
009; 𝐑𝐄𝐕𝐄𝐍𝐆𝐄
PERFECT CHANGE — Jaden Walton.
009; ¡VENGANZA!
LOS SIGUIENTES 10 DÍAS me dediqué a ignorar completamente a Jaden; bien era cierto que no interactuábamos mucho, pero si es cierto que cada vez que me saludaba yo pasaba de él. Estaba muy cabreada, conmigo solo se comportaba bien, pero cuando estaba con sus amigos era una persona completamente distinta.
—¿Estás bien?— me preguntó Lily llegando a mi lado y apoyándome su mano en mi hombro.
Yo asentí cambiando radicalmente mi cara. —Sí, sí, genial. ¿Por qué?
—Te he notado distante y algo extraña estos últimos días. ¿Te ocurre algo?
—No, claro que no. No te preocupes.— negué fingiendo una sonrisa en mi rostro.
Ella hizo una mueca. —Sé que debe de ser complicado venir a un país extranjero sin conocer a nadie, dejando a tus amistades y familia atrás durante todo un año...
Mientras decía aquello noté como ligeramente me empecé a sentir algo mejor. Quería muchísimo a Lily, era demasiado buena conmigo.
—Pero quiero que sepas, que cualquier problema que tengas, por muy pequeño o tonto que sea, me lo cuentes.— me pidió seria. —No consientas absolutamente nada, Mads. La gente es demasiado cruel.
Yo asentí. —Está bien. Muchas gracias, Lily.
Ella sonrió y se alejó poco a poco de mí para salir de mi habitación. Yo lo pensé detenidamente unos segundos.
—Lily.— la llamé.
Ella se giró. —¿Sí?
—Es Jaden.— le comencé a explicar. —Desde que lo conocí ha sido muy... pesado conmigo.
—¿Cómo que pesado?— preguntó ella tranquila cruzándose de brazos.
—Se comporta de diferentes maneras conmigo depende con quien esté.— le seguí explicando. —Si está solo conmigo, se comporta genial; pero si está con sus amigos, me menosprecia delante de ellos.
Ella asintió comprendiéndolo. Pasamos unos segundos en silencio hasta que ella decidió hablar después de pensarlo.
—Es complicado...— empezó ella a hablar algo insegura. —Jaden siempre fue víctima de bullying, desde pequeño. Sus compañeros comenzaron a aceptarlo cuando saltó a la fama y todo eso. Pensará que si actúa de esa forma contigo, seguirá siendo el más guay del instituto. Los jóvenes son así a estas edades. son de lo más crueles para poder ser influencia para sus compañeros.
Yo asentí escuchándola, esta procedió a continuar.
—Igualmente, eso no es ninguna excusa para que te trate así, y menos que te humille delante de nadie. No lo consientas, Maddie. Defiéndete, demuéstrale que no puede contigo, y que no te dejas pisotear por nadie. Y así es como debe de ser.— me sonrió poniendo su mano en mi nuca en forma de cariño.
Salió de la habitación dejándome pensativa. Defenderme... era cierto. Debía de defenderme y demostrarle que no puede conmigo.
Una melodía proveniente de mi móvil comenzó a sonar, era mi madre. Joder, ella no.
—Hola, mamá.— la saludé con algo de temor. —¿Cómo estás?
—Hola, cariño. Bien, ¿y tú?— me preguntó de vuelta.
Estaba siendo demasiado amable, eso era raro en ella.
—Bien, bien, también. Me gusta mucho esto.— mentí ligeramente.
Escuché su risa algo extraña a través del teléfono. —¿Sí? Menos mal, porque para haber pagado 13.000 euros para que pudieras irte...
—¿Eh?— pregunté algo confundida.
—Nada.— negó rápidamente suspirando. —¿Qué haces ahora?
—Acabo de terminar la tarea, ahora veré un rato la tele o saldré.— le comenté. —¿Y vosotros? ¿Que hacéis?
—Nada, yo matándome a trabajar para poder recuperarnos después de haber soltado 13.000 pavos en tus caprichos.— escupió desagradablemente.
Estaba tardando demasiado en "tirarme aquella pullita".
—Pero...- decía yo cuando me interrumpió.
Ella carraspeó. —Por cierto, dentro de un mes iré a visitarte.
Oh, no, no, no. Tú no.
—¡Eso es genial!— mentí. —Pero... eso va en contra de las reglas de la agencia, no podéis visitarme ni yo visitaros a vosotros.
Ella se enfadó. —¡Vamos a ver, Madeleine, yo decido lo que hacer con mi dinero!
—¿Qué tiene eso que ver?— le pregunté. —Cuando pagasteis a la agencia ellos nos informaron sobre unas normas que había, no debéis visitarme, ni yo a vosotros.
—¡Me da igual!— exclamó ella. —¡Parece que no quieres verme! ¿¡Es eso!?
Yo tragué duro con miedo. —¡No! ¡No, claro que no!
—Ah, ya decía yo. Bueno, te dejo.— se empezó a despedir repentinamente.
—¡Espera!— exclamé inquieta. —¿Cómo está Alli?
Un repetido pitido se escuchaba a través de mi móvil, me había colgado. Una sensación de vacío y tristeza se apoderaron de mí, me sentía muy sola en EEUU.
Llegué al instituto, Dios, quería escaparme de él y no volver nunca más. No quería ver a nadie, ni a los Buford Wolves, ni a los profesores, y mucho menos a Jaden.
Obviamente no iba a arriesgarme a ser pillada, por lo tanto tuve que entrar en la institución y no montar un pollo.
