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CAPÍTULO 24 || Especial de Leyendas del Mañana.

PARTE DOS|| FINAL.

Todo a mi alrededor lucia increíble, auténtico, precioso y hermoso. Sentí mi corazón latir a mil por hora al estar en otra ciudad, otro tiempo completamente diferente. Al sentir la emoción, quise pegar un gran brinco con un grito incluido, el cual hice tomando la mano de una persona en especial que al darme cuenta solté de inmediato sintiéndome un poco nerviosa.

— Mujeres de ahora.

Mick se alejó de mí con su rostro fulminante, yo miré a Wally lejos de donde me encontraba, Sara se puso a mi lado con una sonrisa mirándome de arriba hacia abajo.

— Demonios, chica. Te queda genial ese vestido.

— Gracias, a mi me gusta el tuyo — Le guiñé, ella sonrió alejándose un poco y después hablando por el comunicador fijándose que nadie anduviera cercas. Cuando todos los del equipo se acercaron, ella comenzó a dar instrucciones —. Tenemos un día para evitar esto ¿sí? Después todo será cada vez más difícil y habrá más anomalías del cual tardaremos siglos en arreglar, así que Nate y Ray, vayan juntos, Zari con Amaya, Wally irá conmigo y Eva mientras Mick y Amanda irán juntos — Miré de reojo a Mick, no parecía muy contento con aquella elección —. Cualquier problema, repórtenlo.

— Sí capitana — Todos los chicos se alejaron de sus lugares yendo a donde sea que vayan, me quedé sola con Mick mientras mordía mi mejilla internamente —. Mm, ¿disculpa?

— Qué — Mick contestó, la verdad no sabía que decir, ¿y si decía algo tonto?

— Creo que deberíamos comenzar a... — Pero no terminé la frase al mirar a lo lejos a mi otra yo, abrí mis ojos asustada golpeando a Mick—. ¡Cielos! Mira ahí estoy yo — Dije algo fuerte, pero solamente para que él escuchara, arrastrando un poco mi voz—. Debemos escondernos, ven — Tomé su mano jalándolo conmigo y llevándolo a escondernos detrás de un árbol con arbustos, al quedarnos ahí intentaba ver donde me había ido, había una banca muy linda y la otra yo estaba ahí—. Carajo, ¿así de hermosa me veo?

— Podría decirse — La voz de Mick llamó mi atención, no me esperaba alguna respuesta, así que lo miré y él ya me estaba viendo a mi. Sonreí sintiendo mis mejillas algo calientes.

—Tenemos que idear un plan, y creo saber cual es — Señalé hacia un chico apuesto, si ropa intentaba ocultar sus verdaderas raíces en ese palacio, miré a Mick—. Me acercaré e intentaré decifrar su amor, después intentaré convencerlo de que no podemos estar enamorados y listo, fin.

— No creo que sea buena idea, no — Él negó.

— Confía en mi, grandulón.

Mi otra yo había desaparecido, sonreí aliviada y me acerqué hacia la banca del lugar. Tenía que lucir descuidada, como si no supiera que hacía en ese lugar, pero a la misma vez tenía que aparentar estar encantada de verlo y como si lo esperara. Cuando su voz resuena detrás de mi, era algo parecida a la Mick y supe que era el correcto, arrastrada, ronca y bastante sexi.

Mi rostro giró directo al proveniente de la voz, sonreí, la sonrisa de él parecía tan varonil y coqueta.

— Princesa Moore— la voz cantarina del chico provocó que los latidos de mi corazón fueran acelerando de una manera increíble e in esperable —. Es un gusto verla por aquí.

— Digo lo mismo, Lewis — No sabía exactamente si debía llamarlo así, pero lo hice. Su rostro confuso me hacía entender que así no lo llamaba.

— ¿Hice algo malo? Usted nunca me ha hablado por mi apellido, al menos, no ahora — Tomó mi mano besando por encima, yo me senté en aquella banca viéndolo directamente —. Siempre me llama Mitch.

