cap. 54
Habían pasado pocos días desde nuestra llegada a Barcelona, había intentado buscar a Aldo, pero no lo veía por ningún lado
Hoy por fin era viernes 30 de junio del 2023, mañana sería la Velada, el lugar donde se supone que vería a Aldo. Quizás estaba mal intentar forzar un encuentro, pero nada me aseguraba que todo lo que soñé se cumpliera al pie de la letra
—Iré a entrenar con Rivers y después iremos al último pesaje.— avisó Ronny acercándose a donde yo estaba comiendo
—Asegúrate de prepararla lo mejor que puedas, habrá una polémica en su primer combate, la mayoría dirán que es fraude y tú te molestaras mucho porque claramente si lo será.— avisé sin tomarle importancia —Igual en su segundo combate ganará indiscutiblemente, por algo es la elegida ¿no?.—
Mi hermano me miró bastante impresionado y puso su mano sobre mi frente, como si quisiera confirmar que estaba bien
—¿Cómo sabes que ella es la elegida?.— cuestionó —Apenas hoy van a anunciar que habrá una enmascarada, ni siquiera te lo había contado.—
Reí un poco nerviosa
—¿Estás leyendo el futuro o algo así? ¿Eres bruja?.— siguió preguntando
—Solo son sospechas, quizás solo lo adiviné.— dije, no era tan creíble
Había pasado estos días intentando convencer a mi hermano sobre que mi sueño tenía algún tipo de validez en lo que podría pasar, pero él jamás me creía, por eso ahora prefería fingir que no lo sabía
—Si sigues teniendo sospechas tan acertadas deberías apostar sobre los resultados de los combates.— empezó a reír —Pero no digas que a Rivers le harán fraude, eso no pasará, nos iremos 2-0.—
—Está bien.— sonreí al ver que se lo había creído —Ahora vete, debes ir a ver lo del último entrenamiento y el pesaje, ya sabes, todo eso.—
Ronny agarró un pan tostado del que yo había estado comiendo, lo metió a su boca y se marchó. Suspiré mientras tomaba mi celular, Aldo aún no subía ninguna historia a instagram así que solté un suspiro frustrado
Quizás debía esperar hasta mañana, pero no podía hacerlo, quería darle un abrazo y no soltarlo jamás. Él era mi Roma, era lo más hermoso que pude vivir y lo único que deseaba ver
Me levanté y salí de la habitación, caminé por los largos pasillos hasta entrar en el elevador. Cuando las puertas estaban a punto de cerrarse un chico entró, yo solo abrí mis ojos bastante sorprendida
—¿Abraham?.— cuestioné mientras el elevador bajaba
—¿Quién eres y porque sabes mi nombre?.— preguntó, parecía asustado
—Soy ______.— me presenté —Somos amigos aunque no lo recuerdes, realmente es un alivio encontrarte por aquí, me he sentido tan perdida que...—
Vi que tenía una sonrisa bastante nerviosa, como si no supiera qué decir
—¿Estoy en un tipo de broma con cámara escondida?.— preguntó mirando a todos lados —Mi sonrisa es porque no entiendo nada de lo que me estás diciendo.—
Suspiré bastante cansada, era complicado hablar y que nadie pareciera escuchar lo que decía
—A ver, empecemos de nuevo.— dije y él me miró atento —Yo soy _____, tú eres Abraham, ambos compartimos el mismo amor por el baile y trabajábamos en una televisora en México.—
Las puertas del elevador se abrió, llegábamos al primer piso así que bajó primero y yo agarré su brazo antes de que se alejara
—Me da miedo que sepas mi nombre, mi pasatiempo favorito y que soy de México, lo único que te falló es que no trabajo en una televisora.— dijo, noté que ni siquiera intentaba zafarse de mi agarre, eso me hizo pensar que me creía
—También sé que te gustan los streamers.— recordé un pequeño detalle extra —Quiero creer que por eso estás aquí, ¿viajaste a ver la Velada?.—
—A decir verdad me costó hasta encontrar el hotel, no puedo negarte que tengo cierto fanatismo por algunos streamers.— me dio la razón —Y si, que atinaras que vine a ver este evento me da aún más miedo.—
Reí un poco y lo solté, ambos empezamos a caminar juntos
—Dijiste que éramos amigos y que yo no te recordaba, estoy a punto de creer que tuve un accidente que me borró la memoria y por eso no sé quién eres.— exclamó con una pequeña sonrisa —¿Quieres contarme un poco más al respecto?.—
Asentí rápidamente, por fin tendría la oportunidad de liberarme un poco... incluso en esta realidad existía Abraham y era tan bueno como siempre, me aliviaba un poco
Caminamos un poco, salimos del hotel y el clima de la ciudad era hermoso. Pasé bastante rato contándole cada detalle que recordaba de aquel sueño, él solo me miraba sorprendido
—¿Entonces mañana lo vas a conocer?.— cuestionó
—Yo espero que sí.— respondí —En mi sueño a ti no te conocí hasta que empezamos a trabajar así que las cosas pueden cambiar también con él.—
—Ojalá puedas volver a vivir ese amor tan lindo.— sonrió —Y ojalá yo nunca conozca a la tal Leyda, se escucha fatal.—
—Me sorprende que me estés creyendo todo esto.— confesé sonriendo también
—Sería una locura no creerte.— avisó —Es más, mañana nos vemos antes del evento para entrar juntos ¿Qué te parece?.—
—Tú quieres entrar conmigo porque sabes que los lugares que tendré son mejores gracias a mi hermano.— hablé y él asintió bastante cínico
—Igual te serviría mucho tenerme a tu lado si somos tan amigos como dices.— dijo, en eso tenía razón
Sentía que Abraham no había cambiado... ¿Será que Aldo seguiría igual?
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