Al día siguiente de aquella cita, cada uno estaba enfocado en su trabajo, gracias a que le supliqué a la jefa me había dejado reintegrarme al equipo, sabía que aún no estaba apta para bailar, pero prefería arriesgarme y seguir con mi sueño de ser bailarina

—Sigo creyendo que debiste tomarte más días, te acaban de quitar el yeso.— murmuró Antonio mientras estirábamos —No puedes decirme que ya estás totalmente bien.—

Como siempre él era mi pareja. Tanto él como Abraham se asombraron mucho por verme regresar al estudio, igual me habían recibido muy bien

—Estoy 90% sana.— reí —Solo falta fortalecer un poco mi pierna y puedo hacerlo con el baile, no veo problema con volver. Ayer estuve bailando con mi novio y no me dolió la pierna en ningún momento.—

—Pero ahora estarás bailando profesionalmente, los pasos son más marcados y en algunos necesitarás aplicar más fuerza en tu pierna.— recordó —Debes dejar de ser tan impulsiva.—

—Pedirle que no sea impulsiva es como pedirle al cielo que no sea azul.— se metió Abraham así que lo miré mal

Ahora él tenía una nueva pareja de baile, Leyda, aquella chica era el reemplazo de Ámbar y sé que apenas la conocía, pero sentía que tenía una vibra bastante peculiar

—Por cierto, toma.— exclamó Abraham y me lanzó un pequeño pin, lo agarré aunque no entendía que significaba —Es tuyo.—

—¿Qué es esto?.— cuestioné dudosa

—Abraham se ponía ese broche en cada ensayo desde que lo volvieron el capitán.— contó Velkis —Decía que era para que todos supieran que él es el capitán, pero sabíamos que solo lo usaba para presumir.—

—Tú eres la líder del equipo, usa el broche con orgullo.— pidió Abraham

Miré más a detalle aquel objeto, tenía la imagen de un gato, no tenía nada que ver con ser el líder, pero se veía lindo así que me lo puse

—Sigamos estirando, ya tengo la canción que presentaremos la próxima semana así que hay que empezar a prepararla.— dije y todos asintieron mientras se enfocaban en sus estiramientos

Amaba sentirme importante en el equipo, pero aún no quería que me regresaran el puesto de capitana, después de todo tenía planeado tomarme otras pequeñas vacaciones para irme con mi novio a la Velada y si me regresaban el cargo sería complicado irme

Pasaron unos minutos hasta que supe que era momento de iniciar con la sesión de hoy así que reuní a todos en el centro de la aquel lugar

—Bueno, como saben estuve fuera de este lugar y del baile durante algún tiempito así que me tomará un tiempo recuperar la condición.— reí un poco —Por eso me gustaría que ustedes empezaran a dar idea de la coreografía.—

Esperaba que alguien se ofreciera a empezar, pero no pasó, eso era extraño para mí, recordaba que todos eran muy participativos

—Hermana, tienes que ver a Leyda en acción, ella saca los mejores pasos.— hablo Abraham empujando un poco a su pareja de baile para dejarla en medio

Aquella chica se veía insegura, como si empezar con el baile le complicara las cosas

—No la fuerces si no quiere.— pedí y solté un suspiro —Puedo iniciar yo, pero sería un inicio bastante flojo por mi condición.—

Todos estuvieron de acuerdo así que hice una señal para que Velkis pusiera la música. Cuando escuché que empezaba a sonar sentí la música recorrer mi cuerpo de una manera bastante sublime así que empecé a bailar de la mejor manera que me salía en ese momento, era como si solo existiéramos el baile y yo

En medio de mi inicio de coreografía pude ver que Leyda se unió a mí, sorprendentemente empezó a seguirme el ritmo como si antes hubiéramos ensayado juntas

Decidí dar un paso atrás para que ella siguiera con la coreografía mientras yo preferí observarla, tenían razón en decir que sacaba buenos pasos

—¿Qué opinas?.— cuestionó Antonio acercándose a mí —Es bastante buena, incluso mejor que Ámbar.—

—Al menos Ámbar tenía un poco más de iniciativa.— intenté buscarle algo bueno a la rubia, tampoco quería compararlas —Hay algo que no me gusta, pero no logro saber que.—

—¿Intuición femenina?.— preguntó

—Digamos que si.— murmuré

—Bueno, igual es mejor que si vas a observar a Leyda lo hagas con cuidado, no quiero que te metas en problemas.— aconsejó y lo miré sin entender

—¿Meterme en problemas solo por tomar mis precauciones?.— reí un poco —Por dios, creo que incluso si Leyda notara que no me da buena espina no haría nada en mi contra.—

—Ella no, pero...— habló y en lugar de completar la frase; señaló discretamente a Abraham

No había sido lo suficientemente observadora para notar que mi amigo estaba mirando a Leyda como si fuera la única persona en este mundo, ¿Tanto había pasado mientras no estuve?

