Lilith salió de la fiesta apresurada, los pies le dolían por correr en tacones, pero no le importo. Se ocultó en un lugar donde sabía que nadie iba; la biblioteca.

Saludo a la bibliotecaria y le pidió que no contara que estaba ahí, ella le dijo que guardaría su secreto.

Se escondió en la sección prohibida y se sentó contra el librero, llevando sus piernas a su pecho, habían pasado muchas cosas en tan pocas horas, se sentía decepcionada, las tres personas que había conocido en este día la habían decepcionado. Le habían mentido y ella había confiado en ellos.

Para ser justos no mintieron, ocultaron la verdad, pero se sentía igual de horrible.

En la alcaldía nada iba mejor, habían sacado a la bruja, expulsándola y mandándola lejos. El alcalde trataba de calmar a todos. Sophie se acercó a los chicos, todos hablando sobre Lilith. Anna se alejó de todos.

—No quiero seguir hablando con ustedes, son todos unos mentirosos, le mintieron a Lilith y a mi.–Miró a Scott, quien al miraba como perro mojado.–Me mentiste Scott.

—Yo... no pensaba que fuera tan importante, en serio perdón.

—No importan los perdones, ¿dónde está Lilith?–Cuestiono Stiles preocupado. Anna cruzó sus brazos sobre su pecho.

—¿Te importa?

—Claro que me importa, lo sabes.

—¿Y tú?–Ella miró a Sophie.–¿Por qué nos mentiste?

—Les he mentido a todos por años. ¿Creen que no extraño a mi novio? Lo extraño todos los días, no se donde esté, solo lo quería de vuelta, por eso hice el trato con Lilith... lo quiero de vuelta.

—¿No sabes dónde está?–Sophie negó con la cabeza. Anna suspiró.–Mira, al menos comprendo un poco más tu mentira.

—Necesitábamos ayuda, necesitábamos salir de aquí, no puedes juzgarnos Annabelle, ¿que hubieras hecho tu?

—No le hubiera mentido nunca a la persona que me gusta.–Le respondió a Stiles con simpleza, el la miró y suspiró.

—Se que no es fácil de perdonar la mentira, pero en serio teníamos una buena razón para mentir.

—No hay una buena razón para mentir...

—Necesitábamos sobrevivir, nosotros...–Scott puso la mano sobre su hombro, deteniéndolo de seguir peleando, sabiendo que no ganaría. Stiles suspiró.

—No quiero decir algo fuera del drama que estamos teniendo, pero la poción está lista, deben de tomarla antes de las 11:59 y son las...–Reviso su reloj de bolsillo.–ocho ya.

—No me iré si Lilith esta enojada conmigo.

—Será difícil que te perdone.–Afirmó Anna.

—Difícil, pero no imposible.

—Bueno, si no es lo suficientemente difícil, también debes de encontrarla, ella es muy buena con los escondites cuando se siente mal. La última vez la encontramos en el mundo de los humanos comiendo helado en la calle.–Stiles pasó su mano por su rostro.

—Ayúdame, por favor.

—¿Por qué lo haría?

—Porqué tu eres la persona que más la conoce.

—Lo sé, pero quiero saber porque te ayudaría a ti.

—...Porque a pesar de la mentira sabes que la quiero y que quiero estar con ella, porque sabes que nunca sería como su ex, y sabes que si ella me pide que me quede lo haría porque en el poco tiempo que la he conocido creo que siento algo por ella y es real, así como Romeo y Julieta.–La sirena lo vio, analizándolo, pero después preguntó.

—¿...Quienes son Romeo y Julieta?

—Es una historia romántica de mi mundo... el punto es, sabes que la quiero, a pesar de la mentira, a pesar de que somos de lugares diferentes, y a pesar de su historia y su vampirismo yo la quiero, y quiero arreglar las cosas con ella.

—...Te ayudaré.–El celebro.–Pero, si descubro que le rompiste el corazón, o le volviste a mentir, te matare. Y no es solo una amenaza, en serio te matare.–El asintió. Por alguna razón Scott se sintió más atraído a ella que antes.

—¿A donde iremos primero?–Anna miró a la bruja.

—¿Tienes alguna idea?

—No realmente. No hay un hechizo de geolocalización... tal vez si, pero sería muy difícil de buscar y que me salga a la primera, mi abuela sabría que usar, pero ella ya no está aquí...

—Oh, lo lamento...–Empezó Stiles a darle sus condolencias.

—Oh no, está en el mundo de los vivos, se volvió a casar y viaja por el mundo, viene a veces a verme.–Los tres chicos asintieron.