—Qué asco de todo, de verdad.— me dije para mi misma asqueada mientras caminaba por los largos y verdes pasillos del instituto.
La gente lucía normal, no me miraban tanto como lo habían hecho días anteriores, lo cual me hizo sentirme algo más cómoda, pero no demasiado.
Yo vestía con una camiseta negra de Friends, unas mallas de Nike negras con las letras blancas (las típicas? y unas zapatillas adidas. ¿Habéis visto que buena combinación de marcas? Es la hostia.
—Hey, nueva.— me giré y allí estaba. —¿Qué te ocurre?
No me llames más nueva, joder. Tengo nombre.
Llevaba puesto una camiseta gris, y por fuera su cadena plateada, y unos pantalones de deporte al igual que sus zapatillas. Se veía bastante bien, pero eso fue en lo que menos me fijé, la verdad.
Seguí por mi camino ignorándolo completamente. Su grupo de amigos comenzaron a susurrar cosas que no llegaba a enterarme, pero me daba igual. Esta era ya casi la décima vez que pasaba de él en lo que iba de semana, se le notaba algo preocupado. Me da igual, tú lo has buscado.
Me dirigí hacia mi siguiente clase, que gracias a Dios ninguna de las cuatro de esa día iba a coincidir con él, lo cual me relajó bastante.
Las clases terminaron por fin, estaba bastante cansada y agotada. Aquella noche después de que mi madre me llamase y me dijese que vendrá a visitarme no pude dormir, además del tema de Jaden. Yo era así, si algo me preocupaba, no podía pegar ojo en toda la noche; y por ello era consciente de las bolsas bajo mis ojos.
Vamos, solo me quedan varios metros hasta la salida, tú puedes, Mads. Jaden no está cer...
Un suave agarre en mi brazo me giró sobre mi eje.
—¿Qué haces? Suéltame.— exclamé seriamente.
El moreno ladeó su cabeza confundido. —¿Qué es lo que te ocurre conmigo?
—¿Perdona? ¿Qué me ocurre contigo? ¿¡Qué te ocurre a ti conmigo!?— le respondí enfadada.
Él miró a su alrededor dándose cuenta de que varias personas comenzaban a observarnos interesados en la conversación.
—¿Podemos discutirlo en privado?— me pidió susurrando.
Yo sonreí negando. —No, claro que no. ¿Te da miedo que la gente vea cómo eres realmente? ¡Desde que me conoces llevas humillándome, delante de todos! ¿Y ahora me pides que discutamos en privado?— reí maliciosa mientras lo señalaba.
Él relamió sus labios algo nervioso.
—Venga, Madeleine...— me pedía estirando su brazo tratando de alcanzarme.
Yo di un paso atrás esquivándolo. —No me toques, Jaden.
Él suspiró preocupado, se veía que deseaba que aquello terminara.
—No entiendo qué es lo que te he hecho, de verdad.— sonrió hipócrita.
—Oh, ¿no lo sabes? ¡Me has estado humillando, burlándote de mí desde que me viste por primera vez! ¡Delante de tus amigos, delante de todo el puto instituto! Desde que te conocí estoy deseando de volver a España y no verte nunca más. Te has burlado de mi pelo, de que soy española, ¡y muchísimas cosas más sin sentido! Te lo dije el otro día, hice este viaje dejando a mi familia en la ruina, ya que 13.000 euros no nos lo podemos permitir todos. Y no, Jaden, ¡no todos tenemos tu economía de niño rico!— exclamé furiosa mientras él y los demás escuchaban atentos y en silencio.
Me estaba desahogando, y aquello hacía que me sintiese mucho mejor.
—¡Me estás estropeando mi viaje! ¡Se suponía que iba a ser el mejor año de mi vida, y no lo está siendo por tu culpa! ¿¡Y aún así me preguntas qué es lo que me pasa contigo!?— pregunte incrédula. —¡Eres un...!
Y allí frené, ¿de que me servía insultarlo? Ya le había dicho todo lo que le tenia que decir, no había necesidad de insultarlo y rebajarme al nivel que había quedado el después de todo lo que yo había dicho.
Él respiro hondo antes de responder. Una sonrisa que no me gustó nada se asomó en sus labios, estaba dispuesto a contestar.
—Nueva, creo que estás siendo demasiado exagerada. ¿Estás con la regla o algo?— comentó divertido haciendo a todos los presentes reír fuertemente mientras me miraban.
Me sentí muy avergonzada por la última pregunta que dijo.
La historia volvía a repetirse, todos se reían de mí por culpa del moreno. Esta vez no iba a quedar así, ya no más.
—Estas muy gracioso hoy, Jaden. Verás que pronto se te quita.— le respondí con una sonrisa, hizo una mueca de confusión mirándome y no t esperó lo que hice.
Elevé mi mano y lo abofeteé fuerte y sonoramente en todo su rostro, robándoles la respiración a él y el resto.
Él se llevó su mano a su mejilla golpeada que pronto se tornó a un tono rojizo. Se veía que le había dolido bastante. Te aguantas, campeón. Su cara reflejaba sorpresa, no se lo creía.
—Te mereces miles de bofetadas más y mucho más fuertes.— le dije seria y fríamente. —Has hecho muy mal metiéndote con una española, Jaden, sobre todo conmigo.
Aquellas últimas palabras fueron las que necesite para girarme y marcharme del instituto tranquilamente, dejando a todos allí confundidos y sorprendidos ante mi acción.
Al fin, obtuve mi venganza de una vez por todas.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro