❛𝓒𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝓣𝐇𝐈𝐑𝐓𝐘-𝓢𝐄𝐕𝐄𝐍❜
𝐆𝐇𝐎𝐒𝐓 𝐒𝐓𝐎𝐑𝐈𝐄𝐒 👻☎️
𝐏𝐑𝐄𝐒𝐄𝐍𝐓𝐒...
༉‧₊˚. ♯ I'm not hungry

Cállate, Ghostface.
Ya sabemos que se te da bien mentir🔪

                      𝐃𝐄𝐒𝐏𝐔𝐄́𝐒 𝐃𝐄𝐋 𝐕𝐄𝐑𝐆𝐎𝐍𝐙𝐎𝐒𝐎 𝐌𝐎𝐌𝐄𝐍𝐓𝐎 𝐐𝐔𝐄 𝐓𝐔𝐕𝐄 𝐐𝐔𝐄 𝐏𝐀𝐒𝐀𝐑 𝐏𝐎𝐑 𝐂𝐔𝐋𝐏𝐀 𝐃𝐄 𝐄𝐓𝐇𝐀𝐍 tuvimos que ordenar todo el desastre que habíamos provocado mientras nos peleábamos.

—Eres un idiota —farfullé por lo bajo al tiempo que recogía mi ropa para ponermela y quitarme de una vez por todas la toalla—. Te voy a humillar algún día de estos como venganza por el mal rato que me hiciste pasar, que lo sepas.

—No puedes humillarme porque no tengo vergüenza —dijo Ethan como si nada mientras jugueteaba con la pistola de juguete. Me pregunto si tenía razón, tan solo se estaba haciendo el valiente—. Que lo sepas.

—Me parece que no hace falta hacerlo. Ya te has humillado tú solo, sinvergüenza.

Sin darle mayor atención, salí del cuarto y me dirigí al baño. Estaba todo en silencio así que me quedé más tranquila y supuse que Stacy y Archie seguían en la cocina.

Cuando me quité la toalla, me coloqué rápidamente el vestido, mirando de un lado a otro cada dos por tres. Y cada dos por uno. Un trastorno compulsivo obsesivo que se adapta a tu forma de vida por el mero hecho de tener a un asesino en serie a tu lado.

Al recogerme el cabello, alguien me pellizco la cintura desde atrás y casi le doy un puñetazo si no hubiera visto de reojo una melena pelirroja. Era Stacy. Claro que sí. La mayor cotilla de la ciudad, ¿cómo se me había pasado por alto que a la mínima oportunidad vendría a preguntar?

—¿Qué quieres? —pregunté aunque ya sabía a lo que venía. Y estaba asustada.

—¿Cómo fue? —me dijo con una sonrisa traviesa.

—¿El qué? —Nuevamente, deseaba con todas mis fuerzas que se olvidara del tema. Ethan y yo solo discutimos. Nada más.

—Ya sabes. —Alzó las cejas de arriba abajo, un gesto muy característico en ella—. ¿Cómo fue tu primera vez con Ethan?

¿La primera vez en la que Landry y yo casi nos matamos y usamos cuchillos como si fueran nuestros propios dedos? ¿La primera vez en la que disparo a un chico, el cual era amigo de mi mejor amiga por un error y ahora estaba debajo de su cama? ¿O la primera vez en la que deseé con todas mis fuerzas empujar a Ethan por la ventana como si fuera un televisor antiguo? Yo detrás de él para aplastarlo.

—Tierra llamando a piloto espacial —dijo Stacy. Estaba tan perdida en los recuerdos que ni me di cuenta que no le había contestado.

—Ah, sí. La cosa esa —respondí, sin mostrar apenas interés. Carraspeé un poco para ganar unos segundos de tiempo y ver qué podía decir. No se me ocurrió nada—. Pues... bien. Muy bien, la verdad. Estuvo bastante... ¿bien?

Stacy arqueó las cejas. No se lo creía.

—¿Y ya está? Oh, vamos —insistió ella mientras me estrechaba las manos con las suyas—. Sabes que puedes contármelo todo, ¿no? Somos amigas. Si necesitas consejo... yo no soy experta ni nada pero vi Sex Education así que sé algo.

