
XIII
𝐋𝐨𝐧𝐝𝐫𝐞𝐬, 1881 —𝐈𝐧𝐠𝐥𝐚𝐭𝐞𝐫𝐫𝐚, 𝐑𝐞𝐢𝐧𝐨 𝐔𝐧𝐢𝐝𝐨
De alguna manera eso le trajo otro punto de vista. Después de todo, y después de toda la resignación que todos los envueltos en tremendo enredo de los secretos del castillo, no todo era una desgracia.
O tal vez, la mínima excusa para al menos tratar de no pensar en cómo estaban las cosas. Pero que al fin y al acabo era un motivo para animarse un poco.
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Pronto estuvieron en las escaleras que bajaban a la cocina, ya en los interiores que volvían a ser tan familiares después de tanto tiempo.
Empezaron a bajar sosteniendo las faldas de sus uniformes para no pisarlas mientras lo hacían.
La puerta estaba cerrada, por lo que Karoma tocó la misma un par de veces con los nudillos de su mano derecha. Esperando que alguien abra la puerta.
No demoró en suceder, un mayordomo se apresuró a abrirla y a penas vio a Karoma la saludó respetuosamente con una reverencia.
La ama de llaves correspondió y pasó a la cocina junto a Lauren y Frizzy que seguían detrás de la misma. Quienes también saludaron a los presentes con una reverencia a medida que avanzaban.
Y claramente Octavia también salió recibirlas lo más rápido posible.
La cocina se sentía diferente, por alguna razón se veía mucho más grande, o posiblemente estaba un poco más vacía en esos momentos. De todas formas volver a ese espacio no fue algo chocante porque ya habían trabajado ahí por bastante tiempo antes del cambio que duró un muy buen par de meses también.
No hubo mucha más conversación que Karoma anunciando que el cambio ya estaba finalizado. Y volviendo a repetir lo que dijo en la lavandería, que lamentaba los inconvenientes y que claramente la organización estaría mejor de ahora en adelante.
Claramente disimulando para los demás, todas esas cosas detrás de todo ese cambio que nadie más que extremadamente limitadas personas sabían.
Pronto Karoma se fue, despidiéndose y siendo despedida de manera cordial del lugar. Terminando con su trabajo de esos momentos.
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Tan pronto la ama de llaves salió de la cocina, Octavia se encargó de recibir a las dos muchachas de vuelta de una manera mucho más cálida. Habló con ambas de manera maternal agradeciendo enormemente el hecho de que hayan vuelto.
—La organización de la cocina iba a ir mal si no lo solucionabamos antes. —Dijo dirigiéndose a ambas. —Me alegra que estén aquí de nuevo. —Dijo acercándose de repente para susurrarles algo y así hablar más bajo. —Eso de su cambio a la lavandería funcionó por un tiempo, pero a medida que pasaron los meses, aquí las cosas estaban saliendo mal debido a la mala organización dictada por la Reina. Pero miren cómo funciona el mundo, pronto estas consecuencias saltaron en la cara de su majestad y ahora técnicamente fue su deber hacer que todo este en orden de nuevo. —Dijo.
Frizzy asintió. —Hay cosas que no se pueden evitar. Y creo que la Reina lo comprobó. Aún así debe estar ardiendo en ira.
Octavia se removió. —Ni me lo recuerdes. Con todos estos enredos no sé cuánto tiempo más se van a poder evitar y ocultar las cosas. Han pasado más de 20 años, y por primera vez la Reina siente todo su mundo falso armado amenazado. Y eso puede ser muy malo para nosotras, porque quien sabe cómo se desquitara y las cosas que aún hará para que nada de eso pase. —Dijo evitando hablar fuerte aún para que nadie siquiera tenga la curiosidad de escuchar de que estaban hablando. —Se vienen tiempos difíciles, pero no pasa nada, siempre con la cabeza en alto, y a enfrentar lo que venga. —Dijo con esa sonrisa tan maternal y tan buena que siempre había tenido, haciendo que su energía se comparta y que si de algo servía también anime a los demás.
Octavia respiró. —Bueno chicas bonitas. —Dijo ahora con su voz en volumen normal, juntando sus palmas. —Bienvenidas de nuevo a la cocina. —d
Dijo. —A trabajar.
Frizzy rio y ambas fueron hacia ese puesto que habían conocido desde el inicio, después de despedirse momentáneamente de Octavia, que les dio cariñosas palmaditas en la espalda a ambas antes de que vayan a la sección de lavaplatos.
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En ese trayecto que no era tan largo a decir verdad, varias personas se acercaron o hicieron presente su saludo de bienvenida.
