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𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟓: 𝐏𝐫𝐞𝐬𝐚𝐠𝐢𝐨

Habían pasado dos días desde aquel incidente, el cual termino destruyendo dos ciudades. El ataque de los androides 17 y 18 había causado un gran caos, miles de personas habían perdido sus hogares, miles habían muerto entre la destrucción de Ciudad U, y muchas otras miles habían perdido sus hogares debido a la caída de Ciudad O.

Por suerte, debido a que esta ultima había sido evacuada, las bajas fueron casi nulas, la Asociación de Heres se puso manos a la obra al instante, distribuyendo a los antiguos residentes de Ciudad O por todas las demás ciudades.

Debido a la posibilidad de que algún monstruo o monstruos destruyeran alguna ciudad, la asociación tenia varios edificios privados ubicados por distintas ciudades, hechos para albergar a los ciudadanos que perdieran sus hogares.

Inmediatamente se comenzó con la restauración de amas Ciudades, no obstante, aun con la ayuda del Clase S, Metal Knight, la reconstrucción tardaría bastante, al menos un par de meces, en el mejor de los casos.

Y en cuanto a los héroes que se enfrentaron contra ambos gemelos, estos habían sido trasladados a las instalaciones de la asociación lo mas rápido posible, siendo atendidos de urgencia, sobre todo Flashy Flash y Silver Fang, quienes eran los que peor se encontraban, sin mencionar a Tatsumaki.

La pequeña peli verde tenia varias heridas internas, sus órganos internos mostraban daños bastantes serios, sin mencionar que todo su brazo derecho había quedado lleno de quemaduras de segundo grado, al punto en que terminaron por dejarle varias cicatrices, y eso sin mencionar que los huesos de dicha extremidad estaban rotos.

Tatsumaki estaba completamente furiosa por esto, el solo recordar que sus oponentes habían escapado le frutaba muchísimo, sabia que se había confiado y por eso habían tenido la oportunidad para escabullirse como unas sucias ratas. Incluso con sus poderes, la peli verde tendría que tener su brazo enyesado durante un tiempo, cosa que no hacia mas que aumentar su evidente frustración y enojo.

Pero, lo peor sin dudas, fue la muerte del Clase S, rango 11, Superalloy Darkshine, el cual había muerto en combate.

Esto fue un golpe muy duro para la asociación de héroes, era la primera vez en toda su historia que perdían a uno de sus héroes mas fuertes, el hecho de que un Clase S fuera derrotado en combate ya era extremadamente raro, pero el que este muriera fue un completo Shock.

Al final, no pudieron esconder la noticia de aquella tragedia, la asociación se encargo de hacerle un funeral digno al héroe caído en combate, al menos eso le debían por sus servicios a la asociación. El funeral se llevo a cabo y varias personas fueron a mostrar sus respetos hacia el héroe caído en batalla, tanto sus amigos como compañeros héroes y familiares.

Actualmente, los héroes se encontraban en alerta máxima, todos habían sido informados sobre la existencia de Numero 17 y 18, sabían que estaban vivos y lo peligrosos que eran, se les había ordenado a los héroes que buscaran cualquier pista que pudiera servirles para localizar el paradero de los peligrosos y poderosos gemelos, y en el caso de que pudieran localizarlos, estos tenían que reportarlo de inmediato a la asociación.

Aquellos androides fueron calificados como una amenaza de Nivel dragón de las mas peligrosas que habían enfrentado hasta el momento, siendo que incluso lograron acorralar por un tiempo a la mismísima Tornado del Terror. En caso de que la ubicación de estos fuera descubierta, se enviaría a toda la Clase S de inmediato, para asegurar su eliminación absoluta, no estaban dispuestos a perder a otro de sus héroes mas poderosos.

No obstante, lo que nadie sabia, era que esto no era mas que el comienzo...

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...

Actualmente, nos centramos en la abandonada Ciudad Z, la denominada como la Ciudad Fantasma, aquella ciudad que había sido abandonada por sus habitantes debido a la gran cantidad de monstruos presentes en el área, una cantidad que incluso los héroes no eran capaces de eliminar, obligando a los humanos a escapar de allí, dejándoles aquel terreno a los monstruos.

