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XVIII

𝐋𝐨𝐧𝐝𝐫𝐞𝐬, 1881 —𝐈𝐧𝐠𝐥𝐚𝐭𝐞𝐫𝐫𝐚, 𝐑𝐞𝐢𝐧𝐨 𝐔𝐧𝐢𝐝𝐨

    Estaba completamente envuelta en un sueño en el que había caído.

    Jamás había estado enamorada ni atraída hacia nadie. Y experimentar algo así por primera vez era tan abrumador que podía nublar cualquier raciocinio que se quisiera tener.

    Y ya tal vez en unos minutos u horas, despertaría de esa hipnosis momentánea que causaba su sola presencia. Pero ya sería tarde porque su corazón ya habría hablado por ella y ya habría dicho que sí. Como en esa ocasión.

    —Ya te había dicho que yo sería tu mala influencia. Parece que lo estoy logrando. —Seguía diciendo el príncipe con la misma cercanía bastante contento de que Lauren haya aceptado. —Prepararé una sorpresa para ese día. Ya se me ocurrirá algo. —Comentó aún sin intenciones de alejarse.

    —No es necesario su majestad. —Contestó Lauren con la poca voz que tenía. —Me sentiría mal porque yo no tengo nada para darle.

    —No me tienes que dar nada de vuelta. No es lo que me importa. —Se explicó el príncipe y de alguna manera su rostro se sintió mucho más cerca y pegado que antes.

    Lauren se asustó. —Nos están viendo su majestad. —Llegó a decir en un momento de lucidez, siendo al parecer la única persona consciente de que estaban en un lugar completamente rodeado de gente.

    —No me importa tampoco. —Anunció.

    —Su majestad. —Lauren tartamudeo sintiendo que la bandeja en su mano temblaba un poco.

    El joven se rio —¿Te pusiste nerviosa? —Dijo con burla. Alejándose por fin y retrocediendo unos pasos mientras tenía una sonrisa divertida en el rostro. —Eso se llama venganza. — Dijo con diversión. —Por todas las veces que tú me has puesto nervioso a mi con todas las intenciones de hacerlo. —Comentó como un niño pequeño y riéndose aun. —Para que veas que a mi también me sale.—le sacó la lengua de manera disimulada.

    Lauren se llevó la mano libre al puente de la nariz mientras suspiraba rendida. No sabía como estaba soportando todo eso hasta ese momento. Pero al suspirar supo que estaba reteniendo mucho aire por los nervios también.

    El príncipe se rio de nuevo—No te enojes. —Dijo divertidamente.

    —No no me enojé. —Justificó Lauren—Solo que. Que, yo... —Dijo pero se calló cuando supo que estaba empezando a tartamudear. Llevándose la mano libre para cubrir de cierta manera su rostro avergonzado.

    El príncipe se volvió a reírse. —Venganza. —Susurró para si mismo con burla y chiste mientras elevaba un puño en señal de victoria.

[•••]

    —De todas formas. —Syspiró el joven al notar que Lauren enmudeció. —Vamos a poder vernos después de tiempo. Y si se puede de esa manera me estarías dando el privilegio de ser el primero en saludarte en tu cumpleaños. —Sonaba aliviado, relajado y al mismo tiempo entusiasmado. Entonces se acercó de nuevo a Lauren para susurrar algo. —¿A las 11:30 de la noche te parece bien? —Dijo el príncipe claramente esta vez en una voz mucho más baja sin alejarse de su oído de Lauren. Y a pesar de no verlo directamente, Lauren sabía que estaba sonriendo.

    Lauren asintió aún completamente abrumada. Ya sin voz después de todo lo que había pasado.

    El príncipe se enderezó entonces y retrocedió un par de pasos nuevamente. La sonrisa en su rostro era tan bonita y el mirar de sus ojos tan dulce que Lauren quería darse un golpe para reaccionar.

[•••]

    El joven sacudiendo su cabeza para disimular, volvió a tomar otro panecillo de la bandeja. —Están buenos. —Dijo como excusa y una risa nerviosa.

