PERFECT CHANGE — Jaden Walton.

002; ¡INSTITUTO!

                             LLEVABA YA 9 DÍAS aquí en EEUU, habían sido los mejores 9 días de mi vida. Hicimos un montón de cosas con mi host family, fuimos a la playa, fuimos al mall para terminar de comprar las últimas cosas para el instituto y algo de ropa nueva.

Hablando del instituto, empezaba hoy. Había dormido súper poco por culpa de los nervios que sentía.

La alarma sonó a las 5 de la mañana, el instituto empezaba a las 7. Me levanté y me di una ducha rápida, en la que casi me duermo de pie a causa del agua caliente.

Al salir, me vestí con unos pantalones negros y una sudadera verde, junto a mis botas Converse blancas. Me recogí el pelo en una coleta alta.

—Maddie, cariño, ¡el desayuno está listo!— exclamó Lily desde abajo de las escaleras.

—¡Voy! Solo me falta maquillarme.

Me dirigí al baño y abrí mi bolsa que había portado desde España. Agarre mi rímel y me lo puse en las pestañas. Y listo, ¿habéis visto cuánto tardo en maquillarme?

Bajé las escaleras corriendo hasta llegar a la cocina.

—Buenos días, Lily.— la saludé con una amplia sonrisa.

—Buenos días, cariño.— respondió dejándome el plato con una tostada y un vaso de leche. —¿Estás nerviosa por el instituto?

Yo asentí riendo. —No sabes cuánto.

—¿Tienes la maleta preparada?— me pregunto mientras agarraba su bolso y lo preparaba para cuando saliésemos.

—Ajá, la preparé anoche.— conteste mientras terminaba el vaso de leche.

—Genial.

Ambas nos subimos al coche para poner rumbo hacia mi nuevo instituto. Mi pierna se movía repetidamente de arriba a abajo mientras me rascaba los dedos de la mano por los nervios.

Lily situó su mano encima de las mias frenándome con una sonrisa. —No estés nerviosa. Ya verás que será genial, solo sé tú misma.

—Ese es el problema, ¿y si no caigo bien?— pregunté con algo de miedo.

Ella sonrió suavemente. —Es normal que los primeros días estés sola o nadie te hable, pero verás que en unos días ya estarás con tu grupito de amigas y todo.

—Eso espero.

Llegamos por fin luego de unos minutos. Joder, el instituto era increíblemente grande.

—Es chulísimo.— halagué con una sonrisa.

—Por dentro lo es más, ya verás.— me respondió Lily. —Pásatelo muy bien.

—Gracias por traerme.— agradecí bajándome del coche.

Lily asintió y se fue. Me quedé afuera unos minutos mientras observaba el instituto como una loca. Intimidaba demasiado la institución.

—Allá vamos.— me dije a mí misma en español tratando de animarme.

Al entrar por la puerta lo primero que vi fue tres grupos de unos 5 individuos, todo eran niñas.

—Bueno, no me puede ir tan mal.— me animé de nuevo mientras me adentraba más al interior.

Tenía razón, el instituto por dentro era aún más impresionante. Había muchísimas taquillas rojas, los pasillos parecían interminables, y estaban decorados con numerosos carteles coloridos que te robaban la atención.

—Dios mío.— susurré.

Mierda, estaba perdida. Llevaba como diez minutos tratando de buscar el aula de una tal Mrs. Country. Sí, su apellido era País, en fin.

La gente pasaba y no era capaz de animarme a preguntarle a alguien, decidí buscar a alguien que fuese solo, pero nadie iba así, todos iban en grupos bastante grandes. Prefería no hablar con nadie la verdad, me daba demasiada vergüenza.

Como si de un milagro se tratase, enseguida reconocí a un joven alto y esbelto. Llevaba puesta una camiseta verde en la que ponía "Buford" con unas grandes letras blancas. Luego llevaba unos shorts grises, y por último unas zapatillas de deporte del mismo color. Era el mismísimo Jaden Walton.

Noté como mi respiración se entrecortó y mi corazón comenzó a latir a un ritmo inhumano, estaba allí, a unos metros de mí nada más. Era alto, y a pesar de que verlo a través de una pantalla lo hacía ver guapo, en la vida real era aquello pero elevado al infinito.

Quería hablar con él, ¿cómo podría intentar comunicarme con él sin parecer una loca obsesionada? Porque él me gustaba, pero no estaba obsesionada, no por Dios. ¡Ya sé, le preguntaré dónde es la clase de Mrs. Country! ¡Él debe de saberlo!

—Eres la hostia, Mads.— me dije a mí misma. —Vale, ahora contrólate. Vas a conocer a tu ídolo, pero sigue siendo una persona cualquiera. ¿Estás de coña? ¡Es Jaden Walton, imbécil! Ay, ¡calla!

Vale, Maddie, respira. Una, dos, tres... bien, ahora acércate como si fuera otra persona más. Leíste que a los famosos les gusta que les trates como a una persona común. Puedes hacerlo.

El moreno venía acompañado de tres jóvenes más, los que supuse que era sus amigos. Aquellos tres pararon de repente cuando algo llamó sus atenciones; mientras que Jaden siguió caminando, ahora se encontraba solo. Esta es tu oportunidad, Maddie.

Me acerqué a él mientras notaba como me temblaban las piernas.

—Perdona, siento mucho molestarte. Es que soy nueva aquí y no conozco a nadie, ¿sabes dónde se encuentra el aula de Mrs. Country?