No obstante, dentro de uno de los tantos departamentos abandonados de aquel sitio desolado, se puede apreciar como un hombre calvo estaba despertándose lentamente, abriendo de forma perezosa sus ojos para comenzar un nuevo día.

Saitama soltaría un pequeño bostezo mientras se frotaba los ojos, mientras se ponía de pie, dirigiéndose al baño, comenzando a lavarse la cara con agua fría para despertarse por completo, lavándose los dientes para luego escupir toda la espuma dental.

Tras haberse aseado, el héroe iría a la cocina, abriendo la nevera solo para toparse con la sorpresa de que esta se encontraba casi completamente vacía.

— Oh rayos, me olvide de ir a comprar, que mala suerte, Genos no esta, hubiese sido bueno pedirle que fuera el a hacer las compras— Diría el calvo con su típica mirada neutra en su rostro.

Sin mas, este solo cerraría la nevera, yendo a cambiarse, poniéndose su traje de héroe, decidiendo salir el mismo a realizar su tarea favorita, ir de compras, tomando su billetera y varios cupones de descuento.

— Que bien que recordé estos, un veinte por ciento de descuento en carnes, no puedo perderme esta oferta— Hablaría Saitama con una pequeña sonrisa, mientras abría la puerta de su departamento, saliendo de este y comenzando a dirigirse hacia el supermercado.

Mientras el héroe caminaba por las desoladas y silenciosas calles de la ciudad, este no pudo evitar ponerse algo pensativo, hace ya un par de días que no veía a Genos, cosa que le empezó a causar curiosidad, la ultima vez que lo había visto fue cuando este tuvo que salir rápidamente por una llamada de emergencia de la asociación de héroes, desde entonces no supo nada de el.

— Me pregunto que estará haciendo, ¿Sera que se esta mejorando de nuevo?— Pensaría en voz alta el héroe calvo, mientras seguía caminando, ya habiendo salido del distrito abandonado, viendo de reojo como habían mas personas por las calles.

En eso, algo llamaría la atención de Saitama, el cual se detendría, viendo como en una tienda habían varios televisores, los cuales estaban transmitiendo una noticia en especifico.

— Ya son dos días desde el ataque de los Androides que dejo devastadas las ciudades O y U, los héroes están haciendo todo lo posible para localizar y detener a aquellos monstruos, a los cuales se les a calificado como nivel Dragón+, se les informa a todos los televidentes que tengan extremo cuidado, todas la ciudades están en alerta máxima, si saben algo sobre estos dos seres, deben de informárselo de inmediato a la asociación de héroes—

Aquella era la noticia que se reproducía en los televisores, mientras los civiles veían con clara preocupación y miedo las imágenes de las devastadas Ciudades por los ataques de los androides.

— Esto es terrible—

— Esos monstruos siguen sueltos—

— Espero que los héroes los encuentren y los derroten rápido—

Aquellos solo eran algunos de los comentarios de los asustados civiles, los cuales veían la noticia transmitida en las pantallas. Por su parte, Saitama miro curioso aquello.

— ¿Destruyeron dos ciudades? Wow, deben ser fuertes— Fue todo lo que dijo el héroe calvo, pensando en que si tenia suerte, se podría encontrar con aquellos supuestos androides y esperaba que estos pudieran darle una buena pelea. Aunque ya a este punto, dudaba mucho que aquello fuera posible.

Aunque su rostro no lo demostraba, sentía algo de lastima por las vidas que debieron perderse en aquel ataque, pero de nada servía lamentarse, después de todo, ya estaba hecho. Así que, sin perder mas tiempo, este retomo su camino hacia el supermercado, teniendo varios cupones de descuento en manos.

Mientras Saitama caminaba por las calles de la ciudad, este volvió a sumergirse en sus pensamientos. Últimamente las cosas habían estado bastante aburridas, a excepción de las visitas de Genos y los leves encuentros con demás compañeros héroes como Silver Fang, El Ciclista sin licencia y su recientes encuentros con King, habían habido muy pocos ataques de monstruos, sin contar el de los androides, así que no tenia mucho que hacer.

