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ᴀʀᴄᴏ ᴅᴏs ——— ❛Está en coma.❜
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Omnisciente.
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Los pitidos de aquella máquina resonaban por la fría habitación—, envuelta en una sábana y con una máquina de oxígeno—, Kai se mantenía atada a los cables e inconsciente. Ella estaba en observación, como si volviese a estar en coma, pero lo que verdaderamente está en coma, es su corazón. Su profesor Aizawa yacía sentado en una silla, exhausto y con sus ojos decaído la observaba. ¿Se culpaba de algo? Parecía ser que si, quizás ella no estaba preparada aún. En la alianza, Shoto estaba en la habitación de ella, buscando el sobre que su padre le había dado. Se notaba en su expresión el cansancio, también la tristeza. Había visto por la pantalla lo que sucedió el día de ayer. Nadie estaba molesto con Shinso por lo que sucedió, porque él no tenía ni idea de lo que ella había vivido en el campamento de verano. Se sintió impotente por un momento y derivó una caja con frustración. No tardó en sentarse en el suelo y ver lo que parecía ser un álbum.

Suspiró con pesadez y agarró el álbum que se cayó de aquella caja que lanzó—, Kai se había expuesto con aquel estallido de energía que usó en defensa conjunto a su don para salir del lavado—. Estaba en el hospital y eso lo llenaba de una gran frustración. No estaba ahí para ella, sabía que algo no estaba bien y aún así, dejó que se saliera con la suya. Shoto está consiente que Kai pasó algo más ese día en la redada al escondite, pero no había forma de saberlo sin que ella se lo dijera. Abrió el álbum y empezó a sentir melancolía, nostalgia y un poco de envidia al desear tener un álbum así. Las primeras páginas eran de Kai conjunto a su hermano cuando pequeños. Habían notas tachadas que dejaron a Shoto inexpresivo—, "¿aquí ya pensabas abandonarlo todo, hermano?"—. Era lo que decía una de las notas, mientas que seguía pasando y Shoto veía a Kai con su padre e incluso madre—, "fingir amor les costó que yo no supiera darlo"—. Cerró el álbum, hasta que de ahí, cayó el sobre.

—Todoroki, Midoriya te busca abajo.—levantó la mirada para ver a su compañera, Momo estaba atenta al sobre que sostenía en su mano.—¿Qué estás haciendo?—pregunto.

—No invado su privacidad, solo quería ayudarla a encontrar algo.—indicó Shoto, levantándose del suelo para sentarse en el borde de la cama.

—¿Es un álbum? ¡Qué emoción! Deben haber muchas fotos de Nakamura bebé.—exclamó Momo, sonriendo de lado sin ver a Shoto devolver la sonrisa.

—No es el álbum que quisiera que tuviera.—musitó Shoto, extendiendo el álbum para que Momo pudiera verlo y denotar las notas.

—Solo hay que darle un pequeño empujón.—expresó, acercándose a la habitación para así Shoto verla de forma curiosa.—Un pequeño gesto puede cambiarnos por completo.—indicó, poniendo una nota nueva encima del retrato de Kai con Naoto.

—"No abandonaré todo".—decía la nota, para así Momo colocar otra nueva encima del retrato de Kai con sus padres.—"De su amor, aprenderé a amar con más fuerza".—indicaba la otra.

—Si volvemos las notas positivas, ella también. Por eso seremos héroes, ¿no es así Todoroki?—le cuestionó Momo, por lo que Shoto asintió.

—Parece que a Kai le gustaban los conejos cuando niña.—señaló al ver una imagen de Kai coloreando un conejo.—Creo que recuerdo habérmelo dicho cuando éramos pequeños.—musitó, inseguro.

—Espera.—pausó Momo, dejando el álbum en el suelo.—¿Tu y Kai se conocen desde pequeños?—preguntó con curiosidad e incluso ilusión.

—Es una larga historia.—expresó, permitiendo que Momo se sentara aún lado de él en el borde de la cama y sonriera entusiasmada.

—¡Vaya! Eso es muy romántico, ¿no crees Deku?—giraron su mirada para ver a Izuku conjunto Ochaco en el margen de la puerta.

—Todoroki, ¿quieres hablar con nosotros?—le preguntó Izuku, su amigo levantó la mirada al notar la intención de querer ayudarlo.