    Fue el momento en que se tuvieron que despedir. Momento que después de que Lauren se agache claramente y que el joven corresponda educadamente.

    Thomas paso por el costado de Lauren para retirarse.

    Y aprovechó esa cercanía momentánea para volver a susurrar. —Nos vemos el 23. —Dijo con un tono divertido, y se fue a otro lado de la Sala. Disimulando todo perfectamente como si no hubiera pasado nada.

    Lauren solo atinó a asentir de nuevo. Aturdida con el cuerpo torpe, en una manera que no había vivido antes claramente. Y eso también era lo que la asustaba.

[•••]

    Y fueron segundos después de que ya toda esa situación haya pasado. Que su burbuja se rompió necesariamente.

    Bendito problema en el que se había metido ahora. Porque por más de todo disimular del príncipe y hasta que a él no le importarse . Mucha gente en el baile, y claramente más de una ha de haberlos visto en esa situación.

    Y si entre una de esas personas estaba la Reina. Lo que se venía sería todo, menos bueno.

    Por Lauren aprovechó para terminar de repartir todos los pastelillos restantes, lo más rápido posible para irse a esconder a la cocina con la excusa de una recarga.

    Y así esperar ahí hasta que empiece la música y debido a la coreografía la Reina no se pueda dirigir a ella. Tenía miedo de cualquier cosa que pudiera llegar a pasar si se la encontraba y esta le pedía explicaciones para lo que había pasado.

    Incluso si desde un inicio fue obvio que fue el príncipe quien se acercó primero y quue fue algo que no se pudo controlar ni evitar a pesar de que Lauren estaba evadiendolo. La Reina podía terminar incriminado a Lauren como sea que sea el asunto.

    Terminar de repartir esos pastelillos se sentía como una persecución. Sabiendo que cualquier cosa podía pasar. Por lo que correr hacia la cocina fue algo tan extrañamente reconfortante. Que se sintió como si hubiera escapado de algo que podía terminar peor.

[•••]

    Pero que aquella burbuja de ensueño se haya roto por su consciencia del lugar y el espacio. No significaba que había reaccionado por completo.

    Su mente repetía escenas, su mirada. Su sonrisa y su voz.

    Tuvo que disimular como pudo diciendo que ya había terminado de repartir y que estaría ahí hasta la recarga de bocadillos en su bandeja. Recarga que esperaba que demore al menos hasta que empiece la música, porque tenía miedo de encontrarse con la Reina ahí arriba.

    Las cocineras y gente en la cocina parecía muy estresada pero manejando todo como podían. Lauren esperaba que le puedan brindar otra bandeja, así como otros muchos sirvientes que también habían bajado por aquella recarga.

    Lo que hacía que afortunadamente para Lauren la espera sea mayor.

    Pronto entraron un par de sirvientas más diciendo que también necesitaban más bocadillos. Y fue la primera vez que Lauren agradecía estar rodeada de tanta gente.

    Si recargaban su bandeja al último. Mucho mejor.

    No sabía como explicarle a Frizzy lo que había pasado y lo que había accedido a hacer. Pero eso sí, no se lo contaría a nadie más que ella. Porque a pesar de que una parte de ella sabía que estaba mal haber aceptado, la otra ya estaba lo suficientemente ilusionada pensando en el 23.

    Aún así el miedo de saber que cualquier cosa podía salir mal seguía ahí. El príncipe estaba haciendo esas propuestas al ser un hombre comprometido. Y a pesar de que no sintiera absolutamente nada por su futura esposa, le estaría faltando el respeto si se llegase a enterar.

    Por eso también todo era un secreto. Una tentación. A la que los dos estaban cayendo.Porque las prohibiciones las limitaciones y todas esas cosas. Provocaban las ganas de romperlas. Y ese era un gran problema que tenía demasiados riesgos.

    Pero esa tentación era muy fuerte. El deseo de estar con él de pasar al menos un solo segundo escuchando su voz. O mirando hacia sus ojos bonitos, con ese brillo tan bonito parecido al de una estrella.