— Lo siento, Mitch — Mi voz salió demasiado dulce, confundida rasqué mi cabeza —. Creo que tenemos que hablar de nosotros—. Su rostro se transformó.

— Oh mi princesa, ¿sus padres se han enterado de esta gran atrocidad? Sé que esto está demasiado descabellado, pero adoro congeniar con usted, que nuestros cuerpos se unan en uno por las noches frescas y gélidas — Sus palabras eran tan melódicas y seductoras—. Lamento que tenga que pasar por esto, pero permítame decir que es algo ¡injusto! El amor es algo que no se controla, puede enamorarse de su cachorro peludo y estaría bien.

— Oh, cielos — Susurré.

— Mi princesa, princesa mía. Permítame mostrarle cuán real es mi amor por usted, permítame demostrarle de nuevo como me siento cuando me encuentro con usted — Tomó mis manos llevándolas a su pecho, yo tragué en seco, miré hacia un lado pidiendo ayuda de Mick.

— Escucha, Lewis — Hablé firme —. Lamento informarte que no podemos compartir más momentos juntos, lo siento demasiado, no es algo que yo quiera, pero-

— Se equivoca, el amor es para todos y yo le mostraré que somos el uno para el otro, no importa la clase en que me encuentre, incluso el día de su boda yo la impediré frente a cada uno de aquellos primorosos— Dicho esto se levantó, alejándose del lugar. Carajo, la había cagado ¿no?

En cuanto se retiró, Mick apareció de repente detrás mío, cerré mis ojos cuando escuché que se sentaba a mi lado, el mismo lugar que había tomado Mitch segundos atrás.

— Tranquila, nosotros solucionaremos esto — Al abrir mis ojos me topé con él en su faceta bastante agraciada, me acerqué un poco colocando mi cabeza sobre su hombro, él por unos segundos no se movió hasta que pude sentir su mano en mi hombro, sonreí.

— Gracias.

•••

Había sido el turno de Mick de intentar convencer a la otra yo de que dejara a Mitch, pero sería algo imposible que sucediera. Cuando me giré recargándome en la pared, Mitch se acercó a mí de manera comprometedora, su brazo quedó encima mío y su rostro muy cercas del mío, ladeando su cabeza. Sentí como inhalo mi olor, acercó sus labios a mi cuello.

— Mitch, ¿q-qué crees qué haces? — Mi voz sonó algo trémula, él parecía no importarle en lo absoluto, comenzaba a sentir el pánico recordando el día con Mike, intenté empujarlo, pero mis pies y mis piernas no funcionaron en ese momento porque me había quedado paralítica, las lágrimas querían desparramarse ahí mismo—. Basta.

Mi voz ahora átona resonaba solamente en mi cabeza sintiendo lo tibio de su cuerpo cada vez más cercas de mí, tenía miedo y lo suficiente para salir corriendo, pero algo me impedía. El frío se notó, estaba temblando y caí directamente al suelo, las lágrimas salieron, toqué mi pecho golpeándolo buscando algo de aire al sentir el ataque de ansiedad, en este momento deseaba a Ralph aquí conmigo.

— ¡Amanda! — Un grito me hizo volver a la realidad, al ver el rostro de Mick frente de mí apareció una clase de flashback, él me perseguía, me besaba, tomaba mi cintura, me lanzaba por los aires mientras girábamos, pero él como Mitch y yo como Moore—. Estás bien, mírame, estás bien.

— Mick... — Sus manos tomaban mis mejillas intentando traerme a la realidad, yo ya estaba, simplemente lo miraba como un recuerdo, algo irreal. Subí las mías directamente a su rostro, acaricié sus mejillas y lo atrajé a mi en jalón.

Nuestros labios se habían juntado, al principio movía los míos en un ritmo lento y algo necesitado mientras Mick no se inmutó en seguir el beso, al menos hasta segundos después donde él me atrajo a su cuerpo subiéndome en sus piernas y yo colocando las mías en sus costados, me abrazaba, el beso cada vez subía un poco más de tono, intentó desabrochar aquel extraño vestido que era difícil de hacerlo por el corsé gruñendo en el intento, yo reí jadeante separándome lentamente.

