigo?
Jimin comenzó a soltar carcajadas tiernas, mientras dejaba besitos por el rostro de su hijo.
–Lo veremos más adelante.
Cuando llegaron a casa, su madre quedó impresionada por el pastel que llevó.
–¿Compraste esto tan caro?
–¿Es un día especial? –preguntó Xiumin.
–Me lo dieron en la compañía –informo mientras secaba su cabello.
–Apúrate y vamos a comer–apresuró su hermano.
–¿Quién era el mayor? –preguntó burlón.
Xiumin le gruñó.
–No le gruñas a mi papi, Tío Min –intervino su hijo que no les causó más que ternura.
–¡No puede ser! Mi sobrino me esta gruñendo. ¡¿Qué clase de felino salvaje estás criando Jimin!? –dijo fingiendo estar indignado.
–¡Oye! No le digas felino salvaje a mi hijo, ¿no ves que es un gatito hermoso? –le dio abrazo a su hijo.
Luego de varios minutos los tres ya se encontraban en la mesa, observando el delicioso pastel decorado por fresas. Jimin tomó algo para repartir las porciones, pero su hijo lo detuvo.
–Quiero velas, papi.
Jimin asintió con una sonrisa. No podría decirle no a esos pequeños ojos oscuros. Vio a su hijo cerrar los ojos y juntar sus manos para pedir un deseo, en un soplido la solitaria vela se apago.
–¿Que deseo pediste Giyoonie? –preguntó Minseok.
–Mmm... ¡es un secreto!.
–Mi bebé ha crecido mucho. Ahora ya tiene secreto que incluso yo no sé.
Giyoon se acercó a su padre.
–Te lo diré después papi –susurro– No quiero que el Tío Min se sienta mal, si solo te lo cuento así.
Jimin asintió con ternura.
–¿Por qué les dieron pastel en la compañía? –preguntó su madre.
–Hicimos una encuesta acerca de la compañía y fue un regalo.
–Esto es raro, nunca he visto algo así. Las empresas no suelen preocuparse mucho por los empleados.
–Tienes razón. Yo tampoco lo entiendo.
Jimin frunció el ceño, pensativo. No fue por lo que escribió en la encuesta ¿verdad? Tal vez muchas personas también pusieron lo mismo que él.
Al día siguiente encontró una caja de leche con algunos macarrones en su escritorio. Se preguntó como la persona que se los dejaba sabía su fijación por los dulces. No sabia quien era, pero se sentía agradecido.
Podría seguir aceptando esto. Le gustaba pero...
El sentimiento era refrescante para él. De todos modos, ya no volvería a sentir algo parecido.
–Jimin, ve a la oficina del vicepresidente. –El gerente Choi lo sacó de sus pensamientos. –Al vicepresidente le gustó esta metodología, así que ayudanos por el momento.
Jimin sonrió.
–Sí, entiendo.
Tomó sus lentes oscuros y se dirigió a la oficina. Soltó un suspiro. El vicepresidente había dicho algo de que las tecnologías lideraban hoy en día. No podía creer que uno de los vicepresidentes más jóvenes de la industria no haga uso de una computadora.
–Vicepresidente los documentos –dijo cuando ya se encontraba frente a él.
–Nos estamos viendo muy seguido. –hablo el alfa. –Dámelo.
–Oh, si. –se lo entrego– esta vez lo puse en una carpeta.
–¿Quieres que te felicite? –dijo mientras firmaba.
–¿Qué? No. Sólo hice lo que me dijo. –dijo avergonzado.
Yoongi le sonrió.
–Escuchas los consejos y eres muy amable. Buen trabajo –alagó.
Jimin sintió a su lobo regocijarse en su interior. ¿Quería que el Alfa lo felicitara? La vibracion de su teléfono lo saco de su pensamiento. Al ver de que se trataba una expresión de preocupación atravesó su mente, cuando leyó que se trataba de la guardería de su hijo.
¿Por qué lo llamaban ahora? ¿Había pasado algo con su hijo?
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