—Si, somos tus amigos.—anunció Tenya de forma atenta, comprobando su genuino intento de ayudar a Shoto en su expresión de sentimientos.

—Estoy preocupado.—admitió con franqueza, mirando al suelo nuevamente.—Siento que no puede avanzar sin sentir miedo, me da coraje.—explicó, cruzando sus manos.

—No es coraje, es impotencia.—aclaró Izuku, Momo aún lado de Shoto asintió rápidamente.—Solo tenemos que unirnos, llevarla por el camino al que vamos.—musito, intentando de animar.

—Ese hombre la torturo.—la voz de Katsuki impresionó a todos allí, Shoto lo miró inquieto y desconcertado.

—¿Por qué dices eso Bakugo? Es una fuerte acusación.—informó Tenya, mirando como Katsuki estaba fuera de la habitación con frialdad.

—Ese hombre es el líder de los villanos, tonto.—contó, mirando a Shoto de forma detenida, demostrándole que no le tenía miedo.—Kai muestra un patrón del uso de su don, no puede usarlo sin sentir miedo o que alguien la controlara. Si no rompe el patrón, nunca podrá salir adelante y creerá que nos lastimará a todos como a su madre.—añadió.

—Ella no lastimó a su madre.—indicó Shoto, levantándose del borde de la cama con molestia, su ceño se frunció y demostró incomodidad.

—Alto ahí, mitad y mitad.—pidió Katsuki, mirando a su compañero sin despejar la mirada.—Aunque suena cruel, Kai lo hizo. No pueden hacerla sentir que no fue así, porque le quitan el poder de superarlo y avanzar. Tiene que entender lo que hizo. La tratan como una ingenua porque no quieren lastimarla...

—¡Porque ha pasado por mucho Bakugo!—exclamó Shoto, Momo se levantó detrás de él, sosteniéndole el brazo para impedirle avanzar.

—Oigan chicos, no hay porque precipitarnos. Kai no quiere que estemos uno en contra del otro, hay que comportarnos.—pidió Tenya.

—Pero... Kacchan tiene razón.—un silencio inundó la habitación, Katsuki chasqueó la lengua y no tardó en irritarse ante la respuesta de Izuku.

—¡Idiota! ¿Te estás burlando de mí? ¡Te haré volar!—exclamó con furia, pero Izuku nervioso denegó en cuanto Katsuki se acercó.

—No... ¡es que... tienes razón Kacchan!—exclamo Izuku con nerviosismo.—Hemos intentando de oprimir el trauma de Kai, sin embargo... la mejor forma de que ella pueda superarlo es hablarlo, procesarlo y sanarlo.—añadió.

Shoto lo analizó, estaba agitado y molesto—, sentía frustración y no tardó en restregar su rostro con sus manos—. Cayó sentado en el borde de la cama para pensar. No se había percatado que todo este tiempo olvidó por lo que Kai había pasado. Y él más que nadie debería ser capaz de entender, porque la única forma en que logró avanzar fue decidiendo seguir un camino diferente al que su padre quería llevarle. También, aprendiendo a superar y entender lo que pasó con su familia. Ahora siempre buscaba entender a sus amigos, veía videos o leía revistas. Shoto aprendía sobre sentimientos, como entenderlos y sobrellevarlos. Era por eso que ahora podía ser capaz de querer a alguien como Kai, porque había madurado y decidido dejar de vivir en sus traumas, creando experiencias nuevas. Restregó su cabello y miró detenidamente el álbum. Quería que Kai aprendiera a superar sus obstáculos y fuera el reflejo de los que se caían, quienes son los mismos en levantarse.

Se aseguraría de que fuera así, sin importar lo que le costará, Shoto no podía ser un héroe si no se entrometía y salvaba a quienes necesitaban ser salvados. Más aún cuando era la chica que él quería—, la única flor resplandeciente en su jardín, tan única y sin tener un igual, Kai para él era un tulipán que jamás se marchitaría—. Con ella también había aprendido a controlar sus emociones, expresarlos y evolucionarlos. Sonrío de lado, él estaba orgulloso de sí mismo y su progreso. No solo en lo académico, en lo personal. Mediante las horas pasaban, en los pasillos de la enfermería un chico con cabello revoltoso y ojeras se encontraba merodeando. Daba vueltas en círculo. Hitoshi estaba algo desesperado, no se notaba tanto en su expresión, pero la culpa de lo que había sucedido lo estaba carcomiendo. Necesitaba disculparse o dejar saber que había sido un accidente—, muchos no sabían el contexto de lo que ocurrió la noche en que Kai perdió a su madre—. Por eso, se sentía fatal de no poder entender la actitud de la albina.