    La forma en la que le hablaba y la forma en la que la estimaba. Seguía siendo distante y disgustante para ella el contacto físico con cualquiera. Pero no se molestaría si él la sostenía en sus brazos.

    Y todo eso podía estar mal. Y cuanto rezo para que no fuera lo suficientemente tarde. Pero ya lo era. Estaba enamorada de él y al jamás haberse enamorado de nadie nunca esa explosión de emociones y sentimientos hacían de todo peor.

[•••]

    —Lauren te estoy hablando, reacciona muchacha ¿En qué estás? —La voz de Octavia la asustó de repente. Despertandola de ese mundo en su mente en el que se había metido.

    —Lo siento, lo siento mucho. —Se disculpó al instante con una reverencia.

    —Te estamos llamando hace rato, y te quedaste viendo a la nada sin reaccionar ¿Te sientes bien? —p
Preguntó la encargada preocupada.

    Lauren asintió y solo dijo que estaba preocupada con el servicio para tapar la situación.

    —No te preocupes, recién llenaremos tu bandeja. Los pastelillos que te tocaron a ti y a algunos más están demorando. —Habló una cocinera, creyendo que todo también se debía a la recarga.

    Lauren asintió para disimular. Para ese momento cualquier excusa funcionaba.

    —Pero te estábamos preguntando algo ¿Llegaste a escuchar? —Volvió a decir Octavia.

    Lauren negó avergonzada.

    —¿Viste a Louis?—Repitió Octavia—Se fue al servicio hace varios minutos y aún no regresa. A todos los demás que les preguntamos tampoco lo vieron. No creo que se esté demorando tanto en el baño.

    El cambio radical de tema desorientó a Lauren más de lo que estaba. Haciendo que se de cuenta que precisamente su amigo no estaba en la cocina.

    Aún así terminó negando —De repente está tomándose tiempo para respirar. Este día ha sido muy pesado para él. Es su primer baile—Dijo.

    —Eso esperamos, no creo que algo malo le haya pasado. De todas formas mandaremos a un mayordomo a buscarlo al baño. De repente se siente mal y no lo sabemos. —Comentó la encargada de la cocina preocupada.

    —Pensamos que tal vez tu lo viste porque eres su amiga. —Comentó otra cocinera. —Porque en verdad necesitamos que venga pronto, todas las cosas de pastelería funcionan gracias a él.

    —Ya vendrá seguramente. —Respondió Lauren como pudo. —¿Tanto se esta demorando?

    La cocineras asintieron preocupadas.

    Octavia suspiró. —¿No se habrá perdido en el castillo?

    —No creo, ya lleva semanas aquí. —Lauren trato se seguir la conversación. Aunque claramente estaba más que desconcentrada.

    Esa distracción fue la que posiblemente se asuste cuando de repente la música empezó a sonar de manera fuerte desde la Sala Real. Haciendo que también la miren de manera extraña en la cocina.

    Trató de disimular pero obvio que su reacción confundió a varias personas. Aún así para ella terminó siendo un alivio aquello de la música porque también implicaba estar libre de la Reina hasta el próximo descanso, hasta que se ingeniara algo para volver a escapar también.

[•••]

     Se esperó varios minutos a que Louis vuelva mientras las cosas en la cocina se solucionaban.

    Pero el joven no volvía, lo que de cierta manera también se volvió extraño también. Por lo que después de esos minutos mandaron por fin a ese mayordomo para que vaya a buscarlo al baño por si algo malo había pasado.

    Aún así pudieron terminar de recargar las bandejas de los sirvientes. Incluyendo la de Lauren. Pero ya no había problema con eso, la música ya estaba sonando, técnicamente ya estaba salvada antes del próximo descanso.

    Octavia le preguntó si necesitaba descansar porque estaba muy rara. Pero Lauren negó con el fin de disimular, y al recibir su bandeja se dirigió nuevamente hacia arriba evitando cualquier pregunta y prefiriendo no aumentar ninguna sospecha de que es lo que había pasado con su actitud. Y prometiendo que si es que veía a Louis se aseguraría de decirle que regrese.