— Es algo complicado— Le comenté con nuestras frentes juntas, sintiendo su respiración golpear mi mejilla y nuestras narices rozando.

— Por mí lo quemaría completo — Su voz era ronca, provocándome una extraña sensación, me separé abriendo mis ojos que no me había percatado que estaban cerrados, él me miró bajando a mis labios de vez en cuando.

— Tenemos una boda que impedir.

Él asintió, me separé levantándome y ayudándolo a él, acomodé un poco su camisa salida, giré mi cuerpo para caminar directo hacia donde estaban los chicos al final del día, Mitch estaba escondido y podía verlo de donde estaba, le hice una señal a Ray que fuera a sorprenderlo, yo tuve que quedarme algo lejos para no provocar otra anomalía, no podría saber que es lo que sucede.

— ¡Amanda! — Alcé la vista viendo a Nate —. Te necesitamos.

Bueno, agradecía internamente ante aquel grito que sentía necesario. Entonces corrí lo más rápido que pude entrando a la iglesia sin hacer mucho ruido, Nate se puso a mi lado señalándome indirectamente a Mitch, sonreí triste, él aún no comprende que su amor está en el momento incorrecto.

Cuando Moore apareció en el altar frente al príncipe, pude notar que él lucia feliz y enamorado, miré a la princesa dándome cuenta que ella también se miraba enamorada de él, dándome a entender que Mitch era su primer amor, su alma gemela, pero el príncipe con el que se iba a casar era su verdadero amor con el que pasaría el resto de su vida. Entonces me acerqué a Ray, él negaba que me acercara haciendo caso omiso, los ojos de Mitch se toparon con los míos, mirándome sorprendido y asustado.

— ¿Qué es esto? ¿Princesa?— Negué.

—Mi nombre es Amanda — Suspiré —. No puedes impedir esta boda, Mitch, porque tú sabes con exactitud que ella lo escogerá a él— Lo miré, él negó mirando y buscando el momento correcto para interrumpir —. Escúchame — Tomé sus brazos—. Ella siempre te amará, siempre formaras parte de su corazón, pero...

— No — Él tenía lágrimas en sus ojos, alejó sus manos bruscamente—, ella y yo vamos a estar juntos.

— La estás amando en el momento incorrecto, ¿has escuchado el dicho de que en la vida de una mujer hay tres hombres importantes? — Por su puesto que no, él negó —. El primer amor, aquel con el que piensas que pasarás tu vida, pero es aquel que te enseñó a amar, el alma gemela quien estará siempre para ti, pero no pueden estar juntos porque su relación es muy diferente donde la pases bien; y el amor de tu vida — Dicho esto él miró a Moore, yo suspiré sintiendo mi pecho quebrarse —, es aquel con el que te encontrarás y vivirás para siempre con nuevos momentos, recuerdos, ahí donde sabrás el significado de la palabra amor.

— Entonces — Giró su rostro a verme —. Ella fue mi primer amor... y mi alma gemela. ¿Crees que pronto llegará ese verdadero amor?

— Claro, puede ser quien sea — Acaricié su hombro —, puede estar frente de ti, puede ser alguien que no hayas notado y esa persona a ti sí, o simplemente aún no llega, pero llegará.

— El verdadero amor es para siempre — Dijo, asentí —. Espero que encuentres al tuyo y tengan una linda vida juntos.

— Tú igual, Mitch.

Dicho esto me alejé, me fui quedando en medio de Sara y Nate, solté un gran suspiro cansado.

— Eso fue hermoso — Sara me susurró —. Creo que ya has encontrado a tu alma gemela — Sonreí mirando directo a Mick, quien me miraba de igual forma, entonces prestamos atención a la boda.