—¿Qué haces aquí?—Hitoshi se giró en cuanto oyó aquella voz por el pasillo; los pasos de Shoto de momento se sintieron intimidantes, pues su expresión no era amigable.

—El hijo de Endeavor.—recalcó Hitoshi, mirando a su compañero del otro aula venir acompañado por más, Izuku y Tenya le veían, pero con una expresión más serena que la de Shoto.

—Y el novio de la chica que está en esa habitación.—añadió él, Hitoshi rascó su cabello y sonrió con algo de sarcasmo mediante su bufido.

—Quería disculparme, no la estoy acosando.—aclaró, Izuku lo miró y reconoció que decía la verdad, Hitoshi mostraba una actitud diferente a la que tuvo en el festival deportivo de la UA.

—No fue tu culpa, era un enfrentamiento que contaba como práctica para ambas clases. Tampoco debíamos limitarnos a usar nuestras estrategias para derrotar al otro. En una situación real la necesitaremos.—hablo Izuku debido a la experiencia que había tenido; ha combatido villanos antes, como la clase 1A y también la clase 1B.

—No mencioné a la profesora Tamira para herirla, lo hice para halagarla.—admitió Hitoshi.—Cuando la vi, noté el parecido con la profesora. Me pareció algo increíble.—indicó de forma inexpresiva.

—Entiendo.—afirmó Shoto, notando que quizás precipitó su actitud un poco al juzgar mal a su compañero, quien miró por las ventanas.

—Todos pasan por su aula y no dicen nada, es como si ya la hubieran olvidado. Quería que su hija se sintiera orgullosa por la madre que tuvo... buscaba un combate limpio, no medí la situación, tampoco que terminaría así.—expresó Hitoshi, culpable.

—Es complicado, pero ella estará bien.—afirmó Tenya, acercándose a Hitoshi quien se sintió un poco más confortados por los presentes.—Tu hiciste un buen trabajo, además, estar aquí demuestra cierta empatía que los héroes deben tener. ¡No me sorprende verte en el curso de héroes pronto!—los ojos exhaustos de Hitoshi recibieron un brillo que Izuku noto, no tardó en sonreír.

—Si, compañero.—indicó Shoto cuando Tenya palmeó su espalda para que dijera algo, Hitoshi se veía más calmado y se sentía menos culpable.

—¡Profesor Aizawa!—exclamó Izuku cuando noto a su profesor salir de la habitación donde Kai estaba; exhausto y perezoso como siempre, el profesor se acercó a sus alumnos.

—¿Despertó?—se cuestionó Shoto como Tenya a la vez, uno al lado del otro, mirando a su profesor con ilusión y esperando una respuesta.

—Si—respondió luego de varios segundos sin responder, quitándole un peso de encima a los chicos que le veían.

—Que cruel, tardo mucho en responder.—musitó Izuku, a punto de un infarto por no haber oído una pronta respuesta de su profesor.

—Está cansada y no recuerda bien lo que sucedió, intenten no abrumarla.—pidió el profesor Aizawa, mirando a los alumnos asentir.—Shinso, me gustaría que pudieras acompañarme. Hay unas cosas que quisiera discutir sobre las técnicas que te estaba enseñando.—indicó el profesor.

—Hitoshi, ¿no quieres ver a Nakamura?—le preguntó Tenya, señalando la habitación; el joven de expresión exhausta lo pensó, para así negar y dejarlos totalmente sorprendidos.

—Me alivia que esté bien, sé que querrá ver a sus compañeros primero que a mí. Pueden decirles que vine a verla, estaré bien con eso.—afirmó, rascando su nuca para así seguir al profesor.

—Vaya, que extraño.—musitó Tenya, cruzándose de hombros mientras que Izuku veía a Hitoshi marchar aún lado de Aizawa.

