"Dreamed of all the different ways i had to make her glow"

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CARLOS ✩

Días después de el primer encuentro que tuve con Sophie, decidí dejar de sobrepensar mucho e intentar buscarla, con la suerte de que mi ahora amiga Camille era de la misma academia que Sophie. Así que sin muchos rodeos le pedí que por favor me dijese donde se encontraba esa academia, y a que horas se encontraba Sophie por ahí:

—¿Carlos?— pregunta Camille respondiendo a la llamada telefónica.

—Si, hola Camille— le respondo al otro lado de la llamada—verás, te llamaba para preguntarte donde está la academia de ballet a la que asistes y a que horas podría encontrar a Sophie ahí— le digo sin rodeos.

—Uy, ¿y por qué quieres saber tu eso?— pregunta curiosa y con un tono divertido.

—No veas cosas donde no las hay— le aclaro— se dejó unas punteras el día de la presentación que hicisteis y las tengo yo, así que quiero devolverselas—

—Si quieres me las das a mi y yo se las devuelvo— dice ella intentando ayudarme, pero yo me niego rotundamente.

—No, quiero devolvérselas yo— confieso mientras escucho únicamente risas por su parte— ¿de que te ríes?— pregunto un tanto avergonzado.

—De nada, de nada, ¿de que voy a reírme?— dice Camille mientras seguía atragantandose con su propia risa.

—De verdad que no le veo la gracia— le digo un poco sorprendido.

—No, es solo que se nota que ella te gustó en cuanto la viste, nada más— dice mientras sigue riéndose— y ni se te ocurra intentar negarlo, solo hacía falta ver tu cara cuando se acercó a nosotros, y como la mirabas, a ti te ha gustado Sophie— afirma ella relajándose un poco.

—¿Pero que dices?, tu estás chalada— le digo intentando negar lo que acababa de decir, aunque mi tono no era muy convincente.

—Bueno, lo que tu digas— dice sin más— pero te digo yo que te brillaban los ojitos cuando hablabas con ella— repite mi amiga

—Deja el temita, haz el favor— le respondo un poco agobiado.

—Vale vale, si tanto te molesta no vuelvo a sacar el tema— dice ella seriamente.

—Gracias, ¿me vas a dar la dirección y la hora?— pregunto de nuevo.

—Si, ahora mismo te lo mando por mensaje— contesta ella comprensiva.

—Gracias Camille— le respondo más agradable.

—De nada, al ataque Mr.Darcy— dice ella colgando la llamada sin dejarme que le responda nada.

¿Tanto se notaba lo cómodo que había estado con Sophie el día de la presentación?, ¿tan obvias eran las ganas que tenía de volver a verla?

Que se dejase esas punteras era realmente lo mejor que me podía haber pasado.

Minutos después recibo el mensaje de texto de Camille diciéndome donde y cuando buscar a Sophie.

Sonrío inconscientemente ante ese mensaje, y una sensación de ilusión se hace presente en mi cuerpo.

¿Tenía ganas de ver a Sophie?, totalmente, ¿estaba nervioso?, cien por cien.

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SOPHIE ✩

17:05 de la tarde, me encontraba repasando unos cuantos papeles que Támara me había encargado para mañana en el despacho que ella me había dado.

El despacho no era muy amplio, pero me servía para estar tranquila y a solas cuando lo necesitaba, y podía hacer mi trabajo sin escuchar horas y horas a el grupo de pequeñas de los jueves que gritaban sin parar.

Fotos con mis amigos y familia estaban colgados por todo el despacho, y una foto de mi padre y yo abrazados en mi cumpleaños se encontraba apoyada en mi escritorio, siempre miraba esa foto horas y horas recordando lo mucho que lo echaba de menos.

Estaba terminando de ordenar los papeles cuando Ada, una bailarina de la academia entra en mi despacho.

—Sophie, ¿puedes salir un momento?— dice abriendo la puerta.

—Si claro, ¿que ocurre?— cuestiono levantándome y yendo hacía la puerta.

—Hay un hombre que quiere hablar contigo, dice que se llama Carlos— contesta ella saliendo del despacho.

Yo camino hacía el hall de la academia donde esperaba el hombre del que Ada hablaba.

—¿Carlos?, ¿quien es Carlos?— pregunto en voz alta entrando al hall.

—Yo soy Carlos— dice el hombre acercándose a mi.

Yo dirijo mi mirada hacía la voz que acababa de escuchar, y me paralizo al ver de quien se trata.

—Oh, tú— digo sorprendida.