— Y usted princesa Ana Moore de Ghurty, ¿se casará con el príncipe Rafael III* de Herfkleys? — La chica sonrió ampliamente, giró hacia el público por unos instantes deteniéndose en alguien en específico y sabía que se trataba de él, yo lo miré y este asintió, entonces ella miró al chico. El nombre de ella me recordó a mi hermana.

— Me caso con él hasta que la muerte nos separe.

•••

Al llegar a la nave, todos se fueron a sus cuartos cansados y felices de que se pudo terminar con esta anomalía, yo fui con Mick a su habitación con mi ropa normal que traía recién entré, él me miró desde su cama, yo me acerqué lentamente quedando frente de él.

— Hiciste un buen trabajo.

— Hicimos.

Le murmuré, él puso sus manos sobre el colchón de su cama mirándome directo al rostro, pude sentir su mirada atacarme, deseándome y no negaría que quería lo mismo. Tomé los dobladillos de mi camisa subiéndola por todo mi cuerpo tirándola en el suelo, quedando en sostén con pantalones frente de él, quien se levantó permitiéndome a mí tocarlo.

Mis manos pasaron por su chaqueta de cuero quitándola despacio, bajándola dejándola al lado de mi blusa, me acerqué un poco más hacia su cuerpo acariciando su barbilla con mi nariz, dejé mis manos sobre su abdomen arriba de su camisa, él tomó mi muñeca en ese momento con algo de fuerza.

— Está bien, todo está bien.

Dicho esto, me soltó. Yo tomé su camisa de los extraños subiéndola dejándolo desnudo del torso mirándolo con quemaduras a la mitad de su cuerpo, las acaricié con cuidado mirando para guardar cada detalle, él pasó una mano con su guante sobre mi hombro quitando un poco de mi cabello descubriendo esa área, donde bajó un tirante de mi sostén. 

— Eres mi alma gemela, ¿cierto?

Comenzaba a entablar una relación con Mick que jamás creí que iba a tener con alguien, simplemente pude asentir, él sonrió, yo tomé su mano quitándole los guantes, porque quería sentirlo todo a él. Lucia algo nervioso, pero para mi era simplemente alguien que ha sufriendo intentando ser feliz, tomé sus mejillas acercándolo a mí en un vaivén corto, nuestros labios se unieron en un beso el cual nos separamos al instante, esperándonos segundos cuando sentí sus manos en mi cadera, él se sentó y rápidamente me subí sobre sus piernas para abrazar su cuello besándolo, siendo correspondida.

Sus manos tocaban mi cadera, mi cintura, mi espina dorsal provocándome la piel erizada, subió al broche de aquel artefacto que comenzaba a molestar entre ambas pieles. Me cargó dejándome sobre la cama, besando desde la piel de mi cuello hasta mi abdomen en un recorrido de besos. Me estaba entregando a mi alma gemela.

Solo ambos supimos lo que ocurrió ese día.
•••


Cuando crees que todo ha terminado, siempre hay algo más que te sorprende.

— Buenos días — La voz de Sara resonó detrás de mí, sonreí alzando una mano en forma de saludo —. ¿Qué tal amanecieron?

— Muy bien — Contesté.

— Sara, tenemos que hablar — Ray llegó alarmado junto con Nate, me miraban algo preocupados, yo fruncí el ceño cuando alejaron a Sara comenzando a contarle algo provocando que me viera.

— Amanda...

— Oh no, ¿Grite muy fuerte anoche? Lo lamento, no era mi intención.

— Pero sí la mía — Mick habló, lo miré cerrando mis ojos rendida ante esta confesión.

— Okay, eso no me lo esperaba — Dijo Sara—, pero encontramos una nueva anomalía, te involucra a ti.

— ¿A mi? ¿Otra vez? Por cierto, ¿Gideon? ¿Cómo siguió la reina ahora?