¿Qué?

—Sí, claro. Claro, claro... —Se las aparté rápidamente—. Bueno. ¿Y qué... tienes preparado para comer? Tengo hambre.

Stacy era buena camarera y pastelera pero sus cualidades culinarias no estaban tan perfeccionadas a la hora de preparar platos caseros. Solo sé que era una buena excusa para no seguir hablando del tema. Le encantaba la cocina.

—¡Sorpresa! —exclamó, me cogió de la mano otra vez y me guió a la cocina. Miré de reojo el cuarto donde estaba Ethan pero para mí no sorpresa ya no estaba allí.

Estaba en el comedor. Con Archie...

Archie lo fulminaba con la mirada y Ethan le sonreía.

En otras palabras, le sonreía pero mentalmente estaba pensando en las mil y una formas de torturarlo para luego rematarlo.

Tragué saliva y me senté. Los dos únicos asientos que habían libres estaban al lado de Ethan.

Increíble.

Opté por el lado derecho y me dirigió una sonrisita.

—Bueno, parejita feliz. —Empezó a decir Stacy. Feliz no era precisamente el término adecuado para definir nuestra relación—. Ahora mismo os traigo el mejor plato de mi vida, lo he llamado como: ¡La Paella Americana! ¡Ahora vuelvo...! —Con un gesto casi dramático se despidió de nosotros y volvió al comedor.

La verdad es que aún seguía teniendo hambre.

━━𝐍𝐎 𝐓𝐄𝐍𝐆𝐎 𝐇𝐀𝐌𝐁𝐑𝐄 —comenté de manera involuntaria al ver el plato que había traído y nos había servido a cada uno de nosotros con un gran cucharón.

La comida tenía un aspecto muy... raro.

Ethan me dio un codazo disimuladamente mientras sonreía a Stacy.

—No le hagas caso, Sta. Seguro que te quedó genial.

Archie estaba indiferente y Stacy seguía observando su plato con mayor ahínco como si fuera el billete premiado de una lotería.

—¿Qué ingredientes tiene...? —pregunté mientras cogía una cuchara y aproveché para remover la comida, la masa estaba pastosa y muy viscosa—. Si puede saberse...

—¡Oh...! Macarrones con queso, sirope, salsa de carne, soja, maíz, margarina, canela, varitas de pescado. —La lista continuó por lo menos medio minuto pero estaba tan perdida en mi mente que ni la escuché—. Y eso es todo. He agregado menos ingredientes que la mayoría de mis platos. No sé por qué pero en las anteriores comidas que he preparado la gente corrían al baño cuando las probaban.

Normal.

—Stacy —comenté mientras removía los ingredientes del plato con la cuchara—. Soy vegetariana, ¿recuerdas?

Por la expresión que puso estaba claro que no lo recordaba.

—¡Pues claro, tonta! ¿Cómo me iba a olvidar de algo tan importante como eso? La salsa de carne proviene de carne vegetal y las varitas de pescado también. Están conformados principalmente por ingredientes vegetales y derivados de la soja, el trigo y, por supuesto, las espinacas.

Ya, claro y yo me lo creo.

Ethan fue el primero en probar el plato.

—¡Está riquísimo, Stacy! —exclamó con ganas. Ser el maestro de las mentiras tenía su parte buena—. ¡Me gusta mucho! Te agradezco el gesto.

Stacy sonrió de pura felicidad.

—Muy bueno, hermana —le continuó Archie. Otro mentiroso por lo que veo.

La pelirroja me miró.

—Eve, eres la única que no conoce el verdadero arte culinario.

Genial, me tocaba ser la mala de la película.

Pero para no herir sus sentimientos, me obligué a probarlo. Tragué saliva y pensé en cosas bonitas. Me imaginé que la cuchara tenía helado de vainilla pero... no funcionó. Era tan pastoso que la comida se adhería a los dientes y te dejaba la lengua seca.

—Está... está... —Era tan viscosa que ni siquiera podía hablar—. Está... ¡riquí...sima!