— Que aburrido...— Fue el breve suspiro que salió de los labios del héroe calvo.

Saitama se encontraba tan sumergido en sus pensamientos, que este apenas se dio cuenta de que su teléfono estaba sonando, señal de que estaba recibiendo una llamada. Confundido, este lo saco de su bolsillo y atendió, notando que se trataba de Genos.

— Hola Genos— Saludo el héroe de Clase B al Cyborg.

— Buenos días, Sensei, lamento tardar tanto en comunicarme con usted, pero termine con daños muy serios en la ultima batalla y tuve que ser llevado rápidamente al laboratorio del Doctor Kuseno para ser reparado, nuevamente me disculpo por mantenerme incomunicado con usted— Había dicho el cyborg rubio rápidamente desde el otro lado de la llamada.

— Oye oye, tranquilo Genos, no es para tanto, aunque si me sorprendió un poco no verte estos días— Le respondió Saitama a su discípulo, mientras finalmente llegaba al supermercado, entrando y comenzando a buscar las ofertas mas baratas— Por cierto, ¿Dijiste que resultaste herido en una batalla?—

— Afirmativo, hace dos días participe en la batalla contra las Amenazas de nivel dragón que destruyeron las Ciudades O y U— Afirmo el héroe, llamando un poco la atención de Saitama.

— Oh cierto, recuerdo que mencionaron eso por la televisión, así que te enfrentaste a esos robots, ¿Cierto?— Le pregunto el calvo con algo de curiosidad, mientras llegaba al pasillo de las carnes, comenzando a fijarse en los precios de estas.

— Androides, de hecho, pero si, yo los enfrente junto a otros héroes Clase S, al final tuvimos que retirarnos para que esa enana fastidiosa de Tornado los enfrentara, pero por desgracia escaparon— Explico Genos, con algo de fastidio al mencionar como el y los demás héroes tuvieron que ser salvados por aquella molesta Esper.

— Ya veo, ¿Y eran fuertes?— Volvía  Preguntar Saitama, tras haber recogido un par de carnes en ofertas.

— Eran muy fuertes, lograron derrotarme a mi y a otros dos poderosos héroes, pero por desgracia terminaron asesinando a Superalloy Darkshine— Diría el héroe con pesar e impotencia en su voz por la muerte del héroe.

— Oh, lo lamento por eso— Respondería Saitama, dándole su pésame por la muerte del héroe, puede que el sea bastante insensible en varias ocasiones, cosa que incluso el mismo reconoce, pero no lo es tanto como para no sentir nada ante la muerte de alguien.

— Por desgracia escaparon, pero no es un problema, en cuanto me recupere por completo saldré a buscarlos y en cuanto los encuentre los eliminare, ellos no son mas que un paso mas para volverme fuerte y encontrar al Cyborg loco que destruyo mi pueblo y a mi familia— Exclamaría Genos con determinación en su voz, mientras sus ojos brillaban levemente en un amarillo dorado, aunque Saitama no sabia esto ultimo.

— Si, sobre eso Genos, tengo una pregunta— Saitama interrumpiría el monologo de su alumno, haciendo que este preste atención con curiosidad a las palabras de su Sensei— Sabes que te apoyo con esa meta de encontrar al tipo que destruyo tu hogar y demás, pero, ¿Sabes siquiera donde buscarlo? Digo, hasta ahora te has concentrado mucho en hacerte fuerte, pero no creo que eso sirva de mucho si no sabes en donde esta, ¿Tienes alguna pista de en donde puede estar o al menos sabes como luce?—

Aquellas palabras dichas por el héroe calvo sonarían un poco mas serias que de costumbre, algo que incluso Genos notaria. El cyborg abriría sus ojos, completamente asombrado por las palabras de su sensei.

El tenia razón, lo supo al instante. Se había estado concentrando tanto en volverse fuerte, que casi ni se había concentrado en buscar a aquel Cyborg que le había arrebatado todo, no tenia pistas no un lugar en donde buscar, no tenia nada que le diera una pista sobre donde buscar o comenzar una investigación.