—No, no es extraño.—afirmó Izuku al sonreír de lado.—Él quiere ser un héroe. Es como cuando All Might me entrenaba antes de entrar a la UA cuando me transfirió el One for All, no quería detenerme, solo quería hacerme más fuerte.—pensó Izuku, manteniendo una sonrisa.

—Chicos, hay que entrar.—pidió Shoto, señalando la habitación; en sus ojos se veía el anhelo y la ilusión de ver a Kai nuevamente, dejando la tensión que estuvo en sus hombros.

Con delicadeza abrió la puerta y no tardó en sentir un escalofrío—, recordó las veces que tuvo que venir a verla sin que nadie supiera cuando Kai estaba en coma—. Era un sentimiento de impotencia que Shoto no quería volver a sentir, el hecho de saber que pudo hacer algo pero no lo hizo lo carcomió por meses hasta que Kai pudo despertar. Fue una sensación de alivio que no podía describir, el saber que ella seguiría estando ahí, donde él estaría. Se oían leves pitidos de las máquinas, pero esta vez era diferente. Kai tenía una mascarilla que le ayudaba a respirar mejor y sus ojos se abrían con cansancio, sin embargo lo que llamó más la atención de sus compañeros fue como su cabello albino tenía rastros oscuros en la raíz que se alargaban hasta el final de su hebra. Fue un balde de nostalgia para ellos, sentían que veían a la Kai de los primeros días en la UA. Sonrieron con alegría y se acercaron de forma cuidadosa para no abrumarla.

—Shoto... —mencionó Kai en un hilo, pero a la vez con mucha alegría que hizo que el corazón del bicolor se quisiera derretir.

—¡Kai! Nos pegaste un buen susto.—mencionó Izuku acercándose a ella, fue algo que no le molestó a Shoto, sabía el vínculo que tenía su amigo con la albina; la veía como una hermana.

—Me descontrolé, ¿verdad?—se preguntó ella algo precipitada, mirando a todos en la habitación, Shoto se acercó, quedándose de pie junto a Tenya.

—No pienses en eso. Tu prioridad es descansar.—artículo Shoto, cruzándose de brazos para verla y denotar sus facciones exhaustas.

—¿Lastime a alguien?—volvió a preguntarse con temor, sin embargo todos denegaron y ella sintió un gran alivio en su interior.

—Te lastimaste un poco, tú don tuvo una detonación porque intentaste reprimirlo para no atacar. Estás un poco débil, pero estarás bien.—contó Izuku, mirando como Kai asentía.

—No es correcto que reprimas tu don, Nakamura. Podrías tener daños colaterales.—comentaba Tenya.—Lo que nos preocupa es, ¿por qué quisiste reprimir tu don? Si lo recuerdas, claro.—mencionó.

—No tenemos que hablar del tema si no quieres, pero estamos aquí para ayudarte.—indicó Shoto, mirando a Kai de una forma detenida.

—No quiero lastimar a nadie más y tener que vivir para recordarlo.—respondió Kai, mirando a la ventana en un suspiro de tristeza y aliento.

Hubo un silencio frío en la habitación—, nadie sabía cómo empezar a alentarla y sacarla de ese bucle que la ataba a un dolor de su oscuro pasado—. Afuera se veía un día soleado, lleno de armonía y serenidad, mientras que un valle lejano y abandonado, el cabello albino de Naoto había desaparecido. Otra vez portaba un color negro. Gotas de sudor bajaban por su cuerpo detallado y musculoso. Golpeaba un saco de boxeo con fuerza, estaba agitado, pero controlaba su respiración e intentaba de retener la poca resistencia que le quedaba. En sus ojos azulados se veía la ira mediante se iban humedeciendo—, la liga, su familia y el destino que debía llevar—. Todo se estaba acumulando, necesitaba tomar acción, sin arrastrar nada, pero no había forma de saber o entender que debía hacer. Si abandonaba la liga, era hombre acabado, pero igual estaba destruido fuera del único mundo malévolo que conocía. Afuera estaba tachado y juzgado, la única motivación que tenía de volver a casa era su pequeña hermana, pero aún tenía cadenas por romper.