Stacy aplaudió y fue corriendo hacia la cocina mientras gritaba:

—¡Genial! ¡Porque hice un kilo para que podaís repetir! Y luego, ¡el postre!

Cuando maldejimos por lo bajo y vimos que Stacy estaba lo suficientemente lejos para no ver, escupimos la comida en la servilleta más cercana. Todos menos Ethan.

—Joder... —susurró Archie.

—Puaj... —le seguí yo.

—Me encanta. —Ethan mintió pero disimuló felicidad—. Quiero repetir.

—Cállate, Ghostface. —Archie le fulminó con la mirada—. Ya sabemos que se te da bien mentir.

—¿Ghostface...? —Cómo actuaba el chico tímido, en su mirada había decepción y una profunda tristeza—. ¿Por qué dices eso? ¿Te das cuenta que yo fui una de las... víctimas del mismo asesino que me acusas de ser?

Archie dio un puñetazo en la mesa y el sonido reverberó en la sala. Me asusté.

—¿Y por qué siempre salías ileso cuando os atacaron a ti y a Evelyn? Ella se ganaba todos los golpes mientras que tú salías sin ningún daño, mentiroso. Asesino. Cabrón.

Me aguanté la risa. En el fondo deseaba que siguiera insultándolo porque todo lo que le había dicho era verdad.

Ethan se remangó la manga de su camisa y le enseñó el corte que tenía en el brazo mientras hacía un claro intento por morderse la lengua al oír los insultos. Vi el corte que desde un principio iba dirigido hacia mí y él se puso delante para frenarlo. Una apuñada que tomó otro rumbo en su destino.

—¿Y qué me dices de esto? —Su voz denotaba terror y dolor. Luego me miró a mí—. Evelyn, dile qué pasó cuando me sucedió.

—Gritó como una niña pequeña y dijo que no quería morir siendo virgen. —Ethan no se esperó eso y me fulminó brevemente con la mirada pero le prometí que le iba a humillar y eso era justo lo que iba a hacer—. Ah y que no podía humillarle más porque no tenía vergüenza. —Se rió nervioso.

—Me parece que la carne no vegetal te ha afectado el cerebro, ¿no te parece? —me dijo para molestarme.

—¿Ah, sí? Y a mí me parece que ver tanta sangre te ha vuelto ser un gallina que ahora te asustas por un simple corte. ¿Te orinaste los pantalones, Ethan?

Estaba claro que no era así. Le encantaba la sangre pero, ¿él no quería que los demás supieran que era Ghostface, verdad? Pues entonces, iba a ayudarlo a que lo trataran como un cobarde.

Ethan se volvió a reir con ternura y se colocó bien la manga. Luego puso su mano encima de la mía, sobre la mesa. Me apretujó los dedos a modo de advertencia pero Archie no podía observarlo ya que Landry había sido precavido en sus movimientos.

—¿Por qué no intentas ir a un psicólgo? Tanta violencia te ha sentado mal que ya te estás inventado cosas, cariño.

Miré a Archie que estaba mirándonos uno a uno, totalmente confuso.

Toqué el mango del cuchillo más cercano con la mano libre.

Sentí que íbamos a volver a pelear a modo muerte.

—Mi amor, qué mal se te da esto. ¿Necesitas unos pañales por si vuelve a ocurrir? Puede que Archie te ayude a ponértelos. Puede que hasta la talla más pequeña te quede bien. —Le sonreí con ternura y Landry me devolvió el gesto.

Pero en sus ojos solo podía leer: te voy a hacer sufrir. Bueno, eso era lo que estaba pensando yo cuando pensaba en él.

Ethan iba a hablar cuando Stacy vino con un gran plato y nos miró a los tres con incertidumbre. Ethan apartó la mano de mí rapidamemte y yo solté el pomo del cuchillo. Archie estaba todavía un poco... confuso. Creo.

—¿Estáis de funeral o algo así?

No sabía lo de Quinn ni lo de Anika.

—Hermana —confesó Archie que sí se había enterado gracias a un amigo y no quiso contarselo a Stacy para no estropearle la noche—. Siéntate. Hay mucho que contarte.

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