Pero, en ese momento, como si de una señal del universo se tratase, un recuerdo llegaría a la mente del rubio Clase S, un recuerdo que su propia mente abría reprimido hasta ese momento, pero que aquel salió a la luz al ver que necesitaba desesperadamente una respuesta.

Un recuerdo que se transmitía como una película de terror enfrente de sus ojos, como una visión horrible salida del mismísimo infierno.

Fuego por todos lados, consumiendo todo y a todos lo que estuviera en su camino, devorándolo como una bestia sin piedad, consumiéndolo entre sus llamas poco a poco, quemando todo hasta que no fueran mas que míseras cenizas.

Los gritos de las personas, de sus vecinos, de su propia familia resonaban por el lugar como un coro oscuro, un coro de destrucción y muerte que alababa al responsable de aquello como si de un demonio se tratara.

Y el sepultado entre los escombros, apenas permaneciendo con vida, sintiendo el dolor agudo y desgarrados de sus extremidades rotas por el peso sobre estas, el dolor de sus propios huesos desgarrando su carne y piel hasta salir al exterior, el dolor agonizantes de las llamas quemando y derritiendo su piel, el ardor abrazador de las cenizas que caían sobre el como si fuera nieve, aumentando su tormento.

Los cadáveres de su padre, de su madre y de su hermana yacían esparcidos por todo el lugar. Su padre aplastado por los escombros hasta no ser mas que una masa de carne deforme, la cual poco a poco era consumida por las llamas de aquel horrible escenario salido del mismísimo infierno. Su madre yacía muerta con la mitad de su cuerpo desfigurado de forma grotesca y repugnante, la explosión la había alcanzado, quemando su piel y carne hasta que no pudo mas, muriendo por un shock doloroso, al menos podría decirse que no sufrió mucho.

Y la ultima, era su hermana menor... De tan solo tres años menor suyo en aquel entonces, su vestido azul cubierto de su propia sangre, tiñéndolo de aquel color rojo intenso, mientras las cenizas caían sobre su pequeño cuerpo infantil, la explosión inicial la había dañado al igual que a su madre, pero no la había matado, en su lugar, la dejo tan dañada que no pudo moverse cuando las llamas se acercaron peligrosamente a ella, alcanzando aquel vestido azul cielo que siempre usaba, hasta que sus llantos se convirtieron en gritos ahogados de dolor cuando su piel se derretía y su carne chisporroteaba.

Fueron pocos segundos, segundos en donde su frágil cuerpo fue quemado lentamente los el fuego, hasta que esta no resistió mas y finalmente murió ante aquellas infernales llamas, quitándole a lo ultimo de familia que le quedaba.

Aquella horrible escena se quedaría gravada a fuego en la memoria del agonizante Genos, el cual quería gritar de furia y dolor al ver como las personas que mas amaba en toda su vida le eran arrebatadas de aquella forma tan cruel, pero no podía, sus cuerdas bocales estaban demasiado dañadas para siquiera pronunciar una sola palabra.

Pero, como si aquello no fuera suficiente para el pequeño, este vería a lo lejos al responsable de todo aquel infierno, parado a unos metros enfrente suyo.

Aquella figura humanoide apenas se podía distinguir debido a las enormes nubes de humo y las llamas que cubrían el lugar, haciendo que sea casi imposible distinguir la apariencia de aquel ser, mas haya de su silueta.

Lo único que se podía decir de aquel monstruo, aquel demonio con forma humana que gozaba del dolor de los demás y de la destrucción que el mismo estaba provocando, era que parecía ser un adulto alto y con el cabello largo hasta los hombros, además de que la mitad izquierda de su rostro parecía no ser humano, parecía estar hecho de metal, mientras unan escalofriante luz roja intensa brillaba entre la oscuridad de aquella trágica noche.

Y, aparte de eso, por un segundo, por un breve y corto segundo, pudo ver algo mas sobre el aspecto de aquel maldito que le quito todo, era un raro símbolo en lo que parecía ser su ropa. Un símbolo similar a un listón, siendo de un color rojo tan intenso como la propia sangre que fue derramada esa fatidica noche.