— La reina estuvo feliz por dos años, al casarse rápidamente los reyes tuvieron un bebé, la princesa con dos años de edad perdió a su madre tras ser asesinada por el Rey, su esposo, el cual nadie lo culpa a él porque la gente del pueblo piensa que fue suicidio, tiempo después Mitch muere fusilado al intentar culpar al Rey.

— Vaya, que trágico, ¿y que me dices de mí?

— Gideon, yo me digo— Sara interrumpió, ella suspiró—. Tenemos que ir al pasado hace algunos meses a una fiesta, encontramos algo que nunca debió suceder y te involucra a ti porque, es el día en que quisieron abusar de ti.

Entonces todo se puso en silencio, sentí la ansiedad correr mis venas, un ruido me distrajo el cual agradecí, girando al ver a Mick molesto con sangre en sus manos tras ser cortado por la botella de cerveza que había roto, él se levantó lentamente mirándome dándose la vuelta alejándose de ahí.

Fui detrás de él sin importarme quien me veía, pude escuchar la voz de Wally aunque no hice caso, llegando con Mick entré a su habitación antes de que me cerrara la puerta en la cara.

— Mick — Dije su nombre, él lucia molesto, lanzó todo, cada cosa que se encontraba la lanzaba sin importarle su mano—. Mick, por favor.

— Cielos, esta historia no es de nosotros — Le miré confundida—, no es de nosotros, no me corresponde saber de tu maldita y podrida vida — Abrí mis labios sorprendida por sus palabras —. ¿Por qué no me dijiste?

— No lo creía revelante, aparte, te conozco desde ayer —Me crucé de brazos—. ¿Es por eso que te molestas? 

— Debiste haberme dicho.

— ¿Por qué te enojas?

— ¡Porque no pude protegerte!

— Mick — Me acerque tomando su mano —. No me conocías, era imposible que pudieras protegerme.

— Maldita sea, detesto encariñarme rápido — Él se sentó.

— ¿Por eso siempre andas así? ¿Ocultando tus sentimientos? Mick, esta muy bien que hables y demuestres tus sentimientos.

— Ahora sí puedo defenderte.

Estaba ignorando mis palabras, tanto que me dejó ahí hablando sola, suspiré y cuando llegué al centro de la nave no había nadie, solamente Ray, él me dio una amplia sonrisa que fue demasiado contagiosa.

— ¿Todo bien?

— Oh, sí — Dijo cerrando un libro que estaba leyendo —, Mick lucia muy decidido, simplemente no dijo en qué.

— Dijo que ahora sí me salvaría, y al parecer es algo malo porque tú rostro se transformó en cuanto dije eso — Y era cierto, Ray se puso preocupado corriendo directo hacia donde Gideon estaba.

— Gideon, muéstrame la línea temporal de Amanda.

— La línea temporal ha tenido un cambio, provocando una anomalía en su futuro, al parecer es irreparable. En estos momentos las Leyendas viajaron al futuro sin pedirlo, tras el cambio del joven Mick intentando evitar el incidente de la señorita Speerling.

— Carajo, debo ir.

— ¡No! — Gritó el único chico ahí conmigo—. No es recomendable ver tu propio futuro.

— No me importa Ray, necesito..., necesito hacerlo.

Él asintió, yo fui corriendo saliendo de la nave buscando a los chicos, los miré de pie sin poder moverse así que corrí directo al callejón donde se encontraban, al llegar pude escuchar unos gritos, pase por en medio de Sara y Zari, miré que había dos hombres contra mí, sola, estaba completamente sola, borracha, con un vestido y sabía exactamente lo que me esperaba.

— Amanda, lo siento.

Me di media vuelta, miré a cada uno terminando con Mick al que me acerqué de inmediato tocando su mejilla acariciandola.

— Sé que no fue tu intención, tranquilo.



Le sonreí volviendo a la nave, sabía que todos harían lo mismo, pero yo pensaba solamente en que en un futuro me ocurriría lo mismo, sentía que me ayudaba saberlo desde antes aunque había algo en mi que me provocaba miedo, ¿y si nadie llegaba?

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