—No puedo aceptar tu trato.—habló Naoto a una sombra que lo veía en la oscuridad.

—Entonces tendremos que hacer algo que no te va gustar.—musito esa persona con pereza.—Sacrificar a tu hermana.—añadió la persona, para así Naoto girarse entre lágrimas y bajar la cabeza.

—Ha sufrido demasiado, ¡no aguantaría nada más!—gritó golpeando el saco de boxeo hasta desmontarlo del techo y derivarlo lejos de donde estaba.

—Es eso, o esperar que él venga por ella y le dé el mismo destino que a ti.—indicó la persona, dándose la vuelta para dejar ver únicamente un lienzo rojizo entre la sombra que se iba.

—Entonces tendrás que matarme.—afirmó el joven entre dientes, con las manos temblorosas... Naoto se preparaba para lo que venía.

—¡Oye Kiki! Aunque ese movimiento fue asombroso.—el entorno volvió a la enfermería de la academia UA, donde Dark Shadow se dirigía a su compañera quien sonreía tímida.

—Kai ha estado entrenando con Todoroki, ¡por eso ha podido aprender más!—comentó Izuku, mirando como Kai se sonrojaba mediante la sonrisa.

—Ella puede aprender de todos.—asumió Katsuki con frialdad, había sido obligado por Eijiro a ir a la enfermería para visitar a Kai.

—No creo que podamos aprender mucho de ti Bakugo, eres muy explosivo.—indicó Tsui, Kai rio como los demás al ver como Katsuki enfurecía hasta detonar.

—¡Maldición! ¡No te vas a burlar de mí rana babosa!—exclamo, todos reían, incluso Kai quien se sentía más calmada al tenerlos a todos ahí.

—Chicos, gracias por estar aquí conmigo.—agradeció Kai, bajo la cabeza y se sintió con conmoción, las chicas se acercaron y denegaron.

—¡No agradezcas Kiki!—pidió Mina, acostándose a su lado conjunto a Ochaco; quien jugaba con los dedos fríos de Kai, mientras que Hagakure peinaba algunos mechones negros de la albina.

—Se que he sido un atraso para la clase, intentaré esforzarme.—musitó Kai, mientras que Shoto respiró hondo y se tomó un tiempo para salir de la habitación sin que nadie se diera cuenta a excepción de alguien que lo siguió.

—Todoroki, ¿a dónde vas? Pediremos una pizza.—Momo lo detuvo en el pasillo, notando como él se detenía en seco para mirarla de reojo.

—¿Está bien si regreso luego?—se preguntó con inocencia, mirando como Momo se quedaba desconcertada por su repentina actitud.—¿Crees que a Kai le incomode?—cuestiono.

—No... digo, si le explicas en caso de que se preocupe no. ¿Todo está bien?—Momo se acercó, notando como Shoto se acercaba a la ventana para recibir el calor que esta proporcionaba.

—No puedo ser el héroe que quiero si no soy capaz de salvarla.—expresó, sintiendo una agonía en su corazón cuando noto a Kai en la habitación referirse a sí misma como un "atraso".

—Entonces ve.—indicó Momo, alentándolo con una sonrisa que hizo a Shoto asentir ante su compañera, quien le daba seguridad.

Shoto colocó las manos en su bolsillo y anduvo por los pasillos. Pensaba y analizaba en el hecho de empujar a Kai a la realidad—, por más fría o amarga que fuera, necesitaba que ella se sintiera bien con lo que sucedía y lo que había sucedido—. Ella había notado que Shoto no estaba en la habitación, disimulo ante sus compañeros que no extrañaba su presencia y hablaba con ellos sobre algunos movimientos. Levantaba las palmas de sus manos y creaba copos de nieve que Katsuki intentaba de evadir. La veía como una ilusión que no pudo alcanzar, pues Kai era el deseo que alguien más pidió cuando pasó como una estrella fugaz. Sin embargo, Katsuki se mantuvo cruzado de brazos y observó como ella intentaba de esforzarse para no preocupar a nadie. Fue lo que le alarmó, entendió porque Shoto se había ido para pensar y buscar una forma de ayudarla, porque esa sonrisa de la albina ocultaba algo más allá que ellos no entendían y pronto descubrirían.

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Próximo capítulo: Un amor inquebrantable.