Aquello no era humano, ni monstruo... Era un demonio.

Fue luego de ser salvado por el Doctor Kuseno que Genos llego a la conclusión de que aquello era un Cyborg, y el resto... Ya es historia.

El héroe rubio saldría rápidamente de sus pensamientos, jadeando levemente ante aquel horrible recuerdo que su mente abría suprimido durante tanto tiempo.

— ¿Genos, estas bien? Te quedaste en silencio— Le hablaría Saitama.

El cyborg rubio saldría de su pequeño shock al escuchar las palabras de su sensei, tocándose ligeramente la frente ante aquellos recuerdos suprimidos.

— Si, estoy bien Sensei, no se preocupe...— Respondió el Clase S, mientras jadeaba levemente— Pero, usted tiene toda la razón, me concentre demasiado en volverme fuerte, cuando debería de concentrarme en encontrar a aquel cyborg loco... Se lo agradezco profundamente, Sensei, como siempre, su sabiduría es increíble—

— Ah, claro Genos, de nada...— Diría el héroe calvo con cara de póker, sabiendo como era que se ponía su alumno.

— Bueno, debo retirarme por ahora, Sensei, debo comenzar con la investigación y el rastreo de aquel Cyborg loco para cumplir con mi venganza— Genos apretaría los puños, mientras su mirada era completamente determinada ante su objetivo.

— Esta bien, Genos, nos vemos, y ten cuidado—

Tras decir aquello, el héroe calvo cortaría la llamada, ya a este punto abría salido del supermercado, ya con todas sus compras realizadas, comenzando a dirigirse de nuevo hacia su hogar.

— Al parecer Genos estará ocupado...— Fue todo lo que diría el héroe, con su expresión monótona en su rostro, no siendo consciente de los cambios que estaban por suceder en el mundo.

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Genos estaba determinado, mucho mas determinado que nunca. Las palabras de su sensei le habían dado una nueva perspectiva, una nueva idea y forma para lograr su objetivo. Fue muy estúpido e ingenuo, había estado viendo todo desde el ángulo equivocado.

No importaba que tan fuerte se volviera, de poco o nada importaría si no podría encontrar a su enemigo, este podría estar del otro lado del mundo, o incluso puede que alguien mas lo haya derrotado antes que el. Pero, prefería no pensar en esa opción, porque si de así fuera, entonces abría desperdiciado años de su vida en vano, algo que simplemente no quería pensar que fuera siquiera posible.

El rubio solo sacudiría su cabeza a los costados, alejando aquellos pensamientos de su cabeza, no era tiempo de pensar en esas cosas, era tiempo de actuar.

Este miraría sus brazos reconstruidos con convicción, habiendo siendo terminado de ser reconstruido por el Doctor Kuseno hace algunas horas, estando como nuevo tras aquella pelea que tuvo contra los androides, y si bien perdió, eso no lo detendría.

No importara cuantas veces fuera derrotado, cuantas veces su cuerpo fuera destruido, el se volvería a levantar una y otra vez, aprendería de aquellas derrotas, mejoraría y se haría mas fuerte, todo no solo por su venganza, sino para la justicia.

Encontraría a ese Cyborg que le quito a su familia y lo destruiría, tanto por su objetivo personal de la venganza, como porque no podía dejar que una amenaza así siguiera con vida.

No importaba cuanto le tomara, lo lograría, su determinación era un fuego que jamás se extinguiría. Un fuego que, a diferencia de aquellas infernales llamas que se llevaron la vida de su familia, el usaría para traer justicia.

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En las afueras de Ciudad F, se puede apreciar una gran cantidad de montañas, junto a grandes prados y bosques llenos de vegetación y vida, un paramo muy bello y pacifico. No obstante, cerca de una de las tantas montañas que había en dicho lugar, se podían ver a dos personas, dos jóvenes que no pasaban de los 19 años, dos personas bien conocidas a este punto.

Los androides 17 y 18 se encontraban dentro de una cueva de aquella montaña, sentados en el suelo mientras se encontraban muy enojados por lo sucedido en su reciente batalla contra la Esper mas poderosa del mundo.