—¿Le gusta?.— cuestioné en susurro aunque por la música era poco probable que alguien escuchara nada de nuestra plática

—Desde que la vio en las audiciones que hicieron.— dijo y suspiró —Nuestro niño siempre va detrás de ella, incluso cuando vio que ella estaría en el equipo hizo lo posible para que fuera su compañera, aunque se supone que Leyda sería mi pareja y cuando tú volvieras serías su pareja.—

Hice una pequeña mueca, estaba tan feliz por ver a Abraham enamorado, pero de alguna manera me sentía inconforme

—¿Tú que piensas de ella?.— cuestioné

—Solo sé que nadie es ni más bonita ni mejor bailarina que tú.— dijo y lo miré mal, esa no era la pregunta —Realmente es mejor que Ámbar, con eso me conformo.—

Miré como ahora quien estaba bailando era Abraham, él siempre se veía muy contento, aunque incluso ahora transmitía más felicidad

Leyda se acercó a donde estábamos así que Antonio se fue para dejarnos solas, yo ahora fingí estar atenta a la coreografía

—Hola.— saludó llamando mi atención así que la miré —Es un honor conocer a la mejor bailarina, te admiro muchísimo desde hace meses, jamás me perdía ningún video sobre los ensayos del grupo solo para verte y cuando me enteré que podía hacer la audición me la pasé viendo videos tuyos para igualar un poco tu técnica de baile.—

Ahora al menos entendía como pudo seguirme el paso, había estudiado mi estilo

—Me alegra mucho por fin conocer a la nueva integrante.— sonreí —Espero que podamos llevarnos bien.—

–Yo quisiera que fuéramos algo así como mejores amigas.— exclamó y la miré extrañada, jamás había conocido a alguien que me pidiera ser mejores amigas cuando acabábamos de cruzar palabras por primera vez —Así podrías enseñarme más sobre el equipo, creo que me serviría aprender de como bailas.—

¿Quería aprender más? Por lo poco que había visto ella bailaba de una manera bastante limpia, casi no dejaba tiempos muertos ni exageraba los movimientos

—Estaría bien que compartiéramos un poco de nuestras técnicas, también me gustaría aprender algunos movimientos que te vi hacer.— dije y ella me miró emocionada

—Podemos ser solo tú y yo.— exclamó —Ambas tenemos un buen nivel, podríamos ser una pareja en lugar de un grupo entero.—

Negué de inmediato, ¿qué tipo de idea era esa?

—Abraham y Antonio se han vuelto mis complementos.— avisé —No me imagino bailando sin ellos en mi equipo.—

Ella pareció pensarlo

—Tienes razón.— exclamó de repente —Pero la otra chica y su pareja están de más, deberíamos hablar con la jefa, creo que nuestro grupo sería mejor solo con cuatro personas.—

¿Realmente quería sacar a personas? ¡Ella era la nueva!, lo peor era que parecía que ni siquiera sentía que estuviera haciendo las cosas mal

—Velkis y Christo son increíbles bailarines.— murmuré

Era cierto que yo casi no había tenido contacto con ellos, pero eran parte del equipo y no quería pensar en sacarlos

—No quiero sobrepasar la línea, pero mientras menos personas haya podemos brillar más.— susurró

Miré ahora como Velkis estaba bailando mientras los tres chicos la apoyaban con gritos y algunas palmadas, sin duda esa chica era especial, no entendía por qué si Leyda ya la conocía por los otros ensayos la quería sacar

—Tú eres la capitana y la famosa chica fresa, destacas más que los demás.— siguió —Tienes incluso más fama por estar relacionada con gente de las redes, ¿no crees que te convendría más pensar lo que acabo de decirte?.—

Si seguía con ese tema prefería irme y dejarla sola así que caminé hasta donde estaban los demás para unirme al alboroto... no quería que mi grupo se arruinara de repente