Bua, tremendo inglés te has marcado, Maddie. Así se hace.

Su mirada cayó en mí, tardó unos segundos en inspeccionarme de arriba a abajo con unas muecas algo, ¿despectivas? —No eres de aquí, ¿verdad?

—Oh, no, qué va. Soy de España.— le explicaba mientras él masticaba chicle. —He venido de intercambio aquí.

—Creía que aquí no habían de esas cosas de intercambio.— respondió él confundido.

Yo reí algo suave. —Pues ya ves que sí.

—¿Y tuviste que venir aquí?— preguntó dejándome algo confundida, ¿de verdad me había dicho eso?

—Eh... yo no lo elegí, me tocó. Eso lo eligió la agencia, no yo.— respondí algo insegura.

Él asintió mientras seguía masticando chicle. —La clase de Mrs. Country es la número 16, da Historia de EEUU.

—Muchas gracias.— agradecí. —Por cierto, me llamo Maddie.

—Vale.— Jaden siguió andando luego de pasar por mi lado ignorándome completamente, para después reunirse de nuevo con sus amigos y marcharse a algún aula.

—Joder, ha sido horrible.— pensé para mis adentros. —Definitivamente le he caído mal.

Narra Jaden

—¿Qué pregunta es esa?— cuestioné confundido. —Pues claro que iré al entrenamiento final, soy el capitán del equipo

Me encontraba con Evan, Cole y Caleb; mis tres mejores amigos. Nos encontrábamos entrando en el aula de Mrs. Country. Sí, no se lo había dicho a la rarita de la entrada, ya me verá.

—Vale, tío. Solo era para asegurarme.— Caleb levantó las manos en señal de inocencia. —Últimamente estás muy sensible, tío, como si te enfadaras por todo.

—Cállate.— le ordené con una fría mirada mientras me sentaba en la última fila de la clase.

Varios segundos estuve metidos en mis pensamientos cuando algo en mi campo de visión se movió. La joven del pasillo había entrado en clase, ¿cómo dijo que se llamaba? ¿Mary?

Da igual, la española examinó cada rincón de la clase en unos segundos, y una sonrisa suave se plantó en su delicado rostro. ¿Por qué sonríe estando en la escuela? Es muy rara.

Eligió una de las sillas del fondo también, pero la que más alejada de mí estaba. Sacó un cuaderno de su mochila para luego preparar los bolis que iba a usar para tomar los apuntes. Esta no tiene idea de cómo Mrs. Country da el tema.

—Bueno, chicos. Buenos días, empezamos con la clase.— anunció la profesora.

Me giré levemente a ver a la pelinegra, y su cara era todo un cuadro. La profesora tenía un acento bastante raro y muy complicado de captar, al menos para los no nativos. Entonces Mary, o como se llame, emanaba preocupación, ya que supuestamente no entendía nada.

Al acabar la clase volví a mirarla, seguía en la misma posición, no había escrito nada. Seguramente no había entendido nada de lo que había dicho Mrs. Country.

Narra Maddie

Me he quedado un poco espantada sobre cómo la profesora dio los apuntes de Historia de EEUU, ¿cómo podían entenderla? Hablaba peor que Louis Tomlinson o Adele, no había por donde cogerla.

Ya era hora del recreo, o como ellos lo llaman "lunch". Esto tenía llegar en un gran comedor con numerosas mesas y sillas, donde todo el mundo se ponía con sus colegas a charlar y a comer.

Me desespere un poco al ver a tanta gente allí, todos se conocían desde siempre, yo era la única nueva que no tenía a nadie, era como una marginada.

Mi respiración empezó a agitarse, empecé a notar como mi frente comenzaba a sudar. No, ahora no.

Un leve empujón desde atrás me impulsó ligeramente. No había sido fuerte, pero al no esperármelo hizo que pareciese que si lo había sido.

—Mira por dónde vas, nueva.— escuché la voz de Jaden pasar por mi lado mientras provocaba las risas de sus ahora 6 amigos.

Yo arrugué mi cara. —Si yo estaba quieta, imbécil, el que estaba andando eras tú. Será gilipollas.— le respondí mientras él seguía de largo.

Sinceramente, aquello me hizo sentirme aún más mal. ¿Por qué me trataba y hablaba así si no le había hecho nada?

Me senté en una mesa que estaba vacía. No tenía hambre, por lo que solo me dediqué a esperar a que la media hora pasase e irme ya a mi casa.

Noté la mirada divertida de Jaden y sus amigos varias veces en mí, lo que me hizo sentirme incómoda y revolverme en la silla tratando de ocultarme lo máximo posible.

—¿Te fue bien en el instituto?— me preguntó Lily mientras me daba un abrazo de bienvenida.

Yo le sonreí fingidamente. —Sí, fue genial.

Giré mi cabeza hacia la derecha y me encontré con Jaden andando en dirección a su casa mientras veía su móvil. Rápidamente entré en mi casa dejando atrás a una confundida Lily.

—¿Estás bien, cielo?— preguntó acercándose a mi después de cerrar la puerta. Menos mal.

—Oh, sí, sí. Es que afuera hace mucho calor y aquí se está fresquito.

Ella sonrió. —Oh, eso es cierto. Estos meses hace mucha calor por aquí. Sobre todo porque estoy es una zona seca.

Yo asentí para luego irme a mi habitación a hacer la tarea, o al menos de la que me enteré. Había sido un día un poco raro. Espero que mañana sea un día mejor. Después de la tormenta siempre llega la calma, o al menos eso dicen.