[•••]

    Subiendo las escaleras se encontró con Frizzy, que se alegró a verla. —¿Dónde habías estado? Te perdí de vista cuando nos separamos.

    —Vine por qué tenía que recargar la bandeja. Pero ya esta. —Dijo Lauren.

    —Yo ahora estoy yendo por lo mismo—la morena rio, pero pareció notar algo raro —¿Estas bien? —Preguntó.

    Lauren no supo como responder a eso, se le estaba notando mucho al parecer. Pero intentó asentir como pudo. —Solo, pasaron un par de cosas. Te cuento después. —Decidió desviar el tema.

    Y se esforzó por concentrarse. Para que no le pase lo mismo que en la cocina de repente.

    Frizzy levantó las cejas. —Hoy es noche de chismesito. —Dijo con gracia, riendo unos segundos. Para luego suspirar. —Pero en serio, pareces estar perdida y tus pupilas están muy dilatadas. Pero bueno, ya me cuentas. Cualquier cosa no dudes en avisar si estás cansada o algo así. —Explicó Frizzy.

    Lauren tuvo la necesidad de defenderse —¿Has visto a Louis? Dicen en la cocina que se fue al baño y que no vuelve hace bastante rato. —Cambió el tema radicalmente.

    Frizzy negó con el ceño fruncido. —No no lo vi, no en la sala real solo están mayordomos y sirvientas. Si del personal del castillo hablamos. Pero que extraño, seguro ya regresa. —Dijo la morena amablemente. —Sabes, el Gran Duque también estaba buscando a su hijo, dice que lo perdió de vista de un momento a otro. Pero bueno el joven Harry siempre se desaparece. No lo sé. —Se encogió de hombros quitándole importancia.

    Lauren frunció los labios y también se encogió de hombros. Se despidieron momentáneamente. Frizzy bajo a la cocina y Lauren salió completamente de ella. Volviendo a la Sala Real.

    La música se hacía más fuerte mientras avanzaba. Se sentía a la gente bailando y armando todas las coreografías acorde a la pieza musical que estaba siendo presentada.

    Y ella ya estaba avanzando que su puesto de formación para esperar ahí hasta que se de el descanso. Viendo a lo lejos como la pareja del príncipe en esa pieza era claramente su hermosa prometida.

    Intentando que eso no le duela tanto, suspiró con resignación. Mientras que su mente proyectaba todas esas ilusiones y palabras para poder consolarla. Y aquel próximo y peligroso encuentro, la noche del 23.

    Y volver a distraerse con ese tema no fue de ayuda en ningún sentido. Porque su cuerpo funcionaba de manera automática sin ningún tipo de concentración.

    Y al estar caminando de manera automática a su puesto de formación. En unos pequeños momentos  de distracción  vio al joven Harry por coincidencia, quien casi volvía corriendo a la Sala Real desde algún pasillo por los que había debido de estar todo ese tiempo que se ausentó también según Frizzy.

    Bueno al menos, él sí había aparecido. Ahora en la cocina solo faltaría Louis.

[•••]

    Algo sin sentido entonces conectó en la mente de Lauren. Sintió que su cuerpo hizo esa conexión como excusa para salir de la Sala Real para no ver al príncipe bailando con su prometida. Y evitar todos esos sentimientos de tristeza de nuevo.

    Entonces de manera disimulada antes de llegar a su puesto de formación decidió ir al pasillo por el que había sentido y visto que el joven Harry había salido. Se giró y camino lo más pegada a la pared de la gran Sala, en la sombra de la misma y pasando delante de varios de sus compañeros formados como si solo estuviera buscando su puesto para poder disimular.

    Tal vez la excusa que tuvo su cuerpo para evitar ver al príncipe y a su prometida, estuvo lleno de una especie de intuición también.

    Porque al meterse a aquel pasillo por el que salió el joven. Inicialmente no se sentía ni veía nada. Pero a medida que decidió no conformarse con eso y avanzar por el mismo hasta que este tomaba un camino hacia la derecha.

    A pesar de la música que llenaba todo el ambiente, y de tener una bandeja llena en la mano. Escucho un par de sollozos cuyo tono pareció conocer.

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