De hecho, el decir que los hermanos se encontraban enojados era una blasfemia, se encontraban furiosos, su orgullo había sido pisoteado y escupido por aquella maldita heroína de cabello verde. Ellos, que habían sido creados como las armas definitivas para eliminar a la asociación de héroes, habían sido brutalmente humillados por la segunda mas poderosa de la Clase S.

Desde el punto de vista de ambos hermanos, aquello era una blasfemia, si aun fueran humanos comunes, estaban seguros de que ya se les estarían sangrando los ojos, al haber reventado sus venas oculares.

— ¡Maldita mocosa de mierda!¡Esto no puede estar pasándonos!— Rugió Numero 17 con furia total en su voz, mientras se ponía de pie— ¡Juro que la próxima vez que la vea, la partiré por la mitad!¡No sin antes obligarla a ver como convierto en polvo a la puta de su hermana!—

El peli negro lanzo un golpe a la pared para descargar un poco de su enojo, pero antes de que su puño impactara contra la pared de aquella cueva, su mano fue detenida por su hermana, la cual lo estaba mirando con extrema seriedad.

— Mejor cálmate, hermano... Créeme, estoy igual de furiosa que tu, pero necesitamos recuperarnos primero, no estamos en condiciones de pelear, si los héroes descubren nuestra ubicación en estos momentos, estaremos en desventaja, lo primero será que nos recuperemos, luego iremos por nuestra revancha— Finalizo su explicación la blonda, mientras una sonrisa malvada se dibujaba en sus labios.

La batalla contra la esper les había dejado muchas heridas de gravedad a ambos androides, y si bien estos no podían cansarse, sus heridas aun así eran peligrosas. Gracias a las mejoras realizadas por el Doctor Gero, ellos tenían un factor curativo que les ayudaba a sanar mas rápido, y aun con eso les estaba costando mucho mas tiempo de lo pensado el recuperarse de la batalla contra la heroína Psíquica, necesitaban mas tiempo para sanar y así tener su ansiada venganza contra Tatsumaki.

Numero 17 se soltó del agarre de su hermana, mirándola con clara molestia, pero aun así sabia que esta tenia razón.

— No creo que tengamos mucho tiempo, la asociación de héroes nos esta buscando por cielo, mar y tierra, no tardaran mucho para encontrarnos, podemos acabar sin problemas con los héroes promedio, pero el problema serán los clase S, incluso con Tatsumaki herida, si llaman a monstruos como King o Blast, estaremos mas que acabados en nuestra condición actual— Explicaría el androide peli negro, mencionando también el como ambos se encontraban en desventaja.

Ante esto, la rubia solo soltaría una pequeña risa maliciosa, cosa que despertaría la intriga de su hermano, el cual solo levantaría una ceja ante esto.

— Ya pensé en eso, hermano...— Diría 18, mientras se daba media vuelta, comenzando a caminar, adentrándose mas y mas en aquella oscura cueva. Sin decir nada, Numero 17 solo comenzaría a seguirla, sintiendo la curiosidad crecer ante que tenia planeado su hermana gemela.

— Veras, aquel viejo no tenia solo un laboratorio, de hecho, este tenia varios, los cuales estaban esparcidos por varias ciudades, esto como método de seguridad por si los héroes o alguien mas encontraba alguno de sus laboratorios, tendría mas de repuesto. Esta información de hecho esta guardada en nuestros cerebros, con todo y su ubicación, aunque dudo que siquiera le hayas prestado atención— Explicaría la fémina, mientras su hermano no pudo evitar fruncir el ceño con fastidio ante las burlas de su hermana.

Sin embargo, esto cambio a sorpresa cuando vio como ambos llegaban al fondo de aquella cueva, en donde había una gran puerta de metal reforzado bloqueándoles el paso, cosa que le sacaría una sonrisa a ambos androides.

— Bingo...— Y tras decir eso, Numero 18 le daría un fuerte golpe a la puerta, rompiéndola en pedazos y dejándole vía libre a ambos jóvenes, los cuales entrarían a las instalaciones de aquel laboratorio secreto.