Y claramente aunque su experiencia en lavandería no haya sido mala en lo absoluto, volver a la cocina se sentía mucho más familiar. Porque era el ambiente al que se adaptaron desde un principio, y las personas con las que convivieron desde un inicio.
Y en la parte donde estaban todas las ollas y las estufas y las cocinas, que por estructura estaba cerca a los lavaderos para los platos. Un uniforme totalmente blanco, una figura masculina, y un sombrero de panadero, se distinguía de las demás cocineras. Más aún porque había dejado sus cosas a un lado para saludar.
Claramente algo que fue un gesto demasiado amable de su parte.
—No puedo creer que estén aquí. —Dijo el ojiazul tomando la gran valentía de hablar primero, acercándose a ambas muchachas amablemente mientras limpiaba nerviosamente sus manos llenas de harina con un trapo húmedo.
—Bueno, hemos vuelto. —Le respondió Lauren amablemente. —Ahora seremos compañeros no solo de trabajo pero además de sección.
—Así es. —Dijo Frizzy. —Como te contamos el día que llegaste, nosotras trabajamos aquí hace tiempo. Nos cambiaron a lavandería por un tiempo pero volvimos. El destino nos llama aquí al parecer. —Bromeó Frizzy.
—Me alegra, la señora Karoma avisó el cambio con anticipación.
—Hizo lo mismo en lavandería. —Contestó Frizzy siguiendo la conversación.
—Por lo que sabemos, fue una especie de error de organización. Porque esas dos muchachas que vinieron, estaban para lavandería. Y pues se sintieron súper perdidas cuando las pusieron aquí por lo que sé, porque eso pasó mucho antes de que yo llegue. Y bueno ustedes han de saber más.
Lauren y Frizzy estaban aliviadas de que todos sepan aquello como un error de organización que se solucionó. Lo cual a pesar de no ser una mentira de hecho, claramente era una gran cortina que aún tapaba demasiado bien lo que sucedía en realidad.
—Hablando de eso ¿Cómo te ha estado yendo estos días? —Lauren decidió desviar el tema por precaución.
Louis suspiró. —Pues bastante bien hasta el momento. El único inconveniente que he vivido fue la cancelación de la cena el día que fue el cumpleaños de la princesa hace bastantes días. Pero se solucionó cuando al menos no se desperdició la comida. —Suspiró. —También me dio un poco de pena cuando comentaron que desde hace meses no había querido ningún tipo de baile. No lo sé, hasta el momento no la he visto, pero me da un poco de pena. —Expresó.
Lauren también se apenó un poco al recordar lo de la princesa Ava.
—Ay Louis, no hables de cosas tristes.—Frizzy salvó la conversación. —El tema era saber como estás tú. —Dijo y el joven se sonrojó inevitablemente. —¿Te está tratando bien la gente aquí? —preguntó entonces.
—La señora Octavia es muy buena conmigo. Aún me es difícil adaptarme a hablar y a interactuar mucho, pero lo intento. Aún así hay una señora a la que no le agrado creo yo.
—¿Quién? —Preguntó Frizzy sin poder creer que a alguien no le pueda agradar una persona tan linda como él.
—Una mujer que tiene una gemela. Su gemela tiene un nombre parecido al mío, Louise, ella es buena. Pero la señora que a veces es no muy buena conmigo se llama Dianne, creo. —Soltó con timidez, como un niño pequeño quejándose de algo.
La expresión de Lauren cambió haciendo que sus ojos se entrecierren un poco. Si desde su llegada a castillo no se había llevado bien con Dianne, y ya le desagradaba, cada vez era peor.
—Pero la entiendo. No se le puede agradar a todo el mundo. —Dijo Louis de nuevo dulce y educadamente. —Ahora no están aquí, por lo que sé. Me siento mal de hablar a sus espaldas.
—Créeme Louis, a esa señora nadie le agrada. No sé si te habrás enterado, pero Lauren es su mejor amiga. —Dijo lo último con un sarcasmo bastante notorio y una risa que no pudo reprimir.
El muchacho no pudo evitar llevar una mano a su boca para reír bajo.
—Bueno, espero no tengas ningún inconveniente con ella. No te lo desearía. —Respondió Lauren de la manera más educada posible mientras recordaba desagradablemente los que ella había tenido con la mujer. —De todas formas, ya sabes. Siempre podrás contar con nosotras, y ahora que literalmente conviviremos en el mismo espacio de trabajo no dudes en hablar con nosotras cuando lo necesites.
Louis iba a contestar algo, pero la sorpresiva aparición de Octavia cerca a ellos lo asustó un poco.