Su cara cambia drásticamente de una sonrisa a una cara de vergüenza.

—Disculpa, ¿te he molestado viniendo?— pregunta avergonzado.

Ahora la avergonzada soy yo, ya que no quería que pareciese que me molestaba su presencia, simplemente soy malísima para los nombres, no significaba que me hubiese olvidado de el.

—No no, ¡para nada!— digo caminando hacía el— de veras lo siento, no quería que pareciese eso, soy malísima para los nombres, pero me acuerdo perfectamente de ti, eres el amigo de Camille junto a quien me senté en la presentación— digo dándole mi mano.

El enseguida sonríe y siento que se relaja cuando toma mi mano en forma de saludo. Carlos tiene una sonrisa preciosa.

—Efectivamente, ese soy yo— dice riéndo, causando una pequeña risa en mi.

—Bueno, pasa pasa— digo dirigiéndonos a mi despacho.

Una vez dentro, cierro la puerta para mayor privacidad y lo invito a sentarse en la silla frente a mi escritorio, y yo también me siento.

—¿Y que te trae a qui?, ¿necesitas algo de mi?— pregunto directamente, ya que era a mi a quien buscaba.

—De hecho, no necesito nada— dice causando confusión en mi— venía a traerte algo— dice rebuscando en una bolsa de deporte que llevaba consigo.

Yo lo miro atenta, ¿que podría el traerme a mi?

De repente saca de su bolsa unas punteras, las cuales traían bordadas mis iniciales, y yo me quedo boquiabierta.

—¡Mis punteras!— grito emocionada levantándome de mi asiento y caminando hacía el— ¿donde las has encontrado?, llevo días desesperada buscándolas— digo tomándolas entre mis manos

—Te las dejaste el día de la presentación en tu asiento, y te las guardé hasta que supe donde encontrarte para devolvertelas— dice con una pequeña sonrisa mientras se levanta de su asiento.

Tenía una felicidad que no cabía en mi, ya que estas punteras tenían un significado muy especial para mi, así que sin siquiera pensarlo casi que salto a los brazos de Carlos y lo abrazo.

El se sorprende un poco, pero me devuelve el abrazo rodeandome con sus fuertes brazos.

—¡Gracias, gracias, gracias!— digo abrazándole aún más— te lo agradezco mucho—

Rápidamente me doy cuenta de lo precipitada que he sido al darle un abrazo, y poco a poco me separo un poco de el.

—Lo siento, me he emocionado— digo riéndo un poco— no pretendía incomodarte— digo avergonzada

—Para nada, no me has avergonzado en absoluto— dice restándole importancia— das buenos abrazos— dice el bromeando para aligerar el ambiente.

Yo río ante su comentario y sonrío.

—¿Puedo preguntarte algo?— dice el ahora con más seriedad.

—Si, claro— contesto rápidamente.

—No quiero parecer un cotilla, pero,  ¿puedo preguntarte por que aún tienes esas punteras viejas?, quiero decir, parecen como muy usadas, ¿no?— pregunta curioso.

Mi semblante cambia al instante y el lo nota, era un tema delicado para mi.

—No quería hacerte sentir incomoda, no tienes porque responder si no quieres— intenta arreglarlo.

—No no, no te preocupes, además, las he recuperado gracias a ti, así que es lo mínimo que puedo hacer— rio un poco incómoda— en resumen, son las últimas punteras que me regaló mi padre, quien falleció hace poco más de un año— digo sin rodeos.

—Vaya, lo siento— dice cubriéndose la boca en sorpresa— no debía haber preguntado— dice incómodo.

—No pasa nada, no necesito que tengas pena por mi— digo intentando restarle importancia.

El simplemente asiente y ambos nos miramos con una pequeña sonrisa, era agradable.

—Oye, ¿estás haciendo algo importante ahora mismo?— pregunta cambiando de tema

—Solo ordenando unos papeles, ¿por qué?— digo curiosa.

—¿Te apetece ir a por un café conmigo?, no hace tanto tiempo que vivo en Mónaco y no conozco muchos sitios— ofrece el.

—¿Quieres que sea tu guía de cafeterías?— pregunto divertida

—Si te ofreces, en ese caso me encantaría— dice riéndose.

—En ese caso creo que puedo terminar de ordenar los papeles luego— digo tomando mi bolso y saliendo de la academia junto con Carlos.

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NOTA DE LA AUTORA:

¡Hola hola hola!

Sophie y Carlos han vuelto, y estoy muy emocionada de continuar esta historia, se vienen muchos momentos con estos dos, ¡así que espero que os guste!