La rubia iría hacia una pared, presionando un botón, provocando que las luces del lugar se encendieran, junto a varias pantallas y una gran computadora en la pared.

— Este era el laboratorio mas cercano, así que fue fácil el llegar, aunque nos tardamos mas de lo que creí, tuvimos que evitar a varios héroes de camino a aquí— Menciono la rubia, mientras se acercaba a la gran computadora, mirando la pantalla con una sonrisa maquiavélica.

— Si, es interesante y todo, pero, ¿Me dirás porque estamos aquí? No veo nada útil entre toda esta basura— Diría 17, mientras veía con aburrimiento varias herramientas viejas y polvorientas esparcidas por todo el lugar, demostrando que había estado abandonado durante mucho tiempo.

Número 18 solo sonrió de forma maligna ante esto, mientras encendía la computadora, comenzando a teclear rápidamente los botones enfrente suyo.

— Veraz, mi tonto hermano, no escogí este laboratorio solo porque si, de hecho, habían un par que eran mas cercanos que este— Explicaba la rubia, mientras en la pantalla se mostraban distintos dados, antes de que esta abriera un archivo en especifico— Escogí este porque aquí es donde aquel viejo guardo algunos de sus viejos proyectos, los cuales fueron abandonados por ser muy... Defectuosos... Y estoy segura de que ellos pueden darnos el tiempo que necesitamos para recuperarnos, y tal vez deshacerse de algunos estorbos por nosotros...—

El peli negro entendió rápidamente a que se refería su hermana, cuando vio el archivo mostrado en la computadora, provocando que una sonrisa maliciosa se dibujara en sus labios.

— Oh jeje esto si que será muy interesante— Diría con malvad el androide peli negro.

Proyectos N°: 13, 14 y 15.

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En otro lugar, mas específicos, debajo de la abandonada Ciudad Z, se encontraba la enorme base de la Asociación de Monstruos, un grupo liderado por el poderoso Rey Orochi, la principal amenaza de la asociación de héroes, actualmente.

Aquel grupo estaba conformado por cientos de monstruos, los cuales variaban su nivel de amenaza, siendo desde niveles lobo o tigre, pasando por niveles demonio, y llegando hasta los mas poderosos, los nivel dragón, los cuales eran los propios ejecutivos y el mismísimo Rey Orochi.

Actualmente, un par de monstruos de nivel lobo se encontraban realizando su patrullaje por algunos de los túneles de la base, esto por ordenes de Gyoro Gyoro, para asegurarse de que no hubiera ningún intruso que este no haya detectado con sus poderes psíquicos.

— Tch, carajo, esto apesta, odio ser el puto sirviente en esta organización— Se quejo frustrado un monstruo de apariencia humanoide, de color verde y cuernos en su cabeza.

— Yo igual, pero prefiero mil veces esto a que convertirme en el almuerzo de Lord Orochi— Exclamo un monstruo con aspecto de mosca, sintiendo un escalofrió recorrer su ser al recordar al intimidante líder de la asociación.

— Como sea, solo terminemos esto de una vez, quiero salir a la superficie y matar algunos humanos— Diría el demonio con cuernos, teniendo una sonrisa macabra.

Pero, en ese momento, ambos monstruos escucharon un sonido raro, al principio fue sutil, casi imperceptible, como el sonido del viento rozando sus oídos. Estos iban a a ignorarlo, pero aquel sonido volvió, pero con mas fuerza, repitiéndose una y otra vez, mientras sonaba mas fuerte y mas cerca.

Aquel sonido era como... ¿Pisadas?.

— ¡¿Quien esta ahí?!— Exclamo el monstruo mosca, volteando a ver hacia la dirección de donde provenía aquel sonido tan raro.

Lo que ambos monstruos vieron... Fue al ángel de la muerte.

Fin del capitulo.

Espero que les haya gustado este cap, las cosas se pondrán mucho mas intensas ahora. Dejen su voto para apoyar a esta historia y sus opiniones en los comentarios.

1-10¿Que les parecio?

¿Qué les gusto?

¿Qué no les gusto?

Sin mas que decir, nos vemos.

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