—Bueno, entonces debemos de buscar en todo el pueblo, donde sea necesario para encontrarla.

—¿Por donde perdíamos empezar?–Preguntó Scott.

—Stiles, Sophie, ustedes irán por el sur. Scott y yo iremos por el norte, si no la encontramos, nos volveremos a reunir en una hora en la calabaza gigante, ¿entendido?

—Entendido.–Stiles y Sophie salieron y Scott y Anna se quedaron un momento más.

—No me gusta dar ordenes ni hacer planes, eso es más de Lilith.

—Te entiendo... ¿no quieres ir a cambiarte para estar más cómoda?

—No, pague mucho por este vestido, lo llevaré puesto hasta que muera.–Aseguró y empezó a salir, Scott rio y salió detrás de ella.

Sophie y Stiles empezaron a buscar juntos, entrando en puestos, preguntándole a todos los que veían.

—¿Qué le pasó a tu novio?–Le preguntó Stiles.

—No lo sé. Se quedó más de lo que debía, y desapareció cuando intente buscarlo.

—¿...Podría pasarnos algo así a Lilith y a mi?–Ella pensó en su respuesta, no quería ser optimista, pero tampoco quería mentirle al muchacho.

—No lo sé. Mi historia es trágica, es incluso como una leyenda... o más bien una historia de terror. No creo que ella te deje quedarte, no creo que ella quisiera hacerte pasar por eso. He visto cómo ella te mira y como tú la miras a ella, eso es amor real... también como Scott y Annabelle se miran, todos ustedes son una historia de amor que se quedara en la historia para siempre, pero no tendrá un final feliz.

—¿A que te refieres?

—Los humanos nos pueden estar con monstruos. Punto. No hay vuelta de hoja, no hay nada más. Uno de los dos tiene que ceder.–Él se quedó pensativo, ambos siguieron caminando y preguntando por ella.

Entraron a la librería, la cual estaba más vacía que nada. Stiles se acercó a la bibliotecaria, quien intentaba escapar de él de una forma poco sutil.

—Señora... ¡Señora Mills!–La fantasma se paró.–No me siga ignorando. La necesito.

—¿...Que necesitas?–Preguntó fingiendo inocencia, aún sin mirarlo. Él notó su actitud, sabía que ella sabía.

—¿Dónde está?

—¿Dónde está que?

—Sabe de lo que hablo...

—Yo no lo...

—¡Claro que lo sabe!–Ella suspiró y lo volteó a ver.

—Me hizo prometer que no se lo diría a nadie.

—Yo no soy nadie.

—Si quieres encontrarla, puedes hacerlo. Pero yo no romperé mi promesa.–Ella arrastró su carrito y siguió con su camino. Stiles la miró sin poder creerlo, pero después recapacitó, la mujer solo estaba siendo leal a su palabra, y era algo admirable.

Stiles no espero a que Sophie dijera nada y empezó a ir entre los estantes, buscando entre la enormidad de la biblioteca, incapaz de dejarla ahí, enojada, no podía con el pensamiento de que ella estuviera enojada, por lo que no se iría.

Siguió buscando y buscando, hasta que lo pensó. Si vino aquí fue porque no hay nadie, ¿dónde es el lugar de la biblioteca donde no puede entrar nadie?

Corrió a la sección prohibida de la biblioteca y abrió la puerta, encontrándola ahí, su cabeza recostada contra el estante de libros y sus piernas pegadas a su pecho, sin importarle que aún llevaba el increíble vestido puesto. Ella levantó la vista y lo miró, pero volvió su vista al techo.

—Hola princesa...–Se acercó a ella.

—No me llames así.

—Perdón...–Se sentó junto a Lilith, ella intentó moverse, pero se pegó con la pared.–Quiero decirte la verdad.

—Interesante, dices la verdad después de todo este tiempo, ¿ya de que me sirve?

—Tal vez no te sirve a ti, pero a mi si. No puedo irme sabiendo que estás enojada, no puedo irme sin ver tus ojos una vez más.–Ella se resistió, pero no pudo evitar mirar sus ojos.–Te contaré mi versión, si me dejas.

Ella lo pensó un segundo, pero después asintió con la cabeza, lista para escucharlo. Ella tampoco quería que el se fuera sin verlo, quería estar a su lado cuando se tuviera que ir, cuando lo fueran a alejar de su lado. Sin importar que tan enojada podía estar, pensar en el yéndose era un sentimiento mucho peor.

El le empezó a contar su historia.

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