—No se distraigan tanto, entiendo la bienvenida. Pero tenemos que trabajar. Anda Louis, tienes que terminar estas tartaletas para la cena de hoy. —Dijo, haciéndolos reaccionar a todos porque definitivamente se habían distraído bastante.
El ojiazul y las dos sirvientas se disculparon al instante mientras Octavia solo río al final, mandándole a sus puestos después de decirles que no se distraigan de nuevo y que ya habría un espacio para hablar más tarde.
Así rápidamente después de disculparse de nuevo, tuvieron que ir rápidamente a sus puestos, Louis volvió a donde estaba, y se llegó a escuchar como un par de cocineras le bromeaban de algo en específico, que lo terminó entorpeciendo un poco por los nervios. Cosa que le causó bastante ternura a las muchachas que habían bromeado con él.
Por su parte tanto Lauren como Frizzy tuvieron que volver a la zona de lavado. Con sus demás comparsas que ayudaban y las otras sirvientas que secaban los trastes. Los saludos y las bienvenidas tuvieron que ser rápidos, ya que también habían escuchado el pedido de Octavia de que no se vuelvan a distraer.
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Una vez más una gran pila de trastes que creció en un segundo esperaba. Y la sensación del frío del agua y al agotamiento de los brazos se volvía a hacer presente.
Y esta vez, la concentración tenía que volver. Porque a pesar del ambiente, de haber vuelto. Tenían qu seguir cumpliendo su trabajo.
La mayoría de la gente ya se habi acostumbrado al corte de cabello que tenía Lauren, y Karoma. Después de que la Reina anunciara sin explicaciones que se lo habían merecido, nadie lo quiso cuestionar por precaución y seguridad personal. Aún así para los meses en los que les habían mantenido el corte, ya no era un tema de conversación que le importe a todo el mundo.
Y la misma Lauren que claramente extrañaba su cabello siempre. A veces ignoraba ese hecho debido a tantas cosas que hacer y como de ocupada tenía que estar.
Y volver a su antiguo trabajo, también la tenía mucho más ocupada que antes.
Después de unas horas, Frizzy necesitaba usar el baño. Por lo que le aviso a Lauren que iría al mismo, y fue a pedirle el permiso correspondiente a Octavia. Saliendo de la cocina durante unos minutos.
Pero fue cuando después de un buen tiempo aún cuando Frizzy no llegaba, y mientras Lauren estaba totalmente concentrada en sacar la grasa de una olla que una de las cocineras necesitaría pronto. No noto que una de sus compañeras le había dirigido la palabra.
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—Lauren. —Escuchó de repente gracias a que su mente captó el mensaje después de segundos. Además porque la compañera de su costado había elevado la voz, posiblemente porque no había capturado su atención a la primera.
—Perdóname no te escuché. —Se disculpó girándose un poco, pero sin dejar de restregar aquella olla.
—¿Ese chico Louis es tu amigo verdad? —Preguntó casi tímidamente.
Lauren asintió.
La chica se acercó para susurrar algo mientras parecía que se quería aguantar la risa. —Sabes, a más de la mitad de chicas de esta cocina que van o vamos por su misma edad, les gusta.—Dijo.
—¿En serio? —Preguntó Lauren, a quien aquello le causó algo de gracia.
La chica asintió riéndose un poco. —Supongo que porque es nuevo también. Y eso llama la atención. El color de sus ojos, que sea tan tímido. Admito que a mi también me gusta un poco. —Rio—Pero definitivamente muchas personas aquí están muy ilusionadas. Y al ver que te hablo primero, es muy posible que hayan pensado otra cosa.
Lauren la entendió, y suspiró rendida. Parecía que el asunto de que supuestamente le gustaba a Louis la iba a perseguir hasta el final. Y por más de que ella esté segura de que no, no le iban a creer.
—Bueno, es solo mi amigo. —Aclaró de todas formas.
La chica volvió a reír un poco—Eso es obvio, pero quien sabe. A veces las cosas parecen lo que no son. —Le dijo. —Pero solo digo, hoy muchos corazones se habrán roto porque vieron la forma en la que se acercó.
—Pero se acercó a las dos, y se dirigió a la dos. —Contestó Lauren refiriéndose a Frizzy y a ella. Al menos intentando probar su punto.
Sabía que podía parecer hasta algo totalmente ciego que no crea que Louis sienta algo por ella. Pero estaba totalmente segura, solamente no tenía pruebas, y preguntárselo directamente sería algo muy incómodo e irrespetuoso. Así que simplemente no sabía como hacer que los demás vean lo que ella veía, y de lo que estaba convencida.
—Por supuesto. —Contestó su compañera claramente con un gracioso sarcasmo.
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